miércoles, 4 de julio de 2012

The Marshall Tucker Band - Where We All Belong (1974)


Aunque ya los conocía desde hace unos años, la Marshall Tucker Band fue mi grupo revelación del año pasado gracias al maravilloso A New Life (1974), mi disco del 2011. El mismo año en que sacaron esa obra maestra, nuestros amigos se desmarcaron con un doble álbum que incluía una parte en estudio y otra en directo, Where We All Belong. Por supuesto fue un nuevo éxito de ventas y a día de hoy está considerado una de sus mejores obras.

A mí con este álbum me ha pasado lo mismo que con los otros discos que he oído de Marshall Tucker Band salvo el A New Life, y es que he tardado un tiempo en apreciarlo del todo. Quiero decir, sus álbums me gustan desde la primera escucha, pero no es hasta que los rescato un tiempo después que me doy cuenta de lo realmente geniales que son. Con Where We All Belong me ha pasado lo mismo: me hice con él en Abril y ha sido al rescatarlo a finales de Junio cuando me di cuenta de que no es que sea un buen disco sino que es realmente magistral.

En este disco, a diferencia de los anteriores, se ayudaron de varios músicos invitados entre los que destaca Charlie Daniels y su violín (del que hablaré más adelante en la sección en vivo). Es por ello que tiene un sonido algo más rico y heterogéneo, y eso que la Marshall Tucker Band ya suenan así por sí mismos (recordemos por ejemplo que un miembro de la banda toca saxofón e instrumentos de viento y que la música del grupo se basa a menudo en pasajes instrumentales que tienen incluso cierto toque jazz).
Del disco en estudio destaca claramente el tema "This Ol' Cowboy", el gran tema clásico del álbum, y una maravilla de su repertorio. Sigue un poco el estilo clásico del grupo de presentar una melodía a la que luego le sigue un largo pasaje instrumental con diferentes solos de guitarra y piano. El estilo es reposado y dulce, y para mí ya anticipa en cierto modo el estilo de su obra maestra Carolina Dreams.


Le sigue mi segundo tema favorito del disco, una de esas canciones ocultas en las que creo que nadie suele fijarse pero que a mí me encanta: "Lown Down Ways". Aquí cambian de registro y ofrecen un tema de rock sureño más típico y breve (3 minutos respecto a los 7 de los dos temas que le rodean) que se basa más en su fantástica melodía y ese aire sureño tan irresistible.

"In My Own Way" a su vez nos devuelve al estilo del primer tema del disco, un largo tema basado en su fuerza como instrumentistas en que destaca el violín de Charlie Daniels y el acompañamiento de piano y armónica. Tiene un aire más melancólico y una interacción fantástica entre instrumentos, sin alardes, sino de forma más relajada.

La cara B baja un poco el nivel respecto a un inicio perfecto pero aún así es muy buena. "How Can I Slow Down" y "Now She's Gone" inciden en la faceta del grupo que menos me entusiasma, con temas más potentes pero con demasiada presencia de instrumentos de viento para mi gusto. De todos modos me gustan más que las canciones de ese estilo de sus dos discos anteriores. "Where a Country Boy Belongs" es seguramente la más destacada de esta parte y el último tema que nos ofrecen es una canción más relajada basada en el piano, "Try One More Time".

El disco en vivo está formado por cuatro canciones, dos de las cuales son versiones: "Ramblin" y un extenso "Everyday (I Have The Blues)", que es el gran momento de lucimiento del guitarrista Toy Cadwell. De temas propios se decantan por los clásicos "Take The Highway" y "24 Hours At A Time", que es en el que me voy a detener.
En mi opinión "24 Hours At A Time" es la mejor canción de la banda, y lo genial de esta versión en vivo es que complementa a la de estudio. Es decir, no la supera hasta el punto de que quiten las ganas de oír la de estudio pero al mismo tiempo es inmensa. El precioso solo final que en estudio reparte protagonismo entre la guitarra acústica y la eléctrica (uno de los solos más bonitos que he oído) en directo se electrifica del todo alargando su minutaje (11 minutos respecto a los 5 de estudio). Aquí el solo se convierte en un largo pasaje en que interactúan la guitarra de Toy Cadwell, el saxofón de Jerry Eubanks y el violín de Charlie Daniels, que actúa como invitado y hace un papel magistral. Un momento absolutamente maravilloso.


Desde mi gran descubrimiento del grupo el año pasado, Marshall Tucker Band se han convertido en uno de mis grupos americanos favoritos prefiriéndolos incluso por encima de otras bandas sureñas de más renombre como Lynyrd Skynyrd. Discos como Where We All Belong me acaban de confirmar esta idea, su forma de hacer rock sureño con ese estilo propio tan irresistible sencillamente me puede. Recomendadísimos.

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