domingo, 19 de junio de 2016

Dungen - Primavera Sound (3 de Junio) y Le Maroquinerie (5 de Junio)


Ya comenté hace tiempo lo mucho que me gustan a mí los señores Dungen, como pueden ver aquí. Y a día de hoy, cuatro años después reafirmo lo que dije en su día con unos añadidos-matices:

1) Me he reconciliado con 4 (2008) - que ahora me parece a la altura de Tio Bitar (2007) - y con Skit i allt (2010) - sin duda su disco menos bueno pero con el que he hecho los paces y que ahora disfruto bastante.

2) Dungen volvieron el año pasado, tras varios años de ausencia en que me temí que se hubieran retirado, con uno de los mejores discos de su carrera, el sobresaliente Allas sak (1015).

3) Definitivamente a día de hoy son mi banda actual favorita, incluso una de mis predilectas de las últimas décadas.


El siguiente paso era verlos de una vez en directo, esos cinco años de silencio me hicieron darme cuenta de que en cualquier momento podían separarse, pero las perspectivas de que pasen por nuestro país son casi nulas. El 'casi' es que los traiga un festival, y yo aposté porque si alguno lo traía sería el Primavera Sound. Y acerté.

Me hice ilusionadísimo con mi entrada de viernes (y ya de paso vería a Radiohead), pero luego sufrí una gran decepción al ver que el festival los programaba a la peor hora (a las 6 de la tarde, con el recinto medio vacío) y dejándoles solo 40 minutos. Me planteé vender mi entrada e irme por Europa a verles, pero al final decidí hacer doblete: les vería el viernes en el Primavera Sound y el domingo en París haciendo un set más largo. ¡Sólo se vive una vez!


Es triste pero la actuación de Dungen ha pasado totalmente desapercibida en las crónicas del festival, que a la hora de relatar la jornada del viernes empiezan casi todas con unos tales Titus Andronicus (los que iban justo después de ellos). No acompañaba la hora (a pleno sol), ni el escenario (uno de los más grandes), pero los pocos que les pudimos ver disfrutamos de un gran concierto que acabó conquistando a un público hasta la euforia, no sé si porque era tan fans como yo o porque les gustaron mucho.

El líder de la banda, Gustav Ejstes, se encontraba en medio del escenario a los teclados y de vez en cuando se levantaba para tocar la flauta o moverse libremente por el escenario (en cierto momento el guitarrista Reine Fiske bromeó pidiendo que alguien le comprara una guitarra, ya que no tenía dinero para una; dada la corta duración del set, obviaron la guitarra acústica). Abrieron muy acertamente con la instrumental "Fredag" del 4 seguida por una de las mejores de su último disco, "Åkt dit". En general el set se centró en Allas sak, y pensé en que es un placer ver a una banda presentando un disco tan bueno que te parece genial que centren el setlist en temas nuevos.

Un par de detalles más. El batería dijo unas cuantas frases en español y fue interrumpido cómicamente por Gustav diciendo en inglés que no tenía ni idea de qué estaba diciendo.Y, un rasgo que me encantó: en vez de hacer un set de canciones directas dada la poca duración de que disponían, hicieron algunas jams entre medio que a mí me encantaron, una muy zeppeliana después de la contundente "Panda" con Gustav saltando por el escenario y una más oscura hacia el final que resultó ser un tema nuevo. No hay nada como tocar por primera vez en un país teniendo solo 40 minutos y ocupar un rato a improvisaciones y un tema nuevo.

Una larguísima cuenta pendiente saldada después de 10 años.

SETLIST:

Fredag
Åkt dit
En dag på sjön
Franks kaktus
Panda/jam
Sova
Häxan



40 minutos es una duración insuficiente (e insultante en mi humilde opinión) para una banda a la que llevaba tanto tiempo queriendo ver y que desbordaban talento, así que miré su tour europeo y me lancé dos días después a verles en París, en una pequeña sala de Ménilmontant llamada La Maroquinerie.

Los teloneros era una banda local que hacían una psicodelia impregnada de sintetizadores a lo Tame Impala (lo cual me hizo pensar en lo curioso que es que un grupo así se haya puesto de moda) y un músico argentino llamado Tall Juan que hacía una especie de rockabilly acelerado muy chulo.

Entre conciertos fui al puesto de merchandising y me dio conversación el tour manager, que me explicó que el último tema de Barcelona era una composición para su nuevo disco, que esperaban sacar este otoño. Dicho álbum sería totalmente instrumental y estaría inspirado en la maravillosa película de animación Las aventuras del príncipe Achmed (1926) de Lotte Reiniger. También me explicó que estos cinco años el grupo no se había disuelto y que no había pasado nada concreto ("Just life..."), y que esperaban estar más activos y hacer otro tour europeo a finales de año.



Entrando en materia, mi segundo encuentro con los suecos en tres días superó con creces al primero convirtiéndose en uno de los mejores conciertos que he visto últimamente. En un entorno más favorable (una sala pequeña pero con fans concentrados) se les veía más sueltos en las jams y más cómodos en general, dejándose llevar en numerosos tramos instrumentales y con un público entusiasta desde el minuto uno. Mención aparte merece un hombre mayor con pintas de hippie que había en la primera fila, que debe ser el mayor fan del mundo de la banda: en cada inicio de tema daba gritos de júbilo y se pasó el concierto no tanto cantando o bailando como moviéndose, como si estuviera en continuo trance. Era tan curioso de ver que hubo gente que pasó de grabar al grupo... ¡a grabarle a él! (un detalle: la banda le conocía y de hecho Gustav le dedicó un tema, su nombre es Philip).

Pasando a la música, el inicio fue el mismo pero cambiando el segundo tema a otra canción de Allas Sak: la emotivísima balada "En gång om året". Tras ésta, una dosis de Ta Det Lugnt, "Festival", con Gustav alternando la guitarra acústica con los teclados y un retorno a su último disco con "Åkt dit" (donde por cierto el guitarrista Reine Fiske tenía un papel fundamental acompañándole al teclado durante el estribillo).



Destacar un medley que hicieron dominado por los mejores temas de Tio Bitar: la atmosférica instrumental "C visar vägen" (¡mi favorita del disco y mi mayor sorpresa del setlist!) y las maravillosas "Så blev det bestämt" y "Svart är himlen" - respondiendo a vuestra pregunta, no me sé el título de ningún tema que tenga más de dos sílabas, mi sueco no es muy bueno.

Tras un enérgico "Panda" con el público desatado, repitió el cierre de Barcelona con el nuevo tema, "Haxan" y la última de Allas Sak, "Sova", para luego hacer un pseudobis en que ni siquiera llegaron a irse con mi canción favorita del grupo: la balada "Du e för fin för mig", coreada por toda la sala cantando la letra fonéticamente como buenamente pudimos.

Ése que se ve en medio es el amigo Philip en pleno trance espiritual.


Esta vez sí, me fui satisfecho del todo tras hora y cuarto, y profundamente emocionado por haber podido ver por fin a esta enormísima banda. Ojalá sigan durante muchos años en activo manteniendo este nivel con una discografía en la que a día de hoy no tienen ni un álbum que baje del notable y unos directos sobresalientes.

SETLIST:

Fredag
En gång om året
Festival
Åkt dit
En dag på sjön
Franks kaktus
Bandhagen/C visar vägen/Så blev det bestämt/Svart är himlen
Panda
Häxan
Sova
Du e för fin för mig

domingo, 12 de junio de 2016

Cuando Alice Cooper dejó Alice Cooper para debutar como Alice Cooper

Estos días he acabado de leer el imprescindible libro de Sergio Martos Por un Billón de Dólares dedicado a la Alice Cooper Band. Gran parte del interés está, no solo en que se basa en declaraciones de todos los implicados, sino en que reivindica a la que es una de las mejores formaciones de la historia del rock: Alice Cooper, Michael Bruce, Glen Buxton, Neal Smith y Dennis Dunaway.



De hecho, he de hacer una confesión. Aunque me gusta Alice Cooper y es un artista que me parece muy creativo y talentoso, lo que realmente me encanta es la Alice Cooper Band. La carrera de Alice en solitario es muy interesante y tengo ganas de explorar muchos de los discos que me faltan, pero en base a lo que conozco no hay punto de comparación desde mi punto de vista. Por ello es de celebrar que un libro por fin les haya hecho justicia.

Mi relación con Alice empezó de forma muy curiosa. Inicialmente me pensaba, como la mayoría de jóvenes de mi generación, que era un músico de heavy metal, hasta que descubrí temazos como "I'm Eighteen" o "School's Out" que me hicieron asociarlo al rock de los 70. Recuerdo también un programa de la BBC en que se hablaba sobre cómo fue un pionero en el glam-rock, un género que me era más cercano que el heavy. Pero no me puse en serio con él hasta que me enteré de que venía de gira a mi ciudad. Y cosa extraña, creo que compré la entrada sin conocer más que unos temas sueltos, un poco a ciegas y confiando que valdría la pena (así fue).

Empecé entonces a escuchar sus discos más míticos: Love it to Death (1971) y Billion Dollar Babies (1973) me enamoraron al instante, Killer (1971) y School's Out (1972) tres cuartos de lo mismo... pero, cosa extraña, su primera obra en solitario, el mitiquísimo Welcome to my Nightmare (1975) me decepcionó profundamente. ¿Cómo podía ser si se trataba de todo un clásico? Enseguida entendí la clave: lo que me encantaba de los otros discos era en gran parte el sonido que tenía esa banda, un grupo en el que absolutamente los cinco miembros aportaban algo esencial. De hecho investigando un poco descubrí que en aquellos años Alice ni siquiera era el líder del grupo. ¿Qué había pasado? ¿En qué momento Alice rompió con la que parecía ser una formación imbatible? Éste es uno de los aspectos más interesantes del libro de Martos.



De entrada el primer aspecto confuso era el nombre del grupo. Bautizar a una banda de rock medio experimental con el nombre de Alice Cooper era bastante extraño y llevaba a confusión (algunos iban a los conciertos esperando encontrarse a una cantautora folk). Pero que luego además el cantante decidiera adquirir también el nombre artístico de Alice Cooper ya era una locura. "Hola, soy Alice Cooper, el cantante de Alice Cooper (el grupo)". Por entonces no lo sabían, pero esta detalle acabaría repercutiendo muy negativamente hacia sus compañeros.

El caso es que cuando a principios de los 70 el grupo empezó a adquirir un enorme nivel de popularidad, inevitablemente el gran público se quedaba con el cantante. No solo por ser el llamativo frontman al que decapitaban y ahorcaban, sino porque realmente él era Alice Cooper, ¿no? De hecho, creo que esta viñeta referente a otro grupo resume la idea a la perfección:

Lo que sucede es que Michael Bruce, Glenn Buxton, Dennis Dunaway y Neal Smith no eran meros comparsas, y era inevitable que empezara a surgir algo de tensión en el seno del grupo, y más cuando llevaban un ritmo de trabajo inhumano. ¿Consecuencia? Tras Muscle of Love (1973) la Alice Cooper Band clásica dejó de existir.

Yo siempre había creído que se separaron por haber acabado mal entre ellos, pero la biografía de Martos explica lo que sucedió en realidad. Tras ese disco la banda decidió por fin darse un merecido descanso, pero Michael Bruce, uno de los compositores más talentosos de todos, quiso hacer un álbum en solitario donde presentar temas que no tenían cabida en el seno de Alice Cooper. El disco, llamado In My Own Way (1974), estaría destinado a caer en el olvido pese a su impagable portada:


Obviamente, si Michael Bruce iba a debutar en solitario, Alice no iba a ser menos. Pero hubo algo que Bruce subestimó por completo y fue fatal para el futuro de la banda: no solo Alice era la cabeza visible del grupo muy por encima del resto (hacía numerosas apariciones sin ellos como invitado en programas y espectáculos) sino que tal y como comenté antes, por una extraña jugada, el nombre de la banda (Alice Cooper) era el mismo que se había adjudicado a sí mismo el cantante (de hecho por entonces legalmente era su nombre real). De modo que cuando el gran público viera un disco en que en la cubierta pusiera "Alice Cooper", no tenía forma de saber que eso en realidad era un álbum en solitario del cantante de la banda, que ése era Alice Cooper como cantante, no como grupo. ¿Consecuencia? Después de las ventas millonarias de sus anteriores obras, el debut de Alice jugaba con la ventaja de que se vería como el siguiente disco del combo. En cambio, los discos de Michael Bruce y Neal Smith no tenían nada a su favor, y más al no ser tampoco cabezas visibles de la banda.

Lo que sucedió es fácil de imaginar. Alice tuvo un éxito inmenso con Welcome to my Nightmare, y cuando sus compañeros le llamaron para volver a trabajar juntos en su nuevo proyecto, éste se desentendió. Era más cómodo ser él el único líder, le acompañaban músicos tan talentosos como Dick Wagner y Steve Hunter y, sobre todo, tenía consigo al productor Bob Ezrin, uno de los hombres clave tras el sonido de Alice Cooper. Sencillamente no les necesitaba. Tras la exitosa gira de su debut en solitario, la Alice Cooper Band oficialmente dejó de existir.



El disco que Dennis Dunaway, Michael Bruce y Neal Smith estaban preparando para grabar con Alice, Battle Axe (1977) al final lo sacaron ellos con la forma de una banda apodada Billion Dollar Babies. Descubrí este disco en mi época de mayor fanatismo hacia Alice. Yo me pensaba que lo habían grabado tras la ruptura con Alice, pero el hecho de que haya tantos años de diferencia entre éste y el anterior Muscle of Love (1973) me debió haber hecho sospechar que no tardarían tanto en grabar un nuevo álbum tras la ruptura. De hecho quizá uno de los fallos de los tres músicos fue tardar tanto en aparecer, dando tiempo Alice a sacar... ¡3 álbums! para cuando ellos hicieron su aportación. Entiendo que entre medio estaban los intentos en solitario de Michael y Neal, así como el esperarse a que Alice acabara su gira de Welcome to my Nightmare para que se les uniera; pero lo cierto es que en un contexto tan bullicioso como los 70 esos cuatro años de diferencia desde su mayor éxito de ventas hasta Battle Axe no debieron ayudar (en el libro de Martos explican que también estuvieron gafados porque las primeras ediciones del disco se oían mal y tuvieron que devolverse y volver a prensarse).

Años después, Alice justificaría la separación diciendo que él quería seguir tirando por el camino de la teatralidad mientras que sus compañeros preferían volver a un estilo más básico. El hecho de que Muscle of Love (1973) hubiera sido una obra mucho menos teatral que las anteriores, con un sonido más rockero (de hecho ni siquiera estaba Bob Ezrin como productor, con el que Michael Bruce tenía muchos roces), confirma esa idea. O mejor dicho, lo hacía, porque en el libro de Martos tanto Michael como Dennis o Neal son contundentes al respecto: esa declaración de Alice es absolutamente falsa. La prueba es que en su gira como Billion Dollar Babies se dejaron un dineral en montar un escenario en que unos androides enormes se peleaban mientras ellos tocaban la música. Difícilmente alguien a quien no le guste la teatrealidad montaría algo así. Por desgracia la gira fue un fracaso y solo dieron unos pocos conciertos. Mientras tanto, Alice seguía facturando nuevos éxitos.



La última duda: ¿no podían sus ex-compañeros demandar a Alice por haberse apropiado como quien no quiere la cosa del nombre de Alice Cooper (el grupo)? No estoy muy seguro, pero en todo caso nunca lo sabremos porque jamás se plantearon hacer nada semejante e incluso en 1975 se lo cedieron legalmente. De hecho, Alice se separó de los demás en términos amistosos. Tanto Michael, como Neal y Dennis coinciden en que prefieren dar por perdido el dinero que podrían haber sacado antes que litigar contra su amigo. Desde luego, aunque es una pena que una formación tan perfecta se acabara perdiendo, al menos es de agradecer que no acabaran mal entre ellos.