sábado, 2 de mayo de 2020

Mermaid - Red Led or Death (2003)


El tercer y último disco de Mermaid es un álbum al que le tengo un aprecio muy especial. No solo es un disco que me trae muy buenos recuerdos de una época muy concreta, sino que de hecho es mi álbum favorito editado en España. No es que consuma yo mucho rock español (más concretamente casi nada) pero 17 años después de descubrir Red Led or Death sigo opinando igual pese a que he dado por el camino con otros discos muy buenos editados en la Península.

Una banda como Mermaid me transporta a principios de los 2000s, cuando aún existía un complejo de inferioridad en lo que respecta a la escena rockera hispana en comparación con lo que se producía en el extranjero, cuando la frase "son tan buenos que parecen de fuera" se utilizaba bastante para defender discos de rock hechos aquí (me refiero sobre todo en lo que se refiere a rock clásico y hard-rock setentero, la escena indie hispana no creo que tuviera esa falta de respetabilidad y apoyo de los medios). Hoy día eso ya no es tanto así. Por suerte han ido surgiendo bastantes bandas reseñables en esos estilos y se les está dando una mayor visibilidad gracias a un contexto más favorable para este tipo de grupos underground: que si Spotify, que si Bandcamp, que si Youtube, etc. Con esto no estoy diciendo que hoy día los grupos pequeños tengan más facilidad para triunfar (me da la impresión de que siguen tocando en los mismos baretos y salas de siempre), pero sí que la minoría de gente que seguimos estos estilos los tenemos más presentes y nos hemos acostumbrado a toparnos con cierta frecuencia con discos muy buenos o como mínimo notables de rock/hard-rock clásico que hacen que no haga falta repetir ese axioma de "para ser españoles son realmente muy buenos".



Volvamos a Mermaid. Llegué a ellos a través de un medio que asocio también con esos años y con mi etapa formativa dentro de lo que es el rock, como es la web Riff Fanzine, gracias a la cual descubrí docenas de grupos magníficos. Recuerdo que aparecieron reseñados en una actualización que también incluía a los catalanes Tokyo Sex Destruction y por algún motivo me llamó poderosamente la entusiasta reseña del álbum y lo rastreé. No recuerdo si me costó mucho encontrarlo pero sí que sé que me enganchó al instante y enseguida di el coñazo con él entre mis amigos aficionados al rock, consiguiendo como mínimo dos adeptos más al grupo. Desafortunadamente llegué a este disco de forma algo tardía: cuando me había hecho fan del grupo, éstos se acababan de separar, y no llegué a verles en directo por unos pocos años, lo cual es aún más triste si tenemos en cuenta que sus conciertos tenían fama de ser arrolladores.

La breve carrera de los pamploneses Mermaid es bastante interesante: empezaron como una banda de stoner-rock pero poco a poco fueron cambiando su sonido hasta desembocar en Red Led or Death en un sonido más hard-rock clásico que suena de forma tan natural que parece que llevaran toda su vida tocando en ese estilo. Sus tres componentes, que utilizaban los pseudónimos de Txetxu Brainloster (guitarra y voz), Firehead (bajo y voz) y Leroy S. Starlight (batería), tenían un sonido muy potente deudor de muchas grandes power-trios de los 70 y que a mí me traen a la cabeza a bandas como Grand Funk Railroad o Thin Lizzy entre otras. No creo que hoy día hubieran llegado a triunfar, pero quizá sí que habrían encontrado un contexto más favorable para una aventura musical como ésta.

Cuesta pensar que un disco tan rematadamente bueno esté tan oculto y olvidado. Un álbum que empieza con un pelotazo como "Silver Bullet" (una de las canciones que suelo usar para cargar las pilas cuando voy a correr) definitivamente no debería pasar desapercibido: las melodías son buenas, la banda suena potentísima y además el solo de guitarra de Brainloster es una maravilla. Es el tema más contundente del disco junto a la frenética y casi adrenalítica "Luchador", cuyo estilo encaja muy bien con la letra ("I'm gonna fight, and I'm gonna win!!"). Por otro lado "I Rock" diría que es el tema con más vocación de clásico del álbum con ese ritmo tan infeccioso, y de hecho tuvo hasta un videoclip, que está colgado en Youtube y cuenta con algunos comentarios de Starlight y el director del vídeo:


Un tema aparte por cierto son las absurdas letras del grupo ("I'm a man too respetable, Lauren Bacall is on the wall" o "Are you ready for the party, are you ready for my brain"), pero para mí forman parte del encanto de la banda. Otros de mis temas predilectos del álbum son "Woman Making Machine" con ese segmento instrumental tan molón o "Gravity Goes", que es donde más se nota esa cierta influencia stoner del pasado, pero realmente es - y no estoy exagerando - de esos álbums en que todas las canciones son temazos y cada una tiene algo que la hace especial: las inesperadas trompetas en "Boots Nights", el riff de "The Last Giant" o "Believe My Diamonds Are Forever But Betrayers" con ese inicio más atmosférico hasta estallar en otra gema hard-rockera.

Hacia la mitad del disco encontramos los dos temas más especiales: "Southeaven Girl (Your Smile Is A Wind)" con ese aroma sureño más reposado y, sobre todo, "Forgiven in the Awaken of Sun", la gran gema del álbum, un largo tema instrumental con aires de western dominado por el órgano que al final incluye un inesperado solo de trompeta. Durante mucho tiempo ha sido mi favorita del grupo, y no debe ser cosa mía porque recuerdo tiempo atrás encontrar una versión en Youtube hecha por otra banda.



Pese a que las críticas que recibió el disco fueron unánimemente entusiastas, justo cuando el grupo se preparaba para su cuarto álbum decidieron separarse. Solo se volvieron a juntar el 2006 para un concierto homenaje al por entonces recientemente fallecido Kike Turmix. Desde entonces sus miembros han tenido varios proyectos, de los cuales los que yo he seguido más de cerca son los de Brainloster, que después de Mermaid formaría otra gran banda llamada Green Manalishi. Recuerdo la expectación que sentíamos yo y mis amigos fan del grupo en los años entre el fin de Mermaid y el debut de Green Manalishi. Leí por entonces en el foro de Ipunkrock a un ex-Mermaid (no recuerdo si Firehead o Starlight) comentando que Brainloster ya tenía el disco hecho y que estaba a la espera de poder editarlo, y que era lo mejor que había hecho nunca, lo cual hizo obviamente que nuestras expectativas se incrementaran. El 2005 vio la luz el debut homónimo de Green Manalishi, un magnífico álbum de hard-rock que seguía la senda emprendida en Red Led or Death, al que le seguiría Unknown Force (2007), otra gran obra que se movía por parámetros similares pero que iba poco a poco suavizando cada vez más su sonido. Les vi en directo en las giras de esos dos discos y fueron sendos conciertazos, pero finalmente se acabaron separando. No parece muy viable mantener un grupo sin salir del underground.

A partir de aquí Brainloster sacó un disco en solitario en el que tiraba hacia un sonido más anclado en el pop-rock americano. A lo tonto si uno mira su carrera queda una evolución musical de lo más interesante desde el stoner rock inicial al hard-rock setentero hasta finalmente este sonido más suavizado. Por otro lado Firehead me consta que ha estado también muy activo y que tiene algunos discos en solitario, pero le he seguido menos.

A la hora de hablar de mis discos favoritos de la primera década del siglo XXI siempre solía incluir éste entre mis predilectos, y reescuchándolo hoy día, con más bagaje musical y conociendo bastantes más grandes obras de estas décadas, me alegra poder decir que lo mantengo. En mi mundo personal, un clásico reciente del género.