miércoles, 31 de julio de 2013

The Holiday Song


Pues eso, dejo reposar un poco este blog para tomarme un mes de descanso. Pásenlo bien hasta entonces.

viernes, 26 de julio de 2013

Los pseudo-Deep Purple de Rod Evans

Uno de mis anécdotas favoritas del rock es la de los falsos Deep Purple de Rod Evans.
Evans fue el primer cantante que tuvo el grupo en sus tres primeros discos hasta que él y el bajista Nick Simper fueron reemplazados por los miembros clásicos Ian Gillan y Roger Glover. Después de Purple, Evans grabó un par de discos de culto con la banda Captain Beyond y desapareció del mundo del rock. Paralelamente, Deep Purple sufrieron algunos cambios de formación que incluían a músicos que luego adquirirían un enorme prestigio (o que ya lo tenían) como el bajista Glen Hughes, el cantante David Coverdale y el guitarrista Tommy Bolin. No obstante, tras el Come and Taste Band (1975) el grupo se separó y todos sus miembros emprendieron diferentes proyectos por su cuenta. La segunda mitad de los 70 sería la única etapa de la carrera de Deep Purple en que el grupo permanecería oficialmente inactivo.


Rod Evans en sus inicios con el grupo

En aquel entonces la popularidad de la banda era enorme, y por ello había continuos rumores sobre un posible retorno, más basados en el deseo de los fans que en una realidad. Poniéndonos en ese contexto resulta lógico que cuando los fans vieron anunciado en 1980 un tour de Deep Purple lo recibieran entusiasmados como la noticia del año. El problema es que estos Deep Purple sólo incluían un miembro original: Rod Evans, el olvidado primer cantante del grupo.

Lo que sucedió fue que Evans recibió una propuesta de un manager especializado en organizar giras pseudofraudulentas en que se utilizaban nombres de grupos de prestigio sin tener casi ningún miembro original o clásico. En este caso se le ofreció la posibilidad de utilizar el nombre de Deep Purple para volver al mundo del rock a lo grande, Evans aceptó cometiendo el mayor error de su carrera. El que fuera su bajista en los primeros álbums del grupo, Nick Simper, fue más astuto y no quiso verse implicado. La banda la acabaron de completar cuatro músicos virtualmente desconocidos que el astuto manager ya había utilizado en su pseudogira de Steppenwolf (debe ser muy triste ganarse la vida tocando en formaciones falsas de grupos clásicos, ¿no creéis?).

Con esta maravillosa formación, Deep Purple empezaron un tour por América dispuestos a comerse el mundo. Claro, ahora imaginen, en la era pre-Internet, a los fans comprando entradas entusiasmados sin saber qué formación verían pero confiando en que hubiera algunos miembros clásicos: como mínimo Ritchie Blackmore y/o Jon Lord, y de cantante a Ian Gillan o a David Coverdale, que son los que todos recordaban. Y entonces salían estos tipos al escenario. La primera idea sería de que se trataba de otra banda telonera, pero entonces empezarían a interpretar una melodía que se parecía ligeramente a "Highway Star" y sus peores sospechas se harían realidad. Porque no es solo que fueran una banda de don nadies, sino que parece ser que eran tan malos que a menudo la gente ni reconocía las canciones. Como es lógico, los conciertos solían acabar con protestas del público, que lanzaba objetos al escenario al sentirse estafados.
El único documento que tenemos de esa gira es esta grabación de "Smoke on the Water" grabada en un concierto en México, que confirma nuestras peores sospechas:


Pregunta: Rod Evans, ¿qué te esperabas? En serio, no me entra en la cabeza cómo podía pensar en algún momento que eso podría salir bien, que la gente aplaudiría al ver a unos Deep Purple que solo incluían al oscuro cantante original. Tales fueron los problemas que surgían durante la gira que tuvieron que ponerle remedio de alguna forma, así que el manager decidió poner algunos anuncios para evitar malentendidos. El problema es que si ponías un anuncio especificando qué miembros había en la banda, no iría ni Dios porque nadie conocía ninguno de sus nombres. ¿Solución? Decir los miembros que NO estaban. El problema es que la lista era tan larga que el resultado ha acabado siendo lo que redondea esta anécdota llevándola al nivel Spinal Tap:


La idea de Evans de grabar un histórico nuevo disco no pudo llevarse a cabo. Los Purple originales intentaron disuadirles de seguir girando con ese nombre, pero al no conseguirlo les llevaron a juicio y ganaron. Evans no sólo sufrió esta humillación sino que perdió todos los derechos de autor que hasta ahora iba cobrando por sus tres primeros discos del grupo. Por avaricia el pobre se quedó sin nada. Desde entonces se ha retirado de la música y de la vida pública y no se sabe nada de él.

No puedo dejar de citar aquí dos páginas que me he encontrado cuando intentaba documentar esta anécdota y que contienen mucha información:



Me parecen impresionantes las citas de Rod Evans y los implicados en esos nuevos Deep Purple por el morro que le echan:

"We haven't really tried to get hold of Ritchie. Whether Ritchie gives his blessing or not is of no real consequence to me as my blessing to him forming Rainbow would be of no conse-quence to Ritchie. I mean, if he doesn't like it I'm sorry, but we're trying."
(Rod Evans, Sounds Magazine, August 1980) [me cuesta creer que le pueda echar tanta cara comparando su uso ilegítimo de un nombre de grupo que no le pertenece con Ritchie Blackmore formando Rainbow (¿?¿?)]

"Those two guys (R. Blackmore and R. Glover - ed.) – who are with a band called Rainbow – want to get back. They see a successful thing, and they want part of it. We’ve got a younger look. Those original guys would be 35 to 43 years old now. The band has been in hibernation for several years, and has reemerged."
(Ronald K., Los Angeles promoter, 1980) [no me extraña que Blackmore quisiera dejar los tours que hacía por entonces en grandes pabellones con Rainbow para unirse a estos Deep Purple tocando en clubs]

"(...our group) sounds exactly the same and looks exactly the same. In all respects we are the same product."
(Tony Flynn, Rolling Stone Magazine 1980) [....]

En todo caso, esta anécdota convierte a Evans en uno de los grandes perdedores del rock, ¡enhorabuena Rod!:

Soy un perdedor, I'm a loser baby, so why don't you kill me?

martes, 23 de julio de 2013

La carrera de Canned Heat en unos cuantos vídeos


A raíz de lo que comenté en otro post sobre la biografía que me he leído recientemente sobre Canned Heat, debo decir que es un lujo a día de hoy leer biografías como ésta teniendo Internet a nuestra disposición. La empecé a leer estando de viaje en Francia pero a la vuelta me faltó tiempo para buscar vídeos de Youtube de la etapa de Canned Heat de los 70, que no conocía y, aunque es claramente inferior, resulta muy curiosa.
De hecho Youtube permite hacer un pequeño repaso muy chulo a su carrera clásica:


Único vídeo que conozco de la primerísima etapa del grupo, pre-Fito de la Parra. Resulta curioso ver a su primer batería Frank Cook y, sobre todo, las pintas tan formales del grupo que cambiarían en solo un año. Aquí aún parecen unos respetables músicos de blues blanco. Ojo sobre todo a Bob Hite tan bien arreglado y un Alan Wilson más nerd que nunca.



Comparad ahora a los mismos tipos (menos el guitarrista Henry Vestine reemplazado por Harvey Mandel) dos años después. Pintas hippies y el sonido más sucio y auténtico de los Canned Heat clásicos. Yeah.


Atención, aquí se acabó la edad de oro y empieza la época más oscura con discos más olvidables. Alan Wilson se murió, y el guitarrista Harvey Mandel y el bajista Alan Wilson se fueron. A cambio vuelve Henry Vestine (aunque no se le ve en este vídeo), quien permanece unos cuantos años con el grupo. Aquí es donde ya se produce el cambio de sonido y perdemos a los Canned Heat clásicos.
Al bajo tenemos a un tal Tony de la Barreda, un colega de Fito, y a la guitarra a un tal Joel Scott Hill, quien iba de estrellita de rock y básicamente buscaba utilizar Canned Heat como vehículo de lucimiento propio. Ambos no duraron para el siguiente disco.
En este vídeo se puede ver el cambio de sonido: un tema más rockero y vulgar que no recuerda ni remotamente al boogie de los vídeos anteriores cantado por el figurita de Scott Hill. Mal asunto.


Tony y Joel se van, a cambio entran Richard Hite al bajo (hermano del Oso, como puede deducirse de su obvio parecido) y un tal James Shane, guitarrista menos estrella que el anterior y que a cambio aporta varias composiciones propias al grupo, algo que por entonces necesitaban desesperadamente. Buen cambio. En un intento de mejorar su sonido incluyen a un pianista y en formaciones posteriores mantendrían casi siempre a alguien a los teclados.
El resultado puede observarse con lujo de detalles en el directo de Montreux 1973, donde hicieron algunos temas con el bluesman Clarence Gatemouth Brown. En Youtube hay muchos vídeos del concierto pero yo he escogido "On the Road Again" porque comparándola con la versión clásica pueden verse mejor los cambios de sonido. El que reinterpreten tan libremente la canción no es algo raro, Canned Heat siempre hacían eso incluso en sus años mozos, lo interesante es el cómo. Se pierde ese sonido de blues tan pantanoso aún teniendo dos buenos guitarristas a bordo (uno de ellos el que la interpretaba originalmente) y se le añade un extraño solo de teclado. Está bien pero definitivamente nos alejamos cada vez más de los Canned Heat clásicos, ¿no creen?



Buf, la cosa se desvirtúa cada vez más. Se van los dos guitarristas y el pianista y entra más gente nueva (ya no tiene sentido ir mencionando nombres, no duran casi nada estas formaciones debido al caótico universo en que se movía la banda y su falta de éxito). Un último intento desesperado de ser molones: metamos más instrumentos, utilicemos acompañamientos de viento, somos los nuevos Canned Heat ultramolones, simpáticos y con un montón de músicos cojonudos acompañándonos. No, en realidad no molan, todos estos acompañamientos son un intento de esconder ciertas carencias internas bastante obvias. Si no fuera por la voz de Hite ni sabríamos que son ellos, solo salvo el bonito gorro de Fito de la Parra.

Los siguientes años fueron los más inciertos de la historia del grupo, sin casi actividad musical... hasta que a finales de la década les llegó un pequeño rayo de esperanza. Su ex-colega Larry Taylor está ahora con el bluesman Hollywood Fats, al cual le va razonablemente bien. Deciden aliarse ambas bandas con una formación que pasó a denominarse los Burger Brothers (juego de palabras con la película Blues Brothers que bromea sobre el hecho de que Bob y Hollywood Fats tenían cierto problema de sobrepeso debido a su adicción a las hamburguesas). El único vídeo que encontré de esta formación lo han quitado de Youtube, confío que lo suban de nuevo, a cambio hay varios audios de esa época. No me acaba de matar pero les revitalizó un poco y fue la formación que tocó en la celebración del 10º aniversario de Woodstock.

A partir de aquí entramos en la época más oscura y olvidada del grupo, por ello apenas hay vídeos visibles (y los pocos que hay desaparecen enseguida, gracias, seguro que esto ayuda mucho a la banda). Aquí ya es absurdo hablar de formaciones, ya que los músicos van y vienen y Canned Heat se convierten más en una banda de blues por la que pasan varios músicos coordinados por Fito de la Parra que otra cosa. Lo cual no es malo, pero sencillamente no puede hablarse de una banda propiamente dicha. He aquí algunos ejemplos de estos años más oscuros:








(ésta es la formación del primer concierto suyo que vi)

Y con esto acabo mis entradas especiales dedicadas a Canned Heat. Don't forget to boogie, amigos!

jueves, 18 de julio de 2013

Canned Heat - Living the Blues (el libro, no el disco)


Cuando me topé con este libro hace ya unos cuantos meses se me iluminaron los ojos. Una biografía de uno de mis grupos favoritos del cual además no hay mucha información por internet escrita por el único miembro de la banda que ha permanecido al pie del cañón prácticamente desde los inicios, ¿cómo resistirse a algo así?

Hace poco que lo he acabado y lo he disfrutado mucho. Desde luego es una lectura imprescindible para fans del grupo por toda la información que aporta, pero además es un libro muy ameno que combina información musical con anécdotas más jugosas de excesos, sexo y drogas. Algunas de las opiniones negativas que he leído atacan el hecho de que De La Parra da demasiados detalles sobre estos aspectos más morbosos, especialmente sus aventuras sexuales. Y sí, es cierto que el batería no se corta ni un pelo y que algunas anécdotas realmente no aportan mucho al no ser humorísticas ni especialmente curiosas, pero a mí personalmente tampoco me molesta y no se le puede reprochar que haya dejado de lado la música al centrarse en ese tipo de anécdotas, ya que no es para nada el caso (además, si realmente los excesos con drogas y las orgías con groupies formaban parte del universo Canned Heat es algo que también debe contarse, ¿no?).

Woodstock 69, su momento de mayor popularidad

El libro empieza narrando los inicios musicales de Fito de la Parra en algunas bandas musicales mexicanas hasta que se animó a cruzar la frontera lanzándose a la aventura. De esta parte me parece muy curioso leer cómo ya por entonces Fito despreciaba la música pop que se veía obligado a interpretar y se sentía mucho más interesado por el blues. De hecho Canned Heat son de las poquísimas bandas de la época que hablan de los Beatles de forma no muy halagadora. Por supuesto nunca hablan mal de ellos pero a diferencia de todos los contemporáneos que los elogiaban de una forma u otra, Fito dice que él no quería interpretar canciones de ellos cuando estaba en sus primeras bandas mexicanas y, más adelante, él y otros compañeros de Canned Heat ven como una mala señal que uno de los nuevos componentes de la banda sea fan de los Beatles en vez de adorar el blues arcaico.

Su entrada en Canned Heat fue sustituyendo al batería Frank Cook, con el que el grupo no estaba nada satisfecho. Un detalle que me cayó en gracia es cuando Fito va a la audición y se trae consigo algunos discos de blues (algo que según comenta hacía siempre para sugerir a la banda versiones a interpretar), gesto que no pudo imaginar que sería decisivo para su entrada en el grupo: tal y como le dijo el cantante Bob Hite, decidieron cogerle cuando le vieron traer esos discos de blues tan buenos, antes incluso de oírle tocar. Y es que no cabe olvidar que los dos grandes artífices del grupo, Bob Hite y Alan Wilson, eran expertos en blues con dos de las mejores colecciones de discos y rarezas que se podía tener en aquella época. De hecho antes de formar Canned Heat eran conocidos en el mundillo como coleccionistas y expertos.

Seguidamente viene el relato de la edad de oro del grupo, los únicos años de su larga carrera en que tuvieron éxito. Aquí Fito nos da detalles de la grabación de cada disco y de sus conciertos (junto a los consabidos excesos y locuras de rockstars). Un aspecto del grupo muy interesante es lo desorganizados que parece ser que eran, más dados a improvisar y dejarse llevar antes que planificar sus movimientos. Eso se notaba en sus conciertos, en los cuales no se dedicaban a hacer setlists basados en sus temas propios más populares, sino que iban interpretando libremente las versiones de blues que se les antojaban sobre la marcha - los directos que tenemos de esa época lo demuestran, están compuestos en gran parte por temas que no aparecían en los discos de estudio.


En lo que respecta a los discos, destaca mucho la faceta el que fueran un grupo tan "comunitario", casi una familia. Básicamente los miembros de la banda quedaban en casa de Bob Hite el Oso y se escuchaban sus discos mientras fumaban marihuana. Entonces cuando encontraban algún tema especialmente bueno trabajaban sobre él. La regla a seguir era la siguiente: si modificaban la canción lo suficiente para que acabara siendo una composición con vida propia, se la adjudicaban como suya, si consideraban que no se habían apartado lo suficiente del original, la firmaban como una versión. Ciertamente, Canned Heat jugaron bastante limpio en ese sentido, muchas de sus grandes canciones mantienen el autor original, y en el caso de algunas como "Let's Work Together" se esperaron un tiempo antes de sacarla para dar una oportunidad al autor de la versión original a ver si tenía éxito.
Algo de lo que el grupo se enorgullecía mucho es de haber conseguido el éxito haciendo blues puro y duro, sin venderse a las modas de la época. De hecho su condición de expertos en blues les permitió hacer llegar al gran público muchas composiciones que solo conocían los eruditos.


Tras la muerte de Alan Wilson en 1970 comienza la decadencia del grupo. De esta etapa de la banda apenas conocía información y ha sido muy instructivo leer lo que sucedió desde dentro: los continuos cambios de formación, el caos absoluto, la falta de una adecuada orientación musical, etc.

Uno de los detalles más interesantes del libro es ver cómo Fito de la Parra acabó asumiendo el liderazgo del grupo casi por eliminación. Inicialmente siempre se le consideró como la "mascota" del grupo, el chico nuevo, el mexicano que casi no sabía hablar inglés, de hecho Fito comenta con amargura cómo ni siquiera salía en la portada del primer disco en que participó. Musicalmente por supuesto era respetadísimo por sus compañeros y la banda en su mejor época era como una pequeña familia, pero él era el recién llegado. Con la muerte de Alan Wilson y la deserción de Larry Taylor y Henry Vestine, la banda quedó en manos del cantante Bob Hite el Oso, uno de sus principales líderes. No obstante, el ritmo de vida que llevaba Hite y su insensatez le acabaron pasando factura al grupo. Perdido en sus constantes excesos y adicciones, a mediados de los 70 Hite perdió el norte y sólo pensaba en divertirse. Fue entonces cuando Fito tuvo que asumir la responsabilidad de tomar las decisiones importantes del grupo para evitar que éste se autodestruyera. Hay un ejemplo muy significativo cuando antes de un concierto Fito exige que les paguen antes de tocar para evitar ser engañados de nuevo mientras que el Oso se despreocupa e insiste en salir a actuar ya.


En ese sentido, Canned Heat son uno de los ejemplos por excelencia de bandas que han seguido usando el mismo nombre pese a no contar casi con miembros clásicos en su formación. De hecho, sus cambios tan continuados de músicos hace difícil hablar de formaciones, pero a la práctica el único miembro estable en las últimas tres décadas ha sido Fito de la Parra. ¿Tiene sentido seguir llamándose Canned Heat sin sus dos líderes Alan Wilson y Bob Hite? En las formaciones en que reaparecían Larry Taylor y Henry Vestine eso estaba más justificado, pero éstos eran miembros clásicos que volvían al grupo esporádicamente.

Mi opinión al respecto es bastante clara: en general no doy importancia a que un grupo cambie su nombre o no, lo único que me importa es la música. Pero aún así, en el caso de Canned Heat y Fito de la Parra hay un detalle básico a tener en cuenta: Fito no volvió a formar el grupo años después con varios mercenarios buscando una reunión lucrativa, sino que de hecho siempre lo ha mantenido en activo. Aún encontrándose en un nivel de popularidad bajísimo, Fito siempre persistió en hacer que Canned Heat siguiera con vida. No se trataba de un negocio del que él se aprovechara, ya que con estas formaciones se pasó muchos años tocando en bares y clubs pequeños (¡e incluso en bases militares!). ¿Realmente haría esto si solo buscara lucrarse con el nombre de Canned Heat? Al contrario, cuando falleció Bob Hite hacía ya muchos años que Canned Heat habían tocado fondo a nivel comercial y de popularidad. Es por eso que creo que Fito merece todo el respeto del mundo dejando de lado si las formaciones que llevaba eran Canned Heat o no. Se lo ha currado durante décadas, podría haber dejado la música para buscar un negocio más lucrativo, para mí ha demostrado de sobras su fidelidad a la causa del boogie.

Canned Heat en una formación de finales de los 70 con el Oso en sus últimos años de vida

Un último aspecto a comentar del libro es que como autobiografía que es, se trata de una obra plenamente subjetiva. Eso le da algo más de calidez al escrito, pero en ocasiones creo que Fito se excede un poco a la hora de resaltar la popularidad y grandeza del grupo en su época... no pongo en duda que fueran una banda importantísima con mucho éxito, pero me sorprende que lo fueran tanto como él dice. En todo caso yo no estuve ahí y él sí, por tanto me inclino más a darle la razón, aunque sí que hay algunas afirmaciones en que sí se nota que le pierde un poco su fidelidad a la banda - por ejemplo, menciona que Grateful Dead siguieron teniendo éxito décadas después aún siendo ellos mejor banda gracias a que supieron montar una buena base de fans fieles (los Deadheads)... hombre, quizá habría que mencionar también que en los 70 siguieron sacando discos muy buenos mientras Canned Heat ya se contentaban con obras menores, y que sus directos de por entonces eran históricos mientras que la banda de Fito y Bob Hite iba muy perdida por la vida de caos y excesos que el propio Fito describe.
Donde no se corta ni un pelo y es de agradecer es en las quejas sobre cómo los músicos son sistemáticamente engañados por la industria y cómo no han cobrado buena parte de los ingresos que les corresponden por contratos injustos y engaños aprovechándose de su inocencia. No es nada que no sepamos, pero está bien leerlo en primera persona a un músico afectado al respecto.

Lo que sí a veces me parece poco apropiado es cierto tono de lamentación que se acaba haciendo muy pesado, leerle continuamente reprochando lo poco que se recuerda al grupo con lo que mucho que se lo merecen. Hay un capítulo en que habla de un día que se sentó a ver en casa un documental sobre John Lee Hooker y acabó llorando ante el televisor porque no mencionaban nada de su colaboración con Canned Heat, que fue decisiva para el músico. O la rabia que le daba que los críticos le menospreciaran como un miembro poco importante de la banda. Hombre, entiendo que estos detalles le decepcionen, pero debería estar un por encima de esto al formar parte de una leyenda del blues y el rock como Canned Heat. No es el tipo de actitud que espero de un músico de ese calibre.

En todo caso, un libro muy entretenido que hace justicia a una de las más grandes bandas de la historia del rock. Imprescindible para fans.

Formación actual

PD: me hizo gracia ver que en la web de Canned Heat, en la típica sección que recopila opiniones halagadoras del libro, hayan añadido ésta de la ex-mujer de Fito: "Repugnant!". Desde luego es un hombre con mucho sentido del humor.

domingo, 14 de julio de 2013

Alan Wilson


A la hora de hablar Canned Heat la imagen que le viene a la mayoría de gente a la cabeza.... bueno, en realidad a la mayoría de gente no le viene ninguna imagen a la cabeza porque no sabrán quienes son. Reformulándolo un poco: a la hora de hablar de Canned Heat la imagen que le viene a la mayoría de gente que conoce el grupo es el de uno de sus dos líderes: Bob Hite "el Oso". Es normal, un tipo de 150 kilos con una espesa barba tiende a ser más fácil de recordar que el resto de miembros del grupo, y si además es uno de los vocalistas, ya tiene asegurado el protagonismo de las cámaras.
Pero, sin ánimo de infravalorar el importante papel de Hite en el seno del grupo, creo que debe hacerse justicia con el otro líder de la banda - siempre teniendo en cuenta que Canned Heat era una banda donde se fomentaba la participación de todos, así que más que líder quizá habría que hablar de "artífice" -: Alan Wilson apodado Blind Owl.

De entrada un dato que debe ponernos de aviso sobre su importancia es el hecho de que la edad de oro de Canned Heat termina con la muerte de Wilson a los 27 años (¡sí, otro que murió a los 27!) en 1970. Por supuesto uno no puede saber si el grupo habría empezado a flojear igualmente estando Wilson aún con ellos, y de hecho también es cierto que por esa fecha perdieron a otros miembros clásicos que se fueron a trabajar con John Mayall, pero conociendo la importancia que tuvo Wilson en Canned Heat resulta inevitable hacer una asociación de causa-efecto y atribuir el notable bajón cualitativo en gran parte a su desaparición.


¿Quién es ese tal Alan Wilson y porque es tan poco conocido? De entrada la respuesta a la segunda pregunta viene marcada no solo por el hecho de que Canned Heat no era un grupo con estrellas carismáticas sino porque además Wilson era un tipo excesivamente tímido e introvertido, a quien no pareció sentarle bien el frenético modo de vida que va asociado a tener éxito en el mundo del rock. No obstante a pesar de eso (o quizá en parte por eso) es uno de los músicos hacia los que siento una debilidad personal y a los que tengo en muy alta estima.

Nuestro amigo Alan empezó interesándose muy joven por la música de la mano del jazz, pero cuando descubrió el blues se enamoró perdidamente de este género de por vida y empezó a aprender a tocar la armónica y la guitarra de forma autodidacta. Wilson empezó a sentir interés por el blues en una época en que estaba siendo revalorizado y de hecho antes de participar en Canned Heat él fue miembro activo de este movimiento. En concreto ayudó al redescubrimiento del mítico bluesman Son House, desaparecido de la escena musical durante décadas. Como anécdota, House no recordaba cómo tocar sus propias canciones ya que hacía muchos años que no las interpretaba y fue Wilson el que le enseñó a hacerlo. De hecho Wilson aparece como músico de sesión en las grabaciones que se le hicieron a Son House en los 60 acompañándole a la armónica y la guitarra (y, recordemos, esto era antes de tocar en Canned Heat y ser famoso).

El germen de Canned Heat nació cuando Alan conoció a Bob Hite "el Oso", por entonces uno de los mayores coleccionistas de blues del mundo. Obviamente, cuando esos dos expertos en blues se conocieron tuvieron mucho de qué hablar aún teniendo caracteres opuestos (Alan era introvertido y callado, Bob Hite era extrovertido y buscando siempre fiesta), y pronto eso desembocó en la formación de una banda de blues-rock en que ambos se repartían las tareas vocales.


Los primeros singles de éxito de Canned Heat serían ambos obra de Alan: "On The Road Again" y "Going Up The Country", que consiguieron dar a la banda un éxito inesperado. Dentro del seno del grupo, Wilson era el que contribuía con las canciones más experimentales que se salían a menudo de los parámetros del blues, y es que aparte de ser un fanático de ese género también estaba muy interesado en otros tipos de música. Algunos ejemplos de lo que digo son la psicodélica "Change My Ways" o "My Time Ain't Long", canciones que el resto del grupo, pese a ser grandes músicos, jamás podrían haber compuesto. De hecho, una vez desaparecido Alan, Canned Heat se convirtió en un grupo terriblemente previsible.

Así pues Alan era uno de los principales miembros de uno de los grandes grupos de la época, pero por desgracia a nivel personal él era una persona demasiado difícil como para disfrutar de eso. Su carácter introvertido le impidió disfrutar del estilo de vida de una estrella de rock. Las juergas rockeras no eran lo suyo y además era absolutamente incapaz de interactuar con el sexo contrario. En el escenario a menudo se refugiaba al fondo por timidez dejando el protagonismo al resto, lo cual era problemático puesto que él era uno de los cantantes y guitarristas y por tanto uno de los elementos en que más se fijaría el público. En alguna ocasión decidió abandonar la banda, pero acabó volviendo al darse cuenta de que no podía vivir sin ellos.

La otra gran pasión de Alan aparte del blues era la ecología. Antes de que el movimiento ecologista eclosionara, Wilson era un apasionado del medio ambiente preocupadísimo por el futuro del planeta. Solía pasarse horas leyendo libros de botánica y recogiendo muestras de plantas mientras sus compañeros de grupo se divertían con groupies, y siempre que podía dormía al aire libre para estar en contacto con la naturaleza (curiosidad: solía evitar dormir en camas, prefería un saco de dormir en el suelo incluso si estaba en una habitación de hotel). Su preocupación por la forma como el ser humano estaba destruyendo el planeta era legítima y le causaba profundas depresiones, un ejemplo es la triste letra de "Poor Moon".



Fito de la Parra le dedica a Alan un capítulo entero de su autobiografía Living The Blues que está lleno de ternura hacia su antiguo compañero. De La Parra nos cuenta algunas anécdotas que definen el carácter de Wilson, como su tendencia a escaparse en los aeropuertos a observar la vegetación de la zona con el peligro de perder el vuelo por su culpa, o su terrible falta de higiene que hacía difícil compartir habitación con él. La sensación que da es que Wilson era un tipo que vivía inmerso en su mundo propio centrado en el blues y en la ecología, y eso le hacía ser una persona asocial que no sabía mantenerse en contacto con el resto de gente. Ese era el precio a pagar a cambio de ser un hombre completamente abocado a ambos ámbitos (parece ser que también entendía mucho de botánica y que tenía una enorme colección de hojas de diferentes tipos de plantas).

Wilson estaba continuamente frustrado al ser incapaz de mantener relaciones sociales como la gente normal, sobre todo con chicas. No podemos culpar al sexo femenino: un músico de blues no muy agraciado, con tendencia a no ducharse, obsesionado con la naturaleza y con unas gafas antiestétitcas (su apodo viene del hecho de que estaba miope perdido, aunque en muchas actuaciones tocaba sin ellas).... no era desde luego un ejemplo muy atrayente de hombre. Pero eso a Alan no le sentaba nada bien, era el típico caso de solitario que a su vez se lamenta de serlo, y del que además algunas personas se aprovechaban basándose en su inocencia en este terreno (léase la letra de "London Blues" sobre una mujer que fingió interés por él para sonsacar una cena gratis para ella y sus amigos). Muchas de sus letras reflejan ese estado triste y melancólico que paradójicamente encajaba tan bien en el universo del blues.

Esa inestabilidad emocional le llevó a tener ciertas tendencias suicidas que un psiquiatra intentó remediar mediante antidepresivos. Craso error. Una mañana, Canned Heat estaban en el aeropuerto para dirigirse a un concierto en Europa cuando vieron que Alan no se presentaba. Supusieron que de nuevo estaría en su mundo y se embarcaron al viejo continente sin él porque no podían perderse el concierto. Al llegar ahí recibieron de su manager la nefasta noticia: lo encontró muerto en un rincón en que solía quedarse a dormir, en un bosque detrás de la casa del cantante Bob Hite. La causa fue una sobredosis de pastillas. Hoy en día sigue sin estar claro si fue un accidente o un suicidio, ambas posibilidades tienen muchos puntos y supongo que nunca lo sabremos seguro.



La muerte de Alan fue un golpe mortal que marcó el final de la edad de oro del grupo. Poco después saldría a la venta el último disco grabado por Alan: la colaboración con John Lee Hooker Hooker N' Heat. El mítico bluesman había alabado a Wilson diciendo que era el mejor armonicista que había conocido y que se sabía mejor sus canciones y su forma de tocar que él mismo (Hooker era un músico de blues difícil de seguir, así que no tenía poco mérito). Por desgracia su carrera se quedó ahí dejándonos sin uno de los mejores músicos de blues-rock que ha habido.

Nunca será tan recordado como otros miembros del club "muertos a los 27" al no tener tanto carisma, pero para mí está a la altura de ellos. Un músico lleno de talento y muy especial.

miércoles, 10 de julio de 2013

Crosby Stills & Nash - Festival Jardins de Pedralbes, Barcelona (8 de Julio 2013)


Hacía ya años que mi lista de grupos/artistas a los que más ganas tenía de ver en directo estaba encabezada por Crosby, Stills & Nash, y de hecho el 2010 estuve a punto de viajar a Roma a verles al comprobar que no había forma de que se dejaran caer por nuestro país (su anterior visita fue en Barcelona el 2005, pero no me hice fan de ellos hasta un año después, lo cual fue un desgraciado ejemplo de descubrimiento tardío de un grupo). Pero por fin la suerte me sonrió y se anunció un concierto de la superbanda para Julio de este año en Barcelona. La mala noticia es que no fue en el Poble Espanyol como muchos supusimos, sino en un nuevo festival ubicado en los Jardines de Pedralbes. Esa ubicación y el hecho de que la promotora fuera la misma que el Festival de los Jardines de Cap Roig nos hizo esperar lo peor, es decir, precios desorbitados en un evento orientado específicamente al público de clase alta. Y no nos equivocamos, pero como era el concierto que más ganas tenía de ver desde hace años decidí tirar la casa por la ventana por una vez en la vida y comprar las entradas de primera fila a 120 dolorosos euros. En fin, me planteé ir al extranjero a verles y eso me habría salido más caro.

Una vez ahí efectivamente confirmamos que el festival no se hizo para gente como nosotros: puestos de comida que ofrecían sushi y cava, hot dogs a 6 euros y un montón de folletos promocionando sorteos o descuentos en coches. El público era una curiosa y variopinta mezcla entre personas como nosotros con aspecto de gente que va a un concierto de rock (es decir, vestidos informalmente o con camisetas de un grupo) junto a otros que parecía que iban a una boda. Un choque cultural entre la gente que iba por ser seguidores del grupo y los que acudían como acontecimiento social "chic" de la temporada y podían permitirse gastar 100 euros en una banda que les era algo indiferente. En el concierto ese choque se hizo más patente con el contraste entre los que aplaudían entusiasmados y gritaban emocionados entre temas y los que aplaudían cortesmente sin demasiados aspavientos - algunos de los cuales se fueron antes del final del concierto. Resulta algo triste que muchos de esos auténticos se vieran relegados a las gradas más lejanas (y asequibles económicamente) mientras que en las primeras filas hubiera mucha gente que obviamente no mostraba un excesivo interés en el concierto, pero por suerte en la primera fila éramos todos fans y no nos sentimos por tanto fuera de lugar.


Finalmente, a las 10 de la noche, tras utilizar una versión instrumental del "A Day in the Life" de los Beatles como introducción, Crosby, Stills & Nash junto a los 5 músicos que les acompañan llegaron al escenario. La banda incluía dos teclistas (uno de ellos hijo de Crosby, y no, no llevaba un bigote como el de su padre) y varios viejos conocidos: el batería es el que llevan Crosby y Nash consigo, el guitarrista ha colaborado con Stills y el bajista lo han tomado prestado de la banda de Jackson Browne (con el cual hicieron un bis en el concierto que dieron en Barcelona el 2005).

Empezaron a lo grande, sin miramientos, con una de sus mejores canciones, "Carry On", y empalmaron con la maravillosa "Military Madness" de esa joya que es el debut en solitario de Graham Nash. Con este segundo tema estuve a punto de soltar alguna lágrima de emoción, algo que hacía años que no me sucedía, y es que estos tres tipos han sido muy muy especiales para mí y esta canción me cala demasiado hondo, por momentos mientras la cantaba no podía evitar pensar que por fin les estaba viendo, ahí, a tres metros de mí. Seguidamente cerraron este inicio con "Long Time Gone", que contó con un Crosby pletórico.

Así como en sus años mozos la banda era famosa por sus violentas discusiones provocadas por el choque de egos, hoy día parecen estar en armonía tras haber encontrado una forma equilibrada de convivir - y, por qué no decirlo, tras darse cuenta de que se necesitan mutuamente, ya que no funcionan igual de bien por separado. El procedimiento es el mismo que en los directos de los 70: cada uno de ellos tiene una tercera parte del setlist para gestionar sus composiciones como más le plazca, y a partir de aquí cada uno va tocando un tema propio ordenadamente a su turno.

También resulta claramente patente la división de personalidades que hay en el grupo, que es la misma que ya había en los 70: por un lado Crosby y Nash, por el otro Stills. No es que Stephen Stills no se hable con sus dos compañeros, pero se nota que él va más por libre, mientras que Graham y David intercambian bromas continuamente ("cada vez que me levanto del teclado antes de tiempo, he de pagarle 10 dólares") e interpretan juntos bastantes temas sin el apoyo de Stills. Esta división también se corresponde con una clara separación musical: el gran fuerte de Crosby y Nash son sus melodías vocales, que mantienen sorprendentemente intactas, mientras que el de Stills son sus dotes de guitarrista, que siempre han sido muy superiores a las de sus compañeros. De esta forma, cada uno de ellos interpreta su rol sin pisar al resto: Nash es el encantador músico de origen británico encargado de hacer de maestro de ceremonias y comunicarse con el público, Stills es el músico en mayúsculas relegado en la sombra y que nos sorprende repentinamente con sus increíbles solos de guitarra, y Crosby... bueno, Crosby simplemente hace de Crosby (quienes conozcan al grupo sabrán lo que quiero decir).
Cada uno de ellos tiene talento y composiciones propias como para sostener un concierto por sí solo, pero uniendo sus fuerzas surge la magia: ¡Crosby Stills & Nash! No sabría destacar a uno por encima del resto, los tres tuvieron grandes momentos inolvidables. Nash me ofreció las dos canciones más emotivas del concierto con esa sensibilidad pop tan especial. Crosby es quizá quien tiene más números de haber sido el favorito de la noche con sus números en solitario, sus charlas tan divertidas y esa voz que tan bien conserva. En cuanto a Stills, se hace raro viéndole en un papel más secundario sin apenas comunicarse con el público y escondiéndose al fondo del escenario en varias ocasiones. ¿Qué fue del Stills de los 60 y 70 que se quería erigir como líder del grupo y que tenía un ego desmesurado? Seguramente desapareció cuando su carrera se vino abajo y en su lugar ha quedado el músico, pero un músico prodigioso a reivindicar siempre que se pueda.


El concierto duró tres horas con una pausa de veinte minutos y un bis, y pese a eso me pasó volando. El setlist picoteaba inteligentemente de los clásicos intachables del grupo junto a otros temas de sus carreras en solitario y alguna composición nueva. De los discos de Crosby Stills & Nash posteriores a los dos primeros sólo cayeron tres composiciones: la inevitable (por desgracia) "Southern Cross"  con esos aromas ochenteros, y dos temas de Nash pertenecientes al CSN (1977), "Just a Song Before I Go" (aunque es el gran clásico del disco nunca me entusiasmó) y una impresionante "Cathedral" que mantuvo toda la fuerza de la versión en estudio.

Sobre los tres temas nuevos que sonaron, el de Crosby no estaba mal y mantenía su estilo propio, pero imagino que la pulida e impersonal producción de estudio lo convertirá en un tema acústico frío e insípido. En cambio los otros dos, de Nash, salen bastante peor parados, con un sonido algo hortera que no les hace ningún bien aún cuando su contenido tiene buenas intenciones de crítica social (no faltó un pequeño discursito sobre el tema y alguna broma más ligera en que hablaban de lo mal que está su país).


Del primer tramo del concierto destaco, además del inicio, una conmovedora "Our House" coreada por todos los asistentes (en mi opinión es una de las canciones más bonitas y especiales del pop) que me moría de ganas de oír, una versión pletórica de "Déjà Vu" con un final en que cada miembro de la banda improvisaba un pequeño solo con su instrumento (en el caso de Nash con la armónica) y, una grata sorpresa, "Bluebird" de Buffalo Springfield, una canción que nunca me ha entusiasmado pero que Stills bordó literalmente con el mejor solo de guitarra de la noche. Como ven he escogido una de cada uno de ellos, y no está hecho a propósito, realmente el protagonismo estaba bastante bien repartido entre ellos.


Ouuuur house, is a very very fine house....

El segundo tramo de nuevo abrió con dos temas destinados a encandilar a todo el público: "Helplessly Hoping" (canción que por algún motivo suelen tocar en formato eléctrico aún siendo acústica en el disco) y el clásico "Teach Your Children" coreado por todos los presentes.

Seguidamente, Crosby y Nash se quedaron solos en el escenario y Crosby acaparó un poco de protagonismo por unos instantes. Cabe decir que nuestro bigotudo amigo es un tipo realmente carismático, que sabe tratar con el público y que solo con su presencia consigue que la mirada de uno no se aparte de él. Por ejemplo, en cierto punto del concierto alguién gritó "¡¡Déjà Vu!!" y Crosby respondió "¡Badabú!", provocando las risas de los presentes y añadiendo a continuación que no entendía lo que gritaban y que de todos modos la gente que grita le trae recuerdos de la cárcel. Volviendo a ese punto del concierto, hizo un pequeño discurso sobre cómo el mundo seguía gobernado por gente corrupta y adinerada y que por ese motivo siguen interpretando el tema que venía a continuación, "What Are Their Names", de su debut en solitario. Lo cantaron él y Nash totalmente a cappella (gracias a Dios el público mantuvo un silencio sepulcral), y fue un momento de pelos de punta en que demostraron lo bien que siguen sonando sus voces.


A continuación otro momento intimista, "Guinnevere" dedicada a su mujer, de nuevo interpretada solo por ellos dos. Para cerrar ese tramo Crosby del concierto, éste explicó mientras la banda volvía al escenario que las canciones a veces cambian con el tiempo como las personas, y que el siguiente tema empezó de forma acústica hasta que se encontró con su hijo y no volvió a ser el mismo. Al principio me costó mucho reconocer cual era, pero en el estribillo lo cacé, era "Triad", su oda al menage à trois que los Byrds le censuraron y que solía interpretar él solo en acústico. Sonaba muy curioso en formato eléctrico, prácticamente irreconocible salvo el estribillo, pero debo decir que me gustó el experimento (y, por otro lado, me agrada que a estas alturas sigan reinterpretando sus viejas canciones... siempre que los resultados sean buenos, claro).


Mientras tanto, ¿qué ha sido de Stills? El bueno de Stills como dije se mantenía en un segundo término, yéndose incluso en algunos temas de Crosby y Nash a descansar a un lateral del escenario, pero siempre que el tema requería de un solo de guitarra, volvía a situarse al borde del escenario deslumbrándonos con sus dotes musicales. En ese instante tuvo su momento de protagonismo sin la presencia de sus dos compañeros y eligió interpretar "Treetop Flyer" de un disco suyo de los 90. No me pareció una gran elección, pues aunque no era mal tema y su interpretación vocal fue muy buena, me parecía que no terminaba de despegar. Peor aún fue saber posteriormente que el siguiente tema iba a ser "For What It's Worth" de Buffalo Springfield, pero lo dejó de lado,

Estuvo mucho mejor en cambio en la recta final, en que enlazaron tres grandes temas que además interpretaron magníficamente. De hecho cada uno estuvo tan bien llevado que yo me pensaba que de cada una me pensaba que era la canción con la que iban a cerrar, pero para mi sorpresa me equivoqué en las dos primeras ocasiones. Empezaron este tramo final con el gran clásico de Stills en solitario, "Love the One You're With", le siguió "Almost Cut My Hair" con un Crosby pletórico al micrófono, y cerraron con una soberbia "Wooden Ships". Sin ser una de mis favoritas del grupo, la interpretación del tema fue espectacular, la mejor de la noche, y eso que Stills no cantó sus partes (lo hizo Nash por él) debido a sus limitaciones vocales.



Tras abandonar el escenario, volvieron a hacer el bis de rigor, con todo el público ya arremolinado alrededor del escenario (¡y yo consiguiendo por pura suerte una púa de Stills!) y Nash llamándonos locos por seguir queriendo oír música mientras Crosby hacía el gesto de que era hora de irse a dormir. El tema escogido fue para mi sorpresa, "Suite: Judy Blue Eyes", un tema que tenía entendido que casi nunca tocan hoy en día y que fue un cierre perfecto, de esos que te dejan con una sonrisa en la boca de camino a casa.


El repertorio obviamente no fue perfecto pero cuando tocas dos horas y tres cuartos los errores se pueden obviar con más facilidad. Aunque algunos temas no me mataron del todo, a cambio tocaron las canciones imprescindibles del Déjà Vu, la mitad de su debut, y tras algo así es más fácil olvidar las omisiones.
¿Temas que faltaron? De los clásicos y objetivamente imprescindibles, sin duda faltaba "Pre-Road Downs", que fue la que más eché en falta de las que eran probables que cayeran. Y es que aunque el setlist está lleno de grandes canciones, aún faltaban ésa y otras como "Marrakech Express""Woodstock" "You Don't Have To Cry", lo cual demuestra que sus dos primeros discos son sobrenaturales.
Entrando en sus carreras en solitario, personalmente nunca me ha vuelto loco "Chicago" de Nash - aunque reconozco que ganó mucho -, y en su lugar hubiera elegido otra de su debut como "Man in the Mirror" "Better Days". Sobre Crosby me parece de lamentar que no caiga algún tema más de su especialísimo debut en solitario. Y en cuanto al amigo Stills, el tema que escogió no estaba mal, ¡pero los fans queremos temas de Manassas!

De todos modos, de las veces que tuve la oportunidad de verles, este setlist es mi favorito de los tres (en Roma faltó "Carry On" y en Barcelona en 2005 "Our House", y ambas son imprescindibles para mí) y creo que ante esta lista de temazos uno no puede quejarse más allá de hacer algunas puntualizaciones.

En todo caso, es una suerte que tres músicos tan buenos que han hecho música tan especial sigan en activo y que se mantengan tan en forma. Uno de los conciertos de mi vida.

sábado, 6 de julio de 2013

The Faces - Tood Bad

A menudo sucede que repentinamente un día te fijas en una canción que ya conocías de un disco que tenías más que escuchado... y te das cuenta ahora de lo genial que es. Esa es una de las cosas que más me gustan de reescuchar viejos discos, el conectar repentinamente y sin ningún motivo especial con un tema que ya conocías. Ese clic inesperado y sin motivo alguno.

Bien, esta vez me ha sucedido con "Too Bad" de los Faces de su disco A Nod Is As Good AS A Wink... To A Blind Horse. Hace muchos años que tengo este disco y ya conocía este tema, que lo tenía mentalmente clasificado como una composición cojonuda, pero ahora me tiene enganchadísimo. Además es un tema que representa a la perfección el espíritu de los Faces, por estilo y por su divertidísima letra que comulga totalmente con el tono juerguista de la banda:

Too bad we were thrown downstairs; 
We never got a chance to sing.
We were quite polite with one invite 
To keep us off the streeet. 
We mingled for a minute or two 
With the high class clientele.
Then somebody said "who invited them,
that crowd of refugees. Get out!" 

What an insult, to be shown the door 
Before we could shake a leg. 
I was most intrigued by the colored queen 
leaning on the kitchen door.
Then I was ushered with my friends 
by the butler who was twelve feet tall.
Well let me please explain 
'Cause we're not to blame 
We just don't have the right accent. No, no 

All we wanted to do was to socialize 
Oh, you know its a shame I was always getting the blame 
All we wanted to do was to socialize 
Oh, you know its a shame how we always get the blame 

Sweaty girls and damp motels 
is where I'm gonna stay. 
'Cause now I see what it's all about, 
I didn't have the old school tie.
Don't worry, we had no fun waiting 
for the all night bus home.
Too bad my regional tongue 
Gave us away again.