viernes, 20 de diciembre de 2013

sábado, 14 de diciembre de 2013

El esperadísimo post sobre grunge



Obviamente no voy a ponerme a hablar del grunge, no entiendo lo suficiente del género ni tengo una visión del género especialmente interesante que aportar, así que simplemente aportaré una mega-entrada sobre lo que significó eso género para mí a nivel personal. Que para algo es mi blog personal, ¿saben?

Durante muchos años cuando debía explicar mis preferencias musicales siempre decía "el rock clásico/setentero Y el grunge". A día de hoy me he quedado en lo primero y el grunge ha pasado a ser un estilo musical que sigo respetando pero que no escucho casi nunca, soy el primero en lamentarlo pero es así. No obstante en mi adolescencia fue importantísimo, y eso que partía del inconveniente de que no viví el movimiento en su época y por tanto no conocía a nadie del instituto o grupo de amigos que conociera esas bandas, salvo alguno suelto que tenía un hermano mayor a quien sí le pilló.

Mi primer encuentro con el género fue, cómo no, a través de Nirvana. El motivo fue de los más simple, en aquella época sin apenas referentes musicales que me guiaran me aferraba a cualquier cosa, y en algún sitio leí una lista de mejores discos por décadas que fue una primera guía durante muchos años (aún a día de hoy recuerdo cuales salían). Y obviamente el puesto 1 de los 90 era el Nevermind con esa portada tan chula.



Yo era un atractivo y popular joven que... bueno, un joven a secas que buscaba cosas nuevas como loco, estaba en plena efervescencia musical, descubriendo géneros nuevos y estilos que no conocía, y aunque ya existía el internet, la descarga de música aún era canción a canción (al menos en mi casa con nuestro adorado módem de 56k) y me encantaba comprar o pedir de regalo discos a ciegas. Eso fue lo que hice con el Nevermind, lo compré a ciegas sólo conociendo el famoso single, que había descargado previamente para ver de qué iba eso y que pasó mi aprobación.

Es curioso cómo uno puede evocar años después ciertas sensaciones asociadas por ejemplo a un disco, pero luego no ser capaz de las que te provocó otro comprado hace un mes. Yo aún me acuerdo de las que me provocó abrir la caja del Nevermind por primera vez, de hecho recuerdo perfectamente las dos fotos que hay del grupo en su interior y de las ideas que me venían en la cabeza al verles... no sabría describirlas, porque son más bien sensaciones inconcretas pero que aún puedo evocar.
El caso es que el disco me impresionó. Era mi primer contacto con el mundo del rock alternativo, con ese tipo de sonido. Una de las primeras cosas que pensé era cuántos grupos actuales que me sonaba de haber oído en la televisión se parecían a estos tipos, de ahí seguramente su importancia. La verdad es que era el disco ideal para entrar en ese género, porque tenía ese sonido tan chulo que me atrajo al instante pero aderezado con composiciones muy accesibles y pegadizas. Entraba al instante.

Durante unos cuantos años, Nirvana lo fueron todo para mí. Obviamente mis bandas anteriores como Queen o Pink Floyd seguían ocupando los puestos principales de mi top personal, pero con Nirvana tuve una conexión muy especial que iba más allá de la música. Lejos de idolatrar a Kurt Cobain como una especie de mártir del rock alternativo, le adoraba por todo lo contrario, porque me sentía plenamente identificado con él. Quiero decir, yo veía a gente como Freddie Mercury, Jimmy Page o David Bowie y para mí eran estrellas que vivían en otro mundo, con carisma y que parecian haber nacido para ello. El tal Kurt Cobain en cambio parecía un chico algo desubicado por tanta fama repentina, depresivo, que se vestía mal y que se burlaba de algunos tópicos del rock como el machismo que va asociado al género. Puede que para mí Freddie fuera el mejor, pero Kurt Cobain era mucho más cercano a mí, y por ello mi primer y más usado nick de Internet así como mi primera cuenta de email utilizaban el nombre del líder de Nirvana.

A partir de aquí mi relación con el grunge fue fortaleciéndose con la ayuda de algunas webs y foros que seguía por entonces en que se hablaba mucho del tema y que me servían para orientarme sobre los discos y grupos más míticos. Después del boom Nirvana (que se fortaleció con la adquisición del In Utero ya en mi penúltimo año de instituto y sin sospechar que en cuatro años Nirvana pasarían de ser mis bandas favoritas a acabar en el cajón de los grupos olvidados), descubrí a Soundgarden con el magnífico Superunknown que conseguí por la biblioteca. El disco me fascinó al instante y se volvió uno de mis favoritos del género - de hecho con el tiempo se convirtió en mi favorito del grunge y de la década, con permiso del Ritual de lo Habitual. No obstante mi relación con ellos no fue tan fructífera como esperaba. Su otra gran obra, Badmotorfinger se me hacía terriblemente espesa y luego no seguí probando con más discos suyos.

Mi canción favorita de ellos es "Head Down", que extrañamente no suele mencionarse, pero a mí me encanta.

Más limitada fue aún mi relación con Alice in Chains. Me compré el Dirt junto al debut de la Velvet conociendo sólo una canción que me gustaba mucho ("Sickman"). No me gustó, no conseguía digerir ese disco, y durante mucho tiempo lo tuve olvidado pero al final un día repentinamente conecté y fue uno de mis álbums favoritos del género. No obstante, mi lentitud para ir consumiendo discos y explorar discografías hizo que nunca llegara a profundizar más allá, quedándome siempre con la incógnita de qué me habrían parecido sus otros álbums. Hoy día nunca los escucho así que sería absurdo darles una escucha.

Mejor suerte tuvieron los otros tres grupos que conocí del género. Pearl Jam eran el que me faltaba de los cuatro grandes, y como de costumbre el Ten al principio me costaba (aunque esto es más común, a causa de su producción) y finalmente le pillé el punto. Con ellos sí que profundicé adquiriendo sus dos siguientes discos e incluso les vi en directo en Badalona el 2006. Fue un concierto fantástico, que además me llegó justo a tiempo: solo un par de años después el grupo ya habría dejado de interesarme y no lo disfrutaría igual. Pese a que hoy día me dan pereza, siento un gran respeto por ellos, por ser uno de los pocos grupos de rock actuales que pueden llenar grandes recintos manteniendo su estilo (otra cosa es la opinión que me merezcan sus últimos álbums, pero al menos siguen sonando a ellos). Durante un tiempo de hecho los consideré los mejores de la hornada grunge, pero ahora no estoy tan seguro... apenas rescato sus álbums (aún pareciéndome buenos) y sus nuevos discos me dan una pereza inmensa, que no mejora mucho cuando los tanteo por encima por curiosidad. En el fondo envidio a sus fans que siguen disfrutando sus nuevas obras.


Los dos que me quedan son curiosamente dos de las bandas secundarias del movimiento y, al mismo tiempo, mis favoritas a día de hoy y las únicas que puedo rescatar con cierta frecuencia: Mudhoney y Screaming Trees. Ambos fueron considerados como los "perdedores" del movimiento, los grandes grupos que no alcanzaron el éxito de sus compañeros más allá de un puntual reconocimiento en pleno auge del rock alternativo.

Si tuviera que describir el grunge en un disco elegiría el Superfuzz Bigmuff Plus Early Singles (1988) de Mudhoney. A día de hoy es mi disco favorito del grunge y uno de mis predilectos de los 80-90. Sencillamente me encanta, y es extraño porque el sonido que tiene no concuerda especialmente con el resto de mis gustos, pero realmente me parece impresionante, es de esos CDs en que todas y cada una de las canciones son geniales, así que no perderé el tiempo enumerándolas.
Su siguiente disco homónimo me supo a poco al lado de éste pero con el tiempo lo fui apreciando como otro disco excelente. Desafortunadamente lo que vino luego sí que pega un bajón sustancial, son álbums agradables de escuchar pero sin el ramalazo de inspiración de los primeros. No obstante son de los pocos grupos que han seguido en activo todos estos años y el concierto en que les vi hace unos años fue muy divertido.

Y por último están los Screaming Trees, grupo más conocido hoy día por ser la primera banda de Mark Lanegan, aunque musicalmente no tienen nada que ver y de hecho tengo entendido que Lanegan únicamente aportaba su carismática voz (que no es poco), y que la música es tema del resto. En sus inicios tenían un toque psicodélico-garagero muy curioso, pero sus dos discos que han pasado a la posteridad son los últimos que hicieron ya desmarcándose un poco de ese estilo: Sweet Oblivion (1992) y Dust (1996). Junto a los dos primeros de Mudhoney son lo que más rescato de la hornada grunge, con la diferencia de que en este caso es comprensible, ya que tienen un sonido más clásico y setentero que casa con mis gustos. Si a eso le sumamos que las canciones son extraordinarias, voilà!
El Dust de hecho fue uno de los discos por excelencia de mis años adolescentes, época en que lo consideraba sin titubear uno de mis álbums más predilectos y que me trae muchos recuerdos de esa época. Cómo pasa el tiempo....


En fin, qué mejor forma de cerrar este tocho que con un par de tops, de discos y de canciones grunge a día de hoy, here we go:

1- Mudhoney - Superfuzz Bigmuff plus Early Singles (1988)
2- Screaming Trees - Dust (1996)
3- Soundgarden - Superunknown (1994)
4- Screaming Trees - Sweet Oblivion (1992)
5- Nirvana - Nevermind (1991)

Y éste sin seguir ningún orden, según se me ocurren:

1- Mudhoney - In 'N' Out of Grace
2- Screaming Trees - Sworn and Broken
3- Nirvana - Pennyroyal Tea
4- Pearl Jam - Black
5- Soundgarden - Head Down
6- Mudhoney - Here Comes Sickness
7- Screaming Trees - No One Knows
8- Nirvana - About Girl
9- Soundgarden - Just Like Suicide
10- Screaming Trees - Butterfly

Por muy típico que sea, este es el tema con el que empecé...

lunes, 9 de diciembre de 2013

¿La mejor canción del mundo?

No, pero a veces me lo parece:


miércoles, 4 de diciembre de 2013

Bizarrada del día: Rick Wakeman - Piano Vibrations (1971)


Me encanta sumergirme en Internet leyendo cosas sobre músicos que me gustan y perderme entre datos irrelevantes y hechos surrealistas. De vez en cuando uno se encuentra curiosidades bizarrísimas que merece la pena compartir como es el caso de este álbum de Rick Wakeman, el prestigioso teclista que deslumbraría al mundo con sus discos en solitario de rock progresivo y su participación en Yes.

Ojo al dato: cuando era un músico poco conocido y hacía trabajos de músico de sesión (entre otros discos de la época podéis encontrarle en el Hunky Dory de Bowie) le llamaron un día para que tocara el piano para unas canciones que más adelante grabaría un cantante desconocido. Wakeman vino, grabó la parte de piano y se fue. Poco después empezó a tener éxito con la banda Strawbs y un día se encontró con que la discográfica había cogido sus interpretaciones de piano de aquella sesión y las había sacado a la venta, obviamente sin consentimiento de Wakeman, a quien le dieron 9 libras por su trabajo.

Vamos, un ejemplo de lo carroñeras que son las discográficas, porque literalmente es un disco sin sentido, son versiones de otros músicos, obviamente muy bien interpretadas al piano pero que se nota que están incompletas y que de todos modos no aportan absolutamente nada. Aquí tenéis dos temazos como "Take Me to the Pilot" de Elton John y "Delta Lady" de Leon Russell:



Curioso pero cierto, cuántos discos así habrá ocultos en las discografías de grandes músicos....