sábado, 31 de mayo de 2014

loudQUIETloud: A Film About the Pixies (2006)


No tenía previsto incluir este documental en mi improvisado Mes Pixies, pero aprovechando que lo he visto estas semanas y que me ha gustado mucho he decidido dedicarle, qué menos, unas líneas.

loudQUIETloud trata sobre las primeras semanas de la reunión del grupo, ya muy lejana en el tiempo, el 2004. Han pasado ya diez años desde entonces, y lo que en su estreno se vería como una novedad, hoy lo vemos sin el componente de actualidad de entonces (por ejemplo, las continuas preguntas sobre si grabarán un nuevo disco o no, o sobre si alargarán mucho el tour).

El film tiene una cualidad que según el punto de vista puede ser considerada negativa pero que para mí supuso un punto a favor, y es el ser un documental muy seco y austero. Acostumbrados hoy día a documentales tan desgarradoramente emotivos como el de Anvil o Searching for Sugar Man, loudQUIETloud supone un interesante contraste. Porque lo que nos narra el film no es más que la historia de cuatro tipos normales que casualmente formaron una de las bandas más importantes de las últimas décadas. Pero no vemos ninguna vida de excesos y anécdotas suculentas a lo Led Zeppelin o Rolling Stones. Los Pixies son cuatro tipos aburridos que por tanto en el documental no colmarán las ansias morbosas de ver el lado más salvaje del rock. Ni siquiera vemos rastros de la conocida tensión entre su líder, el cantante y guitarrista Black Francis, y la bajista Kim Deal. Simplemente son cuatro tipos sin nada en común (fuera de los escenarios y de la rutina del tour ninguno comparte el tiempo libre con los otros) que al subir al escenario crean magia. Y a mí esa idea me gusta.


De los cuatro el que me ha resultado más conmovedor con diferencia es precisamente el miembro más olvidado del grupo, el batería David Lovering. De todos ellos es quien ha tenido una carrera más irregular tras los Pixies. Se convirtió en mago profesional pero, según palabras suyas, el 2003 había tocado fondo tanto en el sentido económico como en el sentimental, por lo que la llamada para volver a los Pixies fue una bendición para él. En el documental da la imagen de ser un buen tipo pero algo inestable, constantemente bromeando con el resto intentando estar de buenas con todos pero sin que le hagan mucho caso. Los únicos elementos dramáticos que el director del documental consigue extraer de esta reunión vienen de David: la muerte de su padre por cáncer y sus posteriores excesos con el alcohol a causa de eso (un matiz: he leído en una entrevista a Black Francis que los conciertos en que David falló por culpa del alcohol fueron sólo unos pocos de finales de la gira, aunque el documental pueda dar la idea de que fue algo más genérico).

Del resto del grupo, Kim Deal es el otro miembro del grupo que ha tenido más altibajos, incluyendo ciertos excesos con el alcohol que la llevaron a pedir que no se consumieran bebidas alcohólicas durante la gira para alejarla de esa tentación. De todos ellos es la que parece más vulnerable (el resto se toma con pasmosa serenidad los conciertos), algo que viene reforzado por su demanda de que su hermana gemela Kelley les acompañe en toda la gira. Las escenas protagonizadas por las dos suponen los momentos más entrañables de la película.


Joey Santiago en contraste parece haber llevado una vida placentera y ordenada, con una mujer y dos hijos. Da la imagen de ser un tipo serio, callado y eficiente, la antitesis de lo que uno espera de un guitarrista de rock. Y por último tenemos al gran protagonista, Black Francis. Pese al bizarrísimo mundo de referencias al Antiguo Testamento y fascinación por los OVNIs que creó en los Pixies, parece ser un hombre totalmente normal que maneja con prudencia e inteligencia el devenir del grupo.

Básicamente esto es loudQUIETloud y esto son los Pixies. Tal y como dije antes, no es más que cuatro tipos normales con sus pequeños problemas personales que se juntan de nuevo para dar conciertos. Ni más ni menos. No todo en el rock es sexo, drogas y excesos, ¿no creen?

lunes, 26 de mayo de 2014

Pixies - Indie Cindy (2014)


Bueno amigos, por fin sucedió. Se hicieron de rogar durante 10 años, muchos celebraban que esto no sucediera, pero ahora tendrán que lamentarse. ¡Sí! ¡Los Pixies han grabado un nuevo disco! Cuando volvieron el 2004 Black Francis no estaba muy por la labor, seguramente porque tenía en mente la reunión como algo temporal, pero al final resulta que han existido más años en activo en este siglo que en el anterior.

No faltan pues las típicas críticas de que no deberían haber hecho esto, que van a destruir su leyenda, bla bla bla... Yo lo único que creo que se les puede echar en cara es que tardaran tanto en hacerlo, más que nada porque ahora ya no está Kim Deal a bordo y habría sido genial que en este nuevo disco estuviera presente. En todo caso, han evitado muy inteligentemente dar el paso de golpe y para ello han ido editando 3 EPs de canciones nuevas poco a poco. De esta forma se ahorraban el problema de estar a la altura de ese terrible titular, "El nuevo disco de los Pixies", y simplemente se iba dando a los fans unas pequeñas dosis de temas nuevos. Cuando salieron a la luz yo no estaba muy por la labor, pero cuando se anunció que saldrían todos los temas a la venta en un álbum llamado Indie Cindy sí que tomé nota y me lo compré ipso facto.


De manera que, a diferencia de muchos fans, yo me he encontrado con todos estos temas nuevos de golpe y no en breves dosis, sin saber muy bien qué esperar aunque conociendo que había sido bastante bien recibido entre fans del grupo (que no por la prensa, que en muchos casos previsiblemente lo han puesto a parir).

Mi primera impresión ha bastante sido favorable, y rescatándolo estas semanas se ha mantenido esa idea. Puntos negativos: no está Kim y no tienen ya ese componente de excitante locura de sus obras antiguas. Puntos positivos: las canciones son realmente buenas y no son repetitivas entre sí, haciendo más amena su escucha. 

Pasando a las canciones, en lo que respecta a los temas más rockeros yo destacaría la inicial "What Goes Boom" (muy en la línea del Trompe le Monde), "Snakes", "Magdalena 318" y, sobre todo, la sorprendente "Blue Eyed Hexe", una de las canciones más AC/DC que he oído por un grupo que no fueran los australianos. ¡Si incluso el timbre de Black Francis en este tema recuerda horrores al de Brian Johnson! ¿Pixies meet AC/DC? Pues sí, era posible, e imagino que a más de uno le dé urticaria escuchar esto pero yo creo que es un buen tema (aunque no de los mejores del álbum).




Mis favoritas no obstante son las canciones más lentas o medios tiempos, por ejemplo "Greens and Blues" ahora mismo es mi predilecta del álbum, "Indie Cindy" merece con creces dar nombre al disco y "Andro Queen" es una de las sorpresas.

Ni de coña se acerca a las obras pasadas, cierto. Pero creo que es más que digno. No puedo evitar caer en el recurso fácil de creer que si hubiera salido como una obra en solitario del cantante Frank Black, nadie lo habría suspendido, porque las canciones son realmente buenas - del mismo modo alguien me reprochará que si hubiera salido con el nombre de Frank Black yo no lo habría escuchado... ¡y tiene razón! pero le estoy poniendo remedio: este año me he iniciado en la interesante carrera en solitario del líder de los Pixies.

Ignoro si harán algún disco más, pero en todo caso su álbum de retorno ha resultado ser una buena obra que sin duda les habrá dado desengrasado un poco tras tantos años tocando los mismos temas y que, ya de paso, ha servido para aumentar mi interés hacia la carrera de su líder en solitario.



martes, 20 de mayo de 2014

Pixies - Complete B Sides (2001)



Normalmente los discos de caras B o temas descartados están dirigidos exclusivamente a fanáticos de un grupo (que no fans a secas). Suelen ser discos que uno escucha desde cierta distancia, siendo consciente de que - salvo momentos puntuales - no tienen la calidad de las obras "hegemónicas". No niego su interés ni que haya grandes canciones ocultas en álbums así, simplemente son de interés para un sector de fans muy concreto que no ha tenido suficiente con todos los álbums de estudio oficiales.

Bien, éste no es el caso del Complete B Sides de los Pixies. Y por si no les apetece seguir leyendo la reseña, les dejaré bien clara la idea principal: el Complete B Sides es un disco imprescindible para cualquier fan de los Pixies. Recalco el "imprescindible" porque realmente es así. No hablo como un fanático a muerte que flipa con cualquier tema del grupo solo por sonar a ellos porque creo que no lo soy. Desde la distancia, Complete B Sides me parece un disco que puede escucharse después de sus cuatro CDs clásicos de estudio sin problema, sin la condescendencia de considerarlo una rareza apta solo para fanáticos enfermizos.


Muchas de las canciones de este disco tienen suficiente fuerza como para haber tenido cabida en los discos oficiales, e incluso las menos destacables podrían haberse colado como temas menores pero disfrutables, realmente yo no veo relleno que sobre. Suenan a ellos y son en definitiva buenas composiciones que si quedaron fuera es porque Black Francis en aquellos años tenía una racha increíble como compositor.

Lo único prescindible son los dos primeros temas por ser revisiones de canciones ya existentes no muy diferentes a las originales ("River Euphrates" y un "Vamos" en vivo). No cuento la versión lenta de "Wave of Mutilation" porque la cambia por completo y suena realmente como un tema nuevo, es uno de los grandes alicientes del álbum. El resto realmente no tiene desperdicio.

Algunas canciones de hecho se podrían considerar directamente como mini-clásicos del grupo, como la histérica versión de "In Heaven" con la que solían acabar sus conciertos (versionar una canción de la película más bizarra de David Lynch es realmente algo muy Pixies) o la magnífica "Into the White", cantada por Kim Deal, seguramente mi favorita del disco y una de mis predilectas del grupo.


Pero no se vayan amigos, ¡hay más! ¿Me van a decir que "Manta Ray" no encajaría como un tema más en los discos clásicos del grupo? ¿O que canciones como "Bailey's Walk" o "Weird at School" sólo gustarían a los fans más acérrimos de la banda?

También hay algunas versiones como chulas. De entrada un par de Neil Young: "I've Been Waiting for You" y "Winterlong", que ha acabado siendo también un miniclásico de los Pixies (y que tuve la suerte de oírles tocar en vivo, ya que parece ser que Neil no está por la labor de rescatarla aún siendo una de sus mejores canciones). Y para acabar otra bizarrada más típica del universo Black Francis: "Evil Hearted You" de los Yardbirds... ¡cantada en castellano! ("Corasón diablo seguirás engañándome...").

En serio, realmente merece muchísimo la pena, yo mismo esperaba el típico disco a comprar por completismo-fanatismo pero el resultado me dejó muy sorprendido. Y rescatándolo tras muchos años me reafirmo una vez comprobado que ha soportado la gran prueba del algodón: el paso del tiempo.


miércoles, 14 de mayo de 2014

Pixies - Trompe le Monde (1991)


Ante todo debo reconocer lo que ya dije en el primer post de los Pixies, y es que hasta relativamente poco Trompe le Monde no me volvía loco, aunque sí me gustaba. Siempre fue mi menos favorito de los discos clásicos y ello me permitía la comodidad de decir que mi Top Pixies era el mismo que siguiendo el orden cronológico de publicación. Y quizá aún lo sea, pero ahora no tengo tan claro si lo prefiero a Bossanova, o al menos no hay tanta distancia entre ellos.

Veamos, Trompe le Monde viene a ser como los Pixies pasándose a un sonido casi hard-rock, pero eso sin abandonar su estilo propio. Hay muchos guitarrazos y los temas vuelven a ser tan ásperos como en los tiempos del Surfer Rosa. De modo que pasaron de su obra más pop a la más cañera de su carrera, curioso contraste. Uno de los aspectos que no me agradó demasiado es que la presencia de Kim cada vez se notaba menos. ¿Dónde están sus maravillosos coros que eran marca de la casa? ¿Y su envolvente sonido de bajo? Bueno, sigue ahí, pero más sepultada tras las guitarras de Black Francis y Joey Santiago. Supongo que es por eso que hay quien dice que Trompe le Monde es casi como el primer disco de Black Francis/Frank Black en solitario, pero discrepo del todo, más que nada porque por lo poco que he oído de sus dos primeros discos, suena bastante diferente a este álbum, o al menos me lo parece a mí.

En todo caso, cuando lo oí por primera vez me gustó pero no creó ningún vínculo especial conmigo como sí lo habían hecho los otros álbums. Lo rescataba, sí, pero mucho menos que los anteriores. Y este año de repente me he enganchado por fin a él, me he aprendido todos los temas y me he fijado en detalles que antes me pasaban desapercibidos. Por ejemplo, de algunos temas me había quedado con su inicio y no me di cuenta de que lo mejor estaba al final - en la misma línea me pasó hace poco con "No. 13 Baby", una de mis menos favoritas del Doolittle hasta que un día de repente, tras haberla oído miles de veces, me di cuenta de que la clave del tema está en sus últimos dos minutos instrumentales, los únicos que hay en todo el disco, que son uno de los momentos cumbre del mismo.


Un caso típico es el de "The Sad Punk", cuyo inicio tan bestia me echaba atrás pero, eh, es solo 1 minuto, los otros dos minutos son un cambio de melodía y tempo magníficos. Lo mismo me sucedió con "Space (I Believe In)", que empieza con unas guitarras casi de heavy metal, pero luego el cuerpo del tema sigue otros derroteros más interesantes con una melodía repetitiva magnífica.
Aún así, mi mayor descubrimiento es sin duda "Bird Dream of the Olympus Mons", uno de los pocos instantes algo tranquilos del disco que me parece absolutamente genial por cómo va subiendo de intensidad.

Mis anteriores favoritas por otro lado conservan su estatus: la chulísima "U-Mass", la excelente versión que hacen del "Head On" de The Jesus and Mary Chain y, por supuesto, "Motorway to Roswell", que siempre me ha parecido la mejor del disco y me reafirmo añadiendo que es una de las mejores composiciones de los Pixies en general.

Y aunque no pensaba comentar más temas sueltos me doy cuenta de que me he dejado muchos de los considerados clásicos del disco que son fantásticos, como "Planet of Sound" o "Alec Eiffel", pero es que en esa época Black Francis estaba inspiradísimo.


Tras el disco, la carrera de los Pixies llegó a su fin. El álbum vendió bien en Reino Unido mientras nadie le hacía caso en Estados Unidos pese al auge del rock alternativo, dieron una gira presentándolo y luego otra como teloneros de lujo para U2 (cabe decir en favor de los irlandeses que muchas veces se traían de teloneros a bandas que admiraban y que no eran muy populares, aunque no puedo evitar pensar que sería digno de fotografiar la cara de los fans del grupo cuando se encontraron con esos bizarros teloneros empezando su concierto con algo como "Rock Music"). Tras el mismo, Black Francis dijo en alguna entrevista que separaría al grupo antes de hablarlo con el resto y posteriormente llamó a Joey Santiago para decir que se separaban los Pixies. A Kim Deal y David Lovering les avisó por fax. No destacaba mucho por tener tacto, no.

A partir de aquí ya saben, una carrera corta pero impecable e influyente que les elevó al estatus de leyenda.

jueves, 8 de mayo de 2014

Pixies - Bossanova (1990)


Después de la que para muchos es su obra cumbre, Doolittle (1989), los Pixies atravesaron un pequeño momento de crisis en el fuero interno de la banda. La bajista Kim Deal consideraba que no se la tenía suficiente en cuenta y que no se le dejaba espacio para sus aportaciones al grupo, creando muchas tensiones entre ella y el cantante-guitarrista Black Francis. Después de que este último le dejara bien claro que los Pixies eran su grupo, ella captó el mensaje y se montó una banda paralela en que poder exhibir sus composiciones por su cuenta, The Breeders, cuyo debut salió al mismo tiempo que el disco de los Pixies que hoy comentamos. Los siguientes discos de los Pixies por tanto ya no contaban con ningún tema co-escrito por Kim y su presencia se diluyó sensiblemente.

En lo que respecta a lo musical, Bossanova fue el álbum más pop de la carrera de los Pixies y seguramente el más accesible de todos. En general siempre tuve la impresión de que estaba considerado el menos favorito de entre los míticos, pero a día de hoy creo que la cosa está a la par que Trompe le Monde (1991). En todo caso a mí siempre me gustó mucho y lo he preferido a su siguiente obra... o al menos hasta ahora.


El inicio en todo caso es engañoso respecto a su contenido, pero no lo tomen como algo malo, es uno de mis comienzos de disco favoritos. Empiezan con una versión de surf, "Cecilia Ann", un tema instrumental que trasladan perfectamente a su terreno. Le sigue una de las canciones más brutas de su catálogo, y eso es decir mucho: "Rock Music", un breve tema estridente en que Black Francis básicamente se dedica a chillar como solo él sabía hacer. Nunca he sido capaz de descubrir qué dice, pero diría que es junto a "Tame" una de las canciones más agresivas del grupo, con la diferencia de que aquí no hay contraste entre calma y tempestad.

Le siguen ni más ni menos que dos de los grandes temas clásicos del disco: "Velouria" y la breve "Allison", de solo un minuto y poco (Black Francis jamás tuvo problemas en hacer que sus composiciones fueran muy breves, algo que a menudo se agradece). El tercer tema del álbum con la categoría de clásico viene más adelante, "Dig for Fire", que es quizá el que menos me gusta de los tres. De "Velouria" no puedo dejar de destacar su videoclip, uno de mis favoritos que me cautivó desde la primera vez que lo vi.


Entrando ya en los temas más conocidos, Bossanova tiene muchísimo donde rascar. De entre los temas más calmados siempre he sentido debilidad por "Anna" mientras que "The Hapenning" con esos coros de Kim siempre me ha parecido de las mejores del álbum. También tenemos por ahí "Is She Weird", que es seguramente la que más recuerda a los Pixies de antaño y mis dos favoritas del disco: la repetitiva pero irresistible "Stormy Weather" y "All Over The World", con un cambio de melodía final que siempre me ha vuelto loco, para mí es la mejor de todo el álbum.

Como de costumbre, el disco pasó inadvertido en Estados Unidos mientras que en Reino Unido volvió a ser un éxito. El cambio a un sonido más accesible no les ayudó ni perjudicó a nivel de ventas.

jueves, 1 de mayo de 2014

Yo y los Pixies

Hacía mucho que no escribía un post recordando mi relación con alguno de mis grupos favoritos, y como últimamente estoy muy enganchado a los Pixies y he ido rememorando momentos del pasado relacionados con ellos he creído que sería una buena ocasión, ¿por qué no? Además, la salida inminente de su nuevo disco Indie Cindy, su primer álbum en más de 20 años) hace que sea una ocasión más que propicia para hablar sobre ellos. Es por eso que he decidido que el mes de Mayo será por estos lares el Mes Pixies. Aparte de este artículo más personal, he pensado reseñar, no sus discos más emblemáticos que todos adoramos, sino los que han quedado más en el olvido: Bossanova y Trompe Le Monde. Además también pienso reivindicar su imprescindible álbum de caras B y, por supuesto, cerraré hablando de Indie Cindy confiando que lo que tenga que decir sobre éste sean todo cosas buenas. ¡Allá Vamos!


Los Pixies son a mi parecer una de las mejores bandas de la historia del rock. De hecho, teniendo en cuenta que mis gustos musicales van hacia grupos de los 70, si me preguntaran cuales creo que son los mejores grupos de rock surgidos después de esa década no tengo ninguna duda de los cuatro que diría: Pixies, Sonic Youth, Jane's Addiction y R.E.M. Si tuviera que añadir un quinto me supondría un auténtico problema porque no sabría cual escoger, pero los cuatro primeros para mí serían éstos sin dudarlo. Históricamente mis predilectos han sido Jane's y Pixies con un claro dominio de Juana's Adicsión, pero a día de hoy creo que acabo inclinándome más por los Pixies. Todo esto viene a significar que realmente me gustan mucho.

No obstante, a diferencia de los otros tres grupos mencionados, mis primeros contactos con ellos fueron poco productivos. Yo tenía por entonces unos 15 años aproximadamente y estaba en fase de descubrimiento de música más ruidosa para los estándares a los que estaba acostumbrado entonces. Cuando uno se aficiona a ese tipo de música creo que vive una fase en que se acomoda en el placer del ruido y corre el riesgo de no apreciar aquellos grupos que se queden a medio camino. Quiero decir, sólo así entiendo que el debut de Sonic Youth me gustara y en cambio rechazara de pleno el Doolittle.


Las primeras veces que supe por ellos fue gracias a Internet, en las webs que seguía por entonces leía que se mencionaban como uno de los grupos más importantes de la historia e incluso recuerdo con cariño a un troll que entró en un foro de Queen insultando al grupo y poniendo como ejemplo de banda a respetar a los Pixies. Fue así como empecé a sentir un instintivo respeto hacia ellos, pero sobre todo al Doolittle, cuya portada me evocaba un contenido genial y transgresor por lo que leía sobre él. Entra el Kazaa en escena. Me bajé algunas canciones y... nada. Me parecían demasiado, no sé, ¿pop? Creo que esperaba algo más tipo Sonic Youth. Lo intenté en posteriores ocasiones animado por el hecho de que Kurt Cobain era fanático de ellos pero no me acababan de matar, hasta que decidí probar con su otro gran disco, Surfer Rosa, y eso ya fue otra cosa.

El sonido más seco y directo de Surfer Rosa me entusiasmó al instante. Me fui bajando las canciones una a una, y cuando llegué a "Where Is My Mind?" decidí parar y pedirme el disco para Navidad. La primera escucha cuando lo oí semanas después es de esas que aún puedo evocar por el impacto que me supuso. Las canciones sonaban realmente bien pero mantenían ese puntillo de rock alternativo que no las hacía tan amables para mis oídos. Por supuesto enseguida me fascinó Black Francis, compositor principal del grupo, con sus endemoniados gritos y sus letras bizarrísimas en un español surrealista. Me parecía increíblemente divertido y extraño, nunca había oído algo así. Un tipo que gritaba como un poseso y cantaba en español sobre jugar en la playa, era maravilloso. También me encandiló al instante Kim Deal con sus inolvidables coros a modo de contrapunto ("Gigantic", cantada por ella, siempre fue una de mis favoritas) y su sonido de bajo siempre me gustó mucho.

Con mi siguiente intento con Doolittle las cosas fueron mejor. Era un disco algo más accesible que Surfer Rosa, sí, pero ahora ya había entrado en su mundo y lo veía con otros ojos. Un tema como "Here Comes Your Man" que antes vería como inaceptable, ahora me parecía delicioso. El hecho de que el tema que abre el álbum tuviera como estribillo el título de un film surrealista de Buñuel me parecía ahora una genialidad, al igual que las confusas referencias a "Paco Picopiedra". No sé si en algún momento llegué a preferirlo al Surfer Rosa, pero es muy probable.


En esa época me hice con un DVD que incluye una actuación del grupo en Reino Unido durante la gira del Surfer Rosa que visioné incansablemente, así como sus surrealistas videoclips (los de "Here Comes Your Man" y, sobre todo, "Velouria" me parecían geniales). En esa época empecé a formarme una imagen más clara del grupo que los hacía especialmente entrañables. Parecían y sin duda eran cuatro universitarios con pintas de no ser muy populares (bueno, quizá Kim sí) que habían formado un grupo de rock. Se vestían como cuatro chavales del campus que salían a tocar de vez en cuando, sólo que ellos habían contribuido a la historia del rock, casi por pura potra. El guitarrista Joey Santiago parecía un tipo muy introvertido cómodo en su segundo plano, David Lovering con los pantalones cortos y los tirantes que llevaba en ese directo tampoco parecía muy preocupado por su imagen y Black Francis definitivamente parecía (y, de nuevo, seguramente era) el bicho raro de clase. El típico tío que, si te cogía confianza, te explicaba cosas rarísimas. ¿De qué rayos hablaría alguien como él en sus ratos libres con sus amistades?


Obviamente recibí con mucha alegría la noticia de su retorno pero me llevé un chasco cuando supe que aquí actuarían solo en el Primavera Sound (edición del 2004). Decidí no ir porque me negaba a pagar la entrada de un día de un festival por solo uno o dos grupos (también actuaban Mudhoney)... qué gracia, escribo esto diez años después teniendo mi entrada para repetir en el Primavera por cuarta vez. Sigue sin gustarme la idea, pero tras tantos años he aprendido que no había otra opción si quería ver a ciertos grupos, como los Pixies, que salvo un par de conciertos en Madrid el 2013 sólo han actuado en festivales.

Decidí sin embargo tomármelo con filosofía, y el mismo día que actuaban los Pixies me grabé otro disco suyo en conmemoración del concierto que me perdería: el Bossanova (1990) - también me grabé el homónimo de Mudhoney, del mismo año casualmente, por idénticos motivos. Aunque es su disco más pop, por entonces ya era fanático del grupo y me gustó al instante. Lo asocio a aquellas semanas, recién salido del instituto y asistiendo a las primeras clases de la autoescuela... es curioso cómo hechos que para mí fueron poco agradables como la autoescuela al rememorarlos los evoco con cierta nostalgia, pero eso es otro tema.

Cartel de la edición de hace 10 años. Fíjense como curiosidad en la inesperada aparición de Lluís Llach (!!) y lo pequeño que salía por entonces el nombre de Franz Ferdinand.

Llegó finalmente el último, Trompe le Monde, que me gustó pero se me quedaba claramente por detrás de los otros, de forma que mi orden de preferencia en los discos de los Pixies siempre ha sido cronológico. Lamenté la poca presencia de Kim en el disco y aunque me gustaban las canciones no me enganché del todo, por ello es el único que no sé ubicar cuándo escuché por primera vez, aunque debió ser en la universidad.

Y por fin el 2010 saldé esa deuda pendiente. Los Pixies volvían al Primavera Sound y yo decidí que o los veía allá o jamás lo conseguiría. Para hacer menos doloroso el coste de la entrada, coincidían en día con Wilco, que acababa de descubrir y actuaban justamente en el mismo escenario antes que los Pixies. Para celebrarlo me hice con su disco de Complete B Sides, el cual por cierto considero realmente imprescindible para todo fan del grupo.

Qué decir del concierto, fue un sueño hecho realidad. El inicio con los primeros temas del Bossanova seguido de "Wave of Mutilation" fue inolvidable, y el setlist fue un grandes éxitos en toda regla con más guiños a los discos post-Doolittle de lo que era habitual.

Esta foto corresponde a esa breve y poco comentada etapa de su carrera en que Joey Santiago se convirtió temporalmente en una chica rubia

En estas semanas he vuelto a engancharme a ellos, con la gracia de que por fin me he enganchado como Dios manda al Trompe le Monde. Nuestros amigos volverán de nuevo al Primavera Sound, pero por desgracia no van el mismo día que yo. A cambio, han ido sacando EPs con nuevos temas que ahora han recopilado en un CD que, en el momento en que escribo estas líneas, aún no he escuchado pero espero con impaciencia, sobre todo habida cuenta de que los fans del grupo han hablado positivamente de él.

Ah, y la carrera de Frank Black en solitario es mi eterna deuda pendiente.

Y para acabar, un top de canciones. No 10 porque sería todo de los primeros discos y quiero reivindicar los otros, no 20 porque siendo sus canciones tan breves sabe a poco, sino 25:

1- Caribou
2- Levitate Me
3- Wave of Mutilation
4- Hey
5- Gigantic
6- Motorway to Roswell
7- Monkey Gone to Heaven
8- Where Is My Mind?
9- Bone Machine
10- All Over the World
11- Into the White
12- Debaser
13- The Holiday Song
14- Silver
15- Stormy Weather
16- Head On
17- River Euphrates
18- U-Mass
19- The Happening
20- Vamos
21- Break my Body
22- Bird Dream of the Olimpus Mons
23- Broken Face
24- Velouria
25- Rock Music o Tame, según el día

Siempre ha sido mi favorita de ellos...