domingo, 26 de julio de 2015

Graffiti - Graffiti (1968)



El mundo de los discos underground de psicodelia o hard-rock de los 60-70 que hoy día se han rescatado en la comunidad bloggera (¿recuerdan a ChrisGoesRock? Dios le bendiga) es un caso aparte. Por un lado la gente que contribuye a sacar a la luz estas joyas hace un trabajo excepcional de reivindicar grandes discos y bandas perdidos en la historia, y que en la era pre-internet solo podían ser conocidos por entendidos que los sacaban no sé exactamente de dónde. Pero por el otro, a veces creo que se cae un poco en la generalización de considerar cualquier buen disco oculto de esos años como una obra maestra olvidada, elevando a los altares álbums que muchas veces yo considero medianías; que para los fans del género son de un gran interés y tienen el encanto extra de ese sonido menos pulido de los discos de las grandes bandas, pero que en la mayoría de ocasiones no son obras maestras reales. Esta tendencia lo que ha hecho ha sido provocar que los grandes discos underground de verdad, los que realmente son obras maestras, queden ocultos al no significar ya nada la calificación "forgotten masterpiece". Pues bien, amigos, el único disco de Graffiti es uno de esos casos en que les aseguro que es realmente una obra maestra oculta.

Yo llegué a esta gente una aburrida mañana en el trabajo en que se me antojaba escuchar discos de psicodelia underground de la época y opté por el que a día de hoy es el mejor método para descubrir joyas ocultas: Youtube. Es tan fácil como llegar a un album que esté subido completo y al instante te aparecen en el lateral como recomendaciones un buen puñado de otros discos desconocidos del estilo. A lo tonto uno puede pasarse la mañana entera saltando de un disco a otro mediante las recomendaciones y, por supuesto, gracias al esfuerzo de la gente que se dedica a subirlos.

Esa cabecera psicodélica y la imagen lateral del motorista eran sinónimos de cientos de joyas ocultas.
Por cierto, ¡el tipo sigue en activo!


Aquel día mi cuerpo me pedía discos de ese tipo y escuché varios pero solo hubo unos pocos que me dieron ganas de descargar posteriormente en casa. Uno de ellos era esta banda que no me sonaba de nada, unos tales Graffiti que grabaron este maravilloso debut y desaparecieron. Mirando los nombres de los componentes tampoco se me ocurre una conexión de éstos con otras bandas más conocidas, por tanto para mí son una banda 100% oculta.

Lo que hace tan interesante y maravilloso su disco es que Graffiti es una obra rebosante de ideas. Los temas son breves pero tienen concentrados un montón de melodías y giros sorprendentes que hacen que más de uno los califique (quizá algo aventuradamente) como protoprog. Lo que me encanta de este disco es ante todo que posee una cualidad que adoro: canciones con cambios continuos de melodía, que te llevan de un sitio a otro cogiéndote por sorpresa. Eso, bien hecho, es algo que me tiene ganado de antemano, y éste es el caso.

Cojan por ejemplo el tema inicial, "Father Protector". Empieza con una guitarra española muy evocadora, extraño inicio para un disco psicodélico, pero pronto se le añade la guitarra fuzz, bien. Le sigue una parte con unos coros que me parecen cojonudos y luego mi melodía favorita de la canción cuando suena de fondo el piano hacia el minuto 2; tras la cual llega el que suponemos que es el estribillo (lo supongo porque menciona el título del tema), uno de los peores estribillos que he oído de hecho. Pero no pasa nada, sigue un solo molón de guitarra y una parte acústica rarísima que me flipa. Todo este galimatías ha sucedido en cuatro minutos. No se repite apenas ninguna melodía ni ningún segmento, y sin embargo todo encaja. De eso va el disco.

Sobre cada tema podríamos hacer un listado de mejores momentos porque casi cada composición tiene giros sorprendentes que cambian por completo la melodía inicial. Por ejemplo "The Capture of Me" me empieza algo light pero luego llega un estribillo que melódicamente es de mis favoritos y tiene un pequeño momento épico ("Someone is caaalling...") hasta al final volver sorprendentemente a la melodía del estribillo. Luego hay momentos más misteriosos como el inicio de "Lifeblood" (fenomenal trabajo vocal, en estos grupos underground solían fallar mucho las voces) y el de "Girl on Fire", o toques más jazz como la parte instrumental de "Jingle Jangle". Algunos temas que inicialmente no me matan acaban sorprendiéndome con un cambio melódico que me gusta mucho más ("New Life"), y otros al contrario, tienen un inicio tan poderoso que el resto del tema no me parece a la altura aunque siga siendo bueno ("Coldwater").

Es en definitiva un disco que no se agota en un par de escuchas y con mucho que ofrecer. Realmente vale la pena oírlo a fondo y con cariño, porque hay mucho que rascar aquí. Graffiti, una de las recomendaciones que les hacemos para este verano.