lunes, 28 de octubre de 2013

Lou Reed ha muerto

Definitivamente, estos son malos tiempos para un aficionado al rock clásico, y a cada año que pasa la lista de grandes músicos que fallecen es cada vez mayor y por tanto la probabilidad de que la palme uno de tus favoritos es mayor. Ya me pasó este año con Alvin Lee y ahora me ha vuelto a pasar con Lou Reed.

No iba a escribir nada sobre el tema, porque es un poco tópico. Se muere un gran músico, lo lamentamos todos, escribo un post sobre lo genial que era y ya he cumplido. No me apetecía lo más mínimo. Pero pasada la impresión inicial, aún le doy vueltas no solo a su muerte y a todo lo que ha significado para mí y creo que me apetece escribir al menos sobre eso.


No voy a hacer referencia en ningún momento a su carrera, lo innovador que fue con la Velvet Underground o todo el rollo de ser el poeta urbano del rock. No me apetece y no es lo que me viene ahora a la cabeza.

Lo que me viene a la mente es llegar de Discos Castelló con 2 CDs comprados a ciegas conociendo sólo una canción de cada uno: el Dirt de Alice in Chains y el debut de la Velvet Underground, el del plátano... y flipar con este último. No entendía qué era eso, sonaba raro. Había leído muchísimo sobre ese álbum, todo el rollo de que era un álbum absolutamente rompedor en la época, que abrió nuevos horizontes musicales, que si eran la banda apadrinada de Andy Warhol y que en su época no vendió nada pero que los pocos que lo compraron acabaron formando un grupo (Brian Eno dixit).
"Waiting for the Man", que era una de las más míticas del disco, no sonaba a lo que esperaba, era taladrante. "Venus in Furs" tenía un estilo que ni sabía que existía. "All Tomorrow's Parties" tenía un tono apocalíptico que me podía. No soportaba las dos baladas cantadas por Nico, para mí ella sobraba por completo. Pero con el tiempo me fui acostumbrando a él y al poco tiempo me di cuenta de que realmente no es que me gustara ese disco, sino que me encantaba. Para mí es uno de esos álbums que siempre han estado ahí.


Me viene a la mente la devoción casi enfermiza que un amigo y yo le profesamos a Lou Reed y la Velvet durante varios años de mi adolescencia. Recuerdo que se dio la casualidad de que cuando empezó a manifestarse nuestro fanatismo hacia él salió a la venta un recopilatorio llamado NYC Man que ambos nos compramos de inmediato. Más casualidad aún fue que justo en ese momento nos enterásemos de que nuestro ídolo actuaría en unas semanas en Barcelona presentando The Raven.

Ambos adquirimos la costumbre de comprarnos un disco de Lou Reed o la Velvet cada año el 2 de marzo, el día de Su cumpleaños. Era una excusa como cualquier otra. Recuerdo que cuando compramos los primeros discos Lou Reed hacía 64 o 65 años, y cuando soy consciente de que ha fallecido a la edad de 71 años me doy cuenta de que han pasado ya 6 años.
He decidido mirar el orden que seguí en la compra de esos discos, por suerte suelo apuntar la fecha en que hago cada adquisición. Antes de iniciar esa costumbre tenía los dos primeros de la Velvet y el Berlin. El orden que siguió fue algo así:
- The Velvet Underground
- Loaded
- Transformer
- Live 1969
- Rock 'N' Roll Animal
- VU
Los tres últimos creo que ya los compré solo, puesto que fuimos dejando languidecer esa costumbre con el tiempo, supongo que habíamos cambiado con el tiempo y ya no le veíamos sentido a algo que años atrás teníamos como un ritual ineludible.


También recuerdo cuando compré el White Light/White Heat y mi amigo se hizo con el Loaded (eso fue antes del ritual del 2 de marzo a juzgar por las fechas que tengo anotadas) y luego intercambiamos opiniones por Internet. Yo estaba flipando con un disco tan ruidoso, salvaje y degenerado como esperaba por lo que había leído (mis padres mientras tanto tuvieron que acostumbrarse a oír de fondo la chirriante y a todas luces excesiva "Sister Ray" varias veces al día). Él me dijo que el suyo era un timo, que eso no sonaba a Velvet sino a Beatles. De haberlo comprado yo creo que habría pensado igual, pero con el tiempo nos acabaría gustando a ambos después de aceptar la faceta pop de Lou. En aquel entonces queríamos su faceta más radical y difícil de asimilar, era lo que nos pedía el cuerpo.
Mi primera toma de contacto con esa faceta más tranquila fue el disco homónimo. Creo que me lo puse en el discman camino a casa y me chocó ese inicio con un tema tan tranquilo y casi etéreo como "Candy Says". Hoy lo considero una obra maestra y lo mejor que hizo Lou junto al debut de la Velvet, un poquito por encima de White Light/White Heat (de hecho es el disco suyo que más rescato a día de hoy, ¿me estaré haciendo mayor?).


Recuerdo estar en casa horas antes de la única vez que le vi en directo escuchando "Pale Blue Eyes" en bucle sin parar una y otra vez, porque por algún motivo me encontraba deprimido y era lo único que me apetecía. Por suerte al llegar ahí se me fue el mal humor de repente. Años después me pasó lo mismo con un tema de su último disco, "Vanishing Act", que solía escuchar en momentos de tristeza. Pocos temas me emocionaban tanto en aquellos años como éste.

Por supuesto no olvido el concierto en que le vi, uno de los más especiales que recuerdo ya que nos pilló justo en pleno descubrimiento de su música. En aquel momento no lo sabíamos, pero le pillamos en una de las pocas giras que hizo en que tocaba clásicos de su carrera, y fue una suerte inmensa porque habría sido un chasco irse de ahí sin oír "Sweet Jane" o "Walk on the Wild Side". Al final le pedimos "Heroin" a gritos pero no hubo suerte.

Y "Heroin", claro está, no puedo dejar pasar la que es una de mis canciones favoritas de todos los tiempos, a veces diría que incluso mi predilecta. Recuerdo las primeras escuchas en que no me acabó de convencer, no era un tema que invitara a ser escuchado. Con el tiempo empecé a apreciarla y antes de que me diera cuenta estaba obsesionadísimo con ella. Me aprendí cada detalle de la canción e incluso la letra, que en un arrebato imprimí y coloqué en la cabecera de mi cama, donde ha estado durante años hasta que la quité hace poco porque el papel ya estaba medio roto. Cuando escuché la versión del Rock 'N' Roll Animal la odié porque tiraba por tierra toda la magia. Años después oí la del directo del Bataclán en acústico con John Cale, que creo que es la mejor versión en vivo de ese tema.


También me viene a la cabeza la cinta que me grabé (sí, aún usaba walkman) con mis temas favoritos de su carrera. La cara A incluía canciones de la Velvet y la cara B temas en solitario. Acabé desgastándola de tanto uso.

De su carrera en solitario el disco que más me impactó fue desde siempre Berlin. Inicialmente me bajé algunos temas sueltos y me costó pillarle el punto, pero con el tiempo se convirtió en mi favorito suyo. "Caroline Says II" una de las canciones más triste que conozco (me parecen desgarradores los versos que dicen "Caroline says
while biting her lip. Life is meant to be more than this, and this is a bum trip") y el final de "The Kids", con esa letra y esos niños gritando tenía una crudeza que no sabía que podía existir en un disco de rock. Años después anunció que vendría a Sant Feliu de Guíxols a interpretar el disco entero y compré ilusionadísimo las entradas, pero canceló el concierto. Queda en mi lista de grandes conciertos que no pude llegar a ver.

A medida que pasaba el tiempo mi devoción hacia Lou fue distanciándose un poco. Me volví menos inocente, le veía más las aristas a su estilo y se perdió un poco esa idealización, aunque siempre le mantuve ese cariño especial. Aún así todos los discos de la Velvet me siguen pareciendo de lo mejor que se ha hecho nunca en la historia del rock. Incluyendo sus impresionantes directos, que muestran otra faceta del grupo que desconocía por completo y que a día de hoy es de las que más me atraen.


Las transformaciones de Lou Reed es seguramente la mejor biografía que he leído sobre una estrella del rock.

Siempre me ha hecho gracia su personaje tan borde y de vueltas de todo, el terror de los periodistas.

Cada vez que sacaba un nuevo disco afirmaba que era el mejor de su carrera. De su desastrosa colaboración con Metallica dijo que era lo mejor que se había hecho jamás por cualquier músico.

No soporto Metal Machine Music y no me creo que a nadie le guste realmente ese disco, pero me encanta que lo grabara. Tuve un profesor de instituto que fue uno de los incautos que lo compró en su momento sin saber lo que era y dice que nunca se lo perdonó. Ahora los vinilos de esa obra están cotizadísimos, quizá eso le sirva para perdonarle.
Según la entrevista que leas, Lou dice que Metal Machine Music es una de las obras más serias e importantes de su carrera o afirma que es una basura y que solo a un degenerado podría gustarle.
Lou siempre ha sido contradictorio.

A juzgar por su biografía, Reed era un profesional a la hora de rodearse de músicos con talentos, utilizarlos para canalizar sus creaciones hasta exprimirlos. Éstos invariablemente acababan agotados y dejaban a Lou bastante quemados, si es que éste no les echaba antes (díganselo sino a Robert Quine). Que admire su música no quiere decir que le idealice como persona, y supongo que ésa es una de las cosas que aprendí de pasada siendo fan suyo.

Hace años que no grababa nueva música relevante, es cierto. También es cierto que su paso del yonki que vive al límite al intelectual que practica taichi y exige que le alojen en hoteles con gimnasio propio es un tanto extraño y le resta puntos de rockero auténtico. Y no ha muerto joven, por tanto no era algo que debiera pillarme por sorpresa. Pero este hombre ha significado mucho para mí, y no puedo evitar sentir su muerte como la de alguien muy cercano a mí. Descanse en paz.


viernes, 25 de octubre de 2013

Teloneros

La labor de telonero es dura y desagradecida. Implica actuar ante una audiencia que no ha venido ahí para verte, y que por tanto no conoce tu música ni, en muchos casos, tiene interés por hacerlo. Yo por norma general no soy demasiado exigente y parto de una base muy sencilla: teóricamente siempre es preferible estar oyendo música en directo (aunque no sea de gran calidad) que estar esperando sin más, así que lo único que pido a un grupo telonero es que sea mínimamente entretenido. Si la música es mejor o peor es otro tema.

Por supuesto a lo largo de estos años he visto teloneros de todo tipo, desde bandas absolutamente amateurs cuya música dejaba bastante que desear a otros que me han dejado gratamente sorprendido, aunque por regla general suelen ser músicos que entretienen por media hora y que luego olvido 5 minutos después de que hayan dejado el escenario.

Se me ha ocurrido pues escribir un post hablando de algunos de los grupos teloneros que he visto clasificándolos en tops según varios criterios. He decidido no incluir entre estas clasificaciones una de peores grupos teloneros, más que nada porque la mayoría de mis peores experiencias en ese sentido han sido con bandas jóvenes y amateurs a las que les faltaba mucho rodaje. No me parece apropiado dejar su nombre (si es que logro recordarlo, que esa es otra) en internet en un post en que me regodee de lo malos que eran. Por mucho que este pequeño rincón tenga muy pocas visitas, no me sentiría bien pensando en la posibilidad de que un día llegaran aquí y les sentara mal leer a un idiota señalándolos como uno de los peores grupos que han visto, así que me centraré en el resto de criterios.

Teloneros de lujo: por teloneros de lujo no entiendo necesariamente teloneros de gran calidad, sino bandas cuyo estatus les permitía no tener que ejercer de banda de soporte de nadie y que por tanto constituían unos teloneros de más calidad de lo normal. En mi experiencia he visto tres casos de ese estilo:

1- Pretenders (The Rolling Stones - Estadi Olímpic Lluís Companys, 2003): los Pretenders son ciertamente una banda que a día de hoy tienen suficiente estatus como para girar por su cuenta sin necesidad de telonear a nadie, pero hacer de banda de apertura para los Rolling Stones no es algo a rechazar, ¿verdad? Aún así, no soy fan de su música y su concierto me entretuvo a secas, de hecho lo único que recuerdo es un momento en que la cantante dijo de forma simpática "This song is for you" señalando a un miembro del público, a lo cual alguien respondió a grito pelado "¡¡¡FOR ME TAMBIÉN!!!". Eso sí, si hubiera visto esa gira en Alemania tan solo una semana antes, la cosa habría cambiado mucho:


 2- Keane (U2 - Camp Nou, 2005): U2 es una banda experta en traerse teloneros de lujo a sus giras. A principios de los 90 llegaron a traer bandas como Pixies, Ramones o la Velvet Underground, provocando una curiosa situación en que el telonero podría decirse que es mejor que el grupo principal. Eso dice mucho en su favor: primero, por arriesgarse a ser eclipsados por su mítica banda telonero (un amigo me contó que en el caso de los Ramones, había gente que iba a los conciertos solo por ellos y que se iba al acabar su actuación), y en segundo lugar porque contratar bandas de esa estatura les debía salir caro, por tanto entiendo que elegirlos de teloneros era ante todo un favor hacia sus fans (ya que U2 se bastan por si solos para llenar un estadio).
Yo no tuve esa suerte cuando les vi en 2005, ya que en esa gira los teloneros eran Kaiser Chiefs y Keane. Los primeros por entonces no eran tan famosos como hoy día (o al menos a mí ni me sonaban), pero los segundos entonces gozaban de una enorme popularidad, por lo que era todo un aliciente para el gran público. Por desgracia ni yo ni mi acompañante éramos fans del grupo, así que su actuación se nos hizo algo aburrida - nos entretuvimos viendo convulsionar al teclista, que se movía como si tocara la batería en un grupo de heavy metal -, aunque es de justicia comentar que el público los recibió con los brazos abiertos.

3- The Waterboys (Neil Young & Crazy Horse, RDS Dublín, 2013): no voy a extenderme mucho porque ya hablé de este concierto en su momento. Simplemente añadiré que yo sólo conocía el nombre de la banda de pasada y me llevé una sorpresa al ver las ovaciones con que el público irlandés los recibió y la forma como cantaron la mayoría de sus canciones. Yo y el tipo de origen checo que tenía al lado éramos los únicos en las primeras filas que no sabíamos las canciones. En España dudo mucho que en un concierto de estadio fueran recibidos así por tanta gente, es curioso comprobar la diferencia de fama de los grupos según países.



Teloneros bizarros: la mayoría de bandas teloneras que he visto me han agradado más o menos pero no eran especialmente destacables, grupos que hacían música mejor o peor pero casi siempre olvidable o agradable a secas. Pero a veces uno se encuentra con teloneros que no se olvidan, no por la calidad de la música sino por lo sumamente bizarros que resultan. Por ejemplo:

1- Audioporn (Nektar, Borderline, Londres, 2009): me es muy difícil poder describir exactamente qué es exactamente lo que hicieron Audioporn o clasificar su música, pero puedo decir que aunque el estilo no encajaba seguramente con mis gustos ni ninguno de los (poquísimos) asistentes no nos aburrimos por lo extraño de la actuación. Iban disfrazados con ropas muy extravagantes y la música básicamente eran diferentes melodías o canciones interpretadas de forma muy seguida con letras muy extrañas. Es una descripción muy vaga pero realmente no sé qué decir, en todo caso inolvidable.

2- Colin Stetson (Godspeed You Black Emperor! - Sala Apolo, 2011): como dijo un amigo que fue también a ese concierto, el gran aliciente de la actuación de Colin Stetson no era tanto la música (un tanto aburrida) como la tensión de ver si no se iba a desmayar de un momento a otro. El show consistió en él en el escenario tocando esta especie de saxofón gigantesco que le obligaba a dejarse los pulmones para conseguir que saliera algún sonido de él. En ciertos momentos llegamos a sufrir por él, pero aguantó hasta el final.



3- Dead Rat Orchestra (Godspeed You Black Emperor! - Sala Apolo, 2012): sí, otra vez los Godspeed You Black Emperor, se ve que a los canadienses les gusta traerse propuestas fuera de lo común. De nuevo pónganse en situación: estamos esperando el inicio del show y de repente aparecen en mitad de la pista un violinista y otro tipo descalzos cantando a todo pulmón (sin micrófono obviamente) entre el público. La duda inicial sobre si son los teloneros o dos espontáneos se disipa cuando el cantante hace un segundo tema casi  a cappella sentando con un instrumento de percusión. El resto de la actuación ya tiene lugar en el escenario y con la banda presentándose, pero siguió siendo un concierto muy extraño dominado por la presencia de instrumentos musicales extravagantes y la sensación de que sentían plenamente lo que interpretaban. De mis conciertos favoritos de teloneros (luego lo que escuché de sus discos me decepcionó).

Teloneros fuera de lugar: es decir, que te hacen preguntar qué puñetas hacen en un concierto de estas características. Un grupo telonero no tiene por qué ser necesariamente del mismo estilo que el principal, pero aún admitiendo eso, a veces hay casos que llaman mucho la atención.

1- Joe Gideon and The Sharks (Mott The Hoople - Hammersmith Odeon, 2009): cuando una banda legendaria y de culto se reúne tras más de 40 años separados para unos pocos conciertos, se trata de una ocasión sumamente especial, ¿verdad? En tal caso uno pensaría que el promotor tendría el sentido común de acompañar a la banda con un telonero a la altura o cuya música encaje con ese acontecimiento. No fue el caso del primero de los conciertos que dieron Mott The Hoople. Bajo ese extraño nombre se encontraba un dúo a lo White Stripes (ella batería, él resto de instrumentos) que hacían una música extraña y definitivamente poco atractiva que dejó a todos los nostálgicos cincuentones con cara de poker. Y también a los no tan nostálgicos ni cincuentones como a mí y mi acompañante.

2- Fucked Up (Arcade Fire - Palau Sant Jordi, 2010): como no fan del punk y derivados, yo no tenía ni idea de quienes eran Fucked Up, que iban a ser los teloneros de Arcade Fire en su gira del disco The Suburbs. Cuando salieron al escenario varios jovencillos de pintas modositas e indies me imaginé el típico indie-rock del montón. Craso error. A continuación salió su cantante, un tipo gordo y barbudo que no tardó en deshacerse de su camiseta, primer indicio de que el tipo de música iba a ir por otros derroteros. Acto seguido empezaron a tocar un concierto de hardcore ruidoso que contrastaba muy curiosamente con el tipo de música que ofrecían Arcade Fire y más siendo un estilo que no pegaba en un Palau Sant Jordi. El cantante se convirtió inmediatamente en el centro de atención, lanzándose al público y cantando desde allá mientras se abrazaba a la gente. Impactante.



3- Blanck Mass (Sigur Rós - Sant Jordi Club, 2013): dije que no haría ningún top de peores teloneros, pero me voy a permitir una excepción en este caso diciendo que fue el peor concierto que he visto en mi historial - después de todo este hombre no es un amateur que se pueda sentir mal por mi comentario y dudo que sepa español o llegue a mi blog. Quizá el problema lo tengo yo que no soporto la música electrónica, pero soy incapaz de verle la gracia a un tipo sentado ante un ordenador poniendo diferentes samples durante media hora. Insoportable y desde luego pésimo como introducción al mundo de Sigur Rós.

Los mejores: y por último, mis tres conciertos favoritos de teloneros, esta vez en orden de preferencia:

1- Wolfmother (Pearl Jam - Palau Olímpic de Badalona, 2006): en aquel entonces Wolfmother acababan de sacar su glorioso disco debut y eran una de las revelaciones del año, de esos grupos de los que todos hablaban. Su visita como teloneros de Pearl Jam era la primera que hacían en España y para mí fue una gran sorpresa saber que telonearían a Pearl Jam, puesto que ya tenía entrada para el concierto.
Cualquier duda sobre su calidad en directo quedó despejada al instante: sonaron potentísimos, las canciones obviamente eran intachables y además Eddie Vedder y Mike McReady salieron cada uno en un tema a acompañarles, lo cual demuestra que los propios Pearl Jam estaban contentos de tenerlos como teloneros (a cambio, el cantante de Wolfmother saldría más adelante a cantar un par de temas con Pearl Jam). Mi acompañante llegó a decir que le gustaron más que la banda de Seattle - que dieron un gran concierto.
Volví a ver a Wolfmother un año después y aunque también me gustaron creo que guardo mejor recuerdo de aquel concierto como teloneros de Pearl Jam. Quizá sea algo subjetivo por el impacto de la primera vez. O quizá que al ser una actuación concentrada a 40 minutos fue más intensa, en todo caso sigue siendo mi actuación telonera favorita.


2- The Waterboys (Neil Young & Crazy Horse - RDS Dublín, 2013): sí, otra vez. De hecho fue esta gran actuación lo que me inspiró a escribir esta entrada. Fui a su concierto sin conocerles de nada, esperando un concierto entretenido y poco más, y su actuación fue tan buena que una de las primeras cosas que hice al volver a casa fue consultar su discografía. Obviamente tiene que ver el que fueran teloneros de lujo, como dije antes, se notaba en la calidad de las composiciones, en las tablas sobre el escenario y en la impecable interpretación. Magníficos.

3- Robert Randolph & The Family Band (Eric Clapton - Palau Sant Jordi, 2004): mi recuerdo de este concierto es algo borroso así que me baso en las sensaciones que aún perduran en mi memoria más que en hechos concretos. Recuerdo que los tales Robert Randolph & The Family Band eran una banda de blues negra con un guitarrista slide increíble que se abocaban a jams en que referenciaban abiertamente clásicos como "Voodoo Child". Luego escuché sus discos con bastantes expectativas y me parecieron flojos, pero en vivo eran sin duda muy buenos y rememoraban perfectamente la faceta blues salvaje de Clapton.


lunes, 14 de octubre de 2013

Neil Young - After the Gold Rush (1970)


Es curioso cómo a veces algunos discos consiguen emocionar tanto. No sólo por la belleza de sus canciones o la calidad de sus composiciones y arreglos, sino porque de alguna forma consiguen tocar cierta fibra sensible. After The Gold Rush de Neil Young es uno de esos casos. En teoría no es más que un disco de temas lento de estilo folk, pero creo que todos los fans de Neil Young coincidirán en que tiene algo más que lo hace tan especial. ¿Es la calidad de sus canciones? Sí, pero no creo que eso explique todo, para mí sencillamente Neil consiguió alcanzar cierta sensibilidad muy especial que hizo de su tercer disco en solitario una obra tan conmovedora.

Es por ese motivo que cuando lo escucho suelo saltarme "Southern Man" y "When You Dance You Can Really Love". Son dos temazos pero para mí rompen la armonía tan especial del álbum, al igual que lo hacen los dos temas orquestales del Harvest. Por eso prefiero oírlos sueltos y, cuando escucho el After The Gold Rush, centrarme en el resto de canciones lentas y melancólicas.

En fin, ¿qué decir del resto? Cada pequeña canción es una pequeña joya llena de belleza, son de esas composiciones que me evocan cierta tristeza y al mismo tiempo me hacen esbozar una sonrisa. No tiene sentido desgranar una por una repitiendo adjetivos, así que destacaré algunas.

Por ejemplo el tema homónimo es en general una de mis canciones favoritas de Neil Young. La versión en vivo que hace en el Live Rust en que sustituye el solo de ¿trompeta? por uno de armónica es una de mis versiones en vivo favoritas de una canción, me pone literalmente los pelos de punta.


Mis predilectas normalmente siempre han sido "Oh Lonesome Me" con esa sentida armónica o "Don't Let It Bring You Down", pero a día de hoy creo que me quedo con "I Believe In You". Hace unos meses me puse enfermo y estuve una semana de baja recuperándome. En uno de los últimos días, cuando ya tenía fuerzas suficientes para volver a llevar una rutina normal, me aventuré a dar un paseo por la montaña con mis perros y decidí ponerme el After The Gold Rush para acompañarme. No hace falta decir que la combinación entre la armonía de la naturaleza y este disco fue perfecta, pero recuerdo como un momento especialmente inolvidable cuando sonó "I Believe In You". Puede parecer una tontería, pero es de esos momentos de especial comunión musical que tanto apreciamos los melómanos.

domingo, 6 de octubre de 2013

Derek is Eric


Somos muchos los que creemos que la cumbre de Eric Clapton como músico está en el breve periodo de tiempo en que estuvo con Derek & The Dominos. De hecho como creo haber dicho más de una vez, si Clapton hubiera muerto tras esa etapa (y no habría sido nada raro, ya que tras ese disco se pasó varios años recluido pasando por una durísima fase de drogadicción) hoy día sería una leyenda a la altura de Jimi Hendrix. Es más, si Eric hubiera muerto en 1972, estando aún en esa fase de drogadicción extrema, habría fallecido con 27 años por tanto podría haber sido otro miembro del famoso club. ¡Ya te vale, Eric!

La historia de Derek & The Dominos empieza de hecho donde acabó Blind Faith. En la gira del grupo, Clapton estaba ya cansado de ese proyecto que se le había ido de las manos (ver este artículo para más detalles), pero en cambio la banda que llevaban de teloneros le producía exactamente las sensaciones contrarias. Se trataban de Delaney & Bonnie, un matrimonio americano que practicaban una mezcla entre rock y soul blanco que rebosaba autenticidad. A Clapton le encantaron y no tardó en unirse a ellos en los conciertos contagiado por el entusiasmo de la banda y su música. Al resto de Blind Faith no le hizo nada de gracia ver como su guitarrista parecía preferir actuar con su banda telonera que con ellos, y efectivamente al final de la gira se separaron.

De nuevo solo y sin proyectos en mente, Clapton salió de gira con Delanney & Bonnie, de la cual se editó un directo muy bueno llamado On Tour with Eric Clapton. Mientras estaba con ellos, Delanney intentó convencer a Clapton de que debía explotar su don musical, que no podía simplemente dejarse llevar en proyectos que no le interesaban y privar al mundo de su talento. De esas conversaciones surgió el debut de Eric Clapton en solitario, grabado con los propios Delanney & Bonnie, su banda de acompañamiento y algunos invitados de lujo como Leon Russell. El álbum no obstante para mí fue una decepción, ya que está muy influenciado por el tipo de música de influencia soul que practicaba ese dúo, de forma que paradójicamente el debut de Eric Clapton en solitario acabó siendo un disco en que Clapton estaba oculto por los numerosos músicos que le acompañaban y una producción que, si bien servía para el estilo de Delaney & Bonnie, no creo que fuera adecuada para Eric.

Eric (sentado abajo a la izquierda) está diciendo: "Si este es mi primer disco en solitario, ¿qué hace aquí toda esta gente?"

Tras este disco, Clapton perdió el contacto con Delaney & Bonnie - muchos dicen que el dúo se aprovechó descaradamente del guitarrista para darse a conocer, algo que ignoro si es cierto o no - y se produjo el último hecho que desembocaría en la formación de Derek & The Dominos. La banda de acompañamiento de Delaney & Bonnie le hicieron saber a Eric que el dúo había disuelto el grupo y que por tanto estaban libres, ¿le gustaría trabajar con ellos? Por descontado que le gustaría. No solo eran tres músicos prodigiosos sino que, como habían tocado juntos en la gira de Delaney & Bonnie así como en su disco en solitario, ya les conocía y sabía que había buen feeling entre ellos.

A diferencia de todas sus anteriores bandas, ésta estaba formada por músicos totalmente desconocidos, pero a cambio eran buenísimos, y sería una formación a la altura de las anteriores: Carl Radle al bajo, Jim Gordon a la batería y Bobby Whitlock a los teclados. Radle luego volvería a trabajar con Clapton a lo largo de la década y era un bajista prodigioso, sus líneas de bajo son el secreto mejor guardado de Derek & The Dominos, tanto en el disco como en el directo. No suele mencionarse mucho, pero creo que contribuye a dar tanta consistencia al sonido de la banda. Gordon era un muy buen batería al que Clapton consideraba de hecho el mejor del mundo (opinión exagerada pero no obstante si opinaba así, algo tendría). Y Whitlock es quizá el que está más en un segundo plano a los teclados, pero lo compensa siendo el coautor de la mayoría de los temas originales y con la que es una de las marcas de estilo de Derek & The Dominos: sus coros. Uno de los rasgos más característicos de esta banda son los coros de Whitlock acompañando a Clapton, que acaban de mejorar las melodías vocales y les dan más énfasis haciendo la réplica a Eric (véase "Why Does Love Got To Be So Sad", tanto en estudio como en el directo del Fillmore).


Con esta maravillosa banda Clapton por fin pudo cumplir un sueño que ambicionaba desde hacía años: girar con una banda desconocida, lejos del estrellato del show business. Los Derek & The Dominos debutaron en una gira por modestos clubs ingleses en la que, por petición expresa de Clapton, estaba prohibido usar el nombre del guitarrista como reclamo. De esta forma dieron varios conciertos sin presiones, divirtiéndose, improvisando y conociéndose mejor, precisamente lo que le habría hecho falta a Blind Faith.

Una vez ya habían cogido forma, se fueron a Estados Unidos a grabar su disco en estudio que sería producido por Tom Dowd, que por entonces trabajaba en esa obra maestra del rock sureño que es Idlewild South de los Allman Brothers - Clapton quería a Phil Spector, pero gracias a Dios no pudo ser, y no lo digo porque no sea un gran productor sino porque no creo que su estilo encajara para este álbum. La grabación de la que acabaría siendo su mayor obra maestra curiosamente empezó de forma bastante floja. Tenían algunas canciones pero no acababan de arrancar del todo, parecía que les costaba pillar el punto. En todo caso, Dowd propuso una noche ir a ver actuar a los famosos Allman Brothers, de los cuales Clapton era muy fan.

Versión de "Tell The Truth" producida por Phil Spector de cuando él iba a ser el productor. La diferencia con la versión final demuestra lo diferente que habría sido el disco. Teniendo esto en cuenta, es una suerte que el álbum cayera en manos de Tom Dowd, ya que prefiero mucho antes su tono más bluesero.

A menudo las grandes obras maestras no solo de la música sino del resto de artes surgen de una rara suma de circunstancias en que todos los elementos encajan. Situándonos en el rock, ¿cuántos músicos excelentes pero sin una gran obra maestra en su haber lo habrían conseguido de encontrarse en unas circunstancias más propicias? Por supuesto primero hace falta talento, pero a menudo también que se aúnen una serie de factores que no dependen enteramente del músico. El caso de Layla & Other Assorted Love Songs es paradigmático. Clapton JAMÁS pudo volver a hacer algo así. De hecho nada que se le acerque remotamente. Y aunque tenía talento, lo que hace de Layla un disco tan magistral es también una suma de factores circunstanciales: el que Delaney & Bonnie fueran teloneros de Blind Faith, el que estos disolvieran su grupo y Clapton los adoptara, las circunstancias personales del guitarrista que le llevaron a usar el disco para canalizar sus sentimientos (como es bien sabido, estaba locamente enamorada de la mujer de su amigo George Harrison) y, por último, el que Tom Dowd le presentara a Duane Allman. Porque, digamoslo claro, sin Duane Layla no sería en absoluto un disco ni remotamente tan bueno.

Según dicen, el encuentro entre Duane y Eric fue bastante curioso. Eric estaba en primera fila en el concierto de los Allman Brothers al que Tom les llevó y en mitad de una canción Duane de repente le reconoció entre el público y se puso nervioso ya que admiraba muchísimo a Clapton. El otro guitarrista, Dickey Betts, notó que algo no iba bien, se acercó a donde estaba Duane y cuando vio a Clapton también se puso nervioso. Después del concierto Duane le echaría en cara a Dowd que no le avisaran antes de que Eric Clapton iba a estar entre el público.


Desde el principio hubo un entendimiento instintivo entre Eric y Duane, que tenían un carácter similar y se admiraban mutuamente. Se propuso al guitarrista de Allman Brothers que se uniera a las sesiones del Layla, pero éste dijo que sólo se pasaría a chafardear. A la práctica Duane acabó contribuyendo con su guitarra en casi todos los temas del disco, hasta el punto de que en algunos sitios se le suele considerar a él también como un miembro más de Derek & The Dominos. Pero no es cierto, Duane tenía ya compromisos con su banda madre y era inimaginable que la dejara de lado.

Duane fue el catalizador que necesitaban y que hizo que Layla por fin funcionara. A partir de su incorporación, el disco salió solo y de hecho estaban tan inspirados que acabó siendo un álbum doble. Las guitarras de Duane son una de las claves fundamentales de ese disco, sin él Layla no sería lo que es. De hecho el gran problema de Clapton en solitario es que siempre ha sido un músico muy perezoso y acomodado, el hecho de ser tan apreciado instantáneamente le hacía bajar el listón: ¿para qué matarse si el público le iba a adorar igual? Por ello lo mejor de sí lo daba en formaciones en que se veía obligado a sudar: en Cream y junto a Duane en Derek & The Dominos. Duane era un guitarrista extraordinario, si Eric no espabilaba le eclipsaría en su propio disco. Por otro lado, el feeling entre ambos, sumado a la compenetración con los otros tres músicos tras tanto tiempo tocando juntos, hizo que todo saliera a la perfección. Y el resultado fue magia.

Clapton jamás ha vuelto a tocar tan bien como en Layla, ni ha vuelto a cantar tan apasionadamente como en este disco (otro detalle de los muchos a resaltar: en este álbum está su mejor trabajo como cantante de los que he oído). Sus sentimientos hacia Pattie Harrison le hicieron sacar todo lo que llevaba guardado dentro y eso se nota en sus interpretaciones desgarradoras.
El dúo de guitarras Clapton-Allman es uno de los mejores que jamás he oído. En temas como "Anyday" es tan monumental lo que hacen que no me extraña que Clapton se viera incapaz de tocar ese tema en vivo con solo una guitarra.



Las composiciones por otro lado son magníficas, desde los temas menos blueseros y brutales como la inicial "I Looked Away" a temas de puro blues-rock como "Tell The Truth" que si no existieran alguien tendría que componerlos (me vuelve loco como entra ahí el slide de Duane en el estribillo). En cuanto a temas más accesibles, la preciosa "Bell Bottom Blues" es magnífica, la canción que más disfrutarán los fans del Clapton posterior a los que les eche atrás este maremoto de blues. Como curiosidad, cuando le vi en directo la tocó como segundo tema del concierto, fue la única referencia a Layla aparte del tema homónimo. Para los más puristas del blues, Clapton hizo una buena selección de temas como la lenta "Have You Ever Loved a Woman", "Nobody Knows You When You're Down and Out" y "Key to the Highway", que por si no lo sabían es una pura improvisación (por ello el tema empieza con un fade in). Pero como digo, el disco está lleno de detalles incluso en temas menos obvios. Fíjense en el solo final de "Keep on Growing", una canción que no suele mencionarse y a mí me parece una obra maestra, es absolutamente espectacular (y mientras tanto el bajo de Radle sosteniendo la canción con ese ritmo, fíjense también en él por favor). Y eso que es de los pocos temas en que Duane no participó y por tanto el solo es totalmente obra de Clapton (los otros en que no aparece son los dos primeros del álbum).



La cumbre del disco para mí es el tema homónimo. La parte rockera desborda pasión y locura, con unas guitarras salvajes y una melodía inolvidable que Clapton canta con tanta pasión que cuando se amuermó años después se encontró con el problema de que no le salía cantarla con la fuerza del disco. En cuanto a la coda final de piano, es una contribución del batería Jim Gordon. Hay discrepancias sobre si viene a cuento o si debería ir por separado, ya que son dos melodías virtualmente distintas. Para mí es impensable oír el tema sin esa melodía final, que aunque sea simplona me parece una maravilla que aún me emociona cada vez que la escucho. Mi momento especial de cuando vi a Clapton fue cuando acabaron la parte rockera de "Layla" y se detuvieron un momento, haciéndome pensar que tocarían solo la parte rockera (en los directos de los 70 que han llegado a mis manos lo hacía así de hecho). Pero entonces de repente empezó a sonar ese piano y... ¡¡oh!!


El disco desafortunadamente fue un fracaso comercial debido al hecho de que el gran público no sabía quienes eran Derek & The Dominos. La discográfica, desesperada, intentó salvar la situación con una campaña con la frase "Derek is Eric". Pero la verdad es que tampoco a la crítica pareció gustarle mucho el álbum, es uno de esos casos de obras que se han reconocido más bien con el paso del tiempo.

Mientras tanto, nuestros amigos se embarcaban en una gira que quedó documentada con el álbum In Concert, que luego fue reeditado y ampliado en CD con el nombre Live at Fillmore. De nuevo es un disco que genera división de opiniones, a mí me encanta, es de mis directos favoritos. Es cierto que tiene el inconveniente de que Clapton debía defender canciones interpretadas por dos guitarras (¡y la segunda era Duane Allman nada más y nada menos!) con solo una, pero tal y como dije aquí, ése es parte del encanto del concierto. Es Eric dejándose la piel en cada tema porque no tiene otro guitarrista de acompañamiento, Eric dándolo todo en cada minuto. Posteriormente recurriría en directo a otro guitarra de acompañamiento y huiría de esa imagen de guitar hero, que en este directo es donde más se puede percibir. La cumbre de Clapton como guitarrista creo de hecho que se encuentra aquí.

Por supuesto los no amantes del blues-rock y las jams, que se alejen del disco, aunque Clapton ya nos avisa, puesto que comienza con dos temas que sobrepasan los 10 minutos. El tracklist se basa mayormente en temas de su debut en solitario, del Layla y del segundo disco de Derek & The Dominos que nunca llegó a salir ("Roll It Over" y la fabulosa "Gotta Get Better in a Little While" con la que abren, una de mis composiciones favoritas de Derek & The Dominos). Aparte hay una referencia a Blind Faith y un "Crossroads" muy diferente al que practicaba con Cream.


Nunca sabremos cómo habría sido ese hipotético segundo álbum, porque los excesos con las drogas acabaron con la banda. Clapton, como ya dije, estuvo unos años recluido del mundo en su mansión hundiéndose en su drogadicción hasta tocar fondo. Cuando regresó a la música con 461 Ocean Blvd. había perdido la práctica a la guitarra y no quería ser más un guitar hero de blues. Carl Radle siguió trabajando como bajista de la banda de Clapton durante todos los 70 (de hecho en su autobiografía comenta que fue él quien le animó a regresar a la música) hasta que su alcoholismo acabó con él. Jim Gordon tuvo un desenlace más inesperadamente trágico. Después de actuar varios años como músico de sesión en los 80 mató a su madre presa de una esquizofrenia. Bobby Whitlock es el único superviviente con una carrera en solitario poco conocida en los 70 (su debut lleva años deambulando en mi carpeta de escuchas pendientes).

Así pues, Derek & The Dominos fue un pequeño instante de absoluta genialidad que no pudo durar mucho. La única grabación en vídeo que existe de la banda es esta actuación en el programa de Johnny Cash. Resulta irónico que el único testimonio visual que hay de la banda sea la interpretación del que creo que es el único tema algo flojo del Layla, "It's Too Late", pero en todo caso aquí va:



jueves, 3 de octubre de 2013

Pink Floyd - Us and Them

Hace ya tiempo que creo que el momento cumbre del Dark Side of the Moon (en mi opinión el mejor disco que he escuchado en mi vida, por muy tópico que sea) es la canción "Us and Them". De hecho es uno de los momentos que más recuerdo de cuando vi la gira de Roger Waters interpretándolo entero.

Curiosamente, esta maravillosa composición ya tenía cierto historial antes de aparecer en el Dark Side of the Moon, y una de las cosas que más me gusta de ella es que se puede rastrear su evolución a lo largo de los años.

El tema nació como una composición de Rick Wright para la banda sonora que el grupo preparó para la película Zabriskie Point de Antonioni, pero el exigente director italiano la rechazó. Aquí puede oírse una primera versión:


Se intuye ya la melodía principal del tema pero no deja de ser un esbozo, que quizá para una banda sonora habría funcionado bien, pero para un disco aún le falta algo para acabar de ser una gran canción.

En el siguiente vídeo extraído del episodio de Classic Albums dedicado al Dark Side of the Moon se puede ver al grupo comentando por qué Antonioni no quiso utilizar esta canción (impagable la forma como Waters imita a Antonioni):


El tema se quedó pues en el baúl de composiciones por utilizar y reapareció en la época del Dark Side of the Moon. Un dato muy interesante sobre la grabación de ese disco es que se hizo en circunstancias inéditas: al mismo tiempo que la banda iba trabajando en su compleja producción en estudio, daban conciertos en que lo interpretaban en directo. De este modo, las composiciones cogieron forma no sólo en estudio sino también en los conciertos que dieron por entonces. Hay algunos bootlegs de la época que son una golosina para todo fanático del álbum, porque permite escuchar algunos temas en su forma más primigenia o con un estilo diferente al disco (por ejemplo en esos directos no utilizaban aún sintetizadores, lo que daba otro estilo a temas como "On The Run").
En ese contexto, "Us and Them" es una de las más interesantes de escuchar, en el bootleg que mejor conozco, The Dark Side of the Sky, aparece todavía en una forma muy básica, y es interesante compararla con la versión que Wright mostró a Antonioni solo a piano y la versión final. A mí personalmente me encanta cómo queda. Aquí un ejemplo en el minuto 28:40:


Y luego por supuesto tenemos la versión final, coescrita junto a David Gilmour. Aquí se mantiene la melodía insinuada por Wright dándole además un tono más solemne acentuado por los coros femeninos y el uso de efectos de estudio como ecos o las voces grabadas de entrevistas le acaban de dar ese toque tan especial. El resultado final, con incorporación de saxofón, es magnífico:



Pink Floyd 1 - Michelangelo Antonioni 0