lunes, 15 de agosto de 2016

Deep Purple: MK IV

Cuando empecé a interesarme por el rock de adolescente, la idea que me llegó de Deep Purple era que lo realmente bueno de la banda era la formación del Made in Japan (1972), es decir, el MK II: Ian Gillan (voces), Ritchie Blackmore (guitarra), Jon Lord (teclados), Ian Paice (batería) y Roger Glover (bajo). Sabía que después se hicieron otros discos con otro cantante - e incluso que había otros álbums más misteriosos en su primera época sesentera - que estaban muy bien pero ya no eran lo mismo. Luego supe que en realidad ese otro cantante era una estrella por derecho propio, David Coverdale, y que esa formación incluía además un bajista con suficiente personalidad como era Glenn Hughes. Pero de todos modos creo que el MK III se ha revalorizado mucho en los últimos 10 años, cuando cada vez más gente dice sin tapujos que lo prefiere a la era Gillan, algo que yo en mis inicios jamás había oído decir a nadie.

¡No obstante había más! Una misteriosa formación que fue la última de los 70 en que no estaban... ¡ni Gillan ni Blackmore! Eran los tipos del MK III con otro guitarrista que a mí ni me sonaba remotamente. Dicha formación grabó un disco y después se disolvió la banda. No parecía muy prometedor. De hecho la fama que tenía este último álbum era de ser un cierre algo flojo de lo que venía siendo una gran trayectoria, una despedida pálida de los brillantes Deep Purple clásicos. Pero, de nuevo, el tiempo lo ha revalorizado y en estos años ya es algo habitual hablar con muy buenas palabras de esta breve etapa del grupo. Aprovechando que llevo unas semanas enganchadísimo a estos Deep Purple he decidido dedicar una extensa entrada para reivindicar lo que sería el MK IV.



Adiós Ritchie, adiós


A principios y mediados de los 70, Deep Purple era una de las bandas más populares del mundo. Puede parecer una obviedad, pero al estar hoy día algo de capa caída a veces se tiende a olvidar que en esos años eran absolutamente gigantes. No obstante, las cosas se pusieron feas cuando la formación que consiguió el éxito se fue a tomar por saco: Ian Gillan se fue por no soportar a Blackmore y este último exigió además que echaran a Glover, no por nada, sino porque había entrado con Ian y por tanto debía irse con él (¿?) - en los 90, cuando se volvió a reunir esta formación, optaron por la idea más astuta de dejar que fuera el colgado de Blackmore el que abandonara la banda, y que Ian y Roger se quedaran.

Pese a ello, los nuevos Deep Purple deslumbraron al mundo con ese discazo que es Burn (1974), donde quedaba de manifiesto el talento de sus dos nuevos fichajes: David Coverdale y Glenn Hughes. Todo parecía viento en popa, pero las cosas se complicaron durante la grabación de su siguiente disco, Stormbringer (1974). Porque si bien en Burn ya se notaban influencias funk - cortesía de Hughes y su increíble labor como bajista y vocalista - la tendencia en su nueva obra llegaba a extremos inimaginables solo un año atrás. De repente teníamos a unos Deep Purple con influencia directa de música negra tipo funk o incluso soul.


Aunque contra todo pronóstico el disco funcionaba - a mí me gusta muchísimo sin ser fan de esos géneros - en el seno del grupo no todos estaban conformes con esta nueva dirección. Más concretamente Blackmore se sentía totalmente alienado respecto a este nuevo enfoque, y no se cortó ni un pelo en decir a la prensa que a él no le gustaba ese tipo de música. En paralelo, Lord también admitía que habían tomado un viraje algo extraño y prometía que el nuevo disco sería rockero... ¡bonita forma de promocionar su nuevo trabajo! Resulta extraño que un tipo tan dominante como Blackmore dejara que se le escaparan las riendas del grupo, pero en esos años estaba pasando un mal momento por estar separándose de su mujer y eso le impidió demostrar al resto quién mandaba ahí.

Pronto surgió otro motivo de conflicto cuando Blackmore se empeñó en que la banda debería grabar una versión de un tema llamado "Black Sheep of the Family" de unos tales Quatermass. El resto no parecieron muy interesados en la idea y Blackmore se lo tomó a mal. Durante el tour, el bueno de Ritchie empezó a pensar en grabar un disco en solitario donde incluiría ese tema, y no tardó en acercarse al cantante de la banda que los teloneaba, unos tales Elf donde se encontraba Ronnie James Dio. El resto de Deep Purple no lo sabían, pero Blackmore había dicho a los managers que dejaría el grupo y estaba ultimando con Dio los detalles para formar Rainbow.

Debo confesar que este es uno de los episodios más confusos para mí de la historia de Deep Purple: ¿por qué puñetas Blackmore se emperró de esa forma en grabar en estudio esa versión? Es un buen tema, pero tampoco espectacular y, sobre todo, Deep Purple hacía muchos años que habían decidido no hacer versiones en estudio. Ni siquiera la que por fin hizo con Rainbow me aporta mucha luz, está muy bien pero no es brillante ni aporta algo especialmente nuevo a la canción. También es cierto que Blackmore no es alguien fácil de entender, estamos hablando de un tipo que ha estado 20 años grabando extraños discos medievales con un sombrerito de brujo y que se ha negado a ir a la ceremonia de inclusión de Deep Purple en el Rock 'N' Roll Hall of Fame porque no se había invitado a Joe Lynn Turner, que solo estuvo en un disco de Deep Purple que no gusta a casi nadie... ¡y al que por otro lado el propio Blackmore no ha invitado para la reunificación de Rainbow (grupo en el que Turner realmente destacó)!

Así pues, en 1975 Blackmore, que dos años antes había echado a dos miembros del grupo, ahora abandonaba el barco.


En busca de un nuevo guitarrista


La marcha de uno de los miembros fundadores imprescindibles de la banda dolió mucho a Ian Paice y sobre todo Jon Lord, que decidieron que lo mejor era separar el grupo. Lo que sucedía es que los chicos nuevos, Coverdale y Hughes, estaban deseosos de continuar: mientras que Lord y Paice ya eran estrellas consagradas y con cierto nivel de vida, los otros dos eran aún jóvenes que acababan de saborear por primera vez la maravillosa vida de rockstar... ¿iban a tener que renunciar a ello solo un año después?

Ambos asediaron a Lord y Paice y les convencieron para seguir. A eso hay que sumarle que, como dije antes, Deep Purple eran increíblemente populares, de modo que había muchas presiones de managers y la discográfica para que siguieran adelante: a nadie le interesaba cerrar una marca tan lucrativa. Finalmente Lord y Paice aceptaron, una decisión que luego retrospectivamente dirían que no fue muy acertada, ya que debieron haberlo dejado cuando se fue Blackmore - claro que esto lo afirmaron influenciados por la traumática gira posterior y por el hecho de que el disco que grabaron no se ha empezado a valorar hasta hace poco.

En algún sitio he leído que su primera opción fue... ¡Jeff Beck! De ser así el guitarrista debía estar muy solicitado en esa época: ese mismo año los Stones le estaban tanteando para que ocupara la plaza vacante de solista. Más allá del señor Beck, la banda probó con varios candidatos que no acabaron de funcionar hasta que Coverdale propuso el nombre de Tommy Bolin, a quien conocía sobre todo por su trabajo en un disco de jazz fusion que le gustaba mucho: Spectrum (1973) de Billy Cobham.



Bolin en aquel entonces acababa de dejar James Gang después de grabar el excelente Miami (1974) y estaba planteándose debutar en solitario. Cuando le propusieron entrar en Deep Purple no es que estuviera especialmente emocionado, de hecho casi no conocía la música del grupo salvo los singles, pero acudió a la audición. Empezaron a improvisar y todos notaron al instante que la cosa funcionaba, incluido el reticente Bolin, que luego admitiría que no sabía que estos tipos fueran tan buenos. Se le propuso ipso facto unirse al grupo y, para que no tuviera problemas con sus planes en solitario, se acordó que podría grabar en paralelo sus discos como solista - eso difícilmente podría parecer problemático en Deep Purple, Jon Lord, había pasado de ser el principal miembro del grupo a aceptar sabiamente colocarse a un segundo plano y relegar sus inquietudes musicales (que tiraban más hacia el rock sinfónico y la música clásica que hacia el hard-rock) en discos en solitario que sacaba en paralelo a su frenética actividad con Deep Purple.

Por cierto, hace años se sacó un álbum que incluía algunas de las jams que hizo la banda en esa época llamado Days May Come que tiene una pinta tremenda pero aún no ha llegado a mis manos...


Venga y pruebe a la banda


El único álbum que grabaría este MK IV sería Come Taste the Band (1975). Resulta curioso que, habiéndose marchado Blackmore, el más reticente a ese enfoque tan funk y soul de su anterior obra, la banda no decidiera explorar más libremente ese camino. Al contrario, Lord cumplió su promesa y Come Taste the Band vuelve al sonido rock con toques funk de Burn (1974). Algo denostado históricamente, escuchado hoy día creo que se defiende solo: no hay ni un solo tema que flojee, la guitarra de Bolin se integra perfectamente en la banda y de hecho es un álbum que fluye muy bien. Es de destacar que, lejos de ser un invitado, Bolin coescribe la mayoría de temas aportando su identidad a la banda ("Lady Luck", una de las más pegadizas, de hecho la trajo Bolin pensando que pegaría bien en el disco).

Temas como "Gettin' Tighter", "I Need Love" o "Dealer" (con un puente precioso cantado por Hughes) son la continuación lógica de ese hard-rock con toques funk que hacían antes, aunque con un toque algo menos duro por la ausencia de Blackmore. "This Time Around/Owed to G" empieza con una parte muy calmada que surgió de una improvisación de Lord a la que Hughes le añadió letra, que luego se une con un tema más fusión de Bolin. Y la mejor del disco a mi gusto es la última, "You Keep on Movin'", que viene de los tiempos de Burn. La habían compuesto Hughes y Coverdale, pero cuando se la enseñaron a papá Blackmore éste les dijo que no le gustaba. Una vez el ogro Blackmore se largó, a la pareja les faltó tiempo para colarla en su primer disco sin él, y no es para menos.

En su momento el disco vendió bien (aunque es cierto que el nombre "Deep Purple" ya te garantizaba unas ventas más que respetables) y fue más o menos bien acogido, pero en general se quedó con la fama de ser uno de sus obras más flojas. A día de hoy ha envejecido muy bien y tiene suficiente personalidad como para poder colarlo en nuestro top del grupo sin parecer excéntricos.

Tour de pesadilla y fin del MK IV


Donde empezaron a complicarse seriamente las cosas fue en el tour de promoción del disco. De entrada, Glenn Hughes llevaba un ritmo de vida tan errático que se había vuelto incontrolable. De hecho en el primer tema del disco, "Comin' Home" tuvo que tocar Bolin las partes de bajo al estar Hughes ilocalizable. Antes de iniciar el tour la banda le puso un ultimátum: o frenaba sus excesos o le echarían del grupo. Hughes prometió controlarse, pero olvidó cumplir lo pactado tan pronto empezó la gira.

Bolin era otra bomba de relojería. De entrada al empezar los ensayos se sintió muy frustrado cuando le pidieron que tocara los temas viejos de Deep Purple igual que hacía Blackmore, negándole la posibilidad de interpretarlos a su forma. Eso a un músico inquieto y fan de las jams como Bolin le resultó frustrante, pero acabó aceptando. No obstante lo peor es que sus problemas con las drogas eran similares a los del bajista, de modo que enseguida se vio que en la gira había dos facciones: Hughes y Bolin absolutamente pasados de vueltas e impredecibles, y el resto intentando mantener el control de la situación. No era un panorama muy agradable.

Aparentemente las primeras fechas del tour en Oceanía, donde Bolin era muy popular, fueron las mejores, manteniendo alto el listón de Deep Purple como banda imbatible en directo. El setlist apostaba muy claramente por el nuevo disco, dejando del MK III sólo los dos temas homónimos de sus respectivos discos y con tres temas de la era MK II sacados de Machine Head: "Smoke on the Water", "Lazy" (el vehículo de lucimiento para Lord y Paice) y "Highway Star". También solían hacer algún tema del disco en solitario de Bolin.


Por desgracia el breve paso por Indonesia fue una experiencia terrible. En Yakarta la llegada de Deep Purple fue recibida con una euforia desorbitada, hasta el punto de que las calles se colapsaron. Para frenar la multitud se puso a disposición del grupo... el ejército. Una vez ahí se les hizo saber que tendrían que tocar dos fechas en vez de una, y que no sería para 20.000 personas como estaba estipulado, sino unas 90.000. Malas vibraciones. Durante el concierto, la banda se temía lo peor: la multitud estaba apelotonada como podía y había en el foso docenas de miembros del ejército armados y con perros, pero aquella noche no sucedió nada sobre el escenario.

El drama se produjo en el hotel después del concierto, cuando dos miembros del personal de seguridad tuvieron una pelea en la habitación de Hughes y uno de éstos se fue. A la mañana siguiente vino la policía a detener a Glenn Hughes y a los otros dos miembros del personal que habían estado en la habitación: el guardaespaldas que había dejado la habitación había muerto cayendo por el hueco del ascensor y se acusaba a los otros tres de asesinato. Los tres fueron enviados a la cárcel e interrogados. Cuando se hizo la hora del segundo concierto, dejaron salir a Hughes bajo escolta para que actuara. Durante ese show sí hubo incidentes entre el público y el ejército (miembros de la banda dicen que se oía a gente gritando porque les atacaban los perros y los soldados), de modo que la banda hizo un set más corto de lo normal para escapar de ahí.

De vuelta a la comisaría las prostitutas que habían estado en la habitación del bajista aparecieron repentinamente para declarar en favor de los detenidos y se les soltó. La banda escapó como pudo del país sin ver ni un céntimo de las ganancias del concierto. Hughes y el resto están convencidos de que lo que sucedió no fue un accidente: el guardaespaldas que perdió la vida no estaba ebrio cuando salió del cuarto y la forma como se sucedieron los hechos da a pensar que estaba planificado expresamente para tenderles una trampa y evitar pagarles.



Traumatizados por todo lo sucedido, llegan a Japón donde les esperaban más problemas. Tommy Bolin, que no encontró heroína de calidad en Yakarta, se había inyectado una dosis que le había regalado una prostituta y el material estaba en tan mal estado que casi tuvo una sobredosis. Cuando se recuperó tenía el brazo paralizado, lo cual suele ser un inconveniente cuando eres un guitarrista. Se hizo lo que pudo para reanimárselo utilizando masajistas y aunque recuperó algo de movilidad para los conciertos, apenas podía tocar gran cosa.

¿Quieren saber lo mejor? Precisamente eso sucedió en los conciertos que iban a grabarse en vídeo y audio de la gira. En consecuencia durante mucho tiempo el único testimonio que tenemos del MK IV en vivo es el mediocre Last Concert in Japan (1977), el concierto en que Tommy Bolin casi no podía tocar la guitarra. En mi opinión éste es uno de los factores que han contribuido a que el MK IV estuviera denostado tanto tiempo. Uno escucha el desastre de solo de guitarra de "Highway Star" y se pregunta cómo pudieron editar eso (supongo que a la discográfica le daba igual la calidad y que el poner la palabra "Japan" en el título sería un aliciente para los fans).

He aquí una pequeña muestra, fíjense como el show se inicia con "Burn" pero con la particularidad de que el riff inicial lo toca Lord a los teclados y no Bolin. De hecho, es Lord quien salva mínimamente el show, y por sacar algo bueno de este artefacto diremos que nos confirma lo enorme músico que era el teclista y cómo podría haber sobresalido más si hubiera querido, pero en su lugar prefirió mantenerse en un modesto segundo plano... salvo cuando el guitarrista no podía tocar.



Después de estos dos incidentes, la gira americana fue sumamente irregular. Se combinaban shows excelentes con otros muy flojos (ya fuera porque esa noche Bolin y/o Hughes estuvieran muy pasados o porque sencillamente no funcionaba la cosa). Teniendo en cuenta que la gran baza de Deep Purple fueron siempre sus históricos conciertos, Lord y Paice comenzaron a sentirse decepcionados, ya que no podían aceptar dar shows que bajaran del sobresaliente. El setlist del tour fue cambiando, rotando prácticamente todos los temas del Come Taste the Band, lo cual lejos de ser una buena señal, en un grupo de setlists fijos como Purple era un síntoma de inseguridad (igual que les pasaría a Queen en su primera crisis musical).

Si esto fuera poco, las declaraciones de la banda a la prensa no eran muy halagüeñas por entonces. Hughes afirmaba que a él lo que le gustaba era la música negra, no el hard-rock al que se estaba dedicando, y Coverdale ya anunciaba que haría un disco en solitario donde podría ser él mismo y no verse obligado a hacer el papel de cantante de Deep Purple. Bolin, cuyo debut en solitario había sido un gran éxito de ventas, seguramente se preguntaba cuándo podría dedicarse de nuevo a su música.



Por suerte, con el tiempo se editaría un directo de esa parte de la gira que por fin haría justicia a las noches buenas del quinteto: On the Wings of a Russian Foxbat, un documento imprescindible para fans del grupo que demuestra que, en otras circunstancias, podrían haberse mantenido como una formación imbatible. No fue así, cuando llegaron a Reino Unido la desidia se había apoderado del grupo y después de un concierto vergonzosamente flojísimo en Liverpool - el último planeado de la gira - Coverdale dijo furioso al acabar que lo dejaba, una decisión que en realidad ya debían haber tomado Lord y Paice tiempo atrás una vez que hubieran cumplido todos sus compromisos. En ese aspecto fue una ruptura fácil: nadie quería seguir adelante.

Tras la separación, Paice y Lord montaron un grupo, Paice Ashton Lord, que solo duró un disco (que por cierto tengo mucha curiosidad por escuchar). Bolin pudo centrarse en su carrera en solitario grabando un exitoso segundo álbum, pero sus excesos le cobraron factura: murió de sobredosis en mitad de un tour al año siguiente. Hughes editó un disco en solitario y ha sobrevivido hasta nuestros días de milagro con una trayectoria algo errática teniendo en cuenta su talento. Coverdale como sabemos fue el que salió mejor parado. Quizá no sea tan talentoso como Hughes pero supo encauzar bien su talento con Whitesnake, donde por cierto llegó a reclutar a sus ex-compañeros Paice y Lord en alguna formación.

Diez años después, la formación del MK II volvió a reunirse con el celebrado Perfect Strangers (1985). La continuidad que tuvo esta nueva versión del grupo a lo largo de los años contribuyó a hacer caer en el olvido ese último episodio de los Deep Purple clásicos (eso sumado a que Gillan ha sido, salvo una espantada, un miembro estable desde entonces y el cantante no quiere ni oír hablar de esos Purple "que imitaban a Stevie Wonder"). Una pena que esta última formación que hizo música tan buena y, sobre todo, llegara a adquirir personalidad propia, se quedara en un curioso episodio suelto. La historia del rock tiene docenas de momentos semiocultos por descubrir, como afortunadamente se ha ido haciendo en estos años con el MK IV.

domingo, 7 de agosto de 2016

Deep Purple - Who Do We Think We Are? (1973)


Cuando uno ya ha pasado por los discos clásicos e imprescindibles de un grupo resulta bastante curioso enfrentarse a sus obras menores. Ya hemos visto a la banda en sus mejores momentos, ahora toca verles en una situación de debilidad, y eso es lo que sucede con el último disco del MK II de Deep Purple: Who Do We Think We Are? (1973), un álbum del que había oído hablar tan poco y de forma tan tibia que no esperaba gran cosa. Y desde luego las circunstancias en que se grabó no hacían presagiar mucho.

Who Do We Think We Are? es el clásico producto de una situación insostenible: una banda agotada después de años de frenética actividad y con tensiones insostenibles entre sus miembros, más concretamente entre el cantante Ian Gillan y el guitarrista Ritchie Blackmore. En realidad parece ser que su relación ya se resentía desde 1971 por el clásico problemas de egos: Ritchie, como bien sabemos, no es un tipo fácil, y Gillan acaparaba demasiado protagonismo. La relación entre ambos acabó siendo cada vez peor, pero afortunadamente nada de eso se notó en sus excelentes conciertos presentando Machine Head (1972) - incluyendo el Made in Japan (1972).

Muchos grandes discos se han grabado en una situación de tensión, pero a eso hay que sumarle que la banda llevaba un ritmo de trabajo agotador. Mientras estaban de tour ya habían reservado los estudios para grabar su siguiente álbum (el cuarto en apenas tres años), pero como tuvieron que cancelar algunos shows por enfermedad, los programaron al final y eso provocó que apenas hubiera tiempo de descanso entre el tour y la grabación del disco. En conclusión, cuando llegaron a Roma no tenían material ni ganas de ponerse a ello. Según Gillan, si sus managers les hubieran permitido tomarse un tiempo de vacaciones, el MK II habría durado más tiempo. Quién sabe, en todo caso ese contexto aceleró las cosas.

De estas primeras sesiones solo salieron dos temas. El primero es el gran clásico del disco, "Woman from Tokyo", un tema de rock 'n' roll sencillo y pegadizo con un buen riff de guitarra y una letra que iba sobre el primer tour en Japón que iban a empezar en breve y que se inmortalizaría en su directo más famoso. La otras es "Painted Horse", con un tono más blues y Gillan a la armónica. Se descartó por las típicas peleas entre guitarrista y cantante: Ritchie dijo que había que grabar otra toma vocal, Ian se negó y en conclusión Ritchie dijo que entonces se iba fuera del disco. No estaba Blackmore para tonterías.


Mientras tanto, la banda tampoco se ponía de acuerdo con la dirección a tomar. Ian quería desesperadamente cambiar de estilo y tirar hacia influencias progresivas, en la línea de Fireball (1971), algo que a Blackmore - y seguramente al resto - no les interesaba. Y Blackmore por su cuenta se guardaba sus mejores composiciones para un proyecto que tenía entre manos, Baby Face (donde pensaba contar con ¡Phil Lynnott y Paul Rodgers! - al que pensaba traerse al batería de Deep Purple, Ian Paice). No era un ambiente muy prometedor.

Finalmente, tras otra tortuosa sesión consiguieron sacar algunos temas más hasta que les dio para la duración mínima 34 minutos escasos. En general el disco no aguanta comparaciones con los predecesores, pero a cambio mantiene un buen nivel medio, sin grandes picos pero tampoco ningún tema que sobre: buenos temas rockeros como"Mary Long" (como curiosidad, el único que tocaron en vivo en aquella época), "Rat Bat Blue" sostenida por un marcado ritmo de batería de Ian Paice o "Smooth Dancer" que criticaba la situación de la banda. "Place in Line" por otro lado es un blues que rompe un poco el estilo del disco y que es quizá la más floja del mismo, pero a cambio viene seguida por la mejor composición de todo el álbum: "Our Lady", con un gran trabajo de Jon Lord a los teclados.

¿Qué pasó después de este difícil parto? Ian Gillan se dio cuenta de que no podían aguantar más tiempo juntos él y Ritchie, así que comunicó a los managers que se largaba. Estos le pidieron que siguiera para unos últimos conciertos que quedaban y aceptó. Dichos shows fueron de una tensión aún más insoportable, ya que el resto de la banda sabían que Gillan no tardaría en irse y el cantante optó por viajar aparte (por otro lado, en toda la gira apenas se dirigieron nunca la palabra él y Ritchie). Para intentar que la banda no se desmoronara, los managers convencieron a Ritchie de que dejara ese proyecto aparte y que siguiera en el grupo. Este aceptó solo si se iba el bajista Roger Glover, condición que todos aceptaron. En consecuencia Glover empezó a notar que el resto le hacía el vacío también a él durante el tour... desde luego, debieron ser unos días llenos de felicidad en el seno de Deep Purple.

De todo eso ha quedado un disco sin duda menor pero bastante decente que a mí al menos me resulta más agradable e interesante de escuchar que cualquiera que hayan hecho después de los 70s. En su edad de oro, el MK II de Deep Purple era tan bueno que sencillamente no sabían sacar un mal disco.