martes, 31 de julio de 2012

Joe Walsh - But Seriously, Folks... (1978)

Existe hoy en día una tendencia generalizada a sobredimensionar el papel de Joe Walsh en los Eagles. En cierto modo es normal, ya que cuando Walsh entró en la banda no era un músico cualquiera sino que había militado ya en James Gang y había comenzado una carrera en solitario creando discos exitosos y de calidad. Walsh era por otro lado un músico creativo y un muy buen compositor, así que ciertamente su entrada en los Eagles no puede pasar desapercibida.

Pero lo que sucede es que la gente tiende a hablar de él como si fuera el líder o el miembro más importante del grupo, lo cual es absolutamente falso. Walsh era un músico excelente pero entró en una banda exitosa que ya tenía sus dos líderes bien marcados, Don Henley y Glenn Frey, que eran los principales cantantes y compositores. Querer dar a entender que Walsh era tan importante en los Eagles o incluso más que ellos es sencillamente falso. Por supuesto eso no quita que la entrada de Walsh resultó muy estimulante al grupo y que les aportó mucho, pero no hay que sacar las cosas de quicio. Igualmente, después del concierto que dieron en Barcelona hace 7 años (del cual debo hablar algún día porque hay mucho que comentar), leí bastantes comentarios de gente que casi daban a entender que Walsh fue el elemento decisivo del concierto. En algún sitio leí a alguien diciendo que se aburrió pero por suerte "Walsh salió a poner orden y todo fue mejor". Me parece entrañable que se tenga tanta estima a este músico, porque ciertamente a mí también me cae especialmente bien, pero ni mucho menos fue así.

Dicho esto hoy voy a hablar de un disco suyo en solitario: But Seriously, Folks...
El álbum se sitúa cronológicamente en un momento decisivo de la carrera de los Eagles. En 1976 arrasaron en todo el mundo con Hotel California, disco al que le siguió una gira mundial que acabó de agotar a la banda por completo. Tras el tour, su bajista les dejó y Don Henley y Glenn Frey se odiaban más que nunca. En ese contexto tuvieron que sacar fuerzas para grabar una continuación digna de Hotel California. El esfuerzo les llevó la friolera de dos años.

Fue en este periodo de tiempo cuando Joe Walsh sacó el disco que comentamos hoy. Y creo que eso ya es bastante significativo respecto a su papel en los Eagles: mientras Henley y Frey sudaban sangre para sacar un disco a la altura de las expectativas del público sin matarse entre ellos en el intento, Walsh, demasiado inquieto como para quedarse esperando, grabó por su cuenta uno de sus álbums más exitosos en solitario. Sus compañeros no creo que desaprobaran su actitud (de hecho todos colaboran en la grabación), pero este hecho demuestra lo que dije antes sobre su papel en la banda: aunque aportaba composiciones y su guitarra, los principales impulsores del grupo era Henley y Frey, Walsh sencillamente era demasiado creativo para anclarse en un grupo con dos líderes tan marcados.

Curiosamente, el disco que les llevó dos años a los Eagles, The Long Run me parece inferior a esta obra que se marcó Walsh por su cuenta. Mientras el álbum de Eagles ya denotaba el cansancio del grupo y tiene una producción que lo hace algo pesado, But Seriously, Folks... es un disco espontáneo y disfrutable.

Los primeros cinco temas son rock y folk-rock muy del estilo del que practicaban sus compañeros Eagles. Canciones muy agradables y disfrutables ideales para un soleado día de verano como el de hoy: las pegadizas "Over and Over" y "Tomorrow", las folkies "Second Hand Store" e "Indian Summer" y la más rockera "At The Station".





Las dos últimas presentan ciertas novedades. "Theme from Boat Weirdos" es una instrumental algo rara con flauta y sintetizadores, el tipo de tema que demuestra las inquietudes de Walsh por probar cosas algo diferentes a lo habitual (un tema así jamás habría entrado en un disco de los Eagles).
Y finalmente tenemos el gran clásico del disco y de Joe Walsh en general: "Life's Been Good". Aunque a mí no me parece de sus mejores composiciones, es un buen tema que siempre me ha caído en gracia por su cachondísima letra que ironiza sobre su vida como acaudalada estrella de rock:


I have a mansion forget the price 
Ain't never been there they tell me it's nice 
I live in hotels tear out the walls 
I have accountants pay for it all 


They say I'm crazy but I have a good time 
I'm just looking for clues at the scene of the crime 
Life's been good to me so far 


My Maserati does 185 
I lost my license now I don't drive 
I have a limo ride in the back 
I lock the doors in case I'm attacked 


I'm making records my fans they can't wait 
They write me letters tell me I'm great 
So I got me an office, gold records on the wall 
Just leave a message maybe I'll call 


Lucky I'm sane after all I've been through 
Everybody says I'm cool (He's cool) 
I can't complain but sometimes I still do 
Life's been good to me so far 


I go to parties sometimes until four 
It's hard to leave when you can't find the door 
It's tough to handle this fortune and fame 
Everybody's so different I haven't changed 


They say I'm lazy but it takes all my time 
Everybody says Oh yeah (Oh yeah) 
I keep on going guess I'll never know why 
Life's been good to me so far

Lo interesante es que podría parecer una composición normal de 5 minutos, pero en realidad dura más de 8 al tener una larga parte instrumental que para mí es lo que la hace más especial.

En resumen, un disco muy disfrutable y ciertamente (debo reconocerlo) mucho mejor de lo que esperaba, que además demuestra que después de Hotel California era el miembro de los Eagles que mantuvo más su inspiración.

sábado, 28 de julio de 2012

¿El peor recopilatorio de la historia?


Cuando este recopilatorio salió a la venta yo era un joven inocente que acababa de conocer a Queen y sólo había oído sus dos famosísimos Greatest Hits. Así que cuando salió la tercera parte yo pensé con toda la lógica del mundo que debería comprarlo para ampliar mis conocimientos del grupo antes de pasar a sus otros discos. Por suerte, era tan naif musicalmente que no me llevé un chasco, no tenía criterio para darme cuenta de su floja calidad y, sobre todo, no conocía suficientemente la carrera del grupo para ser consciente de que la selección de temas era criminal.

Lo lógico y esperable habría sido una compilación que incluyera los singles y clásicos del grupo que no habían entrado en las versiones I-II y algunas rarezas para atraer a los fans. A decir verdad, me temo que desafortunadamente Brian May y Roger Taylor también pensaron así. Digo desafortunadamente porque eso indica que habían perdido el norte del todo.

Lo que incluye a grandes rasgos el Greatest Hits III es una tercera parte de Made in Heaven (el único disco en estudio del grupo que salió tras los Greatest Hits I y II), algunos temas clásicos que quedaron fuera de los recopilatorios anteriores, otros de sus carreras en solitario y algunas rarezas.

De entrada meter cuatro temas del Made in Heaven es una estupidez como una casa. Es decir, si juntamos los tres recopilatorios de Queen resulta que hay cuatro temas de un disco que no gusta a muchos de los fans y sólo dos de la considerada su obra cumbre. ¿En qué puñetas estábais pensando?

En segundo lugar, los temas clásicos no incluidos en sus otros recopilatorios son "Las Palabras de Amor", "Princes of the Universe" y "These Are The Days of Our Lives". Sobre esta selección hay que hacer varios comentarios:

  • Parece ser que, para Brian y Roger, Queen comenzaron a existir en los 80.
  • Aunque no son de mis temas predilectos (especialmente "These Are The Days of Our Lives"), es cierto que su elección es justificada al ser singles que han tenido más o menos aceptación entre los fans. Pero...
  • ...¿realmente creen que estos temas deben entrar en un recopilatorio antes que otros esenciales para todo fan del grupo como "Love of my Life" o "Tie Your Mother Down" que fueron interpretadas en cada gira de la banda?

Y eso nos lleva al último punto, el más jugoso de todos, las rarezas. Aquí hay de todo, veamos:

  • Temas en solitario: me parece una buena idea meter algunas canciones en solitario de las carreras de Freddie y Brian (y aún mejor idea no colar ninguno de la carrera de Roger o The Cross). Nada que objetar a las escogidas, al margen de que gusten más o menos son las más representativas y conocidas: "Barcelona", "The Great Pretender" y "Living on my Own" de Freddie y "Driven by You" de Brian May.
  •  Caras B: teniendo en cuenta que Queen tienen muy pocas caras B tiene delito haber escogido además una de las más ñoñas y aburridas: "Thank God It's Christmas".
  • Rarezas aceptables-justificables:
    • Un "Show Must Go On" de 1997 con Elton John para una actuación especial en la inauguración del Bejar Ballet, mucho mejor que el que hicieron en el Freddie Mercury Tribute Concert. Teniendo en cuenta que no se ha editado en ningún sitio está bien que se añada aquí.
    • El "Somebody to Love" con George Michael del Freddie Mercury Tribute Concert. A día de hoy está considerado un clásico no solo de Queen sino de la carrera de George Michael, de hecho suele salir en sus recopilatorios. Seguramente es la mejor elección de todo el recopilatorio, no solo por su calidad y ser una versión imprescindible para muchos fans, sino porque tampoco está editado en ningún album de Queen.
    • "No-One But You (Only the Good Die Young)": el último tema que habían grabado Queen hasta entonces y que solo se podía adquirir comprando un prescindible recopilatorio llamado Queen Rocks.
  • Y ojo porque ahora llegamos a lo más divertido: rarezas WTF o "realmente creéis que los fans queremos oír ESTO":
    • Un remix de "Under Pressure". ¿Por qué?
    • Un remix RAPERO de "Another One Bites the Dust". ¿POR QUÉ? ¿Es una venganza hacia John por haber dejado el grupo en aquel entonces? ¿Es una broma macabra?
¿Balance? Cuatro temas de un disco reciente que sin embargo no gustaba a muchos fans, una de las peores caras B de su carrera, tres clásicos que no son malos pero que sustituyen a otros mucho más importantes objetivamente, varias rarezas y temas en solitario justificables y dos insultos a cualquier fan de Queen. Y todo esto bajo el título Greatest Hits. Grandioso.

Recientemente Queen han subsanado ese error mediante una serie de recopilaciones llamadas Deep Cuts que incluyen temas del grupo no aparecidos en sus famosos Greatest Hits. Pero en realidad lo que les motivó a sacar estos discos fue que recientemente cambiaron de discográfica y, claro, había que buscar una manera de explotar el material. Así que reeditaron todos sus álbums clásicos con Bonus Tracks y sacaron estos tres nuevos recopilatorios de rarezas para el gran público que no quisiera comprar los discos de estudio.

En fin, para acabar esta reseña propongo un ejercicio apto solo para fanáticos del grupo y es realizar una versión alternativa de un Greatest Hits III pero en varias fases de acuerdo a varios criterios.

De entrada, mi recopilación ideal para un Greatest Hits III siguiendo como único criterio los temas que yo creo que deberían entrar sería algo así:


1- Keep Yourself Alive
2- Tie Your Mother Down
3- Tenement Funster
4- White Queen (live Earls Court)
5- '39
6- Spread Your Wings
7- Death on Two Legs
8- You Take My Breath Away
9- It's Late
10- Love of my Life (live)
11- Sail away Sweet Sister
12- Liar
13- Long Away
14- The March of the Black Queen
15- In The Lap of the Gods (Revisited)
16- Bijou
17- Was It All Worth It

Intentando ser más objetivo debería sustituir algunos de estos temas por otros que tienen un mayor estatus de clásico del grupo, por lo que la cosa quedaría así:

1- Keep Yourself Alive
2- Tie Your Mother Down
3- Let Me Entertain You (Tenement Funster)
4- White Queen (live Earls Court)
5- '39
6- Spread Your Wings
7- Death on Two Legs
8- Is This The We Created (You Take My Breath Away)
9- Princes of the Universe (It's Late)
10- Love of my Life (live)
11- Dragon Attack (Sail away Sweet Sister)
12- Liar
13- I'm In Love With My Car (Long Away)
14- The March of the Black Queen
15- In The Lap of the Gods (Revisited)
16- These Are The Days of Our Lives (Bijou)
17- Was It All Worth It

Éste creo que podría ser un buen Greatest Hits III más o menos objetivo dejando gustos personales aparte, es decir, que incluye temas objetivamente clásicos del grupo para todo fan o que tuvieron cierta repercusión, aunque fuera menor que la de sus mayores clásicos. La única concesión que hice es incluir "Was It All Worth It" en lugar de "Scandal", que sí fue single, pero considero que "Was It All Worth It" es uno de esos temas ocultos que gusta mucho a la comunidad de fans de Queen y además tiene una letra muy significativa.

Pero si quisiéramos complicar más la cosa siguiendo la (fallida) idea del Greatest Hits III de añadir además rarezas, la cosa quedaría entonces así:

1- Keep Yourself Alive
2- Tie Your Mother Down
3- Mad the Swine* (Let Me Entertain You
4- Somebody to Love with George Michael (live) (White Queen (live))
5- '39
6- Spread Your Wings
7- Death on Two Legs
8- Brian May - Too Much Love Will Kill You (Is This The We Created)
9- Princes of the Universe 
10- Love of my Life (live)
11- Freddie Mercury - Barcelona (Dragon Attack
12- Liar
13- I'm In Love With My Car 
14- The March of the Black Queen
15- In The Lap of the Gods (Revisited)
16- These Are The Days of Our Lives 
17- Was It All Worth It

* Intercambiable por otra cara B como "See What a Fool I've Been" o incluso, por qué no, por un tema de Smile, la banda de la que nació Queen.

Éste sería finalmente el Greatest Hits III más adecuado en mi humilde opinión. Un término medio entre temas que la mayoría de los fans consideran imprescindibles y otros que tuvieron cierto éxito y deberían incluirse, junto a un par de rarezas. Es decir, un término medio entre lo que opinan Brian May y Roger Taylor y lo que yo creo que debería tener. Desgraciadamente, las similitudes con el Greatest Hits III son mínimas.

Si algún amable lector ha llegado a leer hasta aquí (¡bravo!) y quiere animarse a opinar sobre mi alternativa de Greatest Hits III, proponer otro o, incluso, defender el de verdad, sus comentarios serán bienvenidos.

miércoles, 25 de julio de 2012

Adiós amigos vinilos

Hace ya unos cuantos años vino a visitarnos a casa un amigo de mis padres. Es una persona con la que no tengo mucho contacto pero que me cae genial y aunque no hablábamos mucho era muy agradable charlar con él, ya que era (y es) muy buen tipo y simpático.

En una de esas visitas se enteró de que me gustaba el rock de los años 70 y se quedó boquiabierto. No es muy normal que alguien de mi edad escuche ese tipo de música y ciertamente sus hijos no tienen ni el más mínimo interés por el tema, por lo que cuando supo que me encantaban grupos como Led Zeppelin o la Creedence, que solía ir a conciertos de viejos dinosaurios y que además coleccionaba vinilos, enseguida me cogió más aprecio. Tengo entendido que de joven era muy aficionado a la música, estaba bastante al día sobre grupos interesantes (al menos lo más al día que puedes estar en la España franquista de los 70) y fue quien descubrió decenas de discos interesantes a mis padres. A día de hoy supongo que se le vería como un carroza anclado en los 70, pero aún mantiene ese entusiasmo hacia la música.

Por varias circunstancias esa persona tuvo que mudarse a otra ciudad y decidió cederme su colección de vinilos, ya que no podría disponer de un tocadiscos allá donde iba. A primera vista puede parecer algo insustancial pero no lo era para mí ni, desde luego, para él. En primer lugar porque aunque no era una colección monstruosa desde los estándares de coleccionismo que estamos habituados a ver hoy día, les tenía mucho cariño y me pidió que los tratara bien refiriéndose a ellos como su tesoro. Y en segundo lugar porque no es que simplemente dejara a otra persona cuidando sus vinilos sino que me los dejaba a mí confiando que los disfrutaría como había hecho él de joven, y por ello le gustaba recomendarme discos que creía que podrían gustarme.


Estos vinilos han estado conmigo tanto tiempo que al final he acabado considerándolos como míos. Pero no en un sentido posesivo, sino en el sentido de que los trataba con el mismo cuidado que los míos y que cuando iba a ferias de discos y veía uno de esos pensaba: "Ah mira, éste no debo comprarlo, ya lo tengo". Él por el otro lado siempre que pasaba por casa (una vez al año aproximadamente) me preguntaba por su tesoro y de vez en cuando comentábamos alguno.

Bien, este domingo llegó ya el día. Ha conseguido un tocadiscos y va a poder llevarse los vinilos consigo. Sabía que ese día llegaría y me alegro porque sé que aprecia mucho su colección, pero obviamente no puedo evitar sentir pena al verlos partir. Tampoco puedo evitar pensar que no los aproveché lo suficiente, que hay muchos discos que tenía ahí esperando como si fueran a estar siempre conmigo y ahora van a irse sin que hubiera podido oírlos. Álbums como el Love Your Live de los Rolling Stones, Made in Europe de Deep Purple, Searching for a Rainbow de Marshall Tucker Band, Caravansarai de Santana, Johnny and Edgar Winter Together, el debut de Ted Nugent, Book of Dreams de Steve Miller Band, Nine Live de Bob Seger & The Silver Bullet Band, los primeros discos de Clapton en solitario, etc. Por supuesto todos éstos puedo oírlos fácilmente por Internet, pero me hacía ilusión descubrir los álbums gracias a los vinilos.

Pero por otro lado no son pocos los discos que he descubierto gracias a esta colección. Algunos son obviedades que iba a oír de todas formas pero que escuche por primera vez gracias a esta colección, otros fueron descubrimientos puros y duros. Aquí van unos pocos:

  • The Marshall Tucker Band - Carolina Dreams
  • Ten Years After - Cricklewood Green
  • Led Zeppelin - Physical Graffiti
  • Johnny Winter - Captured Live
  • Neil Young - Harvest
  • John Mayall - The Turning Point
  • Grand Funk Railroad - E Pluribus Funk
  • Van Morrison - Moondance
  • Blind Faith - Blind Faith
  • Lou Reed - Rock N Roll Animal, Live
  • Peter Frampton - Frampton Comes Alive

Hay dos que relaciono especialmente a esta persona y su colección de vinilos por motivos totalmente distintos.
El primero es el Captured Live de Johnny Winter. Esta persona era un fanático de Johnny Winter y no paraba de recomendarme efusivamente sus discos. Sin embargo la primera vez que los escuché no me mataron del todo, tenían un estilo de pirotecnia guitarrera que a veces me cansa un poco y no les cogí la gracia, no obstante él me decía que le encantaba y me pasó incluso una cinta para que le grabara un par y así poder oírlos en su furgoneta, que aún va con cassettes. Y de repente un día me sorprendí poniendo ese directo y disfrutándolo. No fue porque insistiera mucho ni porque me viera obligado a que me gustara, simplemente de repente le cogí el punto. No es de mis favoritos pero ahora siempre que lo oigo lo relaciono a él y sus vinilos de Johnny Winter por lo mucho que le gustaba.

El segundo es Frampton Comes Alive. Éste es un directo que me gusta pero sin volverme loco, no obstante lo disfruto bastante. Hace unos meses, Frampton dio una gira por España tocando ese disco entero y el amigo de mis padres fue a verlo a Madrid. Al día siguiente llamó a casa de mis padres pero no para charlar con ellos sino que dijo que quería hablar conmigo. Llamaba para comentarme lo mucho que disfrutó del concierto y recomendarme que fuera a ver a Frampton cuando pasara por Barcelona. Así sin más, espontáneamente. En realidad se me pasó por la cabeza ir pero la entrada era muy cara y esa misma semana venían Yes. Aún así, estuvimos hablando más de 20 minutos en los que me explicó detalles del concierto que vio que demostraban que aún conservaba esa pasión por la música. Puede que no sea un experto en la materia, pero es de esas personas que disfrutan genuinamente de momentos así. Cuando le comenté de Yes me preguntó qué tal fue, pero no de la típica forma cortés que se suele hacer esperando una respuesta breve y resumida, sino que realmente parecía interesarle saber cómo fue el concierto aún sin ser él mismo un gran fan del grupo. Por esta tontería ahora relaciono el mítico directo de Peter Frampton con él y esa conversación.

En fin, ahora me toca despedirme de su colección y volver a ver mi estantería de vinilos reducida a la mitad. Supongo que no los aproveché tanto como podría porque inconscientemente pensaba que estarían siempre conmigo y que tendría tiempo. Pero por otro lado no es poco lo que he oído y descubierto (de hecho no he listado antes unos cuantos vinilos que oí y no me acabaron de gustar). Y hay discos que siempre asociaré a las primeras escuchas que hice de ellos cogiéndolos de esta colección y poniéndolos en el tocadiscos sin saber qué me encontraría, especialmente creo que siempre recordaré así Harvest, Carolina Dreams,E Pluribus Funk, The Turning Point, Cricklewood Green y Rock N Roll Animal.

Así pues, adiós amigos vinilos y gracias por haberme acompañado todos estos años.



sábado, 21 de julio de 2012

Dickey Betts & The Great Southern - Sala Apolo, 18 de Mayo 2012

Hace 5 años vino por primera vez en su carrera Dickey Betts a España, en concreto a la Sala Bikini de Barcelona. Y yo cometí el error de no ir. Por aquel entonces no era tan fanático de los Allman Brothers como ahora y además no tenía mucho dinero. Para mi desgracia el concierto fue calificado de histórico por todos los que fueron, así que me pasé años lamentando no haber ido, sobre todo cuando los Allman se convirtieron en una de mis bandas predilectas.


Para quien no lo sepa, Betts ha sido el guitarrista de los Allman Brothers hasta hace relativamente poco, en concreto el año 2000, cuando el resto de miembros de la banda le expulsaron. Betts fue el gran responsable de retomar las riendas de la banda cuando murió Duane Allman, que hasta entonces era el miembro más destacado del grupo. Aunque a nivel de composición el líder siempre fue el teclista Greg Allman, la ausencia del músico más destacado ponía en peligro la situación del grupo, y ahí fue cuando Betts tuvo un papel crucial como guitarrista llenando ese hueco y componiendo algunos de los mayores clásicos de los Allman Brothers.

A finales de los 70 la banda tuvo una existencia algo errática hasta que en los 90 renacieron gracias a la incorporación de Warren Haynes, quien actualmente compagina su trabajo en los Allman con su banda Gov't Mule. Haynes les dio el empuje que necesitaban y el grupo grabó algunos discos muy celebrados por los fans... aunque debo decir que a mí no me agradan demasiado, pero quizá es cosa mía (aborrezco la producción de los discos de sonido clásico hechos de los 90 en adelante). En todo caso, Betts fue expulsado en el 2000 y desde entonces él gira en solitario con su propia banda mientras los Allman van dando conciertos en EEUU.

A día de hoy si tuviera que elegir a quién preferiría ver me decantaría por Betts. Aunque sin duda los Allman deben dar unos conciertos fabulosos y tienen en su haber a dos de los guitarristas más prestigiosos actualmente (Warren Haynes y Derek Trucks), para mí el principal aliciente a día de hoy es oír la guitarra de Dickey. Y en cierto modo muchos fans simpatizamos más con su propuesta más modesta, tocando en pequeñas salas, que con los Allman Brothers actuales, técnicamente impecables pero que quizá son más una "all star band" que otra cosa (lo cual no es malo, ¿quién no querría ver algo así? pero es otro rollo...).
Suelto todo este rollo para dar a entender que para muchos a día de hoy ver a Dickey Betts nos resulta más atractivo que ver a los propios Allman Brothers, sin menospreciar a éstos, claro.

Como dije, el concierto del 2007 es a día de hoy considerado como histórico por todos los que fueron, por lo que al saber que podría verle esta vez no dudé ni un segundo en hacerme como la entrada.  Sin embargo, en líneas generales tengo la impresión de que su show del 2007 ha sido idealizado un poco por el impacto que suponía ver a Betts en directo, ya que aunque toda la gente lo considera impresionante también se resaltan algunos defectos que debieron hacerlo algo irregular. En concreto el principal handicap era la presencia de su hijo Duane Betts, que según parece no estuvo a la altura como guitarrista y cantó algunos temas propios algo flojos. Del mismo modo, no me gusta tanto el setlist de entonces comparado con los que hace ahora. A juzgar por las opiniones de la gente que le vio las dos veces parece ser que el concierto de 2007 tuvo algunos momentos sublimes que ahora no puede igualar en absoluto y otros más flojos, mientras que el del 2012 fue un concierto más regular, sin llegar a los mejores momentos de antes pero tampoco sin sus momentos flojos. No está mal, ¿no?

Dickey vigilando que su hijo toque bien el solo

La banda que lleva actualmente el señor Betts es tan descaradamente un trasunto de los Allman que resulta hasta entrañable, con un teclista-cantante rubio que era un doble de Greg Allman y dos baterías (uno de ellos afroamericano como en los Allman, sé que es hilar muy fino pensar que es a propósito, pero la simple casualidad me hace gracia).

De cara a este concierto me hice con el último disco que me faltaba de la época clásica de los Allman Win, Lose or Draw (1975). Lo hice más para celebrar la ocasión que otra cosa, ya que la otra vez no tocó ninguna de este disco. Por ello para mí fue una sorpresa mayúscula oír como empezaban con el que es claramente el mejor tema de ese álbum: "High Falls". Empezar un concierto con una canción instrumental de 15 minutos ya dice mucho sobre Dickey, y aunque puede parecer algo raro a día de hoy creo que es uno de los mejores inicios de concierto que he visto en los últimos años. Por la elección de la canción (es un tema genial) y porque fue de los que mejor interpretaron, sonó perfecta y se me pasó volando literalmente, fue una carta de presentación intachable.

En general Betts sigue fiel a su estilo, el show se basa en largas jams entre toda la banda que le acompañaba (dos baterías, dos guitarristas, un bajista y un teclista) comandadas por el maestro de ceremonias Betts, de forma que al acabar la tercera canción llevábamos una media hora de concierto. Hubo que yo sepa solo una referencia a sus antiguos discos en solitario, la alegre "Nothing You Can Do" y se basó mayormente en material clásico, con joyas como "Statesboro Blues" (cantada por el teclista) o "Southbound" (en la que participó como guitarrista invitado Santiago Campillo, ex-miembro de M-Clan, y supo estar a la altura).

El primer set se cerró con mi momento favorito de la noche junto al tema inicial, la maravillosa "Jessica". Era un placer oír como Betts iba improvisando y luego volviendo a la melodía principal de este tema. Sus expresiones mientras hacía los solos demostraban que no toca con el piloto automático sino que se concentraba mucho para dar lo mejor de sí, y se notaba.

Después de una pausa de 20 minutos abrieron fuerte un segundo set con "Blue Sky". El momento cumbre fue, cómo no, "In Memory of Elizabeth Reed", una versión extensísima en que Duane Betts se resarció de sus fallos de la anterior gira con un solo magnífico (aunque cuando le tocó el turno al padre quedó claro quien mandaba ahí) y que contó con un solo de batería que me decepcionó, ya que esperaba que aprovecharían la presencia de dos baterías para hacer un solo en que interactuaran más, pero no fue así. Hubo también una referencia a los Allman de los 90 con "Back Where It All Begins", un tema que en estudio no me dice mucho y que en vivo fue una pasada por lo bien que lo interpretaron. No obstante el tocar los temas en versión jam no es siempre garantía de calidad. Por ejemplo creo que fue un gran error acabar con un tema tan flojo como "My Getaway" que ni en vivo me agradó demasiado. A cambio el bis con la infaltable "Ramblin' Man" mejoró las cosas.

Una espina clavada que por fin me he podido quitar. Sin duda uno de los mejores guitarristas que he visto en un concierto.


martes, 17 de julio de 2012

Geffen contra Neil Young


En 1983 tuvo lugar una de las demandas más extravagantes del mundo del rock: la discográfica Geffen denunció a un cliente suyo, Neil Young, bajo la acusación de ser pretendidamente anticomercial. Geffen pedía una compensación de 3 millones de dólares esgrimiendo como argumentos a favor los discos Trans y Everybody's Rockin.

Para entender esto (si es que puede entenderse) hay que remontarse años atrás. En los años 70 Neil Young era uno de los artistas más exitosos del momento con una carrera además muy prolífica. A principios de los años 80, David Geffen le fichó para su discográfica pensando que había hecho uno de los negocios del siglo. Lo que Geffen no podía sospechar es que los 80 serían la etapa más errática de la carrera de Neil, con discos irregulares y experimentos extraños. No era nada nuevo de hecho, en los 70 tras el éxito de Harvest Neil grabó los 3 discos más anticomerciales de aquella época y vetó un cuarto que tenía grabado que musicalmente era muy similar al Harvest y podía ser un potencial éxito en ventas.

Pero en los 80 se sumó esa actitud de Neil al hecho de ser una década muy problemática para todos los artistas de los 70. Neil experimentó con la música electrónica, hizo un disco de rockabilly y otro de country puro y duro en un margen de muy pocos años. Era casi mareante seguir su carrera. Y claro, los discos no vendieron bien.

Geffen, que pensaba haber contratado a un artista de éxito se enfadó y tras varias peleas le denunció acusándole de estar haciendo discos que eran expresamente anticomerciales. Finalmente se retiró la absurda acusación que por suerte no sentó ningún precedente, pero lo más interesante es saber cómo se cerró. La solución podría haber sido un pacto amistoso en plan "yo lanzo un Harvest 2 y a cambio me dejas grabar luego mis paranoias". Pero no fue así, lo que hizo Neil fue proponer un cambio en el contrato y hacer que le pagaran menos dinero a cambio de poder seguir haciendo lo que le diera la gana. Seguía siendo un sueldo enorme (medio millón de dólares en vez de 1 millón), pero debe ser el único caso de un artista de primer nivel que pide a su discográfica que le pague menos a cambio de que le deje grabar los discos que quiera.

sábado, 14 de julio de 2012

Queen - Queen (1973)


Uno de los discos más infravalorados de la historia del rock.
Así como el segundo álbum de Queen es una obra desconocida para el gran público pero respetadísima por todos los fans del Queen (de hecho es el disco favorito de muchos fans del grupo, entre los que me incluyo), con el debut no existe esa unanimidad. Para algunos es una obra menor, para otros un buen disco pero no entre los mejores del grupo, para otros como yo se trata de una de las mejores creaciones de su carrera.

De entrada me gustaría hablar de mi primer contacto con sus canciones. Este disco lo conseguí en la época en que descubrí a Queen y los oía de forma obsesiva, de hecho no escuchaba otra cosa. Para mi cumpleaños me pedí su debut, el Sheer Heart Attack y una recopilación de sus videoclips (¿recuerdan el VHS?). Yo no tenía ni idea de a qué sonaba su debut, puesto que no hay ningún tema del disco en los dos recopilatorios que tenía de la banda, por ello era para mí la obra más misteriosa de su carrera. Sin embargo, mi primer contacto no fue directamente con el disco, ya que antes de ponerlo en el equipo de música no me resistí a mirar antes sus videoclips.
En aquella época pre-Youtube yo no había visto prácticamente nunca a Queen en movimiento salvo el videoclip de "Bohemian Rhapsody" que cacé alguna vez por la TV. Verles a ellos interpretando su música en videoclips era para mí un acontecimiento, por ello lo primero que hice fue zamparme el Greatest Flix I (recopilación de videoclips de los 70s) entero.
El caso es que al final de la cinta había dos sorpresas, dos canciones que no salían en el recopilatorio en CD:   "Keep Yourself Alive" y "Liar". Pertenecen a la primera grabación que se conoce de Queen, una grabación en un estudio interpretando el tema en playback, lo típico de la época. La primera canción me gustó sin más pero debo detenerme en el impacto que me provocó la segunda, porque fue de esos impactos que uno no olvida fácilmente. Por aquel entonces yo solo había escuchado a Queen y Elton John (lo normal en todo adolescente, vaya), así que cuando de repente me estalló en la cara un tema como "Liar" literalmente aluciné. En aquel momento era lo más bestia que había oído de forma consciente. El impacto fue doble: el toparme con una canción cuyo estilo me parecía tan duro para mis oídos tan poco acostumbrados y el ver que Queen hicieran música así. Si hubiera descubierto esa canción un año después, cuando ya conocía a Led Zeppelin, el impacto habría sido menor, pero al no tener otro precedente, el puñetazo que me propinó "Liar" me dejó marca durante mucho tiempo.

Por supuesto, me encantó. Aquí está el vídeo que tanto me impactó:


Volvamos a Queen y su debut.

A diferencia de muchas bandas de la época, Queen tardaron un periodo relativamente largo desde que se formó el grupo hasta que grabaron su debut. Y no por falta de éxito, sino porque prefirieron concentrarse en sus canciones y sus directos y esperar a recibir una buena oferta de una discográfica (su arrogancia siempre fue uno de sus fuertes). Finalmente entre finales de 1971 y principios de 1972 pudieron grabar su disco en las horas muertas en que nadie utilizaba el estudio (es decir, de madrugada). Sin embargo, por problemas con la discográfica, el álbum tardó 1 año en salir a la venta, lo que molestó profundamente a la banda. En 1973 ya habían completado su segunda obra (que se retrasaría a su vez otro año para que no salieran los dos discos a la vez) y cambiado su sonido, por lo que consideraban que el debut que estaba a la venta no hacía justicia a lo que ellos hacían por entonces. En algunas declaraciones decían que lo que más les molestó fue ver cómo en ese año surgió el glam-rock y un tipo de sonido que ellos estaban desarrollando por su cuenta, y que la sensación que tendría el público es que ellos se habían unido a la moda, cuando llevaban tiempo tirando por esos derroteros.

El disco se inicia con una composición de Brian que fue además el primer single del grupo y el tema del álbum que se mantuvo más tiempo en los setlists del grupo: "Keep Yourself Alive", una canción sencilla, contundente e intachable que puede que en primeras escuchas pase algo desapercibida, pero sin duda es muy buena. A ésta le sigue "Doin' All Right", un tema que data de los tiempos de Smile (la banda de Brian May y Roger Taylor antes de Queen) que alterna momentos más lentos con otros más rockeros.

Lo fuerte llega a partir de aquí con tres temazos de Freddie seguidos (pequeña aclaración: muchas de estas canciones en realidad las compusieron colaborativamente pero luego Freddie dijo que el autor sería el que escribía las letras, por lo que los créditos quizá no son del todo justos; por ejemplo Brian dice haber aportado mucho a "Liar" y ciertamente no me extrañaría). El primero es el hard-rockero "Great King Rat" que destaca por las guitarras de May. Pero en lo que a hard-rock se refiere la gran joya del disco es el ya citado "Liar". Una de las mejores canciones no solo del disco sino de Queen, un tema largo con multitud de pasajes alucinantes y con un sonido brutal en que toda la banda destaca sin excepción. Y me reservo para el final la otra obra maestra del disco, una de esas joyas ocultas de Queen: "My Fairy King".
Sólo por esta canción, el disco merecería la pena aunque el resto fuera horrible. Un tema complejísimo que no sigue una estructura fija, sino que va pasando de una melodía a otra sin rumbo. Freddie, como maestro de ceremonias al piano, va guiándonos a través de este tema barroco, oscuro y apasionante hasta llegar a ese momento que pone los pelos de punta, cuando canta "Mother Mercury, look what they've done to me, I cannot run, I cannot hide". Seguidamente, las guitarras de May crean un sonido ambiental precioso que poco a poco va adquiriendo forma hasta que el resto de la banda se une y la canción desemboca en ese final apoteósico. Lo mejor es que todo esto sucede en solo 4 minutos.


En la segunda mitad del disco encontramos el único tema acústico, "The Night Comes Down", que siempre me llamó la atención por su sonido (se nota especialmente en la batería), y es que en realidad se trata de la demo que grabaron del tema, ya que la versión que hicieron en estudio no les convenció. Le sigue la primera aportación de Roger a Queen, el rockero "Modern Times Rock 'N' Roll" cantado por él, muy contundente en su estilo.

Los dos siguientes temas del disco al principio no me entusiasmaban demasiado, y es normal, porque son quizá los que tienen el sonido hard-rockero puro y duro sin el estilo más barroco de Queen, por lo que cuando los oí no me atraían mucho. A día de hoy me parecen ambos magníficos. "Son and Daughter" me recuerda vagamente a Black Sabbath en algunos momentos sobre todo por ese magnífico riff, y en los inicios de Queen era uno de los grandes momentos de lucimiento de Brian.
Pero donde quiero detenerme es en "Jesus". Ésta es sin duda la canción menos destacable de Freddie del disco (no cuento el "Seven Seas of Rhye" porque no es la versión definitiva del tema), pero aún así hay algo que destacar. Escuchad el segmento instrumental que hay a partir del minuto 1:50:


Aún sin ser una gran composición, este momento es magnífico y resulta muy interesante por dos motivos. En primer lugar porque tiene un sonido enérgico típico de power trio de la época (a mí por ejemplo me recuerda mucho a "Deserted Cities of the Heart" de Cream). Pero sobre todo porque Queen jamás volvieron a sonar así en toda su carrera. No estoy diciendo que en el resto de sus discos uno no pueda encontrar temas de hard-rock brutales, porque obviamente los hay, pero no suenan de esta manera. Ni tampoco es un reproche, puesto que si no volvieron a sonar así es porque éste no es su estilo, el estilo que luego encontrarían en Queen II y Sheer Heart Attack por el que tantos fans les adoramos. Simplemente constato un hecho, y es que en cierto momento de su carrera Queen demostraron poder desenvolverse en un estilo al que muchos no les asocian. Y solo por eso "Jesus" ya es un tema interesantísimo, por ver a Queen en un contexto que no volverá a repetirse.

Finalmente, se podría mencionar también un tema que se grabó en esas sesiones pero quedó descartado del álbum: "Mad The Swine" de Freddie. Ciertamente no pega con el estilo del resto del álbum, tiene un estilo ligero que encajaría mejor en obras posteriores, pero aún así es una canción bastante chula:


También se grabó un medley de clásicos del rock que por entonces solían tocar en todos sus conciertos, pero se descartó, lo cual me parece acertado ya que este tipo de versiones quedaban muy bien en el contexto de un concierto pero en estudio no sé si encajarían con el disco. Otra canción que se descartó es "Hangman", un tema de hard-rock más en la línea del resto de canciones que ahora solo se puede oír en bootlegs en directo de las primeras giras del grupo.

El éxito del álbum fue un tanto limitado, no estaba mal para un grupo primerizo pero obviamente a la banda les supo a poco y de hecho, como ya apunté antes, en el momento en que salió a la venta ya habían dado un cambio a su sonido que poco a poco daría forma al inconfundible estilo Queen que todos conocemos. No obstante, su debut sigue siendo una obra muy interesante por ser única en su estilo en la carrera del grupo y, por supuesto, por ser un disco magistral que para mí estaría entre los 5 mejores de la banda.

miércoles, 11 de julio de 2012

Iggy & The Stooges - Festival Cruïlla 6-7-2012

Hace unos 10 años se cumplió el sueño de muchos cuando Iggy Pop y su antigua banda, los Stooges, comenzaron a girar juntos 30 años después de su separación. Ver a Pop acompañado del excelente e infravaloradísimo guitarrista Ron Asheton interpretando sus dos álbums íntegros era algo histórico. Con el tiempo la reunión dejó de ser algo tan especial al pasarse 5 años de gira, y en el caso de España se les pudo ver a menudo, eso sí, siempre en festivales: el Azkena Rock Festival, el Primavera Sound o el FIB. Por ese motivo yo me los perdí, y cuando Asheton murió el 2009 me dolió doblemente: por la pérdida de un gran músico que estaba cosechando el éxito que le fue negado en su época y porque jamás le podría ver en directo.

En ese momento Iggy sorprendió a todos anunciando que continuaría girando con los Stooges pero en esta ocasión con la formación de su tercer disco, es decir, con el guitarrista James Williamson. Williamson sólo había trabajado como músico con Iggy en los 70 y luego abandonó el mundo del rock para trabajar como ingeniero electrónico. Recientemente Williamson se jubiló de su trabajo en Sony y fue convocado por Iggy para girar con él, una manera muy curiosa de vivir la jubilación.

Aún cuando el material grabado con Williamson también era genial, a mí no me gusta ni la mitad como guitarrista que Asheton. No obstante, cuando supe que iban a venir a Barcelona al festival Cruïlla y que podría comprar mi entrada por 40 euros (cuando vinieron al Primavera, la entrada de día eran unos 60-70 euros), no lo dudé. Yo iba ante todo por Iggy, sin querer menospreciar a Williamson, que en sus discos con Iggy demostró ser muy buen guitarrista, pero cuya presencia para mí tenía más el atractivo anecdótico de ver a los Stooges de Raw Power que otra cosa (la batería seguía estando ocupada por Scott Asheton, el único superviviente de la formación original junto a Iggy, y el bajista era un tal Mike Watt, que hizo un grandísimo trabajo).

Estos conciertos se concentraban obviamente en Raw Power, el disco que grabaron los Stooges de James Williamson, pero también caían temas del álbum que grabó Iggy con Williamson (Kill City, reseñado en su blog amigo), algunas rarezas Stooges bien conocidas por los fans y algunas agradecidas referencias a sus álbums anteriores.


En estos años de fiebre festivalera ha llegado un punto en que surgían nuevos festivales sin seguir ninguna línea musical. Se basaban más bien en reclutar grupos de éxito para que acudieran a verlos los fans de cada banda al no tener otra alternativa, ya que habitualmente tocaban en exclusiva en ese festival. El Cruïlla nació de esa tendencia y decidió coger ese defecto y disfrazarlo de virtud, basando su lema en exponer sin tapujos que, efectivamente, no sigue ninguna línea musical, pero es que es un festival hecho para personas abiertas musicalmente.

A mí eso me era indiferente mientras me permitiera ver a Iggy y los suyos, pero no obstante cuando llegamos al Fòrum nos pasamos antes a ver a la banda de surf nacional Tiki Phantoms, que tocaban en otro escenario.  Para nosotros fueron como unos teloneros, hacían música divertida, sin ser muy destacable pero entretenida para matar media hora. Para amenizar el concierto, la banda proponía de vez en cuando algunos juegos con el público como formar una conga o llevar a una chica encima de una colchoneta por el público. Sin embargo, no nos quedamos hasta el final y a las 20:30 nos fuimos ya al escenario de Iggy para guardar un buen sitio.


Uno de los momentos que más le impacta a uno cuando ve en directo a una leyenda del rock en concierto es ese instante en que le ves por primera vez en el escenario. Cuando ves ahí, en persona, a ese tío al que has estado viendo durante años en fotos y vídeos. El momento en que eres consciente de que esa persona que parecía casi ajena a tu mundo existe y está ahí en carne y hueso a unos pocos metros de ti. Con el tiempo he ido perdiendo esa sensación al haber visto ya a muchos de mis ídolos favoritos y al ir cada vez a menos conciertos de grandes nombres del rock. Con Iggy Pop sin embargo me ha vuelto a pasar. Cuando a las nueve la Iguana salió al escenario con el torso desnudo y contoneándose de forma salvaje me quedé hechizado al ver ahí, a tres metros de mí, al gran Iggy Pop.




Doy por hecho que el lector conoce el estado de forma sobrehumano en que se encuentra Iggy a sus 65 años, así que simplemente lo confirmaré: en todo el concierto no paró quieto ni un solo momento, como un niño hiperactivo, sigue siendo un frontman formidable y enérgico que disfruta haciendo enloquecer a su público (había en el escenario un roadie encargado únicamente de vigilar el micrófono de Iggy para que no se enredara o desenchufara, una tarea bastante agotadora). No voy a entrar en el debate sobre si lo que vemos en el escenario es espontáneo o a estas alturas ya no es más que un guión predefinido que Iggy sigue cada noche. Me da igual, lo que importa es que como frontman lo da todo en escena y consigue su propósito: entretener al público y hacerles vivir un show memorable.


Iggy & The Stooges empezaron fuerte. Muy fuerte de hecho, ya que agotaron las tres balas del Raw Power nada más empezar, abriendo con los tres grandes clásicos del disco seguidos: "Raw Power", "Search and Destroy" y "Gimme Danger" (esta última con uno de los mayores momentos de lucimiento de Williamson a la guitarra). El público enloqueció y mantenerse con vida en las primeras filas resultó agotador pero apropiado para la música que oíamos.


Antes de afrontar el cuarto tema, "Shake Appeal", Iggy dijo que estaba "muy solito" (literalmente, en español) y pidió al público que subiera al escenario, cosa que hicieron unos cuantos afortunados.
Seguidamente nos dejó un poco de descanso con el más bluesero "I Need Somebody", que sonó maravillosamente. Pero enseguida volvió a enloquecer al público con la apoteósica "1970", mi favorita de los Stooges, que sin embargo se deslució un poco porque apenas se oía al saxofonista (el mismo que participó en el Fun House por cierto), o al menos era así en mi zona. Le siguió "Fun House" un tema que nunca imaginé muy enérgico en directo pero que acabó siendo de los mejores de la noche, sobre todo porque en vivo se remarcaban más los cambios de tiempo (y de hecho se formó un mosh pit, o como se diga, durante el tema). La primera parte del show acabó con la infaltable "I Wanna Be Your Dog", apoteósica y que acabó con Iggy lanzándose al público.




Habían pasado solo 45 minutos pero el bis duraría media hora (imagino que Iggy necesitaba descansar a medio concierto). Abrieron con "Penetration" y seguidamente Iggy anunció "No Fun", que fue en mi opinión uno de los momentos cumbre de la noche. En esta parte del show la banda se concentró sobre todo en temas del Kill City o canciones de los Stooges no aparecidas en ninguno de sus 3 discos clásicos pero bien conocidas por los fans. Se notó sin embargo el bajón en el público y creo que debería haber distribuido estos temas por todo el setlist en lugar de concentrarlos en el bis. Pudimos disfrutar por ejemplo de "Kill City" o "Johanna" intercaladas con temas que faltaban de Raw Power como "Your Pretty Face Is Going To Hell" o una maravillosa versión de "Louie Louie" coreada por todo el público. Este último tema creo que habría sido un final perfecto de ésos que te dejan con una sonrisa en la boca. Por ello cuando luego siguieron para tocar "Open Up and Bleed" me extrañó un poco, pero luego lo entendí: preferían acabar con la faceta más ruidosa-salvaje de los Stooges, ya que en la parte final se desbocaron tocando salvajemente. Fue junto a "L.A Blues" del set inicial, la referencia a los Stooges más ruidosos de los 70.


Se le podría achacar su corta duración, 75 minutos, pero a cambio se puede argumentar también que durante esa hora y cuarto Iggy lo da todo sin hacer prácticamente pausas entre canciones. En todo caso para mí fue un concierto histórico.



Como epílogo no puedo dejar de hacer una mención a los otros conciertos que vi esa noche: sobre Gogol Bordello lo más amable que puedo decir es que no son mi estilo, así que pasaremos de largo sobre ellos; Amadou & Mariam es un dúo africano que vi por acompañar a un amigo que era fan de ellos y al final acabé pasándolo mejor de lo que pensaba, ya que sin ser mi estilo sonaban muy bien; y finalmente tenemos a Guadalupe Plata. Esta banda andaluza de blues-rock son una de las más prestigiosas a nivel underground en este país. Yo los descubrí recientemente y tras oír tantas alabanzas sobre sus directos eran mi otro aliciente de la noche. No decepcionaron: hora y media de blues-rock sudoroso con tintes sureños sin descanso. Por destacar algunos temas diría "Lorena" y "Gatito" pero al no estar familiarizado con su música no recuerdo apenas títulos de temas y si los reconocí fue por los pocos versos que cantaban. Me quedé con ganas de verles en una sala, la próxima vez que vengan aquí no me los voy a perder.

Así pues una gran noche en que por fin pude cerrar esa asignatura que tenía pendiente con Iggy. Demos gracias a Dios por mantenerlo con vida y en tan buena forma.

sábado, 7 de julio de 2012

El fascinante mundo de Todd Rundgren


A día de hoy se suele usar con demasiada facilidad la palabra "genio" hasta el punto de que casi ha perdido su valor. Yo por genio entiendo no solo a un gran artista sino a una persona que tiene una lucidez especial que le hace destacar e ir por delante de los otros. En ese sentido, Todd Rundgren creo que es uno de los genios de la música pop-rock.
Esta entrada es solo un pequeño reflejo de la que fue su larga carrera. Dado que no la conozco en profundidad, hay algunas lagunas que iré subsanando editando el artículo a medida que las llene, pero creo que servirá como homenaje a este tipo tan apasionante.

Sus inicios musicales tienen lugar a mediados-finales de los 60 cuando siendo un veinteañero fundó la banda de garage Nazz, en la que cantaba y tocaba la guitarra. Todd grabó dos discos con Nazz muy interesantes pero que aún no demostraban su potencial. No obstante, el pretender que el segundo fuera un doble álbum ya mostraba que el jovencito era ambicioso, y de hecho Todd nunca se cortó en lo que respecta a la duración de sus obras: en los 70 solía combinar discos dobles con otros que forzaban la duración máxima de un LP (por ejemplo el debut de Utopia de una hora de duración con un tema de media hora en una de sus caras o el Initiation de 68 minutos y un tema de 35 minutos en la cara B, convirtiéndolo en uno de los LPs simples más largos que se hayan grabado).



Tras el segundo álbum, Nazz se separaron y Todd inició una carrera en solitario que se inició con Runt (1970), un disco no muy redondo pero sí muy prometedor porque ya dejaba a entrever sus inquietudes musicales, y Runt: The Ballad of Todd Rundgren (1971), un álbum de puro pop menos experimental pero impecable (de hecho a día de hoy es mi favorito suyo).
No obstante, el disco que catapultó su carrera y en el que Todd demostró al mundo su verdadero potencial fue el doble Something/Anything (1972). Todd prescindió aquí de la banda que le había acompañado en sus obras anteriores y produjo, compuso e interpretó todos los instrumentos en tres cuartas partes del disco. Musicalmente es la obra donde Todd exploró todas las posibilidades de la música pop forzando así mismo sus límites. Para muchos se trata de su obra cumbre, y ciertamente tiene muchos números para serlo. Dejando de lado opiniones, es un disco absolutamente imprescindible no solo en la carrera de Todd sino también en la música pop-rock de los 70.


Something/Anything dejó al señor Rundgren en una posición envidiable: el disco fue un éxito de ventas gracias a unos cuantos singles de pop radiofónico infalibles y al mismo tiempo le permitió conseguir el estatus de artista inquieto y experimental. Había triunfado siendo fiel a sus principios, era perfecto. Sin embargo, lejos de acomodarse, Todd decidió seguir adelante y jugársela con su siguiente obra. El salto de Something/Anything a A Wizard A True Star (1973) supone uno de los mayores suicidios comerciales de la historia del rock. De un disco de pop inteligente y original, Todd Rundgren pasó a una obra extraña, inclasificable, experimental y definitivamente difícil de asimilar. Cuando sus fans oyeron el disco en su momento no entendieron qué era eso y como es lógico fue un fracaso de ventas. Aún hoy día sigue siendo un álbum difícil, así que imaginen en 1973. No obstante, con el tiempo consiguió un estatus de culto hasta convertirse en uno de los discos predilectos de sus fans.
Sin embargo, lejos de dejarse intimidar por los reveses comerciales, en su siguiente disco Todd (1974) continuó tirando por este camino, combinando temas pop con bizarradas y experimentos varios sobre todo con los sintetizadores.





Como alternativa a su carrera en solitario, Todd formó en esa época la banda Utopia. En su momento fue entendida también como la alternativa comercial a sus arriesgados discos en solitario, ya que en sus primeros discos abrazaban el sonido del rock progresivo más desatado que tanto se llevaba en la época. Resulta curioso pensar que un disco como el debut de Utopia en su momento fuera comercial, pero así eran los excesivos 70s. A lo largo de los años, Todd iría combinando su carrera en solitario con la de Utopia, si bien Utopia fueron alejándose poco a poco del progresivo para acercarse al pop mientras Todd coqueteaba con el progresivo en solitario, de forma que sus dos facetas se iban cruzando.

Por si todo esto fuera poco, Todd también se dedicó durante esos años a producir discos para otra gente. En el mundillo eran conocidas sus habilidades como productor que le valieron el sobrenombre de Wizard (Mago). En aquellos años produjo, entre otros, el We're an American Band de Grand Funk Railroad, el Straight Up de Badfinger y el Bat Out of Hell de Meat Loaf.

Esta época fue la más productiva de su carrera. Todd dio rienda suelta a sus extravagancias (por ejemplo tiñéndose el pelo de colores vistosos) mientras no paraba de crear música. Viendo vídeos de esos años uno puede encontrar de todo: conciertos excesivos a lo Spinal Tap con Utopia, actuaciones en que toca la batería para demostrar que es cierto eso de que es multiinstrumentista, apariciones televisivas con unas pintas muy bizarras, etc.
Aparte de los vídeos que he linkeado, posteo aquí dos ejemplos más sobre lo que podía salir de Todd Rundgren en los 70. Primero una actuación televisiva en que sale medio desnudo con todo el cuerpo pintado cantando su hit "Hello It's Me":


Y en segundo lugar una bizarrada muy inquietante, una especie de videoclip de su canción "All The Children Sing" que seguro que hizo las delicias de un joven David Lynch:


Aparte de eso, su discografía seguía deparando sorpresas. En Faithful (1976) dedicó la mitad del disco a versiones de clásicos del rock que eran tan fieles a las originales que uno se pregunta si el propósito de esto no era sino demostrar sus habilidades en el estudio pudiendo recrear cualquier canción. Poco después sacó Hermit of Mink Hollow (1978), un retorno al sonido pop más asequible de antaño en que además volvía a interpretar todos los instrumentos. Fue uno de los mayores éxitos de su carrera y contenía el que es su tema más popular junto a "Hello It's Me": "Can We Still Be Friends" (aunque el vídeo es bastante normalito, también tiene su momento WTF):


Con el cambio de década y el paso a los 80 la carrera de Todd perdió algo de empuje como le sucedió a todos los grandes artistas de los 70, ya que... Bueno, creo que antes que divagar prefiero ser franco sobre esta etapa musical: aunque no he oído aún ningún disco entero de esa época, prácticamente todo lo que he escuchado de Todd de mediados de los 80 en adelante me parece espantoso. O bien lo que me falta por oír no se parece en nada a los temas que conozco o esta parte de su discografía es horrorosa.

Sin embargo, a cambio hay que reconocer algo, y es que aunque la música sea pésima, Todd seguía siendo fiel a sí mismo. Es decir, no es un caso de artista que se vendió a los géneros musicales de moda perdiendo toda su esencia, como es el caso de muchos, sino que siguió experimentando y haciendo lo que le daba la gana de un álbum a otro. Por ejemplo en 1985 sacó A Cappella, un disco grabado íntegramente con su voz. Es decir, la voz de Todd no solo cantaba la melodía sino que interpretaba el resto de instrumentos, de modo que cada tema era una combinación de pistas de la voz de Todd. El único truco es que algunas las retocó en estudio. 


A este álbum experimental con tanto proceso de estudio le siguieron dos discos que optaron por el camino contrario: se grabaron en vivo en una sola toma sin ningún retoque de estudio. Pero lo más interesante del Todd de esta época en mi opinión vino con su álbum No World Order. Él siempre había sido un fanático de la tecnología, y la llegada del digital con sus múltiples posibilidades era algo que se le antojaba irresistible. Este disco supuso un experimento de crear una obra interactiva en la que el usuario podía elegir cómo quería escuchar la música pudiendo escoger entre diversos parámetros. Los conciertos de esa época también seguían fieles a esa idea y se basaban en gran parte en la interacción del público, que podía subir al escenario e incluso tocar algún instrumento musical.
Como es de esperar, con la llegada de internet, Todd también se subió al carro de inmediato y fue uno de los primeros artistas en sacar partido de la red cuando, a mediados de los 90, empezó a ofrecer temas nuevos o aún en proceso de creación a sus fans a través de su página web. Y como último detalle, en su disco The Individualist Todd incluía un videojuego al que se podía jugar oyendo la música.
Estos detalles pueden parecer simples anécdotas hoy día, pero a principios-mediados de los 90 eran un campo nuevo aún por explorar, y tiene más mérito aún que un músico cuarentón como él se metiera en todos estos tinglados innovando allá donde pudiera.

Como digo, en la teoría Todd seguía siendo el mismo de siempre evolucionando y haciendo todo tipo de experimentos. No se había anclado en el pasado como la mayoría de sus contemporáneos e incluso probaba con géneros musicales de más actualidad como el rap o la música electrónica. En la teoría pues, todo era correcto y digno de admirar. El problema es que la música era, como dije, horrible:


En estos últimos años Todd Rundgren básicamente ha tenido la mirada puesta en su pasado (algo poco común en él). La primera señal llegó en 1997 cuando grabó un disco que reversionaba temas suyos clásicos en clave bossanova, With a Twist... Ya en pleno siglo XXI sorprendió a todos sus fans iniciando una gira en que interpretaba íntegramente su disco A Wizard A True Star, ahora convertido en una de sus obras más aclamadas. La jugada se repitió años después con su otro clásico Todd y con Healing. Y como última novedad, recientemente volvió a reunificar a sus amigos Utopia para dar una gira.

A diferencia de otros compañeros de su época, hay que decir que Todd Rundgren no es un artista que haya sido reivindicado masivamente por bandas jóvenes como influencia fundamental ni que haya conseguido llegar a nuevas generaciones, como sí han hecho Neil Young o David Bowie, por mencionar dos músicos tan inquietos como él. Más bien parece como si se hubiera convertido en el típico dinosaurio anclado en los 70s que hoy es visto como una curiosidad de la época. Puede que sus nefastos últimos discos en comparación con las carreras recientes de Bowie y Young, mucho más solventes y agradecidas por los fans, tengan algo que ver. O quizá es que Todd se implicó en ese género tabú, el rock progresivo. Sea como sea, es definitivamente un gran artista a reivindicar con una trayectoria envidiable en los años 70. Puede que sus últimos discos no valgan la pena, pero a cambio Todd ha seguido fiel a su filosofía aunque eso implique equivocarse, que es algo que no muchos pueden decir. En definitiva, Todd Rundgren mola.

Por último no puedo olvidarme de dejar un link al doble artículo que me descubrió a este artista, por entonces totalmente desconocido para mí, y que me abrió las puertas a su discografía hasta hacerme fan. Les recomiendo su lectura por ser un repaso exhaustivo a su carrera además muy bien escrito:

Todd Rundgren (I)

Todd Rundgren (II)

Y nada mejor para acabar que una de las mejores canciones de Todd, disfrútenla:


miércoles, 4 de julio de 2012

The Marshall Tucker Band - Where We All Belong (1974)


Aunque ya los conocía desde hace unos años, la Marshall Tucker Band fue mi grupo revelación del año pasado gracias al maravilloso A New Life (1974), mi disco del 2011. El mismo año en que sacaron esa obra maestra, nuestros amigos se desmarcaron con un doble álbum que incluía una parte en estudio y otra en directo, Where We All Belong. Por supuesto fue un nuevo éxito de ventas y a día de hoy está considerado una de sus mejores obras.

A mí con este álbum me ha pasado lo mismo que con los otros discos que he oído de Marshall Tucker Band salvo el A New Life, y es que he tardado un tiempo en apreciarlo del todo. Quiero decir, sus álbums me gustan desde la primera escucha, pero no es hasta que los rescato un tiempo después que me doy cuenta de lo realmente geniales que son. Con Where We All Belong me ha pasado lo mismo: me hice con él en Abril y ha sido al rescatarlo a finales de Junio cuando me di cuenta de que no es que sea un buen disco sino que es realmente magistral.

En este disco, a diferencia de los anteriores, se ayudaron de varios músicos invitados entre los que destaca Charlie Daniels y su violín (del que hablaré más adelante en la sección en vivo). Es por ello que tiene un sonido algo más rico y heterogéneo, y eso que la Marshall Tucker Band ya suenan así por sí mismos (recordemos por ejemplo que un miembro de la banda toca saxofón e instrumentos de viento y que la música del grupo se basa a menudo en pasajes instrumentales que tienen incluso cierto toque jazz).
Del disco en estudio destaca claramente el tema "This Ol' Cowboy", el gran tema clásico del álbum, y una maravilla de su repertorio. Sigue un poco el estilo clásico del grupo de presentar una melodía a la que luego le sigue un largo pasaje instrumental con diferentes solos de guitarra y piano. El estilo es reposado y dulce, y para mí ya anticipa en cierto modo el estilo de su obra maestra Carolina Dreams.


Le sigue mi segundo tema favorito del disco, una de esas canciones ocultas en las que creo que nadie suele fijarse pero que a mí me encanta: "Lown Down Ways". Aquí cambian de registro y ofrecen un tema de rock sureño más típico y breve (3 minutos respecto a los 7 de los dos temas que le rodean) que se basa más en su fantástica melodía y ese aire sureño tan irresistible.

"In My Own Way" a su vez nos devuelve al estilo del primer tema del disco, un largo tema basado en su fuerza como instrumentistas en que destaca el violín de Charlie Daniels y el acompañamiento de piano y armónica. Tiene un aire más melancólico y una interacción fantástica entre instrumentos, sin alardes, sino de forma más relajada.

La cara B baja un poco el nivel respecto a un inicio perfecto pero aún así es muy buena. "How Can I Slow Down" y "Now She's Gone" inciden en la faceta del grupo que menos me entusiasma, con temas más potentes pero con demasiada presencia de instrumentos de viento para mi gusto. De todos modos me gustan más que las canciones de ese estilo de sus dos discos anteriores. "Where a Country Boy Belongs" es seguramente la más destacada de esta parte y el último tema que nos ofrecen es una canción más relajada basada en el piano, "Try One More Time".

El disco en vivo está formado por cuatro canciones, dos de las cuales son versiones: "Ramblin" y un extenso "Everyday (I Have The Blues)", que es el gran momento de lucimiento del guitarrista Toy Cadwell. De temas propios se decantan por los clásicos "Take The Highway" y "24 Hours At A Time", que es en el que me voy a detener.
En mi opinión "24 Hours At A Time" es la mejor canción de la banda, y lo genial de esta versión en vivo es que complementa a la de estudio. Es decir, no la supera hasta el punto de que quiten las ganas de oír la de estudio pero al mismo tiempo es inmensa. El precioso solo final que en estudio reparte protagonismo entre la guitarra acústica y la eléctrica (uno de los solos más bonitos que he oído) en directo se electrifica del todo alargando su minutaje (11 minutos respecto a los 5 de estudio). Aquí el solo se convierte en un largo pasaje en que interactúan la guitarra de Toy Cadwell, el saxofón de Jerry Eubanks y el violín de Charlie Daniels, que actúa como invitado y hace un papel magistral. Un momento absolutamente maravilloso.


Desde mi gran descubrimiento del grupo el año pasado, Marshall Tucker Band se han convertido en uno de mis grupos americanos favoritos prefiriéndolos incluso por encima de otras bandas sureñas de más renombre como Lynyrd Skynyrd. Discos como Where We All Belong me acaban de confirmar esta idea, su forma de hacer rock sureño con ese estilo propio tan irresistible sencillamente me puede. Recomendadísimos.