¿Es Ron Wood uno de los tipos más enrollados de la historia del rock?
A veces sucede que un músico a uno le cae inevitablemente bien aunque no lo conozca en persona, que lo poco que uno sabe de él hace que le dé buen rollo. Partiendo de esa base, yo creo que hay poca gente a quien no le pueda caer bien Ron Wood... al menos desde la distancia (luego quién sabe si en el trato personal es un tipo insoportable, pero no lo parece, y si no lean la anécdota que narro al final de este post). En cierto modo su caso es el de una posible carrera magnífica que quedó algo desperdiciada cuando entró en los Rolling Stones, donde no tendría - ni tuvo - la oportunidad de lucirse mucho, pero luego uno lo ve en el último concierto que dieron en Barcelona con una sonrisa en la cara en todo el show, saltando, bailando, disfrutando de cada solo que hacía... y se da cuenta de que ese hombre no puede ser más feliz y que en el fondo está desempeñando su trabajo soñado.
Tanto por la forma como le he visto desenvolverse en vídeos como por su divertida biografía, Wood me da la imagen de ser un tipo sin demasiadas ambiciones y que simplemente ha querido pasarlo bien haciendo rock 'n' roll toda su vida. Algo que para mi confirma esta impresión es su participación en los primeros discos en solitario de Rod Stewart. Por aquel entonces él y Rod estaban en los Faces - la banda buenrollista por excelencia - pero el cantante desde el principio fue alternando su actividad en ese grupo con sus primeros pinitos por su cuenta. Durante unos años eso no fue ningún problema porque el hiperactivo Rod sacaba tiempo para todo y de hecho tal fue el entendimiento entre los implicados que los discos de los Faces y de Stewart se mezclaban con total armonía: miembros de los Faces a menudo tocaban en los discos de Rod, y en los conciertos del grupo el setlist incluía temas de ambas discografías sin ningún tipo de problema (junto a generosas dosis de versiones). Con el tiempo sucedería que la carrera de Rod en solitario tendría tantísimo éxito que éste iría paulatinamente perdiendo el interés por los Faces, teniendo como consecuencia final que en las sesiones de su último álbum, Ooh La La (1973), Stewart, ya convertido en una prima donna, se presentó días tarde y no hizo más que quejarse de las canciones que habían compuesto y negarse a cantar algunas (cuando el disco salió empeoró la cosa haciendo saber públicamente que no le gustaba).
Pero hasta que eso sucediera, Wood era el escudero por excelencia de su colega Rod, no solo haciendo un magnífico trabajo como guitarrista en sus discos sino coescribiendo muchas de esas canciones. Es decir, en vez de guardar estas composiciones para la banda de la que formaban parte ambos, el guitarrista no tenía ningún problema en cederlas para los álbums en solitario de Rod sabiendo que en cierto modo le estaba ayudando a lograr el éxito como artista.
Una muestra del buen rollo que inspiraban los Faces: el momento en que deciden pasar del playback... ¡para ponerse a jugar a fútbol! ¿Cómo pueden no caerte genial unos tipos así?
Algo parecido sucedió cuando años después Ron grabó su primer disco en solitario, I've Got my Own Album To Do (1974), donde colaboraron un montón de amigos del tipo Keith Richards, Rod Stewart o George Harrison. Uno de ellos era ni más ni menos que Mick Jagger, con quien escribió el clásico "It's Only Rock 'n' Roll" que acabaría en el álbum de mismo título de los Stones... pero acreditado a nombre de Jagger/Richards. Parece ser que Mick le pidió que le dejara la autoría de ese tema a él y Keith a cambio de dejarle a Ron el tema "I Can Feel the Fire" para su álbum y este último aceptó el trato (de hecho Richards quitó las guitarras que había grabado Ron para ponerlas él). Aunque puede entenderse esto como un gesto más astuto de lo que parece (congraciarse con el líder de los Stones de cara a una posible entrada en el grupo, y más sabiendo lo poco generoso que es Mick compartiendo autoría con otros músicos), a mí me parece bastante espontáneo y auténtico conociendo a Ron, y una muestra de su forma de ser más relajada y buenrollista.
Como sabemos, luego cuando se fue Mick Taylor y buscaron un sustituto Ron fue obviamente el candidato más indicado, no solo por sonido sino porque se entendía a la perfección con sus nuevos compañeros. De hecho, una cosa que suele olvidarse es que Ron no se convirtió en un miembro 100% oficial de la banda (con los mismos derechos a nivel financiero que el resto) hasta 1990, es decir, casi 15 años después de haber entrado, en lo que debe ser uno de los periodos de prueba más largos que se han exigido a un trabajador. Pero eso demuestra una vez más que Wood no era alguien resentido o que solo estuviera ahí por el dinero, su sueño desde joven había sido tocar en los Rolling Stones y lo había conseguido, ¿para qué pelearse por temas legales-financieros o exigir más participación creativa en la banda? Si incluso se reconcilió con Rod Stewart después de los roces en los últimos años con los Faces y volvió a tocar con él en numerosas ocasiones. Definitivamente Ron es un tipo enrollado, y tiene motivos para serlo. Pese a los problemas personales que ha tenido en su vida (sobre todo el alcoholismo) su historia nos refleja la faceta más amable y buenrollista del rock. Definitivamente debe ser fantástico ser Ron Wood y saber que has participado en tantos grandes discos y poder tocar en estadios ante multitudes que te aclaman. ¿Qué más se puede pedir?
Y ahora una pequeña anécdota que le sucedió a un amigo de un amigo (pese a que este inicio pueda sonar a historia falsa, me consta que es real). En cierta ocasión iba este buen hombre paseando por la calle Paseo de Gracia de Barcelona cuando se encontró en la puerta de un pub o club de alto standing a un tipo fumando. No sabía quien era pero por las pintas intuyó "que sería alguien famoso" (sic) y ni corto ni perezoso decidió jugársela y le preguntó si podía hacerse una foto con él. El desconocido con pintas de famoso accedió encantado, se hicieron la foto juntos y antes de despedirse nuestro protagonista pensó que seguramente sería un músico y se la jugó diciendo un "Very good music" antes de despedirse de él. El desconocido con pintas de famoso le agradeció el cumplido, había acertado, era músico. Así pues nuestro hombre le envió esa foto a mi amigo, que es uno de los mayores fanáticos que hay de los Stones, con el comentario "Oye, me he hecho una foto con este hombre, su cara me sonaba pero no estoy seguro de qué, ¿sabes quién es?". Mi amigo flipó. Se había hecho una foto con Ron Wood, que desde hace un tiempo tiene una segunda residencia en Barcelona.
Después de 17 años yendo a conciertos a estas alturas tengo un historial bastante respetable tras mis espaldas. De hecho si me paro a pensar en todos los grupos y artistas que soñaba con ver cuando era adolescente la verdad es que he acabado viendo a un porcentaje muy alto, bastante más de lo previsto, incluyendo bandas que no se prodigan mucho por aquí (Television o Todd Rundgren) y otras que estaba convencido de que no volverían a juntarse más (Mott The Hoople o Black Sabbath). A raíz de esta reflexión pensé que sería divertido recopilar mis 15 conciertos favoritos de todos estos años.
La selección se basa en una mezcla de intentar ser algo objetivo pero también de preferencias personales. Por ese motivo no he incluido el que seguramente sea el concierto más especial para mí (Queen + Paul Rodgers en el Palau Sant Jordi el 2005), porque aunque lo he reescuchado en bootleg y puedo corroborar que fue un muy buen concierto, me es realmente difícil juzgarlo con cierta objetividad por el componente sentimental que tiene para mí (la oportunidad de ver por primera vez a dos miembros de mi grupo favorito con uno de los mejores cantantes de la historia). Y lo mismo es cierto a la inversa: sé que el concierto que vi de Pearl Jam el 2006 en Badalona fue sensacional (de nuevo tengo un bootleg para atestiguarlo) pero a nivel personal no fue de mis predilectos, no ya porque no sea fanático del grupo sino porque me dio un mareo a medio concierto y me tuve que salir de la pista a medio show... difícilmente un concierto así puede estar entre mis favoritos.
Eso explica por qué la mayor parte de conciertos escogidas son de viejas glorias. He presenciado muchos conciertos fantásticos de bandas más recientes (por ejemplo, el primero que vi de Godspeed You Black Emperor), pero por mis gustos casi ninguno de ellos puede competir con la implicación emocional que siento hacia esos otros grupos de la era clásica del rock, siendo la única posible excepción el que vi deDungen en París hace unos años, que es uno de los que se me ha quedado fuera de la lista por poco y que me ha hecho plantearme aumentar la selección a 20... ¡pero eso es trampa! Una lista sin alguna ausencia dolorosa no es una lista como Dios manda.
En fin, sin más preámbulos aquí va en orden inverso para hacerlo más emocionante para todos:
15) Jane's Addiction - Sala Razmatazz (Barcelona) - 16 de octubre del 2003
Uno de esos en que quizá pesa más el componente personal que la valoración objetiva. Por entonces estaba obsesionado con Jane's Addiction, dando el coñazo con ellos a cualquiera que quisiera escucharme... y a quien no también. Que justamente se juntaran entonces y pudiera verles en vivo fue una de las noticias más excitantes de mi adolescencia.
Si a eso le sumamos que fuera mi primer concierto en sala (hasta entonces solo había ido a pabellones, donde la distancia con el artista es mayor), que estuviera en primera fila y que Perry Farrell estuviera apoteósico como frontman (compensando de sobra que anduviera justo de voz), todo ello lo convierte en uno de los conciertos clave de mi vida.
14) Roger Hodgson - Poble Espanyol (Barcelona) -1 de julio del 2009
Es curioso lo del ex-líder de Supertramp, Roger Hodgson. En mi época de mayor fanatismo hacia el grupo (2005-2006 aproximadamente) seguía su web con frecuencia a la espera de algún ansiado concierto en España... en vano. Llegué a escribir preguntándoles si alguna vez actuaría aquí y su webmaster me dijo que no había nada previsto pero me sugería una fecha al sur de Francia. Y a día de hoy, en pleno 2019, nos hemos hartado de verle aquí, hasta el punto de que aunque toca en mi ciudad ya no voy a verle porque toca siempre lo mismo y ya he presenciado ¡cinco! conciertos suyos.
No obstante es de justicia decir que el tercero de esos conciertos fue una maravilla y un show muy especial que destaca por encima de los otros cuatro por ser el que tenía mejor setlist, por incluir la primera interpretación que le vi hacer de mi tema favorito suyo ("Fool's Overture") y porque creo que por entonces estaba en muy buen momento musical, antes de acabar repitiéndose a sí mismo.
Por mi manía a los festivales dejé escapar en su momento la única oportunidad que tuve de ver a los Stooges con Ron Asheton a la guitarra cuando vinieron al Primavera Sound (otra oportunidad habría sido verles ¡gratis! en el fracasado festival Dr. Loft, pero por entonces no podía saber que debido a la baja venta de entradas iban a regalarlas el mismo día del concierto). Por ello cuando supe que la formación del Raw Power (1973) iba a venir al Festival Cruïlla esta vez no me lo pensé por suerte.
Mi acompañante y yo éramos pocos amigos de meternos en la zona de jaleo en los conciertos con mucho caos y peligro, pero en este caso hicimos una excepción y conscientemente nos pusimos en las primeras filas porque creíamos que era la mejor forma de ver a Iggy. En cierto modo agradecimos la brevedad del show (hora y cuarto) porque salimos cubiertos de sudor y agotados, pero también felices. Todo lo que han leído sobre Iggy como frontman es cierto, pero hay que verlo para creerlo.
12) Ten Years After - Sala Bikini (Barcelona) - 19 de octubre del 2008
El mejor argumento contra el rollo de "no tiene sentido que sigan girando si falta X componente esencial del grupo" es este concierto de los Ten Years After sin su líder absoluto, el carismático cantante y guitarrista Alvin Lee. ¿Que no es lo mismo sin él? Sí. Pero aun así es uno de los mejores conciertos de blues-rock que he visto en mi vida, una absoluta barbaridad con algunas jams sensacionales. La vez anterior que les vi ya me había gustado mucho pero creo que la siguiente se superaron, y luego hubo una tercera donde sí que noté que habían bajado el pistón. En efecto, se había ido parte de la química y esta formación se separó poco después.
11) Alice Cooper - Sala Razzmatazz (Barcelona) - 29 de julio del 2005
La combinación ganadora de ir a ver a un artista que acabas de descubrir con el subidón de la novedad (me compré la entrada solo conociendo algunos de sus hits intuyendo que valdría la pena), ir acompañado de un amigo que se encuentra en exactamente la misma situación, que el artista en cuestión esté presentando un nuevo disco realmente bueno - Dirty Diamonds (2005) - y que además el show sea divertidísimo.
De los conciertos en que mejor me lo he pasado, además con la mejor formación que le he visto a Alice (a día de hoy van tres veces y a pocos meses de la cuarta), con un sonido más clásico y menos metalero.
10) Mott The Hoople - Hammermisth Apollo (Londres) - 1 de octubre del 2009
Hay veces en que simplemente uno tiene que obedecer al destino. Una tarde paseaba con un amigo y le comenté de pasada que Mott The Hoople se habían vuelto a juntar para unos pocos conciertos y él me responde si no me había planteado ir a verlos. La verdad es que no, porque iba muy justo de dinero, pero a petición suya me comprometí a mirar en casa si quedaban entradas (probablemente no) y cuánto valían. ¿Y qué me encuentro? Que habían añadido un par de fechas nuevas y que las entradas salían a la venta justo al día siguiente. Lo tomé como una señal y me dejé mis pocos ahorros en las entradas y el vuelo. Aun no le he agradecido lo suficiente a mi amigo el empujón que me dio para cometer esta locura.
Fue uno de los conciertos más especiales que he visto, con una sala llena de fanáticos del grupo que estaban entregadísimos desde la introducción de Gustav Holst y una banda que se notaba que se retroalimentaba con dicho ambiente. El final con "Saturday Gigs" es quizá el mejor cierre de concierto que he visto, tanto por la interpretación como por la reacción del público, coreando el verso final mientras la banda se iba.
El 2008 compré una entrada para ver a mis idolatrados Crosby Stills & Nash en Roma y me la tuve que comer por motivos de trabajo. Durante mucho tiempo di por hecho que no les vería, ya que además no giraban mucho por aquí. Si tenemos eso en cuenta se podrá entender la enorme ilusión que me hizo que vinieran a Barcelona y que estuviera dispuesto a pagar las carísimas entradas que supone el festival de Pedralbes sin dudarlo.
Verlos ahí, a unos pocos metros, tocando esas canciones inmortales fue emotivísimo, y faltó poco para que se me escapara alguna lágrima con "Military Madness" y "Our House".
8) The Rolling Stones - Estadi Lluís Companys (Barcelona) - 29 de junio del 2003
Años antes del incidente del cocotero los Stones eran todavía una banda de rock estadio imbatible en directo, y así pude atestiguarlo yo cuando les vi en la gira de presentación del recopilatorio Forty Licks (2003). Un repertorio sin incómodos temas nuevos, la impresión de ver por primera vez de cerca a esa fuerza de la naturaleza que es Mick Jagger, descubrir un temazo como "Can't You Hear Me Knockin'" y ver a Keith Richards cuando aún no había perdido fuelle como guitarrista... todo ello creo que justifica en si mismo que lo siga recordando como uno de los mejores conciertos que he visto.
7) John Fogerty - Sant Jordi Club (Barcelona) - 14 de julio del 2009
He visto a Fogerty tres veces en directo e inicialmente no sabía cual incluir en la lista: la primera en el Royal Albert Hall el 2008 fue la más especial (además de la primera vez que viajaba al extranjero para ver un concierto) mientras que la última en Amberes fue la que tuvo mejor setlist. Finalmente he optado por el término medio de Barcelona 2009, que tuvo un setlist mejor que el de Londres y una banda que me gustó más que la de Amberes, si bien los tres conciertos fueron magníficos.
6) Arcade Fire - Palau Sant Jordi (Barcelona) - 21 de noviembre del 2010
La banda más "joven" que se ha colado en mi lista por dos motivos: porque durante mucho tiempo fueron mi grupo favorito de este siglo y, sobre todo, porque tienen un directo absolutamente imbatible. Este concierto de la gira del The Suburbs (2010) podría ser perfectamente uno de los mejores que he visto en mi vida. La banda había empezado a hacerse realmente grande hacía poco (yo en su momento pensé que el Sant Jordi era demasiado para ellos) y aún conservaban esas ganas de comerse el mundo de los grupos que todavía están escalando al estrellato. Si a eso le sumamos que por entonces no tenían ni un disco malo y que el público es de los más entregados que he visto, el resultado fue un concierto descomunal.
A modo de curiosidad, es de los pocos shows de los que jamás he leído ni una reseña negativa o simplemente tibia (incluso de gente no muy fan del grupo que iba de acompañante), y no es para menos. Podrá gustar o no su propuesta musical, pero tras ver ese espectáculo no hay duda de que se dejaban literalmente la piel sobre el escenario.
He visto a King Crimson ya cuatro veces y no he presenciado ni un solo concierto que no fuera como mínimo sobresaliente y merecedor de aparecer en mi Top10. Si me decanto por el segundo que vi (en Praga, porque por entonces no sabía que vendría ese año a Barcelona) es porque es el que tiene el setlist más perfecto acorde a mis gustos: de los temas habituales no me faltó ninguno imprescindible (y es la única vez que vi los dos primeros "Larks Tongues in Aspic" en un mismo show) y además se añadieron "Fracture" (!!) y buena parte de "Lizard" (las otras veces solo hicieron unos versos cantados obviando la parte instrumental de después). Rock progresivo en su mejor acepción del término.
4) AC/DC - Palau Sant Jordi (Barcelona) - 31 de marzo del 2008
El mejor concierto de rock 'n' roll que he visto en su acepción más pura y adrenalítica. Una absoluta barbaridad escuchar esta selección de temas inmortales (además el disco que presentaban a mí me gusta mucho) sostenidos por esa inconfundible base rítmica y con un Angus Young que a sus 50 y muchos años de edad seguía estando pletórico y me hizo sudar a mí de verle corriendo y saltar sin parar durante más de dos horas. Definitivamente AC/DC son los mejores en esto.
Otro ejemplo de astros alineados a mi favor. De las cuatro veces que he visto a Elton John, ésta fue aquella en que se conjugó el mejor setlist (incluyendo un tema que adoro y jamás pensé que vería en vivo como "Burn Down the Mission") con la vez en que más en forma estaba, destacando la mejor versión que le he oído de "Rocket Man" y un "Levon" con una improvisación final espectacular que consiguió una de las mayores ovaciones de la noche pese a ser un tema poco conocido.
Se nota que sigue dando giras porque disfruta como nadie de tocar en directo y con ese repertorio que tiene tras de si difícilmente puede salir mal, pero que aun así supere tus expectativas cuando ya le has visto un par de veces y crees saber qué esperar realmente es algo digno de aplaudir.
2) Roger Waters - Palau Sant Jordi (Barcelona) - 21 de abril del 2007
Waters tenía dos conciertos candidatos a esta lista: el de la gira en que tocaba entero el Dark Side of the Moon (1972) y el de la gira en que hacía íntegramente The Wall (1979). El segundo es sin lugar a dudas el show más espectacular que he visto a nivel de puesta en escena integrada con la música, pero a nivel global creo que me quedo con la gira del Dark Side, ya que no solo tocaba entero mi disco favorito de todos los tiempos sino que además incluía un setlist casi hecho a mi medida con una épica versión de "Sheep" (¡cerdo gigante incluido!) que casi le quita el protagonismo al disco que iba a ser el centro de la velada. Aparte de eso, la banda que llevaba Roger en esa gira era buenísima y consiguió incluso que temas que lucen poco en estudio adquirieran nueva vida en vivo como "On the Run". Si le añadimos un final por todo lo alto dedicado a The Wall, realmente no me queda ninguna duda de por qué este show es uno de mis favoritos de siempre.
1) Neil Young + Promise of the Real - Poble Espanyol (Barcelona) - 20 de junio del 2016
Cuando vi a Neil Young por primera vez en el Primavera Sound 2009 salí con la impresión de haber visto el mejor concierto de mi vida. Y curiosamente, siete años después el propio Neil se superaría a sí mismo con otro show que ahora mismo ocupa ese puesto en mi ranking particular. Porque aunque los primeros puestos de esta lista son intercambiables, nunca tuve ninguna duda del número uno.
Ver a uno de tus músicos predilectos siempre es un gran acontecimiento, y si es en un recinto tan especial como el Poble Espanyol, más aún. Pero que de repente el señor Young te pille por sorpresa con un repertorio tan maravilloso, mezclando los clásicos que uno nunca se cansa de escuchar con algunas rarezas para fans, y ofreciendo algunas de las mejores interpretaciones musicales que le he oído de algunos de estos temas, eso es algo que no me esperaba en absoluto. Gran parte del mérito es el haberse rodeado de una banda joven como Promise of the Real que le han insuflado energías renovadas y ganas de volver a rockear sobre un escenario como cuando era joven. Pero no nos engañemos, la mayor parte le corresponde a él, por ser todavía uno de los mejores intérpretes que he visto sobre un escenario, capaz de emocionarte como pocas personas lo han conseguido. Uno no puede hacer otra cosa que quitarse el sombrero ante el gran Neil.
Hay dos hechos determinantes en la carrera de King Crimson y de su gran artífice, el guitarrista Robert Fripp, que luego marcaron de forma crucial la forma de ser del grupo y que, no obstante, sucedieron por causas más bien circunstanciales y no obedeciendo a ninguna estrategia.
El primero tuvo lugar a finales de 1969 cuando la formación de su exitosísimo debut se desintegró tras apenas un año de vida dejando como único miembro a Fripp. Éste, desolado al ver que un proyecto tan excitante se venía abajo, propuso ser él quien se fuera dejando el mando al teclista y saxofonista Ian McDonald, ya que creía que el futuro de King Crimson estaba por encima de todo lo demás. Tenía sentido, aunque no era una banda con un claro líder en aquel entonces McDonald era seguramente el músico que más destacaba (había escrito las dos únicas canciones del debut que no eran composiciones conjuntas y era quien tocaba el mellotron, el instrumento más distintivo del primer álbum del grupo), pero rechazó la oferta y dejó a King Crimson en manos de Fripp.
El segundo sucedió bastante tiempo después, más concretamente en 1981. Para entonces hacía ya años que Fripp había decidido disolver King Crimson justo en la cúspide de su carrera - aunque en honor a la verdad propuso al resto de la banda seguir sin él con otro guitarrista (él sugirió a Steve Hackett), pero en aquel entonces la idea de Crimson sin Fripp carecía ya de sentido. Después de varios años de colaboraciones y discos en solitario de diversa índole el guitarrista formó una nueva banda llamada Discipline con la que dio unos pocos conciertos. El caso es que a los pocos meses de repente se les ocurrió que lo que estaban haciendo iba muy en línea con el espíritu de la antigua banda de Fripp, y aunque sonoramente no tenía nada que ver con lo que habían hecho antes, decidieron usar el nombre de King Crimson.
Estas dos pequeñas anécdotas son a mi parecer la base de lo que hizo de King Crimson toda una entidad en la historia del rock. Si en el primer caso McDonald hubiera aceptado la propuesta de Fripp, estoy convencido de que este último habría hecho una gran carrera por su cuenta, pero ya desvinculada de ese fabuloso debut y quien sabe si de forma estable con una banda o más bien como hizo a finales de los 70, saltando de un proyecto a otro. Por otro lado, es probable que King Crimson habría acabado siendo uno de esos muchos grupos de los 70 con un álbum increíble y probablemente unos pocos más de calidad... pero ya está (esto es pura suposición pero la carrera más bien difusa de McDonald tras su fantástico debut con Michael Giles me hace apostar por ello).
Y por otro lado, con la decisión de rescatar el nombre de King Crimson para un proyecto que sonoramente no tenía nada que ver con su antigua banda, Fripp de forma consciente o no estaba dando forma a la idea de "el espíritu de King Crimson", el hecho de que King Crimson no es simplemente un grupo de rock progresivo de los 70 sino una forma de hacer música que podía englobar tanto el progresivo como la new wave. La suma de ambas circunstancias creó por tanto esa idea de King Crimson como algo que va más allá de un grupo (con un sonido definido, unos temas clásicos, etc.) y que se transforma casi en un concepto que seguramente se resuma en la idea de estar siempre evolucionando, nunca mirando atrás.
Esto ha llevado durante décadas a algo tan impopular como que Fripp se negara tajantemente a tocar en directo temas de sus discos de los 70 salvo un par o tres de excepciones. Siguiendo el principio crimsoniano de siempre evolucionar, Fripp rehusaba el camino fácil de ofrecer al público lo que quería, tocando canciones de su época más conocida y popular. Por ello, cuando desde hace unos años Fripp de repente rescató a King Crimson con una formación que, contra todo pronóstico, basaba sus setlists en temas de los 70 que hacía décadas que no tocaban, la sorpresa fue mayúscula. Después de todo, el guitarrista se había salido con la suya: había conseguido mantener una carrera estable y medianamente exitosa (puede que no tanto como antes pero sí lo suficiente para seguir girando por todo el mundo) siguiendo sus firmes principios de evitar sus discos más populares. Y de repente a Fripp le daba por rescatar temas como "Starless" o "Epitaph" para jolgorio de su público. Quizá se dio cuenta de que, a esas alturas, ya no tenía que demostrar nada. O quizá sencillamente cambió de opinión.
El caso es que yo como fan de su época setentera celebré como muchos otros este inesperado cambio de actitud (que en el fondo no creo que responda solo a su idea de no mirar al pasado sino a cierta cabezonería de no depender de su repertorio más popular, ya que en sus giras de los 90 y 00s no tenía problemas en tocar temas de los 80, que por entonces ya eran parte del pasado) y disfruté mucho de tres grandes conciertos que son de lo mejor que he visto en directo.
¿A qué viene esta larga disertación? Pues quizá a que anoche le vi por cuarta vez y en esta ocasión el repertorio deparó unas pocas sorpresas más. No me refiero a que tocara temas como "Moonchild" (que los King Crimson clásicos jamás hicieron en vivo) o "Islands", o que por primera vez en su carrera ahora interpreten la coda de "In the Court of the Crimson King", sino a que ahora han añadido también temas de su trilogía ochentera.
Porque, cosa extraña, en esta nueva encarnación crimsoniana que miraba sin rubor al pasado, inicialmente Fripp dejó totalmente de lado la trilogía de los 80 que realizó mano a mano con Adrian Belew, los discos que supusieron el renacimiento de King Crimson y su nacimiento como entidad y no como grupo progresivo. Y de repente en los conciertos que dieron el año pasado empezaron a asomar la cabeza temas de Discipline (1981) y Beat (1982). Desconozco por qué dejó esos álbums de lado durante los primeros años de esta gira más revival, pero me hizo ilusión que tocara canciones de esa época, no porque me gusten los discos (en directo los temas suenan como un cañón pero no entrarían ni de coña en mi setlist ideal del grupo) sino porque con esta novedad los King Crimson actuales están tocando literalmente temas de todas las épocas, repasando casi todos sus discos. Y me gusta pensar que, ya en el final de la carrera, tras años con esa ideología tan estricta de estar pensando siempre "qué es crimsoniano y qué no lo es" y con esa obsesión de no vivir del pasado, quizá Fripp se ha dado cuenta que después de todo el último paso que le quedaba por hacer era simplemente reconocer todo su legado, abrazar abiertamente la música de todas sus etapas y no renegar del pasado. Que lo más honesto es reconocer que King Crimson es todo lo que ha hecho a lo largo de estos 50 años bajo el nombre del grupo y que, por tanto, todas esas canciones tienen el mismo derecho a hacerse un sitio en su repertorio.