lunes, 31 de diciembre de 2012

10 años de conciertos


Este año se cumplieron 10 años de mi primer concierto. En concreto el 28 de abril del 2002, cuando fui a ver a Supertramp al Palau Sant Jordi. Una semana después tuve mi segundo concierto en el mismo sitio, en esta ocasión el artista era Roger Waters.

Con la excusa de este aniversario se me ha ocurrido cerrar el año con un nuevo Top, en este caso de 15 momentos especialmente remarcables de los conciertos que he vivido a lo largo de estos años de mis grupos y artistas favoritos. Por supuesto se quedan muchos en el tintero y todo eso que se suele decir. Aquí van en orden cronológico (si no especifico ciudad, fue en Barcelona).

Esta formación de Supertramp fue la primera banda que vi en directo.

- Supertramp, 28 de Abril del 2002 (Palau Sant Jordi): obviamente no podía faltar mi primer concierto, la primera vez que experimentaba la sensación de ver a uno de mis grupos favoritos en directo. Recuerdo cómo se me pusieron los pelos de punta cuando Rick tocó el solo de armónica inicial de "School". Si tuviera que quedarme con un momento sería ése o la preciosa versión de "Downstream" con los mecheros en el aire (¿recuerdan cuando se hacía eso?) mientras la gente coreaba el melancólico estribillo.

- Roger Waters, 8 de Mayo del 2002, 21 de Abril del 2007 y 29 de Marzo del 2011 (Palau Sant Jordi): de las tres veces que le he visto podría citar hasta 10 momentos inolvidables, pero creo que citaré las tres incendiarias versiones de "In The Flesh" con las que empezó los tres conciertos. La de 2002, mi segundo concierto y sin siquiera sospechar que empezaría tan a saco; la de 2007, más bestial aún que la primera; y la de 2011, con toda la parafernalia de The Wall y pirotecnia, la más espectacular de todas.

Recuerdo lo mucho que flipé cuando vi  por mi barrio el cartel de la gira, con esas imágenes de The Wall y Animals junto lo de "El genio creativo de Pink Floyd" y me di cuenta de que Waters iba a actuar en Barcelona.
Irónicamente mis padres estuvieron a punto de no dejarme ir porque dos conciertos en una semana de margen es mucho dinero, hoy día el precio de las entradas nos parecería irrisorio.

- Iron Maiden, 11 de Junio del 2003 (Palau Sant Jordi): nunca he sido un fanático de los Maiden, pero el suyo fue el tercer concierto que vi. Yo por entonces no sabía que el peligro de esta gente es que apuestan mucho por sus últimos discos, y que tuve mucha suerte cuando me regalaron dos entradas para una gira de Greatest Hits. Ya digo que no soy un fan a muerte, pero el inicio de concierto creo que fue uno de los más bestiales que he vivido. Básicamente lo que hicieron fue apagar las luces y poner la intro de "Number of the Beast". El aullido de euforia con el que recibieron eso los miles de heavies que había en el Sant Jordi fue histórico (recuérdese, además yo estaba empezando en los conciertos y era fácilmente impresionable, al ver eso me dije: "eh, pues sí que mola esto"). Para redondearlo el segundo tema que tocaron fue "The Trooper", casi nada. Cuando se lo proponen pueden ser muy grandes esta gente.

- Jane's Addiction, 16 de Octubre del 2003 (Razzmatazz): este concierto fue realmente muy especial para todos los que asistimos, pero para mí, que justo acababa de descubrirles y estaba en plena fiebre Jane's, lo fue más aún. Es cierto que Perry Farrell se encontraba algo mal (de hecho cancelaron el concierto del día siguiente en Madrid) y se le notaba en la voz, pero a cambio lo dio absolutamente todo sobre el escenario. El momento que eligiría es, en un alarde de originalidad, la versión de "Three Days" que se marcaron, un momento intensísimo y mágico.

- Queen + Paul Rodgers, 2 de Abril del 2005 (Palau Sant Jordi): ver al que ha sido desde siempre mi grupo favorito en vivo era un sueño hecho realidad con el que nunca conté. Sí, faltaban Freddie y John, sí Paul Rodgers no canta como él, pero era ver a Brian May y Roger Taylor tocando temas de Queen en directo con uno de los mejores cantantes de la historia. Llamadme conformista, pero a mí eso ya me hacía feliz. Del primer concierto en que les vi hay muchos momentos a remarcar pero quizá me quedaría con la entrada de Brian May tras el telón que tapaba el escenario tocando el riff de "Tie Your Mother Down" (esa imagen concreta y las sensaciones que me produjo es de las que no creo que olvide nunca) o la parte operística de "Bohemian Rhapsody" seguida de la entrada del grupo en la parte rockera.

El concierto al que debería haber ido y que se canceló por la poca venta de entradas, obligándonos a muchos a ir a Zaragoza.

The Who, 3 de Julio del 2006 (Pabellón Príncipe Felipe, Zaragoza): "Our next song is from Quadrophenia (mira el setlist).... no, no, this song is not from Quadrophenia". Tras esta presentación tan espartana, como quien anuncia un tema menor cualquiera, empezaron a sonar los inconfundibles teclados de "Baba O'Riley". Momentazo mágico a recordar, todo el público cantando cada verso de la canción, Pete entrando con la guitarra igual que hacía en The Kids Are Alright y el solo de armónica final. Curiosamente, dos meses después volví a oírla en directo interpretada por Pearl Jam.

- AC/DC, 31 de Marzo del 2008 (Palau Sant Jordi): sí, es cierto, AC/DC hoy en día son una banda totalmente previsible en que cada elemento está probablemente calculado y planificado por avanzado: ahora toca que Angus haga el baile del pato a lo Chuck Berry, ahora debe tirarse por el suelo, etc. Pero a mí, que no voy a verles en directo cada noche, ya me parece bien mientras den un show de calidad, y lo dan. Antológica e inolvidable la versión de "Let There Be Rock" con el infaltable solo interminable de Angus, que fue demoledor. Para rematarlo, un poco de espectáculo (ese tipo de cosas que los rockeros de monóculo desaprobarán pero que yo creo que nunca hace daño) subiéndose a una plataforma y dando vueltas sobre sí mismo en el suelo, todo mientras hace el solo. Al fin y al cabo ¿el rock 'n' roll no se suponía que iba de cosas así?


John Fogerty, 24 de Junio del 2008 (Royal Albert Hall, Londres): de mi buen amigo Fogerty dudaba entre varios momentos a escoger como la impresionante versión de "Heard It Through The Grapevine" que se marcó en Barcelona o el solo de armónica de "Keep on Chooglin", pero finalmente creo que escogeré el "Ramble Tamble" de la primera vez que le vi. No conocía la canción y descubrirla de esta forma en directo me dejó absolutamente boquiabierto con el magistral solo de guitarra que se marcó.

- Ten Years After, 19 de Octubre del 2008 (Sala Luz de Gas): lo de Ten Years After es uno de esos casos en que tuve la suerte de verles en directo en la misma época que descubrí y me enganché al grupo. Aunque la ausencia del líder, cantante y guitarrista Alvin Lee me hizo bajar algo las expectativas, su concierto del 2005 me dejó boquiabierto, y el del 2008 fue directamente de los mejores que he visto. Me quedo especialmente con su versión de "I Can't Keep From Crying Sometimes", que acabó en una orgía improvisada de blues-rock de más de 10 minutos, maravillosa.

- Jimi Hendrix, 3 de Agosto de 1969 (Woodstock): el momento en que Jimi pasó de su solo de guitarra a tocar el himno americano definitivamente siempre quedará.... oh, espera, ahí no estuve. Olvidadlo, fue un lapsus.


Neil Young, 30 de Mayo del 2009 (Primavera Sound): a día de hoy aún lo considero mi concierto favorito, así que podría destacar muchísimos momentos, pero diré uno de los más especiales que seguramente no es el que mencione la mayoría de gente: la versión eléctrica de "Pocahontas". Había descubierto esa canción ese mismo año y se convirtió en una de mis favoritas suyas, pero al no ser tan emblemática no contaba con oírla. Cuando empezaron a tocarla al principio no la reconocí al ser en un formato diferente, pero la melodía me era muy familiar. Cuando caí en la cuenta me llevé obviamente una alegría al ver que tocaba uno de mi temas favoritos recién descubierto y en un estilo diferente al que conocía, ¡gracias Neil!

- Roger Hodgson, 1 de julio del 2009 (Poble Espanyol): en estos 10 años de conciertos, Roger Hodgson es el músico legendario o de caché alto al que más veces he visto en directo, en concreto 4: en Castellón de la Plana, en Sant Feliu de Guíxols y dos veces en Barcelona (Poble Espanyol y Liceu). Esos 4 conciertos sumados a las dos veces que he visto a Supertramp hacen que en total haya visto 6 veces a músicos relacionados con Supertramp, eso sumaría que he oído "Give a Little Bit" ¡8 veces! en directo. No está mal teniendo en cuenta que en el lejano 2005 estaba deseando ver a Roger Hodgson y pensaba que nunca podría, al no pasar sus giras de entonces por España. Llegué a escribir a su web preguntando si su tour pasaría por la península y me dijeron que lo lamentaban pero no, aunque me decían que quizá podría acercarme a una fecha que daba en el sur de Francia. Irónicamente, siete años después Roger ha actuado decenas de veces en todas partes del país y a día de hoy no hay año que no se acerque por aquí.

De las 4 veces que le vi, el mejor concierto diría que fue el del Poble Espanyol, y de ese show me quedo sin duda con su interpretación de "Fool's Overture". Es mi canción favorita del grupo y una de mis predilectas de todos los tiempos, pero Roger nunca la tocaba en vivo (ya se la pedimos en los otros conciertos y siempre se disculpaba diciendo que era demasiado compleja para interpretarla en el formato en que actuaba: solos él y otro músico). Cuando anunció en el Poble Espanyol que la interpretaría no daba crédito, y efectivamente fue así. Supieron apañarse para interpretarla solo dos personas y fue uno de los momentos más emotivos que he vivido nunca en un concierto.


- Mott The Hoople, 1 de Octubre del 2009 (Hammersmith Odeon, Londres): el concierto de Mott The Hoople en Londres es la única vez en que he estado en un concierto realmente histórico, ya que fue el primero de los 6 únicos conciertos de reunión que dio la banda. Lógicamente eso hace que hubiera muchos momentos especiales, pero el mejor fue el final del concierto, uno de los ejemplos más maravillosos que he vivido de comunión entre banda y público (téngase en cuenta que el público eran todo fanáticos del grupo). Acabaron con el que fue el último single de Mott The Hoople, "Saturday Gigs", una canción muy especial que grabaron de agradecimiento a los fans y como despedida. Por ello al final del tema, mientras se repite el estribillo unas voces cantan "Goodbye". Para mí sorpresa, cuando la interpretaron en directo, al final de la canción el público empezó a cantar espontáneamente ese "Goodbye" final. La banda terminó el tema pero el público siguió entonando esa melodía mientras los músicos dejaban sus instrumentos, se despedían y abandonaban el escenario. Incluso cuando ya había pasado un buen rato que se fueron, todos seguíamos cantando "Goodbye" en homenaje a Mott. Momento de lágrima.

Pixies, 28 de Mayo del 2010: después de haberlos dejado escapar años atrás por fin pude saldar esta deuda pendiente. El momento que más se me quedó marcado fue cuando salieron al escenario y empezaron a tocar, para sorpresa de todo el público, "Cecilia Ann". Yo había visto setlists de los conciertos de los últimos años y básicamente se apoyaban en Surfer Rosa y Doolittle con menciones muy puntuales a sus otros discos. Por ello yo esperaba que empezaran con "Bone Machine", pero jamás pensé que repentinamente rescatarían "Cecilia Ann", el tema instrumental que abre su disco Bossanova. Siguiendo el mismo orden que en el álbum, seguidamente empalmaron con una versión frenética de "Rock Music" cantada (más bien chillada) por toda la masa eufórica de fans absolutamente descontrolada. Y sí, Frank Black sigue chillando como antes. Para rematarlo, acabaron de redondearlo con "Wave of Mutilation", coreada únanimemente como si fuera un himno. Todo el concierto fue muy grande, pero el inicio concretamente para mí fue inolvidable.

- Arcade Fire, 21 de Noviembre del 2010 (Palau Sant Jordi): soy consciente de que la mayoría de grupos que he puesto aquí son vejestorios o grupos cuyo gran momento ya pasó. Eso es por otro tema que ahora no viene a cuento relacionado con mis preferencias musicales, pero en realidad me gustaría poder descubrir grupos actuales que me encantaran para vivir esa sensación de disfrutar de un gran grupo en su momento, cuando aún son grandes y no una copia de sí mismos, y eso fue lo que viví con Arcade Fire. De las pocas bandas actuales que me entusiasmen, los canadienses son quizás mis favoritos y, lo mejor de todo, es que en directo son muy buenos. Su último concierto en el Palau Sant Jordi fue apoteósico, de esos que convierten a incrédulos (no leí ni una sola opinión negativa del mismo, incluso gente que explicaba que fueron de acompañantes sin tener mucho interés reconocieron que en vivo la banda se dejaban la piel). De ese concierto destacaría una versión frenética de "Rebellion (Lies)" en que se combinó la perfecta comunicación con el público (entregadísimo desde el inicio), la banda agotando sus últimas fuerzas en el sprint final y una canción genial que se presta a ser coreada.


- The Stooges, 6 de Julio del 2012 (Festival Cruïlla): ya de entrada ver a Iggy (¡¡Iggy!!) saliendo al escenario, a unos metros de ti, con el torso desnudo y saltando como loco es una imagen difícil de olvidar. Pero si encima decide empezar el concierto con los tres temas más míticos de Raw Power seguidos, la experiencia es una catarsis absoluta. Abrieron fuego con "Raw Power", siguieron con la brutalísima "Search and Destroy" y remataron la faena con "Gimme Danger". El público estaba desbocado, normalmente en ocasiones así prefiero irme atrás porque no me gustan estas situaciones, pero la locura y la energía de Iggy son contagiosas y me mantuve en esa zona todo el concierto.

Por supuesto, se me quedan otros momentos en el tintero que no entran por los pelos como algunos instantes de los Stones en el Estadi Lluís Companys el 2003 y de las dos veces que vi a Elton John, "Vanishing Act" en el concierto de Lou Reed, "Ballad of Dwight Fry" la primera vez que vi a Alice Cooper con su posterior decapitación... pero sería demasiado largo detenerme en tantos momentos.

Sospecho que estos 10 años han sido mi edad de oro en cuanto a música en directo, y es algo triste ponerse a pensar en ello. La mayoría de los grupos que me gustan son bastante mayores y he tenido la suerte de verles en sus últimos años en activo y dando aún buenos conciertos (digan lo que digan los rockeros auténticos que opinan que un músico de 60 años no puede tocar música rock). Pero el tiempo no perdona y en estos años seré testigo de cómo muchos de ellos se retiran o, directamente, acaban haciendo compañía a Hendrix y Jim Morrison donde quiera que acaben los rockeros una vez pasan a mejor vida.
Por supuesto, hay bandas actuales muy buenas a las que sigo la pista, pero siguen siendo minoría en mis gustos particulares - no obstante, me alegra haber visto a gente como Arcade Fire, Wilco o Godspeed You! Black Emperor dando auténticos conciertazos y demostrando cómo sigue habiendo grandes bandas actuales en vivo.

El otro motivo que me lleva a pensar en ello es que, amigos, uno se hace mayor y ya no está en la edad de pedir a sus padres dinero para un concierto o para ahorrarlo de los pocos euros que ganaba dando clases particulares al no tener más gastos personales. A día de hoy no puedo permitirme gastos excepcionales en ese sentido, sobre todo ahora que el precio de las entradas se está volviendo cada vez más demencialmente caro. Eso implica selección y descartar cada vez más conciertos de grandes grupos, ya sea porque uno no puede gastar alegremente 40 euros cada mes o porque algunos conciertos valen mucho más de lo que estoy dispuesto a pagar por ellos (los precios de Wilco en el Liceu son demenciales, y eso que me encantaría volver a verlos). Siempre quedan bandas pequeñas a las que ver, más asequibles de precio y que necesitan más ese dinero, pero pocas me han generado tanta satisfacción como otros grupos de mayor categoría y mejor repertorio.

En fin, no me quejo, en estos 10 años he visto a muchos más grupos y artistas de los que imaginaría cuando empecé en esto y me llevo varios momentos inolvidables como los aquí citados.

jueves, 27 de diciembre de 2012

Futuros grupos favoritos


Puse "Future Favourite Bands" en Google y me salió esto entre los primeros resultados

Como aficionado a la música hay dos sensaciones especialmente agradables que no tienen precio. La primera es el descubrimiento de un grupo-músico nuevo que te gusta y tiene una discografía extensa con varios discos considerados memorables, esa sensación de que has entrado en un mundo nuevo y desconocido por explorar. La segunda es cuando te das cuenta de que un grupo-músico se ha convertido en uno de tus favoritos, cuando descubres que ya no es simplemente otro grupo-músico que te gusta, sino que realmente pasa a formar parte de ti y lo añades a tu lista de preferidos. No tiene por qué ser necesariamente uno de tus 10 favoritos, simplemente que ya no lo ves como un grupo-músico bueno en cierto modo ajeno a ti y te lo apropias.

Eso último me ha pasado a lo largo de los últimos años con varios músicos-bandas, a saber: Genesis, Neil Young, Ten Years After, Canned Heat, Grateful Dead, Todd Rundgren, Van Der Graaf Generator y The Marshall Tucker Band. Todos éstos eran músicos que me gustaban y con el tiempo fue creciendo mi estima hacia ellos hasta darme cuenta de que se estaban convirtiendo en parte de mis músicos favoritos. Los casos más radicales en mi caso fueron Neil Young, Ten Years After y Grateful Dead. El primero lo descubrí hace ya bastante tiempo y me gustaba y tenía varios discos suyos, pero hacia el 2009 pasé por una racha casi obsesiva con Neil que lo llevó a escalar mi Top10 de favoritos, donde se haya desde entonces como mi artista favorito junto a Elton John (¡y por encima de Bowie, que siempre me ha gustado mucho!).  En el caso de Ten Years After fue sobre todo a raíz de un concierto que dieron por aquí que me hizo descubrir su gran discografía, y en cuanto a Grateful Dead, mi fiebre por ellos fue este mismo año.

No os podéis ni imaginar el coñazo que di en su momento con Ten Years After a todo el que me quisiera escuchar (o no)

A veces uno puede preveer que un grupo le acabará gustando más y más con el tiempo: Canned Heat era bastante previsible en mi caso, ya que mis gustos congeniaban mucho con su estilo; o Genesis y Todd Rundgren, que fui descubriéndolos poco a poco y sin muchas sorpresas, simplemente confirmando lo que ya intuía. Pero otras veces uno se lleva sorpresas. ¿Quién me diría a mí que Van Der Graaf Generator serían una de mis bandas progresivas predilectas en la época en que solo conocía Still Life? ¿O que Marshall Tucker Band pasarían de parecerme una simpática banda de rock sureño a considerarlos los más grandes del género junto a los Allman Brothers? Cuando oí Still Life y Carolina Dreams no veía en esas bandas el potencial para convertirse en parte de mis grupos favoritos. En el caso de Van Der Graaf Generator el punto de inflexión fue escuchar el maravilloso Pawn Hearts, que además en las primeras escuchas ni siquiera me gustó, mientras que en el de Marshall Tucker Band fue más bien el ir descubriendo cómo sus discos me gustaban cada vez más con el tiempo.

Por supuesto, todo esto es temporal y quién sabe si en unos años dejaré de tener en alta estima a todos estos grupos y artistas, de hecho ya se han dado casos... aunque eso es otro tema.

Mi fiebre Van Der Graaf Generator no fue muy bien recibida en mi casa

Partiendo de todo esto me hice hace poco una interesante reflexión: de los grupos que todavía conozco superficialmente, ¿cuáles creo que tienen potencial para poder ser de mis favoritos en el futuro? Esto no es tanto una estimación como una apuesta, porque realmente uno no puede saber lo que se encontrará. Quizá acaban siendo grupos de los que solo me gustan un par de discos y ya está, o incluso puede que los discos suyos que conozco y ahora me encanten en un futuro dejen de agradarme. Nunca se sabe. Por eso remarco que esto es más una apuesta que una estimación.

Obviamente parto de cierta base: grupos y artistas de los que conozco pocos discos (dos o tres) que me gustan y que tienen una carrera con unas cuantas más obras potencialmente interesantes. Es decir, no incluyo gente de la que he oído nada... porque de hecho a estas alturas y tras tantos años apenas se me ocurren casos de músicos que podrían gustarme de los que no haya oído nada aún.

Así pues, a día de hoy, aquí va mi apuesta de grupos-artistas que podrían escalar hasta ser de mis favoritos en un futuro:


  • Amon Düül II: una de mis sorpresas del año pasado fue descubrir hasta qué punto me fascinaba el Yeti, un disco que en realidad siempre he considerado una obra maestra del rock, pero que últimamente me engancha cada vez más. De momento solo conozco éste y su debut, y aunque el primero no se acerca a la grandeza de Yeti, el sonido característico del grupo me encanta y por lo que veo tienen varios discos a continuación entre los que explorar. En el momento en que escribo estas líneas solo tengo los dos primeros, pero intuyo que este año caerá el tercero, que me acabará de confirmar hasta qué punto puedo subir mis expectativas [nota: meses después de escribir esto descubrí el tercero y me encanta].


  • Can: seguimos con krautrock. El Tago Mago es de esos álbums que, como Yeti, me fascinó desde la primera escucha. Aparte de ése conozco Future Days (que me ha ganado mucho con el tiempo) y este año escuché su debut Monster Movie, que me ha dado una de las pistas más significativas para saber si un grupo realmente tiene potencial para ti: cuando te gustan mucho o bastante discos que no están considerados entre los mejores es una buena señal. Y que yo sepa el debut no es uno de los más recordados y ha superado la prueba para mí.


  • Hawkwind: no sé cómo he tardado tanto en oír cosas de space rock conociendo mis preferencias, pero no fue hasta el año pasado cuando oí mi primer disco de Hawkwind, In Search of Space. Este año escuché Doremi Fasol Latido, y sigue ese estilo que me gustó tanto del anterior. Tengo entendido que Hawkwind tienen unos cuantos discos más a tener en cuenta además de un directo mítico, así que eso los hace susceptibles de que me acaben gustando mucho con el tiempo. ¿El peligro que veo? Que pasen del sonido space-rock tan fumado a volverse demasiado hard-rock puro y duro, porque creo que me gustan más cuanto más se les va la cabeza. Veremos...


  • Groundhogs: de esta banda de blues-rock conozco dos álbums, Split, con un sonido un poco hard-rockero muy bizarro, y Blues Obituary, que podría clasificarse como blues progresivo y que me ha gustado mucho. Tienen varios discos, un directo potencialmente muy chulo y hacen blues de una forma original. Son bastantes puntos a su favor.


  • Soft Machine: sus dos primeros discos psicodélicos tan locos me encantan y el Third, donde empiezan a tirar hacia el jazz-rock, me parece genial. Me quedan por delante más discos, la cuestión es si mantienen el nivel de Third o si serán discos de jazz-rock poco atrayentes para mi gusto. Como el Third me gusta tanto les doy mi voto de confianza, quizá de los cinco es la apuesta más a ciegas porque aunque conozco los dos primeros, no sirven para valorar el resto de su discografía.

Algunas bandas que he estado a punto de poner pero no he añadido porque considero que las conozco ya suficiente para saber hasta qué punto me llegarán a gustarme:

  • Roxy Music: los 3 primeros discos son muy buenos, pero que yo sepa solo tienen 2 más que puedan gustarme mucho, por tanto tienen poco margen para poder subir tantos puestos en mi Top personal.

  • America: aparte de que conozco muchos de sus grandes temas por un recopilatorio, ya tengo tres de sus mejores obras (Homecoming, Hat Trick y Holiday) y creo que solo me quedan dos míticos por oír. Como con Roxy Music, eso hace que sean improbables las sorpresas y que mi estima por ellos no crezca mucho más, a no ser que descubra que sus discos menores también me entusiasman o que los que ya tengo me vayan gustando aún más con el tiempo.

  • ELO: reconozco que no estoy tan al tanto de su carrera como los otros dos, así que son los que más a punto he estado de poner en la lista de arriba. No lo hice porque los tres discos suyos que tengo (ElDorado, Face The Music y Out of the Blue) me han dado una imagen bastante exacta del potencial de su sonido y no creo que lleguen a gustarme mucho más. Solo sucedería si el resto de discos mantuvieran el nivel de ElDorado, pero me inclino a creer que no es así.

En fin, esta es mi apuesta. Sería interesante rescatar este texto de aquí a 4 o 5 años y ver qué ha pasado. Si alguno de estos grupos ha acabado siendo de mis favoritos o si por el contrario han pasado a gustarme menos. O qué grupos han acabado subiendo puestos en mis preferencias que no están por aquí escritos. Desde luego, si hubiera hecho algo así hace 5 años, creo que no habría apostado ni de coña por Grateful Dead, por ejemplo.
El tiempo dirá.

lunes, 24 de diciembre de 2012

Amon Düül - Psychedelic Underground (1969)




Estas fechas tan entrañables y especiales son seguramente el momento idóneo para hablar de este disco tan especial, que os invito a escuchar en familia con una sonrisa en la cara.

Como ya sabréis, a finales de los 60 se hicieron muchos discos que eran absolutamente transgresores para la época. Pues bien, en el caso de Psychedelic Underground no hace falta añadir lo de "para la época".
Yo no soy especialmente dado a escuchar cosas muy bizarras o experimentales, y de hecho tiendo a desconfiar de esa gente que valora más un álbum cuanto más difícil se haga escucharlo. Es por ello que se me hace difícil justificar la presencia de Psychedelic Underground en mi colección de discos, incluso un año después de haberlo descubierto, ya que es de esas obras que si soy sincero realmente no sé por qué me gustan, pero es así.

Amon Düül era el nombre con el que se denominaba a una comuna artística muy politizada formada en Munich que solía llevar a cabo happenings basados en improvisaciones muy libres que podían durar horas. En esas jams no se buscaba crear música con pies y cabeza propiamente dicha, sino que sencillamente cualquier miembro de la comunidad (incluso aunque no fuera músico) podía unirse a la sesión. Con el tiempo, algunos de sus miembros quisieron llevar a cabo un enfoque más profesional musicalmente con todo lo que ello conllevaba (componer canciones, ensayar, etc.) y eso llevó a una lógica ruptura. De ahí nacieron los imprescindibles Amon Düül II, la versión más convencional y musicalizada de Amon Düül.


Cuando leí que Amon Düül II eran la versión comercial de Amon Düül no me quedaba duda de que ahí debía haber algo bastante contundente. Pero aún así, ni esa advertencia me preparó para Psychedelic Underground.
De entrada, prácticamente todos los discos de Amon Düül vienen de una misma grabación de finales de los 60 de una de esas improvisaciones, que imagino que se retocó algo en estudio añadiendo detalles o recortando otros. El hecho de que no se grabara en estudio tiene como consecuencia uno de los primeros handicaps que uno debe afrontar ante un disco así: la pobre calidad de sonido. Siendo directos, Psychedelic Underground tiene sonido de bootleg, ni más ni menos. A eso, sumadle que ¿las canciones? en sí mismas son tal y como dije improvisaciones libres. Por ello, la primera vez que lo tanteé pensé que jamás podría escuchar algo así, pero por algún perverso motivo me descubrí reescuchándolo. Al principio solo para acabar de asimilarlo del todo, luego de repente me di cuenta de que esa cosa realmente me gustaba (un inciso, no tomo drogas, así que no van por ahí los tiros). Y desde luego no soy el único que aprecia este álbum, así que debe haber algo en él que mueva a escucharlo, aunque no sea a mucha gente.

Lo primero que se nos ofrece es un tema de más de 15 minutos basado en un ritmo de batería tribal muy repetitivo sobre el que van improvisando hasta que, hacia el final, directamente se les va la cabeza del todo y comienzan a gritar sonidos incoherentes como si estuvieran poseídos. Desde luego no me diréis que no es una buena manera de comenzar un disco.

Si uno sobrevive a la prueba del primer tema, el resto irá bien, todo el álbum sigue esos mismos derroteros a grandes rasgos. A veces se insinúa alguna melodía como en "Im Garten Sandosa", con ese aire oriental, pero no se crean que Amon Düül van a hacer algo tan vulgar como componer una canción, en su lugar repiten la melodía continuamente mientras otros músicos se dedican a hacer cosas raras por encima.

Si tuviera que describir esto de alguna forma, yo diría que es la banda sonora que me imaginaría para una misa satánica. En todo caso si le he despertado la curiosidad a alguien, recomiendo darle un par de escuchas con calma (abajo dejo un link al disco entero en Youtube) porque obviamente no es de esos discos que entran de primeras. Y supongo que las drogas alucinógenas ayudarían a asimilarlo, al menos a ellos parece que les ayudó a hacer la música.


miércoles, 19 de diciembre de 2012

Reflexión sobre los Stooges y su halo mítico


Estos días he estado leyendo la biografía de los Stooges de Jaime Gonzalo, un libro muy interesante que recomiendo a los fans del grupo.


Está compuesto en su mayoría por declaraciones de miembros de la banda y otros implicados junto a algunos textos explicativos de Gonzalo. Lo único que no me gusta del libro es que el estilo de escritura de Gonzalo me resulta muy cargante. No tengo nada contra un libro de rock bien escrito y de hecho detesto los que optan por un estilo enrollado en plan "cómo mola este grupo" - para mí ese tipo de lenguaje encaja en un blog pero no en un libro. En todo caso, Gonzalo creo que abusa de sus dotes de escritura haciendo que el texto sea demasiado denso, lo cual creo que no encaja bien con el tipo de libro que es, pero se trata solo de mi opinión personal.
A cambio, nos ofrece todo lo que necesitamos saber de los Stooges (por ejemplo es de inestimable valor toda la información que da de composiciones no oficiales del grupo y de todos los discos pirata que pululan por el mercado), además de curiosidades más anecdóticas que a mí me resultan muy interesantes, como el culto que había a los Stooges en los 70 a nivel underground y cómo lo vivió él personalmente, poniéndose en contacto con clubs de fans europeos y adquiriendo el poco material que podía llegar a sus manos.

Volviendo a los Stooges, leyendo todos los detalles sobre sus actuaciones y su desfasado estilo de vida me dio por reflexionar sobre algo...


Hoy en día la exbanda de Iggy Pop es uno de esos grupos de estatus mítico e intocable, de esas bandas de culto adelantadas a su época vistas hoy día como pioneros. Supongo que todos los fans del grupo fantasean con la posibilidad de haberles podido ver en su momento en directo, y que en cierto modo miran con desdén a toda esa gente que tuvo ante sus narices a unas leyendas y no supieron apreciarlo.
Pero la realidad es que a día de hoy puedo entender e incluso compartir la impresión que tenía el público de un aspecto concreto de los Stooges, y es todo lo que concierne al papel de Iggy Pop en los conciertos.

En su época, Iggy era considerado ni más ni menos que un payaso, al que la gente acudía a ver no por interés hacia la música sino para comprobar hasta qué punto iba a llegar esa noche o, mejor aún, si podrían verle morir en directo. Ahora esa faceta de frontman extremo está muy bien vista y se considera, como dije, que Iggy estaba adelantado a su tiempo. Por ello, muchos se lamentan de que hoy en día ya no actúe con la locura y espontaneidad de antaño sino como un profesional siguiendo un guión. Pero yo no lo lamento, y diré más: prefiero ver a Iggy en directo en 2012 antes que en 1972.

¿Por qué? Porque el Iggy de 1972 creo que es el ejemplo típico de personaje o situación que resulta cool vista en perspectiva, pero no en su momento. En todo caso, si a vosotros os motiva la idea de ver a un cantante drogado vomitando sobre el escenario, mutilándose cada vez más y peleándose con el público, de acuerdo, el Iggy de 1972 es para vosotros, pero no para mí. Todos estos actos que hoy día se ven como subversivos en su momento solo se lo tomaba en serio cierta prensa rockera muy sesuda, gente como Lester Bangs que sacaba todo tipo de significados profundos no solo de la música de Iggy sino de sus excesos. Yo no me lo trago.


Iggy Pop, en su periodo de drogadicción más extremo, no me merece el más mínimo interés o aprecio. No hablo del Iggy de sus inicios con los Stooges, en que era un frontman agresivo pero sabía lo que hacía. Me refiero al Iggy en que se acabó convirtiendo con el tiempo en gran parte por el consumo de drogas y cuyo modo de comportarse aún se considera cool. En esos años, Iggy llegaba a menudo al escenario con la presión de hacer las locuras que el público esperaba de él y llevando a cabo actos que pueden pareceros muy punk pero que a mí no me interesaría ver en persona (aparte de los ya descritos vómitos y escupitajos, también había numerosas batallas campales en que el público le arrojaba de todo).

Poniéndome en la piel de alguien de esa época que se encuentre con un tío así, sé que habría pensado igual. Que ese Iggy Pop era o un desequilibrado del que se aprovechaba el público para reírse a su costa o un idiota que había decidido llevar al extremo las enseñanzas de Jim Morrison para llamar la atención como fuera: cortándose con cristales, insultando a la gente, no importaba cómo. Y a mí eso no me merecería ningún respeto.

Claro, años después de consagró como un artista respetable en solitario y se le vio con otra perspectiva, como el prototipo de frontman auténtico. Pero yo veo mucho más eso en el tan criticado Iggy actual que en el original. Hoy día Iggy es todo un profesional que sale al escenario sabiendo qué se espera de él, así que lo da, se entrega a su totalidad a la música, hace un par de numeritos que sabe que le gustarán al público y se va habiendo hecho su trabajo. Puede que eso no sea auténtico, pero prefiero un profesional que me ofrece algo guionizado a un errático drogadicto que, según la noche, podía ofrecerte un buen concierto o ser incapaz de cantar nada.


Hay mucho mito alrededor de los Stooges, y por supuesto es comprensible, pero no hay que dejarse seducir por esa imagen romántica y mirarla con cierta perspectiva. Los excesos de Iggy en directo pueden parecer divertidos o muy cool leídos, pero verle degradarse en directo hasta ese punto creo que no tendría mucho interés [remarco que en ningún momento he criticado la música de los Stooges, que por si hace falta aclararlo me encanta].

Para cerrar este post voy a copiar del libro de Jaime Gonzalo una frase de James Williamson que creo que refleja un poco esta idea:

Puede que lo que hice con Iggy sea legendario ahora, pero en la época vivíamos como perros, sin apenas comer, sin dormir, drogas como no eres capaz de imaginarte, quemándonos como maníacos. No puedes vivir así mucho tiempo. Rechazo la mitología que rodea a los Stooges.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Discos que no entiendo: Yes - Fragile (1971)




Si me permitís ser directo, nunca he entendido la fama de este álbum. Que sea considerado una de las obras cumbre de Yes e, incluso, su mejor álbum en opinión de muchos, es algo que me supera. Close to the Edge y The Yes Album son infinitamente mejores, e incluso yo personalmente prefiero Tales from Topographic Oceans a éste, aún a riesgo de quedarme solo.

Éste fue lógicamente el segundo disco de Yes que oí - y digo lógicamente porque después del Close to the Edge es el que más fama tiene - pero me supuso tal decepción que dejé a Yes de lado un largo tiempo considerándolos una banda de un solo disco. Fue al oír el Yes Album cuando se reanudó mi interés hacia ellos hasta hoy día. Desde entonces he ido dándoles sucesivas oportunidades a Fragile, pero me temo que no hay otra: sencillamente no entiendo este disco.

En el 91, Yes seguían en los 80. Miren si no las pintas y esos teclados que se cargan esta versión del tema.

De entrada me cuesta entender que se considere el mejor disco de un grupo una obra que tiene varios temas de relleno. Y no me refiero a temas menores que uno puede discutir si son relleno o no, sino temas que eran literalmente de relleno, que se incluyeron para llenar el disco porque se les quedaba corto y que no son más que pequeños esbozos compuestos por cada miembro del grupo para lucimiento propio. Habrá quien les vea cierto encanto, pero no es mi caso.

"Cans and Brahms" es Wakeman jugueteando con la música clásica y los teclados, muy en su onda. Serviría como introducción de algún tema, pero por sí sola es muy pobre. "We Have Heaven" es una sobredosis de Jon Anderson ideal para aquellos a los que no les guste la voz del cantante. A mí sí me gusta como cantante, pero no esta canción. Ambos son dos temas insustanciales de minuto y medio, lo cual es irónico si uno piensa que dos años después hicieron un álbum en que ningún tema bajaba del cuarto de hora. Cerrando los rellenos más flojos, "Five Per Cent Nothing" es directamente una demo de medio minuto añadida aquí estúpidamente.

Pasemos a los temas menores más respetables. "Mood for a Day" es Steve Howe demostrando sus habilidades a la guitarra española, no está mal aunque a mí todo lo que recuerde a flamenco me repele, pero reconozco que es cosa mía. Por otro lado "Long Distance Runaround" y "The Fish" están bastante mejor. La primera es una composición breve pero bien hecha, mientras que la segunda es un casi instrumental para lucimiento del bajista Chris Squire. De todos modos me gusta mucho más como suena en el directo Yessongs y tengo la sensación de que la cosa se queda algo a medias.



Pasemos ya a los temas largos. Aquí sí que hay más calidad, aunque ninguno está para mi gusto a la altura de las grandes composiciones del álbum anterior y del siguiente. "Roundabout" es el gran clásico del disco, suena a puro Yes y está muy bien construida, con algunos intervalos acústicos entre otros más rockeros. Bien.
"South Side of the Sky" creo que me gusta más, alternando un inicio más oscuro con un interludio de piano muy tranquilo.
Por último tenemos "Heart of the Sunrise", que nunca ha sido mi taza de té, se me hace algo machacona y solo consigue agradarme del todo a ratos.

¿Resumen? Tres temas de relleno estúpidos, tres temas respetables pero menores y tres temas largos de los cuales uno me parece normalito y los otros dos buenos pero no entre lo mejor del grupo.
¿Veredicto? Un notable y gracias. No una obra maestra ni, mucho menos, la mejor obra del grupo. Entiendo que es cuestión de gustos y bla bla bla pero teniendo discos tan sublimes y redondos como Yes Album y sobre todo Close to the Edge, me cuesta comprender a alguien que prefiera éste.

lunes, 10 de diciembre de 2012

He's my brother, let us live in peace

Si hay por ahí alguien que aún cree que Elton John es un hortera compositor de basura radiofónica, que se escuche esta canción y luego tenga las agallas de repetirlo honestamente:


Por momentos como estos 3 minutos me aficioné a la música.

viernes, 7 de diciembre de 2012

Rick Davies


Hacía tiempo que quería dedicarle una entrada al gran Rick Davies, uno de los dos líderes de Supertramp. El motivo es doble: por un lado porque es un músico extraordinario, por el otro porque está además muy infravalorado en favor de su compañero Roger Hodgson.

En cierto modo es normal que la mayoría de gente se quede antes con Roger Hodgson en lo que respecta a Supertramp, ya que él es el autor de la mayoría de hits del público y el cantante con el timbre de voz tan distintivo que siempre se ha asociado al grupo.

Además de eso el carácter que ha mostrado cada uno en público hace que se tienda a inclinar la balanza en favor de Hodgson. Es imposible no dejarse seducir por el encanto de Roger, quien lleva años dando numerosos conciertos en formato íntimo en que siempre se muestra cariñoso con el público. Los que además han tratado con él para pedirle autógrafos o una foto confirman que se trata de alguien muy atento fuera del escenario y no hay ningún indicio que parezca indicar que es todo fachada. En contraste los conciertos de Supertramp capitaneados por Rick Davies son mucho más fríos: eficiente rock de estadio que no busca ganarse el favor del público de otra forma que no sea la propia música, de hecho el propio Davies apenas dirige ninguna mirada a la audiencia ni le dirige la palabra. La personalidad de Hodgson, hombre de tendencias algo místicas y que se sigue rigiendo por principios medio hippies a su edad, es en general más atractiva que el pragmatismo de Rick Davies.

Un último punto que juega en contra de Rick Davies es la famosa polémica del acuerdo que hicieron él y Hodgson antes de abandonar Supertramp de la que ya hablé en su momento. Hodgson decidió dejar el grupo en 1983, estando en pleno apogeo comercial por las tensiones que había entre los dos líderes de la banda. El trato era que Roger le dejaba la banda a Rick pero a cambio éste no interpretaría las canciones de su compañero. Rick aceptó y durante la primera gira cumplió lo prometido, pero a partir de la segunda empezó a incluir en sus setlists canciones de Hodgson. Éste, furioso, no ha cesado de hacer público desde entonces que Davies le engañó.

Primera formación de Supertramp, muy lejos aún de futuros éxitos y disputas.

Todos estos argumentos hacen que la figura de Rick Davies no haya quedado muy favorecida y eso ha llevado a mucha gente a decir sandeces como que Supertramp ES Roger Hodgson, o a que mucha gente crea que Hodgson es el que realmente merece la pena de los dos y Rick simplemente aportó unas pocas composiciones y poco más. La finalidad de este post es reivindicar a Rick Davies como se merece.

De entrada comenzaré por lo más banal. Rick puede parecer una figura antipática al lado de Hodgson, pero antes de juzgar conviene conocer mejor a la persona de la que hablamos, y la realidad es que Rick Davies es un hombre extremadamente tímido. Así lo aseguran todas las personas que lo han tratado, de hecho hay un vídeo en Youtube en que unos fans entrevistan al batería Bob Siebenberg a la salida de un concierto y le preguntan por qué Rick se deja ver tan poco. La respuesta de Siebenberg es que Rick es extremadamente tímido y se siente muy incómodo en situaciones así.
De hecho no solo hace este "feo" a los fans, sino que Davies apenas ha concedido entrevistas en solitario a lo largo de su carrera salvo cuando era necesario. Es por eso también que en los conciertos jamás dirige la palabra al público aún siendo el cantante y líder, de hecho esa tarea se la cedió gustosamente al extrovertido y simpático saxofonista de la banda, John Helliwell. Por otro lado, según parece, la gente que trata con él en la intimidad le califica como una persona muy agradable e incluso propensa a hacer bromas. Que en los conciertos sea incapaz de crear el ambiente de intimidad y complicidad entre él y el público como hace Hodgson es simplemente por una disparidad de caracteres.

Difícilmente encontraréis fotos de Rick Davies alejado de su piano o sus teclados (salvo fotos promocionales con la banda).

En lo que respecta a la polémica sobre interpretar canciones de Hodgson, no voy a caer en el error de defender algo indefendible: si realmente existió ese pacto (y todo parece indicar que existió), realmente se portó fatal con Roger. Por lo que he leído sobre Rick, tiene pinta de ser un tipo pragmático que no quiere complicaciones, así que supongo que cuando en la segunda gira le pidieron que tocara canciones de Roger, éste accedió sin más. Me da la sensación de que su actitud era "yo quiero tocar mis canciones y que me dejen en paz, si tocando tres temas de Roger todos se quedan contentos, pues que así sea". Porque, que nadie se lleve a engaño, Rick no toca esos temas porque quiera o no tenga material propio, eso seguro. Pero así como Roger dice que Rick no puede interpretar esas canciones porque no son suyas y no entiende el componente emocional que llevan implícito (argumento sentimental), Rick sencillamente opta por interpretarlas de la mejor forma posible para tener al público contento y no se para a pensar en su significado (argumento pragmático). Y es que hay que reconocer que las versiones que hacen los Supertramp actuales de Roger son buenas, por supuesto no tanto como cantadas por el propio Roger, pero indudablemente Rick se ha preocupado de hacerles justicia.

Para cerrar este argumento un último apunte. Roger lleva décadas criticando duramente a Rick por romper el pacto, y aunque seguramente tiene razón, hay que decir que Rick jamás ha querido entrar en la polémica. Las pocas veces que se le ha preguntado por el tema Rick lo ha evitado para esquivar polémicas (alguna vez incluso ha negado la existencia de dicho pacto), y mientras que el management de Roger ha seguido una política muy agresiva sobre este tema (demasiado, diría yo), cantando a los cuatro vientos que Rick incumplió su promesa, Supertramp, y por tanto Rick, siempre han optado por el silencio. Nunca han replicado a Roger, y alguien podría decir que no lo han hecho porque no tienen argumentos a favor, pero la realidad en que en el mundo del rock eso no es impedimento de nada y en este tipo de polémicas casi siempre acaba habiendo cruces de declaraciones entre las dos partes (véase Pink Floyd en los 80). El silencio de Rick yo lo veo como algo que concuerda con su personalidad: sus ganas de pasar desapercibido y lo poco útil que resulta empezar una guerra abierta entre él y Roger.

Pero pasemos a lo realmente importante: ¡la música!


Aquellos insensatos que creen que Roger es la clave de Supertramp sencillamente no conocen bien el grupo. La clave del sonido Supertramp, eso que les hace tan especiales, es la combinación de dos mundos distintos: la base pop de Roger junto a la base más jazz-blues de Rick (también era un fan reconocido de Traffic). No debe entenderse esto como que cada uno aportaba temas de esos estilos, sino que ambos mezclaron su bagaje musical para crear un sonido propio, es decir Supertramp, que se podría describir muy a grandes rasgos como rock progresivo con influencias pop (o pop con influencias progresivas, según el disco del que hablemos). Si quitamos a cualquiera de los dos de la ecuación tendríamos algo bueno, pero no Supertramp.

De hecho aunque la voz de Rick no es tan llamativa, para mí y muchos fans es tan imprescindible como la de Roger, ese timbre más grave y profundo con una forma de cantar más bluesera es el contraste perfecto con el timbre agudo y más melódico de Roger. Tanto su voz como su forma de tocar el piano son un pilar fundamental de Supertramp, incluso a menudo en las canciones del propio Roger. Por ejemplo, ¿qué sería de "Child of Vision" sin el inolvidable diálogo a medio tema o el solo de piano final?


Musicalmente Rick ha sido siempre el que ha apostado más por el rock progresivo y por los temas que tienen influencias más jazzísticas (aunque nunca llegó a componer temas de jazz o blues puro y duro). Sin embargo, cuando el grupo decidió decantarse por el pop en Breakfast in America (1979) Rick no se hizo de rogar y compuso uno de los grandes singles radiofónicos del disco, "Goodbye Stranger" y una de las canciones más pegadizas del disco, como es "Gone Hollywood", un excelente tema de pop muy trabajado.

Después de este álbum sin embargo Rick y Roger no se pusieron de acuerdo: Roger quería seguir haciendo pop mientras que Rick quería continuar con el rock progresivo. Por ello cuando Roger dejó la banda el primer disco que grabaron Supertramp fue un álbum de temas largos y complejos, Brother Where You Bound, que aunque a mí no me gusta merece todo mi respeto por no seguir la senda fácil del Breakfast in America.


Pasando a composiciones concretas, para mí es innegable que objetivamente hablando Rick posee un número nada desdeñable de grandes temas a tener en cuenta. De hecho repasando el cancionero de clásicos del grupo, Rick y Roger están a la par, y en mi caso particular cuando listo mis canciones favoritas siguen igualados. Es cierto que a nivel popular solo hay dos temas realmente conocidos, "From Now On" y "Goodbye Stranger", pero es normal porque, como ya dije, la parte más pop del grupo era cosa de Roger.

De todo el repertorio de Rick, mi Top12 (12 y no 10 porque sí) sería el que sigue:

1- Crime of the Century
2- Rudy
3- Lover Boy
4- Downstream
5- Goodbye Stranger
6- Another Man's Woman
7- Gone Hollywood
8- Ain't Nobody But Me
9- Asylum
10- From Now On
11- Coming Home To See You
12- Bloody Well Right

No está mal para ser el líder prescindible de Supertramp, ¿verdad?
Las dos primeras directamente son dos obras maestras que podrían considerarse las mejores del grupo sin problema si no hubiera tantas entre las que escoger. El final de "Crime of the Century" y el tramo intermedio de "Rudy" para mí son de los mejores clímax de la historia del rock.
Las dos siguientes son dos debilidades personales mías, dos temazos más ocultos salvo para los que son muy fans y que me parecen magistrales: "Lover Boy" es una canción muy especial que nunca han tocado en vivo, y "Downstream" es una balada a piano sencilla pero preciosa.
"Goodbye Stranger" es una divertidísima canción pop muy pegadiza, de lo mejor del Breakfast in America, y el solo de piano de "Another Man's Woman" era siempre uno de los momentos cumbre de los conciertos (las dos veces que le vi estuvo sencillamente apoteósico).
Por último me gustaría resaltar ese pequeño clásico más olvidado al no ser tan accesible como otros del grupo, la maravillosa "Asylum" con ese estribillo tan genial: Please don't arrange to have me sent to no asylum, I'm just as sane as anyone, It's just a game I play for fun, for fun. La versión que se marca en vivo en el Paris es una maravilla, y ahora el DVD nos permite disfrutar de ese final tan surrealista que obviamente no conocíamos oyéndolo en el disco (al final del tema salen dos roadies disfrazados de gorila y plátano a bailar).


Tras toda esta parrafada creo que he hecho toda la justicia que se merece a Rick Davies. Un músico con personalidad, compositor de grandes temas, muy buen cantante y excelente pianista... el complemento perfecto para Roger Hodgson. Aunque componían por separado eran un gran equipo, eso sin olvidar al resto de la banda, por supuesto, pero resalto a Roger porque era el otro líder y cantante.

Y es que no hace falta esperar a que un músico se muera para reivindicarlo y recordar de repente lo genial que era. Por tanto, ahí queda mi homenaje al gran Rick Davies.

martes, 4 de diciembre de 2012

Wilco (The Band)



Si hay un grupo a día de hoy mimado por la crítica de rock, ése es Wilco. Y no es de extrañar, tienen los ingredientes necesarios para entusiasmar a la crítica: hacen pop-rock (un género musical que gusta a todos), son un poco sosainas (ese es un punto a favor para los críticos sesudos) y a veces meten en sus canciones detalles raros-experimentales que sirven para que uno se sienta muy culto hablando de las influencias kraut-rock del grupo.
No me malinterpreten, a mí me gustan Wilco, pero me pasa algo curioso con ellos. Creo que son muy buenos pero al mismo tiempo me echa un poco atrás el endiosamiento que están recibiendo por parte de crítica y fans.

A mí me costó cogerles el punto, y por ello entiendo a los que los califican de insípidos, pero la verdad es que una vez entras en su música, molan mucho. No obstante, faltándome por oír los reputados A. M. y Yankee Foxtrot Hotel creo que a la práctica tienen dos discos geniales (el primer disco del álbum doble Being There y A Ghost Is Born), uno muy bueno (Summerteeth) y una serie de álbums muy chulos y agradables de escuchar pero que no llegan a ser sobresalientes. Teniendo eso en cuenta, no creo que su carrera sea tan apasionante como dicen muchos. Mismamente leyendo opiniones sobre sus directos parece que sean una experiencia apoteósica, y aunque ciertamente ganan muchísimo en ese formato, tampoco me identifico con esos elogios desmedidos.

Así pues me encuentro en una situación extraña: Wilco me gustan pero me parecen sobrevalorados. Puede sonar contradictorio pero no tiene por qué. Sencillamente no veo en Jeff Tweedy un genio, sino un muy buen compositor de temas pop que ha sabido mantener una carrera interesante y (de momento) estable. Que no es decir poco, ojo. Sí, probablemente sean de las mejores bandas actuales pero tampoco nos flipemos. Al menos no TANTO. Y al mismo tiempo, tampoco caigamos en el error de darles la espalda solo porque estén tan endiosados, que al fin y al cabo lo que realmente importa, la música, es muy buena. Y si no, un ejemplo:


viernes, 30 de noviembre de 2012

Grabar conciertos

Uno de los temas sobre los que más se debate hoy día es la costumbre de mucha gente de grabar los conciertos a los que asiste. Entre la popularidad de los móviles con cámara y el auge de las redes sociales, se está convirtiendo en una costumbre casi obligada grabar algunas fotos y vídeos del concierto al que has asistido para luego subirlo a tu blog y Facebook y mostrarlo a tus amigos.

Entiendo perfectamente que mucha gente se queje, sobre todo cuando en un concierto te encuentras cientos de cámaras y móviles que te tapan el escenario para tener una grabación cutre e inescuchable que luego seguramente ni los propios autores podrán disfrutar por su mala calidad. Me parece casi ridículo el ver a gente que pierde más tiempo en grabar el concierto y se olvida de disfrutar la música (aunque eso ya sería otro tema seguramente), pero al mismo tiempo también entiendo lo atractivo que resulta tener un recuerdo del concierto al que has ido aprovechando las tecnologías digitales.



Mi posición al respecto ha ido cambiando con los años. La primera vez que decidí hacer fotos de un concierto fue cuando vi a Ten Years After junto a Canned Heat el 2006. Por entonces tuve la inocentísima idea de comprarme una cámara desechable porque temía que si me pillaban la cámara digital me la hicieran tirar. Cuando estuve en la sala y vi a decenas de personas haciendo fotos y vídeos sin problema con sus cámaras, tomé nota y me traje la mía al siguiente concierto al que asistí, uno de The Riders on the Storm, el primero del que hice fotos. Obviamente la cosa mejoró.

A los siguientes conciertos que fui solía llevarme siempre mi cámara pero enseguida me surgió un dilema: aunque muchos lo nieguen, cuando haces fotos no estás del todo atento a la música, al menos si quieres hacer fotos decentes. La preferencia para mí siempre estaba en la música, así que en principio eso descartaba la cámara, pero finalmente encontré una solución.

Cuando tocaban una canción que me gustaba mucho la grababa en vídeo pero sin preocuparme de encuadrar bien la cámara, así me quedaba un recuerdo de ese momento y no dejaba de disfrutar la música. Lo malo es que luego los vídeos eran algo caóticos, pero no me importaba.
Las fotos las reservaba para cuando tocaban temas que no me gustaban y a los que no me importaba prestar menos atención. Es decir, cuando el grupo decía que tocarían un tema nuevo yo ya estaba preparando la cámara. En el concierto de Eagles en Barcelona pude sacar muy buenas fotos gracias a los horribles temas en solitario de Don Henley, supongo que es lo único positivo de que cayeran varias canciones tan malas.

A día de hoy en cambio ya nunca llevo la cámara. Y es que con el tiempo me he dado cuenta de que no hace falta que me moleste. Al día siguiente en Internet encontraré decenas de fotos y vídeos filmados a mucha más calidad que mi cámara que luego puedo guardarme en mi cuenta de Youtube.
Por un lado entiendo lo molesto que es tener decenas de cámaras grabando todo el concierto, pero al menos así otra gente me consigue recuerdos del concierto sin que yo tenga que molestarme. Así que, ¡gracias anónimos fotógrafos!

lunes, 26 de noviembre de 2012

Mi única entrada sobre KISS


Atentos porque esta es la primera y, seguramente, última entrada que escribo sobre KISS.

Mi opinión sobre ellos es bastante sencilla: no me gustan. He oído algunos álbums suyos de estudio como Destroyer y su debut además de los dos clásicos álbums en vivo, que son los que tenían más puntos para gustarme, pero no ha sido así. Bien, no pasa nada, hay gustos para todo.

El caso es que antes mi opinión de ellos era más bien desfavorable sencillamente porque su música no me gustaba, pero con el tiempo he acabado simpatizando más con sus fans que con sus detractores sin darme cuenta.

¿Por qué? Pues porque simpatizo más con la gente que defiende su música (aunque no concuerde con ellos) que con una actitud que he visto muy a menudo en los anti-KISS consistente en despreciarlos por todo el rollo de ir pintados, hacer conciertos con mucha parafernalia y fuegos artificiales y todo el merchandising que hay tras ellos. El caso es que me parece una actitud bastante estúpida y no veo cómo esa gente no se dan cuenta de algo bastante lógico: tan superficial es adorar a KISS solo por su parafernalia como odiarlos sólo por su parafernalia.

Que alguien me diga que su música le parece basura no me parece mal, es solo una opinión (que conste que aunque a mí no me gustan tampoco creo que sean malos), pero el caso es que la mayoría de detractores de KISS utilizan como argumento el maquillaje, los fuegos artificiales y todo el negocio que han hecho tras su nombre hasta llegar a extremos ridículos. Es decir, esa gente que supuestamente están por encima de todo el espectáculo que hay alrededor de su nombre caen en su propia trampa y los juzgan por lo más superficial de todo y no por lo que cuenta, la música.



Hace unos años se produjo en Barcelona un hecho curioso: coincidieron una misma noche en concierto KISS y Bob Dylan. Más de uno dirá que no hay ningún problema porque a nadie le molestará esa coincidencia al ser públicos distintos, pero es absurdo, estoy seguro de que había cientos de personas a los que les habría gustado presenciar los dos conciertos.
El caso es que esa coincidencia no se produjo solo en la noche escogida sino incluso en el lugar, ya que ambos conciertos se realizaron muy cerca: en el Poble Espanyol en el caso de Dylan y en el Palau Sant Jordi en el caso de KISS. Debió ser curioso ver la coincidencia de gente que iba a uno u otro concierto, intentar adivinar a cual iba cada uno por sus pintas y sorprenderse por las numerosas excepciones (gente que tenía aspecto de ir a uno e iba al otro).

También da juego esta coincidencia para hacer una comparación. Ambos son músicos legendarios (nos guste o no es así) pero con una visión de la música en directo totalmente opuesta.
Dylan es la antitesis del espectáculo, normalmente parco en palabras y estático en su sitio (según tengo entendido, depende de la noche le da por ser más comunicativo pero nunca ha destacado por ese aspecto). Interpreta sus temas en clave blues de forma que algunos fans a veces se quejan de que son casi irreconocibles, no le importa dejar fuera del setlist clásicos imprescindibles y, resumiendo, hace lo que le da la gana. La mayoría de sus fans lo aprueban porque Dylan siempre ha sido así y sigue fiel a sí mismo.
KISS en cambio son puro espectáculo: fuego, sangre, tíos volando, confeti y un frontman que según entendido a veces es hasta demasiado comunicativo con el público. Sus setlists no se dejan fuera ningún clásico imprescindible y, en general, sus conciertos dan a la audiencia lo que ésta espera de ellos.

Dos formas contrarias de entender la música reunidas una misma noche a pocos minutos de separación. Curioso, ¿verdad? Yo, al no ser fan de ninguno de los dos y, por tanto, mirándolo desde la distancia, respeto ambas formas de dar conciertos y no creo que ninguna de las dos sea mejor que la otra. Simplemente son dos actitudes diferentes, mientras ambas se correspondan con buenos conciertos, no veo por qué la opción Dylan ha de ser más auténtica solo porque se empeñe en demostrar cómo suda de todo. De hecho, si tuviera que elegir uno de los dos conciertos quizá me decantaría por KISS pese a que musicalmente Dylan y su actual acercamiento blues se corresponden más con mis gustos.

En todo caso, gusten más o menos, me parece tan respetable la devoción de KISS hacia sus fans como el riesgo de Dylan por hacer lo que le da la gana. Del mismo modo que tan respetable es un grupo basado simplemente en su música como otro que la adorne con parafernalia y fuegos artificiales siempre que haya buena música detrás. Y si no la hay, lo criticable es la música, no la parafernalia, ¿no?