Estas fechas tan entrañables y especiales son seguramente el momento idóneo para hablar de este disco tan especial, que os invito a escuchar en familia con una sonrisa en la cara.
Como ya sabréis, a finales de los 60 se hicieron muchos discos que eran absolutamente transgresores para la época. Pues bien, en el caso de Psychedelic Underground no hace falta añadir lo de "para la época".
Yo no soy especialmente dado a escuchar cosas muy bizarras o experimentales, y de hecho tiendo a desconfiar de esa gente que valora más un álbum cuanto más difícil se haga escucharlo. Es por ello que se me hace difícil justificar la presencia de Psychedelic Underground en mi colección de discos, incluso un año después de haberlo descubierto, ya que es de esas obras que si soy sincero realmente no sé por qué me gustan, pero es así.
Amon Düül era el nombre con el que se denominaba a una comuna artística muy politizada formada en Munich que solía llevar a cabo happenings basados en improvisaciones muy libres que podían durar horas. En esas jams no se buscaba crear música con pies y cabeza propiamente dicha, sino que sencillamente cualquier miembro de la comunidad (incluso aunque no fuera músico) podía unirse a la sesión. Con el tiempo, algunos de sus miembros quisieron llevar a cabo un enfoque más profesional musicalmente con todo lo que ello conllevaba (componer canciones, ensayar, etc.) y eso llevó a una lógica ruptura. De ahí nacieron los imprescindibles Amon Düül II, la versión más convencional y musicalizada de Amon Düül.
Cuando leí que Amon Düül II eran la versión comercial de Amon Düül no me quedaba duda de que ahí debía haber algo bastante contundente. Pero aún así, ni esa advertencia me preparó para Psychedelic Underground.
De entrada, prácticamente todos los discos de Amon Düül vienen de una misma grabación de finales de los 60 de una de esas improvisaciones, que imagino que se retocó algo en estudio añadiendo detalles o recortando otros. El hecho de que no se grabara en estudio tiene como consecuencia uno de los primeros handicaps que uno debe afrontar ante un disco así: la pobre calidad de sonido. Siendo directos, Psychedelic Underground tiene sonido de bootleg, ni más ni menos. A eso, sumadle que ¿las canciones? en sí mismas son tal y como dije improvisaciones libres. Por ello, la primera vez que lo tanteé pensé que jamás podría escuchar algo así, pero por algún perverso motivo me descubrí reescuchándolo. Al principio solo para acabar de asimilarlo del todo, luego de repente me di cuenta de que esa cosa realmente me gustaba (un inciso, no tomo drogas, así que no van por ahí los tiros). Y desde luego no soy el único que aprecia este álbum, así que debe haber algo en él que mueva a escucharlo, aunque no sea a mucha gente.
Lo primero que se nos ofrece es un tema de más de 15 minutos basado en un ritmo de batería tribal muy repetitivo sobre el que van improvisando hasta que, hacia el final, directamente se les va la cabeza del todo y comienzan a gritar sonidos incoherentes como si estuvieran poseídos. Desde luego no me diréis que no es una buena manera de comenzar un disco.
Si uno sobrevive a la prueba del primer tema, el resto irá bien, todo el álbum sigue esos mismos derroteros a grandes rasgos. A veces se insinúa alguna melodía como en "Im Garten Sandosa", con ese aire oriental, pero no se crean que Amon Düül van a hacer algo tan vulgar como componer una canción, en su lugar repiten la melodía continuamente mientras otros músicos se dedican a hacer cosas raras por encima.
Si tuviera que describir esto de alguna forma, yo diría que es la banda sonora que me imaginaría para una misa satánica. En todo caso si le he despertado la curiosidad a alguien, recomiendo darle un par de escuchas con calma (abajo dejo un link al disco entero en Youtube) porque obviamente no es de esos discos que entran de primeras. Y supongo que las drogas alucinógenas ayudarían a asimilarlo, al menos a ellos parece que les ayudó a hacer la música.
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