lunes, 28 de octubre de 2013

Lou Reed ha muerto

Definitivamente, estos son malos tiempos para un aficionado al rock clásico, y a cada año que pasa la lista de grandes músicos que fallecen es cada vez mayor y por tanto la probabilidad de que la palme uno de tus favoritos es mayor. Ya me pasó este año con Alvin Lee y ahora me ha vuelto a pasar con Lou Reed.

No iba a escribir nada sobre el tema, porque es un poco tópico. Se muere un gran músico, lo lamentamos todos, escribo un post sobre lo genial que era y ya he cumplido. No me apetecía lo más mínimo. Pero pasada la impresión inicial, aún le doy vueltas no solo a su muerte y a todo lo que ha significado para mí y creo que me apetece escribir al menos sobre eso.


No voy a hacer referencia en ningún momento a su carrera, lo innovador que fue con la Velvet Underground o todo el rollo de ser el poeta urbano del rock. No me apetece y no es lo que me viene ahora a la cabeza.

Lo que me viene a la mente es llegar de Discos Castelló con 2 CDs comprados a ciegas conociendo sólo una canción de cada uno: el Dirt de Alice in Chains y el debut de la Velvet Underground, el del plátano... y flipar con este último. No entendía qué era eso, sonaba raro. Había leído muchísimo sobre ese álbum, todo el rollo de que era un álbum absolutamente rompedor en la época, que abrió nuevos horizontes musicales, que si eran la banda apadrinada de Andy Warhol y que en su época no vendió nada pero que los pocos que lo compraron acabaron formando un grupo (Brian Eno dixit).
"Waiting for the Man", que era una de las más míticas del disco, no sonaba a lo que esperaba, era taladrante. "Venus in Furs" tenía un estilo que ni sabía que existía. "All Tomorrow's Parties" tenía un tono apocalíptico que me podía. No soportaba las dos baladas cantadas por Nico, para mí ella sobraba por completo. Pero con el tiempo me fui acostumbrando a él y al poco tiempo me di cuenta de que realmente no es que me gustara ese disco, sino que me encantaba. Para mí es uno de esos álbums que siempre han estado ahí.


Me viene a la mente la devoción casi enfermiza que un amigo y yo le profesamos a Lou Reed y la Velvet durante varios años de mi adolescencia. Recuerdo que se dio la casualidad de que cuando empezó a manifestarse nuestro fanatismo hacia él salió a la venta un recopilatorio llamado NYC Man que ambos nos compramos de inmediato. Más casualidad aún fue que justo en ese momento nos enterásemos de que nuestro ídolo actuaría en unas semanas en Barcelona presentando The Raven.

Ambos adquirimos la costumbre de comprarnos un disco de Lou Reed o la Velvet cada año el 2 de marzo, el día de Su cumpleaños. Era una excusa como cualquier otra. Recuerdo que cuando compramos los primeros discos Lou Reed hacía 64 o 65 años, y cuando soy consciente de que ha fallecido a la edad de 71 años me doy cuenta de que han pasado ya 6 años.
He decidido mirar el orden que seguí en la compra de esos discos, por suerte suelo apuntar la fecha en que hago cada adquisición. Antes de iniciar esa costumbre tenía los dos primeros de la Velvet y el Berlin. El orden que siguió fue algo así:
- The Velvet Underground
- Loaded
- Transformer
- Live 1969
- Rock 'N' Roll Animal
- VU
Los tres últimos creo que ya los compré solo, puesto que fuimos dejando languidecer esa costumbre con el tiempo, supongo que habíamos cambiado con el tiempo y ya no le veíamos sentido a algo que años atrás teníamos como un ritual ineludible.


También recuerdo cuando compré el White Light/White Heat y mi amigo se hizo con el Loaded (eso fue antes del ritual del 2 de marzo a juzgar por las fechas que tengo anotadas) y luego intercambiamos opiniones por Internet. Yo estaba flipando con un disco tan ruidoso, salvaje y degenerado como esperaba por lo que había leído (mis padres mientras tanto tuvieron que acostumbrarse a oír de fondo la chirriante y a todas luces excesiva "Sister Ray" varias veces al día). Él me dijo que el suyo era un timo, que eso no sonaba a Velvet sino a Beatles. De haberlo comprado yo creo que habría pensado igual, pero con el tiempo nos acabaría gustando a ambos después de aceptar la faceta pop de Lou. En aquel entonces queríamos su faceta más radical y difícil de asimilar, era lo que nos pedía el cuerpo.
Mi primera toma de contacto con esa faceta más tranquila fue el disco homónimo. Creo que me lo puse en el discman camino a casa y me chocó ese inicio con un tema tan tranquilo y casi etéreo como "Candy Says". Hoy lo considero una obra maestra y lo mejor que hizo Lou junto al debut de la Velvet, un poquito por encima de White Light/White Heat (de hecho es el disco suyo que más rescato a día de hoy, ¿me estaré haciendo mayor?).


Recuerdo estar en casa horas antes de la única vez que le vi en directo escuchando "Pale Blue Eyes" en bucle sin parar una y otra vez, porque por algún motivo me encontraba deprimido y era lo único que me apetecía. Por suerte al llegar ahí se me fue el mal humor de repente. Años después me pasó lo mismo con un tema de su último disco, "Vanishing Act", que solía escuchar en momentos de tristeza. Pocos temas me emocionaban tanto en aquellos años como éste.

Por supuesto no olvido el concierto en que le vi, uno de los más especiales que recuerdo ya que nos pilló justo en pleno descubrimiento de su música. En aquel momento no lo sabíamos, pero le pillamos en una de las pocas giras que hizo en que tocaba clásicos de su carrera, y fue una suerte inmensa porque habría sido un chasco irse de ahí sin oír "Sweet Jane" o "Walk on the Wild Side". Al final le pedimos "Heroin" a gritos pero no hubo suerte.

Y "Heroin", claro está, no puedo dejar pasar la que es una de mis canciones favoritas de todos los tiempos, a veces diría que incluso mi predilecta. Recuerdo las primeras escuchas en que no me acabó de convencer, no era un tema que invitara a ser escuchado. Con el tiempo empecé a apreciarla y antes de que me diera cuenta estaba obsesionadísimo con ella. Me aprendí cada detalle de la canción e incluso la letra, que en un arrebato imprimí y coloqué en la cabecera de mi cama, donde ha estado durante años hasta que la quité hace poco porque el papel ya estaba medio roto. Cuando escuché la versión del Rock 'N' Roll Animal la odié porque tiraba por tierra toda la magia. Años después oí la del directo del Bataclán en acústico con John Cale, que creo que es la mejor versión en vivo de ese tema.


También me viene a la cabeza la cinta que me grabé (sí, aún usaba walkman) con mis temas favoritos de su carrera. La cara A incluía canciones de la Velvet y la cara B temas en solitario. Acabé desgastándola de tanto uso.

De su carrera en solitario el disco que más me impactó fue desde siempre Berlin. Inicialmente me bajé algunos temas sueltos y me costó pillarle el punto, pero con el tiempo se convirtió en mi favorito suyo. "Caroline Says II" una de las canciones más triste que conozco (me parecen desgarradores los versos que dicen "Caroline says
while biting her lip. Life is meant to be more than this, and this is a bum trip") y el final de "The Kids", con esa letra y esos niños gritando tenía una crudeza que no sabía que podía existir en un disco de rock. Años después anunció que vendría a Sant Feliu de Guíxols a interpretar el disco entero y compré ilusionadísimo las entradas, pero canceló el concierto. Queda en mi lista de grandes conciertos que no pude llegar a ver.

A medida que pasaba el tiempo mi devoción hacia Lou fue distanciándose un poco. Me volví menos inocente, le veía más las aristas a su estilo y se perdió un poco esa idealización, aunque siempre le mantuve ese cariño especial. Aún así todos los discos de la Velvet me siguen pareciendo de lo mejor que se ha hecho nunca en la historia del rock. Incluyendo sus impresionantes directos, que muestran otra faceta del grupo que desconocía por completo y que a día de hoy es de las que más me atraen.


Las transformaciones de Lou Reed es seguramente la mejor biografía que he leído sobre una estrella del rock.

Siempre me ha hecho gracia su personaje tan borde y de vueltas de todo, el terror de los periodistas.

Cada vez que sacaba un nuevo disco afirmaba que era el mejor de su carrera. De su desastrosa colaboración con Metallica dijo que era lo mejor que se había hecho jamás por cualquier músico.

No soporto Metal Machine Music y no me creo que a nadie le guste realmente ese disco, pero me encanta que lo grabara. Tuve un profesor de instituto que fue uno de los incautos que lo compró en su momento sin saber lo que era y dice que nunca se lo perdonó. Ahora los vinilos de esa obra están cotizadísimos, quizá eso le sirva para perdonarle.
Según la entrevista que leas, Lou dice que Metal Machine Music es una de las obras más serias e importantes de su carrera o afirma que es una basura y que solo a un degenerado podría gustarle.
Lou siempre ha sido contradictorio.

A juzgar por su biografía, Reed era un profesional a la hora de rodearse de músicos con talentos, utilizarlos para canalizar sus creaciones hasta exprimirlos. Éstos invariablemente acababan agotados y dejaban a Lou bastante quemados, si es que éste no les echaba antes (díganselo sino a Robert Quine). Que admire su música no quiere decir que le idealice como persona, y supongo que ésa es una de las cosas que aprendí de pasada siendo fan suyo.

Hace años que no grababa nueva música relevante, es cierto. También es cierto que su paso del yonki que vive al límite al intelectual que practica taichi y exige que le alojen en hoteles con gimnasio propio es un tanto extraño y le resta puntos de rockero auténtico. Y no ha muerto joven, por tanto no era algo que debiera pillarme por sorpresa. Pero este hombre ha significado mucho para mí, y no puedo evitar sentir su muerte como la de alguien muy cercano a mí. Descanse en paz.


No hay comentarios:

Publicar un comentario