miércoles, 25 de febrero de 2015

Elton John - Tumbleweed Connection (1970)


Y llegamos a una de las joyas de la corona. Tumbleweed Connection no es solo su primera obra maestra sino una de los mayores logros de la carrera de Elton John. A día de hoy ha adquirido el justo estatus de disco de culto, un poco como el Queen II (1974) de Queen: álbums de sobras conocidos y respetadísimos por fans y seguidores del rock en general, pero totalmente desconocidos por el gran público. El propio Elton John llegó a decir que era una de las obras más perfectas de su carrera y en su momento vendió bastante bien. Así pues, ¿cuál es el problema? ¿Por qué nadie se acuerda de él? La respuesta en realidad es muy sencilla: no llegó a producir ni un solo hit de éxito ni ningún clásico popular que perdurara en el imaginario colectivo. Y al estar rodeado de tantos singles radiofónicos, Tumbleweed Connection ha quedado algo marginado sin ningún tema suyo que aparezca en los recopilatorios.

Atentos a la jugada: en Elton John (1970) nuestro miope favorito había logrado elaborar un sonido propio junto al productor Gus Dudgeon, pero para su siguiente álbum quiso ya probar un enfoque diferente. El letrista Bernie Taupin sentía, como muchos otros europeos, una enorme fascinación por la cultura e historia de Estados Unidos y había escrito bastantes letras en esa dirección. Elton John en consecuencia dio un pequeño giro hacia un estilo más americanizado... pero, ojo, cabe remarcar que ninguno de ellos había viajado nunca a Estados Unidos por entonces, de forma que esa visión que reflejan aquí del país se basa en una idealización o la idea que tenían del mismo desde su punto de vista de dos ingleses de pura cepa.


La primera vez que escuché este disco francamente no me impresionó. Tenía las expectativas por las nubes y no sabía muy bien cómo tomarlo: no sonaba 100% al Elton John clásico pero tampoco 100% a música americana. Pero ahí está la gracia y con el paso del tiempo entendí que ésa era la clave del álbum, ese sonido justo a medio camino del estilo Elton John y de la música americana, no pierde del todo su identidad pero tampoco suena exactamente a él.

Temas como "Ballad of a Well-Known Gun" o "Amoreena" son muestras de muy buen pop-rock con aromas americanizados (la segunda en concreto es de las mejores del álbum con una melodía genial), mientras que "Son of your Father" y la melancólica "Country Comfort" son lo más cerca que estará Elton del country puro, incluyendo unos coros femeninos en la primera que no son nada propios de su estilo. También hay momentos más intimistas como la preciosa "Come Down in Time", "Where to Now St. Peter", "Talking Old Soldiers" (la letra de Taupin en ésta es escalofriante) o "Love Song", una de las poquísimas canciones que veremos en un álbum de su época clásica no escritas por él, sino por la cantautora Lesley Duncan.


Me reservo aparte mis dos favoritas del disco, dos baladas épicas que de hecho me parecen de las mejores composiciones de su carrera, En primer lugar está "My Father's Gun", con ecos de la Guerra de Secesión y ansias de venganza (ojo a la letra de Taupin, con imágenes muy cinematográficas) y un final grandilocuente en que Elton repite continuamente los últimos versos mientras la canción crece. Pelos de punta.

La segunda es la canción más recordada del álbum, y con razón: "Burn Down the Mission", de nuevo con una gran letra de Taupin bastante enigmática y un clímax tremendo en el estribillo que estaba ya pidiendo a gritos ser llevada al directo, como veremos próximamente. Una obra maestra.


Tumbleweed Connection nos ofreció también una importante novedad: la aparición de Nigel Olsson a la batería y Dee Murray al bajo en "Amoreena". Como ya vimos, en estos primeros álbums, Elton se servía de varios músicos diferentes pero no tenía una banda fija. No obstante, pronto establecería la Elton John Band con Olsson y Murray como músicos de acompañamiento, dándole cierta estabilidad.

A medida que sus siguientes álbums fueron éxitos arrolladores, este disco quedó un poco sepultado al olvido y el propio Elton lo dejó de lado de sus conciertos por mucho que diga estar orgulloso del álbum. En el directo Here and There habría un sorpresivo rescate de "Country Comfort" y "Love Song" cantada junto a la propia Lesley Duncan (si algo se le puede reconocer es que Elton John continuaba dando apoyo a los músicos en quienes creía con gestos como éste, que permitían que su público conociera a la cantante) pero la única que a veces rescataría sería "Burn Down the Mission" - y aun así fue para mí una sorpresa mayúscula cuando en el último concierto en que le vi empezó a tocarla. En el concierto de su 60º aniversario, en que rescató muchos temas olvidados, se desmarcó con ésa, "Ballad of a Well-Known Gun" y"Where to Now St. Peter", que él mismo reconocería que hacía muchos años que no tocaba en vivo.


Para acabar hacer una mención a la edición Deluxe que editaron hace años en CD. Estas versiones en dos CDs a veces son un timo, pero en el caso de Elton John las tres que editaron (de este disco, el homónimo y el Captain Fantastic) realmente valen mucho la pena y son una golosina para los fans. Mi preferida de todas es la de este disco por tener los extras más interesantes: ni más ni menos que buena parte de las canciones del disco en su versión demo. Esto suena poco interesante de entrada, pero la gracia es que esas versiones primitivas nos permiten saber cómo sonaban las composiciones antes de darles el tratamiento más americanizado que vemos en el disco. En otras palabras, nos responden a la pregunta de cómo habría sido Tumbleweed Connection con un tratamiento más convencional, de forma que son versiones alternativas que se pueden disfrutar aparte del disco, más allá que como curiosidad. El caso más flagrante es "Son of your Father", que en el álbum era un tema de puro country pero que escuchada solo a piano es puro Elton John tradicional:


Además hay otras joyas como una versión IMPRESIONANTE del tema "Madman Across the Water" con Mick Ronson a la guitarra, pero eso lo veremos en el próximo álbum.
En todo caso, se trata de una edición especial que merece con creces el gasto extra.

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