sábado, 15 de febrero de 2014

The Damned - Strawberries (1982)


Atención, antes de que empiecen a leer la reseña y a juzgar si mis argumentos les convencen o no, antes de todo eso, sigan mi consejo: escuchen este disco. Simplemente escúchenlo, antes incluso de que les diga por qué, HÁGANLO. Ya.

En serio, les aseguro que este es uno de los ejemplos más flagrantes de disco genial infravalorado e injustamente olvidado. Es de esos álbums de los que nunca había leído ninguna referencia (sencillamente ni sabía que existía) y que cuando lo escuché, no sé bien por qué ya que The Damned no es un grupo que me interese, me impresionó y me dio esa sensación de "¿cómo puede ser que no se hable más de algo tan bueno?". Y eso demuestra una de las grandes bondades de internet, permitirnos explorar en discografías y obras de bandas que en circunstancias normales nos dan relativamente igual. ¿Por qué iba a escuchar yo un disco ochentero de The Damned que ni siquiera solía ser mencionado? Internet te permite que una mera referencia o simplemente una portada que te caiga en gracia te lleve a escuchar ese disco por simple curiosidad en unos minutos. En la mayoría de casos no funciona, pero cuando sucede, es algo fantástico.

Pasemos al disco. En cierto modo entiendo que esté olvidado porque se trata de una obra hecha por una banda punk que no suena nada a punk. Consecuencia: los fans del grupo seguramente no la preferirán a su mítico debut o el Machine Gun Etiquette, mientras que el oyente potencial de un disco así (por ejemplo yo) no lo conocerá porque no se habrá molestado en indagar en la discografía de The Damned más allá de los dos discos míticos. El caso es que The Damned pasaron de ser una las bandas punk inglesas por excelencia a cambiar hacia otro tipo de sonidos. Su disco The Black Album (1980) ya daba indicios de ello conteniendo incluso un tema de 16 minutos.

Esa es una faceta que siempre me ha hecho gracia del punk, la diferencia entre el tópico-mito y la realidad. Ya dije algo al respecto en su momento, pero lo que me ha acabado cansando con el tiempo es la versión oficial de que el punk acabó con el rock pomposo y artificial devolviendo el rock a su pureza, a canciones sencillas y directas rabiosas de 2 o 3 minutos. No tengo nada contra esa historia salvo que a medida que he ido aprendiendo más me va pareciendo más una construcción que una realidad. Quiero decir, fíjense en The Clash, la banda punk por excelencia respetadísima por todos. Sus discos no dejan de estar repletos de temas de rock clásico que encajarían dentro de los de otras bandas anteriores salvo por su producción tan desnuda y su forma de interpretarlos (fíjense por ejemplo en algunos temas del debut como "Polices & Thieves" o "Remote Control"). Y, lo mejor, su tercera obra es un disco ¡¡doble!! ¿No habíamos quedado en que el punk eran canciones sencillas y directas? ¿Qué es eso de sacar un disco doble que incluye además otros instrumentos? Y bueno, lo de Sandinista creo que habla por sí solo. No lo digo como algo malo o echándole algo en cara a The Clash, al contrario, les tengo un enorme respeto por ello (y al igual que yo, imagino que la mayoría de sus fans), el problema es que simplemente no encaja con la definición oficial de lo que se suponía que fueron los bandas punk, cuando a la práctica ellos mismos se deshicieron de esos tópicos para evolucionar musicalmente hacia donde les apetecía.



Volviendo a The Damned, a ellos les sucedió lo mismo (díganme en el anterior vídeo que diferencia hay entre el solo de guitarra de Captain Sensible y el de las bandas setenteras de rock clásico que los punks odiaban). En sus discos de los 80 los teclados empezaron a cobrar una importancia fundamental, y para cuando sacaron Strawberries ya no quedaba ni rastro de punk salvo en su tema inicial. Principalmente se les asociaba con la música gótica (influenciaba mucho las pintas de su cantante Dane Vanian), pero en realidad hay de todo un poco, con temas más atmosféricos conviviendo con otros de estilo más clásico y acompañamientos puntuales de instrumentos de viento.

Pasando a los temas, a mí el que más me chocó en la primera escucha fue "The Dog" por ser algo que no esperaba por completo, una canción de 7 minutos apoyada en el piano, la voz de Vanian y una atmósfera siniestra que empapa todo el álbum. En esa línea creo que hoy día prefiero "Under the Floor Again", fácilmente la mejor canción del álbum, con un toque de sitar maravilloso y muchos pequeños momentos musicales que se quedan en la memoria (la melodía de "Won't say a word..." o el solo de guitarra de Captain Sensible al final). Solo un tema compite para mi gusto con éste que es "Stranger in the Town", un tema de rock clásico que me vuelve loco, con una melodía sencilla que no consigue cansarme y un acompañamiento de trompetas imprescindible (y lo dice alguien que normalmente no puede disfrutar de las canciones que se apoyan en ese instrumento).

En cuanto a temas más sencillos y pegadizos, "Generals" y, sobre todo, "Bad Time for Bonzo" no deberían decepcionar a nadie y son terriblemente pegadizos (el segundo en concreto es deliciosamente adictivo). Del resto no hay ninguno que me sobre, solo me salto siempre el inicial "Ignite" quizá porque es el que más rompe con el resto en estilo pero merece la pena ni que sea por el trabajo de guitarra.

2 comentarios:

  1. Hola amigo o amiga :) me llamo Daniela. Strawberries es uno de mis albums favoritos de The Damned. Me da gusto que te haya parecido bueno

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    1. Hola Dani, en este caso es amigo. A mí es un disco que me apasiona cada vez más, claramente mi favorito de ellos e incluso de cualquier banda de la primera oleada punk. Un saludo!

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