domingo, 2 de febrero de 2014

John Fogerty, su carrera en solitario y sus derechos de autor


John Fogerty es en mi opinión uno de los grandes casos de la historia del rock de carrera en solitario que no ha estado a la altura de las expectativas. Sus choques con la industria discográfica sumados seguramente a motivos personales que desconozco han hecho que su discografía en solitario no tenga la brillantez que uno esperaría del líder de un grupo como la Creedence Clearwater Revival. Es cierto que sus compañeros de CCR eran grandes músicos, pero él era el líder absoluto y compositor de decenas de temazos que se sacó de la manga uno tras otro en 3 años. A principios de los 70 la separación de la Creedence me habría apenado pero no me parecería dramática pensando que nos quedaba por delante la brillante carrera de Fogerty.

Uno de los aspectos que hizo que su carrera en solitario fuera tan extraña es el hecho de que en directo se negó a tocar temas de la Creedence hasta bien entrados los 90, una decisión ciertamente extraña.

Hay varios motivos para ello, uno es que Fogerty buscaba obviamente romper con el pasado y apostar por su futuro en solitario, pero otro eran los malos recuerdos que le daban esos temas. Para poder escapar del contrato discográfico que tenía con Fantasy, Fogerty tuvo que hacer algo extremadamente doloroso: renunciar a los derechos de autor de sus temas y cederlos al jefazo de Fantasy, sólo de esta forma accedió a liberarlo. Durante décadas, Fogerty no cobró los derechos de autor que le pertocaban por culpa de ello, y fue un tema que obviamente le quemó bastante y que tuvo consecuencias bizarras como ser denunciado porque un tema suyo en solitario plagiara uno suyo de la Creedence.

Solo en un par de ocasiones Fogerty rompió con su idea de no tocar temas de la Creedence. Una de ellas fue en un concierto que dio a finales de los 80 para veteranos de guerra, la otra cuando la Creedence entró en el Rock N Roll Hall of Fame (haciendo el feo, eso sí, de no interpretarlos con sus compañeros, ya que estaba enfadado con ellos por temas legales).

Pero la revelación le llegó en los 90 visitando el Mississippi y la tumba del legendario bluesman Robert Johnson. En ese contexto le vino una idea a la cabeza: ¿a día de hoy quién se estaba llevando las ganancias por derechos de autor de ese bluesman fallecido más de 50 años atrás? Esa reflexión le llevó a darse cuenta de que eso no importaba, que la clave es que esos temas pertenecían en espíritu a su autor al margen de quien tuviera los derechos. Por tanto, esas canciones de la Creedence aunque no fueran suyas legalmente, sí que lo eran a nivel personal, eran SU obra. Quizá es una obviedad, pero Fogerty lo vio claro entonces.

A partir de aquí en sus conciertos incluyó siempre un porcentaje altísimo de temas de la Creedence para regocijo de sus fans, alternados por supuesto con canciones de su carrera en solitario. El círculo se cerró cuando en los 2000 pudo recuperar los derechos de autor de sus temas de la Creedence. A raíz de eso, se han reeditado todos sus discos con Bonus Tracks y presentaciones curradas como Dios manda. Si alguien está en contra de las reediciones sacacuartos supongo que aún así entenderá que en este caso, está más que justificado, ya que Fogerty está recuperando lo que le pertocaba y le habían negado durante 30 años.

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