Cuando hace ya unos cuantos años salió a la venta el más que notable Black Ice de AC/DC hubo un tema del disco que dio bastante de qué hablar y que creó una gran división de opiniones, en concreto éste:
Al ser AC/DC un grupo de esos que siempre se han regido por las mismas pautas y que nunca han salido muy lejos de su estilo, el encontrarse una especie de medio tiempo en su nuevo álbum provocó cierta polémica. Algunos consideraban que aunque se saliera de su línea era una gran canción, otros decían sin embargo que eso no es AC/DC, que les sobra por completo porque el grupo nunca ha hecho nada así.
Me chocó mucho oír decir eso de gente supuestamente experta en el grupo. ¿Es que no habían escuchado cierto disco bastante reputado llamado Highway to Hell? Porque al menos mi copia tiene este tema:
¿Cómo se puede decir que "Anything Goes" sobra porque en el universo AC/DC nunca ha habido algo así existiendo este precedente en uno de sus discos más conocidos y míticos? No me entra en la cabeza la verdad, supongo que son ganas de quejarse, ¿no?
PD: y que conste que no he recurrido a "Love Song" de su debut, porque realmente no se parece en nada a lo que hicieron después (aún menos que las otras dos quiero decir) y se puede justificar al ser el primer álbum, cuando aún buscaban qué camino seguir - no obstante en el resto del disco parecían tenerlo claro.
Pero aún así es terriblemente pegadizo, ¿no creéis?
"Cleveland Rocks" fue el gran (y único) hit de Ian Hunter en solitario sin su mítica banda Mott The Hoople. La canción ayudó a aupar su notable álbum de ingenioso título You're Never Alone with a Schizophrenic (1979), que ha acabado siendo su única obra en solitario que ha gozado de un gran éxito de ventas.
En realidad este tema es una reescritura de una cara B llamada "England Rocks" que se grabó en la época de su álbum anterior, el extraño y fallido Overnight Angels (1977). Para su siguiente disco, Hunter decidió muy acertadamente rescatar esa canción con una producción más adecuada y cambiar el England del estribillo por Cleveland.
Esta pegadiza canción ha sido siempre una de mis canciones favoritas de Ian Hunter en solitario con esa melodía tan simple y efectiva, pero siempre recordaré algo asociado a ella. El 2007 vi a Hunter presentando su álbum Shrunken Heads en la Sala Apolo 2. Fue un concierto extraño que desagradó a mucha gente porque dejó de lado todo su repertorio en solitario de los 70 salvo una canción ("Once Bitten, Twice Shy"), pero a mí y a mi acompañante nos gustó bastante de todos modos. El caso es que cuando Hunter se fue del escenario antes del inevitable Bis echamos un vistazo al setlist y nos dio un bajón: la última canción que aparecía antes del Bis era "Cleveland Rocks" con un interrogante. Al final resultó que Hunter decidió no interpretarla y nos quedamos sin oír una de sus mejores canciones en solitario.
Si no hubiera estado en el setlist no nos habría sabido tan mal, pero lo que siempre me dejó un sabor de boca agridulce fue saber que estaba como posible y decidió no tocarla. Y es que un "Cleveland Rocks" coreado por toda la sala habría sido memorable...
Cuando vi a Queen + Paul Rodgers por primera vez hace ocho años obviamente hubo bastantes canciones que me quedé con ganas de oír, tantas como para llenar un par de CDs, pero obviamente la mayoría sabía que no caerían. No obstante hubo una ausencia que me sorprendió muchísimo: "Now I'm Here". Ese famoso tema de hard-rock nunca había sido de mis favoritos de Queen pero me agradaba bastante (como a todo el mundo, ¿no?), y no fue hasta pensar en el concierto los días posteriores que me di cuenta de que de todos los temas que faltaron éste era el más inesperado. Y no porque sea de los más famosos, sino por la sencilla razón de que era la canción de Queen que más veces se había interpretado en directo. Así es, si contamos solo la era Freddie Mercury, "Now I'm Here" es la canción que más veces han tocado por una sencilla razón, y es que es el único tema de sus tres primeros discos que ha caído en todas las giras del grupo. Por ello la gira con Paul Rodgers era la primera vez que se caía del setlist... y es raro, porque es un tema que habría funcionado muy bien.
"Now I'm Here" fue el segundo single del Sheer Heart Attack (1974) y constituyó el primer single de éxito de Brian May. La compuso estando ingresado en el hospital por hepatitis mientras el resto del grupo avanzaba el disco sin él y, como curiosidad, la letra contiene una mención a Mott The Hoople ("Down in the city just The Hoople and me") en recuerdo a sus giras anteriores teloneándolos, debe ser una de las pocas mencionas explícitas a otro grupo de rock en un tema de Queen, o al menos que yo recuerde.
En algunas giras solían hacer un pequeño número con este tema. En la parte inicial el escenario se quedaba a oscuras y cuando Freddie dice "Now I'm here" un foco le iluminaba a un lado del escenario, cuando se oía el "Now I'm there" el foco iluminaba entonces a un roadie en la otra punta vestido igual que el cantante. Un truco sencillo pero efectivo.
Recuerdo lo mucho que me impactó la versión de esta canción que hacen en el concierto del Rainbow Theater de 1974, que me encontré por sorpresa en mi VHS de videoclips de Queen como extra al final. En la gira del Sheer Heart Attack empezaban con este tema y no les quedaba nada mal:
Mi versión favorita no obstante es la del Live Killers, uno de los momentos cumbre del disco. No sólo hacen una interpretación solidísima y muy potente, sino que tiene el aliciente de tener al final a Freddie jugando con el público, una parte que siempre me ha encantado como queda. Se puede ver un equivalente parecido en vídeo en el famoso concierto en el Hammersmith Odeon de la misma gira (1979):
Sin embargo, desde que el amigo May ha decidido aparcar ese tema, el título de canción de Queen más veces interpretada en vivo ha pasado a pertenecer a "Bohemian Rhapsody" por el mismo motivo (ningún otro tema del A Night at the Opera ha sido interpretado en todas las giras). Como curiosidad final, solo hay tres canciones más de sus discos de los 70 que luego se han interpretado en todas sus giras: "Tie Your Mother Down" y, claro está, el dúo "We Will Rock You"y "We Are The Champions.
Debió ser digna de ver la cara que se le quedó a Paul McCartney y John Lennon en el momento en que All Things Must Pass salió a la calle. Históricamente los Beatles siempre habían sido John y Paul teniendo su lucha de egos con George sacando la cabeza de vez en cuando intentando colar algunos temas propios por discos y ya está. Por ello cuando el grupo se separó debió ser una sorpresa mayúscula cuando ese tipo que contribuía con dos canciones por disco se sacó de la manga un disco triple... y no solo eso, ¡sino un disco triple realmente genial! Este es uno de esos sucesos que me encantan cada vez que pienso en él, la aplastante victoria de un músico secundario sobre los dos líderes del grupo.
Este disco lo tengo asociado a cuando murió George el 2001 y de repente todos los medios de prensa y críticos hablaron de lo genial e infravalorado que era. Fue en ese pequeño boom Harrison que el álbum volvió a relanzarse, y no en una maniobra comercial como yo pensaba sino por pura casualidad, ya que esa reedición fue supervisada por el propio músico muy poco antes de fallecer. Yo me hice con él mediante la biblioteca de mi barrio contagiado de esta fiebre al poco de su muerte y me gustó tanto que decidí grabármelo.
Con el tiempo, a medida que exploraba los discos clásicos de los Beatles, me di cuenta de un hecho muy significativo: All Things Must Pass me pareció superior a cualquier álbum de los Fab4. No es una declaración muy significativa viniendo de alguien a quien no le gustan los Beatles y que solo disfruta de momentos puntuales de sus discos clásicos, viene a ser en realidad una forma de decir que es el único álbum del universo Beatle que puedo oír en su totalidad sin aburrirme. No obstante llevaba muchos años sin rescatarlo y al final llegué a ese punto en que me daba cierto miedo y pereza reescucharlo por miedo a comprobar cómo un disco que siempre me había caído en gracia no soportaba el paso del tiempo. Pero sorpresivamente el verano pasado en mitad de mis vacaciones se me antojó de forma repentina e injustificada y lo volví a rescatar. Y por fin puedo confirmarlo: sigue siendo un gran disco.
El Plastic Ono Band de John Lennon hace años que lo he dejado olvidado y ya no me apetece oírlo más, los discos clásicos de los Beatles ya me los sé de memoria y estoy seguro de que no van a formar parte de mi colección, y así como hace años estuve enganchado a temas sueltos de McCartney y tanteé la idea de hacerme un recopilatorio casero, cuando los reescuché hace poco la mayoría se me vinieron abajo estrepitosamente. El único que ha sobrevivido a estos años es este disco de George Harrison, y eso me convence más de que va a acabar siendo mi único vínculo a ese selecto (en realidad no tan selecto) club del que nunca he formado parte, que es la Beatlemanía.
Otro aspecto que hace tan interesante este álbum viniendo del Beatle discreto, es el hecho de que All Things Must Pass es una gran producción, un disco producido por Phil Spector - con todo lo que ello implica - y grabado con un montón de músicos ilustres, algo que contrasta con los primeros esfuerzos en solitario de sus compañeros, el "yo-me-lo-guiso yo-me-lo-como" del soso debut de McCartney y el intimismo del Plastic Ono Band. Aquí dentro tenemos a gente como Derek & the Dominos más el propio Eric Clapton, músicos de Badfinger, Billy Preston, Dave Mason, Bobby Keys (futuro saxofonista de los Stones) y un largo etcétera. Eso hace que sea un disco muy rico en matices e instrumentos, pero por suerte no se pierde la magia de las canciones entre tanta gente y da casi más una sensación de familia.
Como es bien sabido, el tercer disco es el más polémico al ser simplemente unas jams informales entre toda esa gente. La realidad es que Harrison no lo veía como parte de esta obra, sino como un extra, un añadido como regalo a los fans porque no quería tirar todas esas jams que habían grabado. A mí no me desagradan pero tampoco son especialmente brillantes, no obstante vistas como las planteó Harrison, como un extra, están muy bien.
En lo que respecta al disco, sería largo hablar de cada tema (y ya me he extendido mucho) así que diré que mi momento favorito con diferencia es la cara C del álbum, donde se encuentran casualmente todas mis composiciones favoritas. Salvo "Apple Scruffs" el resto me encantan todas: "Beware of Darkness" ha sido desde siempre mi favorita de George, el tema homónimo desprende una melancolía fantástica y tanto "Ballad of Sir Frankie Crisp (Let It Roll)" como "Awaiting on You All" son las dos grandes joyas ocultas del disco. La primera es una balada sumamente especial, de ésas que tienen algo que te enamora. La segunda es sencillamente una pasada, una canción fantásticamente producida, muy pegadiza y con una letra con bastante polémica (crítica al Papa incluida).
Del resto del álbum destacaría "Wah-Wah", y las dos "Isn't It A Pity" (no sé qué versión prefiero, ambas me parecen muy buenas. En todo caso, creo que es un disco fantástico. Desconozco si luego Harrison mantuvo el nivel y tampoco me corre mucha prisa averiguarlo, pero en todo caso All Things Must Pass es una grandísima obra a la altura del mito.
Resulta curioso cómo cambian los tiempos. Es cierto que se tiende a idealizar excesivamente los 70, pero aún así hay algunos aspectos de esa época que son dignos de resaltar. Realmente había mucha basura en esos años pero a cambio la libertad de la que gozaban los artistas para desarrollar su música con libertad es impresionante.
En 1971 Van Der Graaf Generator estaban promocionando su complejo álbum Pawn Hearts, cuya cara B la componía un solo tema de más de 20 minutos: "A Plague Of Lighthouse Keepers". Una de las anécdotas más curiosas sobre el grupo y dicha composición es que en una actuación en la televisión holandesa se dio la situación contraria a lo que uno esperaría como normal. Normalmente las bandas en actuaciones televisivas siempre ha tenido que recurrir a playbacks de su single más conocido y fácil, pero no fue así en el caso de Van Der Graaf Generator: los responsables del programa le pidieron a la banda de Peter Hammill que de su nuevo álbum interpretaran el espesísimo tema de 20 minutos ¡entero!
Lo divertido es que dicha petición les pilló totalmente desprevenidos porque ellos nunca tocaban "A Plague Of Lighthouse Keepers" entera en concierto, únicamente fragmentos. En consecuencia el pobre Peter Hammill se encontró con que tenía que interpretar en vivo una canción cuya letra completa no se sabía, así que tuvo que hacerse una chuleta con la letra que puso sobre su teclado.
En Youtube se puede ver la actuación completa. Siento debilidad por ese momento del minuto 22 en que Hammill, al final de la canción, echa un trago a una copa de vino y brinda sonriente ante el público.
PD: por cierto, parece ser que, aunque hasta hace poco ésta fue la única interpretación completa de este tema, en sus recientes giras Van Der Graaf Generator han decidido tocarla entera como novedad para sus fans. Desafortunadamente, la ausencia de su saxofonista le quita algo de atractivo a sus conciertos actuales.