miércoles, 22 de mayo de 2013

Yo y King Crimson


Mi primer contacto con King Crimson vino por vía paterna. Mi padre es de esas personas que tiene un repertorio musical bastante limitado y de la mayoría de grupos solo escucha una canción (aunque, eso sí, mil veces). King Crimson es de esos casos. Él tenía en su colección el mítico In The Court of the Crimson King, de forma que desde pequeño estuve familiarizado con esa carátula (curiosidad tonta: el CD aún tiene la pegatina de las extintas tiendas Virgin). Pero resulta que mi padre sólo escuchaba "Epitaph". Él te diría que es fan de King Crimson pero desde que tengo conciencia jamás le he visto escuchar cualquier canción que no fuera ésa. En una ocasión de hecho dijo algo así como "King Crimson SON "Epitaph"", afirmación que basta para matar de un infarto a cualquier fan de la banda y que demuestra su limitada visión del grupo.

Pero volvamos al autor de este blog. "Epitaph" es una de esas canciones que conozco desde siempre porque mi padre la ponía de forma obsesiva una y otra vez. Por suerte este especie de tratamiento a lo Naranja Mecánica no me hizo aborrecerla, sino que simplemente hizo que desde pequeño conociera la composición, aunque durante muchos años no me fijé en ella.

No sé decir cuándo y por qué pasé repentinamente a escuchar "Epitaph" por iniciativa propia. Imagino que fue cuando empecé a navegar por Internet y leí que su debut era uno de los grandes discos del rock. Escuchándola conscientemente quedé enseguida fascinado. No había oído nunca nada igual, recuerdo especialmente lo mucho que me gustaba cómo cantaba Greg Lake, con ese tono tan dramático, y el famoso sonido de mellotron que me sedujo al instante.

No fue hasta al cabo de un tiempo que me animé a oír el disco entero, y fue de esos casos en que el primer impacto fue tan fuerte que se me ha quedado marcado el momento y lugar exacto en que sucedió. Concretamente fue una noche de verano y puse el CD en mi ordenador mientras hacía no sé qué. Lo primero que sonó fue "21st Century Schizoid Man" y ciertamente no esperaba eso conociendo sólo "Epitaph". La furiosa voz de Lake distorsionada, esa melodía tan cortante, ese extraño puente entre el jazz puro y duro y el rock... me quedé de piedra sin saber cómo reaccionar ante algo así. "I Talk to the Wind", mucho más accesible, me gustó desde el principio. "Moonchild" me desconcertó totalmente con sus 10 minutos de ruiditos. Y el tema homónimo por supuesto acabó de noquearme con ese mellotron épìco. Fue un flechazo instantáneo.


Recuerdo lo mucho que me fascinaba tanto la portada como ese dibujo interior

Años más tarde recomendé este disco a un amigo que acabó haciéndose mucho más fan del grupo que yo explorando su discografía. Recuerdo que me dijo que para muchos fans del grupo el debut no era su mejor disco o incluso siquiera de los mejores. Yo no daba crédito, ¿realmente ése no era ni de sus mejores álbums? No podía ser.
Con el tiempo profundicé más en el grupo y me di cuenta de que era cierto, y que realmente aún siendo su disco más mítico ni siquiera era representativo de los King Crimson de verdad (de ahí que resulte comprensible que los fans prefieran otros). Pero tras todos estos años y habiendo explorado mejor su carrera, sigue siendo mi favorito de ellos y en general uno de mis 10 discos predilectos. Su carrera llegó aún más lejos pero la magia especial de su debut es una debilidad personal.

Mi siguiente contacto con el grupo fue una canción, "Starless". Por entonces aún estaba empezando a descubrir la música y sentía curiosidad por el término rock progresivo, así que indagando acabé en una web dedicada al prog donde había una sección de Canción del mes o algo similar. Una de las que eligieron era "Starless" de King Crimson, que el autor describía acertadamente como un tema que resumía toda la carrera del grupo y quizá su composición definitiva. Descargué el tema y desde luego volví a quedar maravillado ante semejante obra maestra.

Claro, esto tuvo un inconveniente. Empecé con el que aún hoy día me parece su mejor disco y su mejor canción, y encima me dijo un amigo que muchos afirman que su debut no era ni de los mejores álbums del grupo. Ante algo así se me dispararon unas expectativas casi imposibles de cumplir. Eso sumado a lo que iba descubriendo sobre la misteriosa figura de Robert Fripp hicieron que sintiera instintivamente un enorme respeto hacia King Crimson aún sin conocerles bien. Tarde años en "bajarles a la Tierra" y verles con más perspectiva, poniéndoles al mismo nivel que las otras grandes bandas progresivas de la época, pero aún me siguen pareciendo de las mejores bandas del género.

Cómo no caer rendido ante algo así, y más siendo joven y (aún) impresionable...

Mi siguiente disco fue Islands y no sé bien por qué, quizá lo vi recomendado en algún sitio. Era un disco muy accesible así que me gustó enseguida. Tanto éste como el debut fueron discos que escuchaba muy a menudo en otoño, llevándome a asociar a King Crimson con esa época del año y, por extensión, al rock progresivo con el otoño (aún hoy día hago esta arbitraria asociación). Por entonces iba ya a Bachillerato.

Mi siguiente paso fue Larks Tongues in Aspic, y de nuevo no sé por qué elegí éste cuando por ejemplo ya sabía entonces que su obra más mítica de los 70 era Red. Éste lo escuché estando en mi primer o segundo año de carrera y fue mi primer contacto con lo que muchos consideran los "King Crimson de verdad" (dejando de lado "Starless"), es decir, con una formación estable y ese sonido de guitarras que tanto interesaba a Fripp. Me sorprendió mucho porque sonaba diferente a los otros dos que tenía de ellos, pero me fascinó ese estilo a medio camino entre el progresivo y el hard-rock. De nuevo me caló instantáneamente.

Aquí se produjo entonces un vacío que no me sé explicar, ya que tardé años en oír otro disco de ellos. Quizá es porque probé con el In The Wake of Poseidon y al ser mi primera decepción con el grupo los dejé un poco de lado. El motivo de la decepción es obviamente que la cara A es un calco inferior del debut, y aunque apreciaba las composiciones me sabía a poco, era la primera vez que King Crimson no me ofrecían algo nuevo. Con el tiempo le he cogido más el punto pero sigue siendo mi menos predilecto de la época clásica.
Por esa época descubrí también el disco homónimo de McDonald & Giles que pronto se convertiría en una pequeña debilidad personal.

Algún día hablaré de esta joya oculta creada por dos ex-King Crimson

En todo caso fue hace unos pocos años que por fin me animé a escuchar Red. Por entonces ya no era tan inocente en progresivo como cuando había oído los otros discos de King Crimson. De hecho había pasado por unas rachas obsesivas con Genesis y Van Der Graaf Generator que me hicieron ponerles por encima del grupo de Robert Fripp antes de que me diera cuenta. En todo caso, un otoño que estaba en plena fiebre prog me animé con el mítico disco. Obviamente me gustó muchísimo desde el principio pero a diferencia de los otros discos del grupo (salvo el Poseidon) no me produjo ningún impacto ni me hechizó. Lo que sucedía es que las expectativas eran altísimas (sabía que para muchos es el mejor disco del grupo) y que ya conocía el mejor tema con diferencia, así que sencillamente estuvo a la altura de lo que esperaba, sin más. Quizá debería haberlo oído años atrás, siendo un poco más virgen en la materia, seguro que me habría impactado más, pero qué le haremos.

En todo caso, eso nos lleva al presente año, en que he adquirido el Starless and Bible Black, lo cual quiere decir que ya solo me quedará un disco por oír de la carrera setentera del grupo, el mítico Lizard. El gran interrogante será qué me parecerán sus discos de los 80 o 90, que tan buena fama tienen. El tiempo dirá. De momento el Starless and Bible Black me ha encantado y el tiempo dirá si lo mantengo a la altura que lo tengo ahora mismo, prácticamente como mi segundo favorito de la banda.

En todo caso, mi top crimsoniano a día de hoy en cuanto a los pocos discos que conozco ería algo así:

1- In the Court of the Crimson King
2- Starless and Bible Black
3- Islands
4- Larks Tongues in Aspic
5- Red

En realidad el único puesto claro es el primero, el resto son intercambiables, y de hecho hasta hace poco el Red era mi segundo favorito.

En cuanto a canciones:

1- Epitaph
2- Starless
3- 21st Century Schizoid Man
4- In the Court of the Crimson King
5- Larks Tongues in Aspic (Part II)
6- Islands
7- I Talk to the Wind
8- The Night Watch
9- Prelude: Song of the Gulls
10-  Fracture

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