jueves, 30 de mayo de 2013

Devorando discografías

Si ponen "devorando discografías" en Google Imágenes, sale este cuadro

Una de las cosas que me he encontrado más a menudo en Internet y que más me ha chocado (o chocaba, ahora ya lo veo normal) es el encontrarme en foros o blogs de rock a chavales de 15 años que se conocen ya toda la discografía de la mayoría de clásicos del rock: Beatles, Stones, Aerosmith, Led Zeppelin, etc.
Inicialmente, y siendo bien pensado, pensaba que quizá eran jóvenes que habían mamado esa música desde pequeños por influencia de hermanos mayores o algo así, pero en casi todos los casos que conozco acabé descubriendo que no era así, que habían empezado a interesarse por la música con 12 años más o menos. ¿Cómo podía ser entonces que en 3 años hubieran devorado todas esas discografías? ¿Realmente se puede asimilar toda esa música en tan poco tiempo?

El tener un acceso tan fácil a la música creo que ha acabado teniendo como consecuencia cierta obsesión por consumir todo de un grupo de forma descontrolada. Es demasiado fácil bajarse de un clic la discografía de cualquier banda, y es demasiado tentador, es cierto. Y aunque no soy nadie para juzgar cómo consume música otra persona (o sí, qué puñetas, este es mi blog y aquí mando yo), no puedo dejar de pensar que esta forma de consumo tiene sus inconvenientes.
En primer lugar, no creo que uno pueda asimilar tantos grandes discos en tan poco tiempo. O al menos no extrayéndoles todo el jugo que dan de sí. Que es cierto que luego pueden reescucharlos toda su vida y sacarles todo el jugo posible, pero entonces entra mi segundo inconveniente: ¿realmente sale a cuenta haberse oído ya todos los discos de X en un año? Quizá es que yo tengo una visión excesivamente romántica y anticuada, pero para mí el adentrarse en un nuevo disco de un grupo que me encanta es un acontecimiento especial que merece ser dosificado. Incluso si suprimimos todo el halo romántico que tenía cuando éramos jóvenes e impresionables y no existía Internet (ir a la tienda, buscar el CD, ojear el libreto camino a casa en el Metro, etc.), el hecho de dar un paso más en la discografía de una banda que me gusta para mí es algo especial. Supone escuchar otra obra de unos músicos hacia los que siento una gran admiración, descubrir qué es lo que me ofrecerán ahora, toparme por primera vez con música nueva que no sé hasta qué punto me gustará.

Éste también me ha salido en esa búsqueda de Google...

Obviamente el ritmo de consumo de discos ya es cosa de cada uno, y aquí admito que el mío es excesivamente lento. A causa de eso, a estas alturas aún no he completado la discografía de casi ninguno de mis grupos favoritos con una carrera de más de 6 discos, y en muchos casos ni siquiera la considerada su discografía clásica, aunque cada vez más me voy acercando al fin de muchos casos: de Led Zeppelin y Pink Floyd ya solo me quedan dos álbums más por escuchar, de los discos clásicos de Canned Heat solo me falta el álbum con John Lee Hooker, de la Creedence sólo el Mardi Gras y de los Doors el Waiting for the Sun, mientras que de otros como Allman Brothers ya he completado toda su discografía clásica.
Aún así, sé que mi ritmo de consumo era demasiado lento, normalmente solo escucho un disco nuevo de un grupo por año, salvo casos en que me da una fijación obsesiva por un grupo, en cuyo caso mi cuerpo me pide más droga y rompo esa media (casos más recientes: Van Der Graaf Generator y Grateful Dead). Pero mi actitud es no pasar a un nuevo disco hasta que no tenga la sensación de que ya he agotado los que tengo o de que se me queda corto el material que tengo de ellos. Eso ha provocado que a veces tarde muchísimo tiempo en completar algunas carreras llegando en algunos casos a extinguirse mi interés por el grupo quedándose solo un disco suyo en mi colección (es lo que me ha pasado con muchas bandas de grunge como Alice in Chains), mientras que en otros casos tengo muchos discos de bandas que en realidad no son de mis favoritas pero que me agrada escuchar y cuyos discos "agoto" rápido (por ejemplo, Wilco). No es un modus operandi perfecto pero es el mío...

Tontería personal vinculada a este post: a veces me compro algún CD porque lo veo barato o en una edición chula, pero no lo escucho hasta que no me apetece avanzar en la discografía del grupo en cuestión.
Eso hice con este disco de King Crimson, el
Obscured by the Clouds de Pink Floyd, y el homónimo y el Captain Fantastic de Elton John.

En fin, cada uno tiene derecho a decidir mejor que el resto cómo consume música pero, sin querer mostrarme como ejemplo de nada, no puedo evitar desaprobar esa forma de hacerlo que mencioné antes. Creo que viene vinculada también por una fijación que tenemos todos de adolescentes y es de no querer quedarse atrás en cuanto a conocimientos respecto a los demás. Quiero decir, uno es un chaval de 15 años que entra ilusionado a un foro de rock donde se habla de música y a menudo sucede que la mayoría de gente tienen 30-40 años y ya se conocen las discografías de todos los grandes grupos. Claro, uno quiere participar en una discusión sobre cual es el peor disco de Led Zeppelin, pero ¿cómo vas a hacerlo si no conoces TODOS sus discos?
Lo que uno pierde de vista en estas situaciones es que 1) la gente de 30-40 años que conoce todos los discos de Led Zeppelin ha tenido 20 años más que tú para ir oyéndolos poco a poco, y sobre todo, 2) está sobrevaloradísima la idea de que para opinar de un grupo tengas que conocer todos sus discos. El conocimiento enciclopédico es importante para juzgar un grupo, pero también el cualitativo, el saber apreciar los matices y el contexto de cada obra. Para mí es preferible reconocer que no has oído X discos imprescindibles del grupo pero a cambio soltar una opinión sensata, bien pensada y que demuestra que has sabido sacar todo el jugo del álbum.

Por tanto, si algún jovenzuelo que se sienta identificado con este texto llega a este pequeño rincón de la red, le aconsejo que se tome las cosas con calma y que, si puede, dosifique los álbums. Las discografías son finitas, inevitablemente siempre llega el día en que has agotado todo y solo te queda reescuchar, pero ¿por qué tiene que llegar ese día con 16 años? Después de todo tiene su encanto encontrarte con un disco "nuevo" de Led Zeppelin a los 26 años.

viernes, 24 de mayo de 2013

Peter Hammill - In Camera (1974)


In Camera es un disco importantísimo en la carrera de Peter Hammill. Aunque el ex-líder de Van Der Graaf Generator ya había grabado algunos discos en solitario tras la disolución del grupo, éste fue el primer álbum que grababa verdaderamente en solitario. Los otros discos eran, según él mismo reconoce, obras en que todavía buscaba su sonido en solitario, una especie de puente entre lo que hacía en Van Der Graaf Generator y los nuevos caminos que estaba explorando. De hecho eran obras con un sonido muy similar al de Van Der Graaf Generator, tanto por el tipo de composiciones (muchas estaban pensadas inicialmente para aparecer en un hipotético nuevo disco de la banda) como por el hecho de que los tres miembros restantes aparecían en ellos interpretando sus instrumentos. No digo esto como algo negativo, de hecho considero The Silent Corner and the Empty Stage una obra maestra y el mejor disco que he oído hasta ahora de Peter Hammill en solitario, pero sí como algo significativo.

De entrada, en In Camera, Hammill interpreta la mayoría de temas él solo (el único instrumento que tocan otras personas en el disco es la batería), lo que le da un sonido más personal. De hecho grabó buena parte del disco por su cuenta y luego pasó las canciones al estudio, lo cual era una práctica bastante inusual por entonces.


Pero no debe pensarse por ello que In Camera es básicamente un disco acústico, ya que de hecho es una obra muy oscura - casi tenebrosa diría yo - impregnada de tristeza y depresión con un fuerte protagonismo de los sintetizadores.
El tema inicial, la bonita "Ferret and Featherbird" es la única excepción, la única composición que arroja algo de luz y de optimismo, una canción intimista preciosa. Pero justo cuando acaba descubrimos que no irán por ahí los tiros al escuchar los sintetizadores de "(No More) The Sub-Mariner", una de las mejores composiciones del disco. Hammill, quien no debemos olvidar que es uno de los más grandes cantantes de la historia del rock - y eso no es discutible - suena poderoso y agresivo. Es una canción que de entrada intimida al estar dominada por esa voz y los sintetizadores.
"Tapeworn" es por otro lado lo más parecido que encontramos aquí a Van Der Graaf Generator aunque curiosamente, es la que menos me gusta del disco. Seguidamente nos topamos con otro de los breves interludios semi-acústicos, "Again", canción con la que le gusta acabar sus conciertos interpretándola a cappella (véase abajo).


Mi otro gran favorito del disco junto a "Ferret and Featherbird" es "Faint-Heart and the Sermon" (los títulos ya dan a entender mucho sobre las letras, sobre las que no me voy a detener pero que merecen ser leídas con calma). Ambos son muy similares al ser composiciones dominadas por la voz y los sintetizadores, pero para los que crean que Hammill usa esos sonidos para esconder una canción vulgar, la edición en CD del disco tiene una maravillosa sorpresa que justifica la existencia de los Bonus Tracks. Se trata de unas versiones en vivo de estos dos temas junto a otro de Van Der Graaf Generator interpretados a piano. Cuando uno escucha estas canciones en esta versión tan desnuda, queda patente que son dos composiciones maravillosas, y que de haber preferido grabarlas en un formato más convencional también serían de lo mejor de su repertorio. Recomiendo encarecidamente escuchar las dos versiones de cada una, ya que es uno de esos casos en que cada versión es complementaria y te aporta algo diferente a la otra.

Un ejemplo de las Peel Sessions en que interpreta este tema él solo a piano. Pelos de punta.

En el último tramo tenemos "The Comet, The Course and the Tail", un tema que se inicia de forma más tranquila y acaba volviéndose cada vez más furioso y que Peter interpreta muy a menudo en directo. Y por último, la sorpresa final: "Gog/Magog". Aquí ya Hammill directamente suena descontrolado y más agresivo que nunca cantando (¿o vociferando?) acompañado de un órgano y la batería. Se trata del tema más oscuro en un disco no especialmente ligero. Y para rematarlo, la parte de "Magog" son 10 minutos de música concreta. Para entendernos, nada de melodía, simplemente atmósferas y ruidos varios para deleite del espectador. Un cierre espectacular que demuestra que Peter en aquella época se atrevía con todo y podía ser muy transgresor casi sin proponérselo (porque lo interesante es que este tipo de composiciones suenan naturales en él, no como experimentos).

Un disco sumamente especial, algo espeso pero que vale mucho la pena. Sirva esta reseña para reivindicar a un grandísimo y olvidado compositor con una carrera demasiado interesante como para no ser recordada más a menudo.

PD: por cierto, la portada me encanta.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Yo y King Crimson


Mi primer contacto con King Crimson vino por vía paterna. Mi padre es de esas personas que tiene un repertorio musical bastante limitado y de la mayoría de grupos solo escucha una canción (aunque, eso sí, mil veces). King Crimson es de esos casos. Él tenía en su colección el mítico In The Court of the Crimson King, de forma que desde pequeño estuve familiarizado con esa carátula (curiosidad tonta: el CD aún tiene la pegatina de las extintas tiendas Virgin). Pero resulta que mi padre sólo escuchaba "Epitaph". Él te diría que es fan de King Crimson pero desde que tengo conciencia jamás le he visto escuchar cualquier canción que no fuera ésa. En una ocasión de hecho dijo algo así como "King Crimson SON "Epitaph"", afirmación que basta para matar de un infarto a cualquier fan de la banda y que demuestra su limitada visión del grupo.

Pero volvamos al autor de este blog. "Epitaph" es una de esas canciones que conozco desde siempre porque mi padre la ponía de forma obsesiva una y otra vez. Por suerte este especie de tratamiento a lo Naranja Mecánica no me hizo aborrecerla, sino que simplemente hizo que desde pequeño conociera la composición, aunque durante muchos años no me fijé en ella.

No sé decir cuándo y por qué pasé repentinamente a escuchar "Epitaph" por iniciativa propia. Imagino que fue cuando empecé a navegar por Internet y leí que su debut era uno de los grandes discos del rock. Escuchándola conscientemente quedé enseguida fascinado. No había oído nunca nada igual, recuerdo especialmente lo mucho que me gustaba cómo cantaba Greg Lake, con ese tono tan dramático, y el famoso sonido de mellotron que me sedujo al instante.

No fue hasta al cabo de un tiempo que me animé a oír el disco entero, y fue de esos casos en que el primer impacto fue tan fuerte que se me ha quedado marcado el momento y lugar exacto en que sucedió. Concretamente fue una noche de verano y puse el CD en mi ordenador mientras hacía no sé qué. Lo primero que sonó fue "21st Century Schizoid Man" y ciertamente no esperaba eso conociendo sólo "Epitaph". La furiosa voz de Lake distorsionada, esa melodía tan cortante, ese extraño puente entre el jazz puro y duro y el rock... me quedé de piedra sin saber cómo reaccionar ante algo así. "I Talk to the Wind", mucho más accesible, me gustó desde el principio. "Moonchild" me desconcertó totalmente con sus 10 minutos de ruiditos. Y el tema homónimo por supuesto acabó de noquearme con ese mellotron épìco. Fue un flechazo instantáneo.


Recuerdo lo mucho que me fascinaba tanto la portada como ese dibujo interior

Años más tarde recomendé este disco a un amigo que acabó haciéndose mucho más fan del grupo que yo explorando su discografía. Recuerdo que me dijo que para muchos fans del grupo el debut no era su mejor disco o incluso siquiera de los mejores. Yo no daba crédito, ¿realmente ése no era ni de sus mejores álbums? No podía ser.
Con el tiempo profundicé más en el grupo y me di cuenta de que era cierto, y que realmente aún siendo su disco más mítico ni siquiera era representativo de los King Crimson de verdad (de ahí que resulte comprensible que los fans prefieran otros). Pero tras todos estos años y habiendo explorado mejor su carrera, sigue siendo mi favorito de ellos y en general uno de mis 10 discos predilectos. Su carrera llegó aún más lejos pero la magia especial de su debut es una debilidad personal.

Mi siguiente contacto con el grupo fue una canción, "Starless". Por entonces aún estaba empezando a descubrir la música y sentía curiosidad por el término rock progresivo, así que indagando acabé en una web dedicada al prog donde había una sección de Canción del mes o algo similar. Una de las que eligieron era "Starless" de King Crimson, que el autor describía acertadamente como un tema que resumía toda la carrera del grupo y quizá su composición definitiva. Descargué el tema y desde luego volví a quedar maravillado ante semejante obra maestra.

Claro, esto tuvo un inconveniente. Empecé con el que aún hoy día me parece su mejor disco y su mejor canción, y encima me dijo un amigo que muchos afirman que su debut no era ni de los mejores álbums del grupo. Ante algo así se me dispararon unas expectativas casi imposibles de cumplir. Eso sumado a lo que iba descubriendo sobre la misteriosa figura de Robert Fripp hicieron que sintiera instintivamente un enorme respeto hacia King Crimson aún sin conocerles bien. Tarde años en "bajarles a la Tierra" y verles con más perspectiva, poniéndoles al mismo nivel que las otras grandes bandas progresivas de la época, pero aún me siguen pareciendo de las mejores bandas del género.

Cómo no caer rendido ante algo así, y más siendo joven y (aún) impresionable...

Mi siguiente disco fue Islands y no sé bien por qué, quizá lo vi recomendado en algún sitio. Era un disco muy accesible así que me gustó enseguida. Tanto éste como el debut fueron discos que escuchaba muy a menudo en otoño, llevándome a asociar a King Crimson con esa época del año y, por extensión, al rock progresivo con el otoño (aún hoy día hago esta arbitraria asociación). Por entonces iba ya a Bachillerato.

Mi siguiente paso fue Larks Tongues in Aspic, y de nuevo no sé por qué elegí éste cuando por ejemplo ya sabía entonces que su obra más mítica de los 70 era Red. Éste lo escuché estando en mi primer o segundo año de carrera y fue mi primer contacto con lo que muchos consideran los "King Crimson de verdad" (dejando de lado "Starless"), es decir, con una formación estable y ese sonido de guitarras que tanto interesaba a Fripp. Me sorprendió mucho porque sonaba diferente a los otros dos que tenía de ellos, pero me fascinó ese estilo a medio camino entre el progresivo y el hard-rock. De nuevo me caló instantáneamente.

Aquí se produjo entonces un vacío que no me sé explicar, ya que tardé años en oír otro disco de ellos. Quizá es porque probé con el In The Wake of Poseidon y al ser mi primera decepción con el grupo los dejé un poco de lado. El motivo de la decepción es obviamente que la cara A es un calco inferior del debut, y aunque apreciaba las composiciones me sabía a poco, era la primera vez que King Crimson no me ofrecían algo nuevo. Con el tiempo le he cogido más el punto pero sigue siendo mi menos predilecto de la época clásica.
Por esa época descubrí también el disco homónimo de McDonald & Giles que pronto se convertiría en una pequeña debilidad personal.

Algún día hablaré de esta joya oculta creada por dos ex-King Crimson

En todo caso fue hace unos pocos años que por fin me animé a escuchar Red. Por entonces ya no era tan inocente en progresivo como cuando había oído los otros discos de King Crimson. De hecho había pasado por unas rachas obsesivas con Genesis y Van Der Graaf Generator que me hicieron ponerles por encima del grupo de Robert Fripp antes de que me diera cuenta. En todo caso, un otoño que estaba en plena fiebre prog me animé con el mítico disco. Obviamente me gustó muchísimo desde el principio pero a diferencia de los otros discos del grupo (salvo el Poseidon) no me produjo ningún impacto ni me hechizó. Lo que sucedía es que las expectativas eran altísimas (sabía que para muchos es el mejor disco del grupo) y que ya conocía el mejor tema con diferencia, así que sencillamente estuvo a la altura de lo que esperaba, sin más. Quizá debería haberlo oído años atrás, siendo un poco más virgen en la materia, seguro que me habría impactado más, pero qué le haremos.

En todo caso, eso nos lleva al presente año, en que he adquirido el Starless and Bible Black, lo cual quiere decir que ya solo me quedará un disco por oír de la carrera setentera del grupo, el mítico Lizard. El gran interrogante será qué me parecerán sus discos de los 80 o 90, que tan buena fama tienen. El tiempo dirá. De momento el Starless and Bible Black me ha encantado y el tiempo dirá si lo mantengo a la altura que lo tengo ahora mismo, prácticamente como mi segundo favorito de la banda.

En todo caso, mi top crimsoniano a día de hoy en cuanto a los pocos discos que conozco ería algo así:

1- In the Court of the Crimson King
2- Starless and Bible Black
3- Islands
4- Larks Tongues in Aspic
5- Red

En realidad el único puesto claro es el primero, el resto son intercambiables, y de hecho hasta hace poco el Red era mi segundo favorito.

En cuanto a canciones:

1- Epitaph
2- Starless
3- 21st Century Schizoid Man
4- In the Court of the Crimson King
5- Larks Tongues in Aspic (Part II)
6- Islands
7- I Talk to the Wind
8- The Night Watch
9- Prelude: Song of the Gulls
10-  Fracture

viernes, 17 de mayo de 2013

Cream y sus directos


Creo que Cream son quizás una de las bandas con mejor directo que peor ha gestionado sus álbums en vivo, lo cual es una auténtica pena. En parte es comprensible, en los 60 los discos en directo no eran una práctica habitual en el mundo del rock; pero por otro lado me parece una locura que no se haya editado posteriormente un doble álbum como Dios manda. Los únicos directos oficiales y extensos que hay del grupo son el de reunión de hace unos años (que por muy bien que lo hicieran NO suena ni por asomo a sus salvajes directos de los 60) y las BBC Sessions, que por lo general suelen estar muy bien pero en este tipo de discos se nota que no es un concierto propiamente dicho y no es lo mismo.

Centrándonos pues en su época clásica, el material oficial que tenemos en vivo está cutremente repartido de la siguiente forma:

  • El disco 2 del Wheels of Fire.
  • La primera mitad del Goodbye
  • Un disco en directo de 40 minutos que tiene insertado cutremente en mitad del álbum un tema inédito de estudio.
  • Otro disco en directo de 40 minutos en el que tienen la desfachatez de volver a insertar "Politician", que ya salía en la parte en directo de Goodbye.

Es por ello que a la hora de elaborar la clásica lista de mejores discos en directo de la historia Cream suelen aparecer muy poco aún siendo sin duda una de las mejores. ¿Dónde está el jugoso doble directo de sus años clásicos que documente ese? ¿Por qué son tan cutres de "estropear" sus dos discos en vivo de su época clásica metiendo un tema en estudio y repitiendo una canción habiendo más repertorio donde elegir?

Yo de momento no tengo ninguno de los dos, pero me haré sin duda con ambos y con el BBC Sessions en el futuro, ya que tengo muchas expectativas, especialmente del Live 1 con esas versiones alargadas de dos de mis canciones favoritas del grupo, "Sweet Wine" y "N.S.U.". En todo caso hace tiempo decidí que cuando tenga esos discos me haré mi propio doble álbum mítico de Cream en directo cogiendo temas de los cuatro discos, ordenándolos como un concierto de Cream (fijándome si sus setlists seguían algún esquema concreto) y eliminando lo que molesta, como ese tema en estudio, los dos "Politician" y, de paso - que me perdone Ginger Baker - el solo de "Toad"... no soy anti-solos de batería pero no puedo con éste.

Algo así más o menos:


1- I'm So Glad
2- NSU
3- Sleepy Time Time
4- Deserted Cities of the Heart
5- Politician
6- I'm Sitting on Top of the World
7- Sweet Wine
8- White Room
9- Traintime
10- Tales of Brave Ulysses
11- Steppin Out
12- Rollin and Tumblin
13- Spoonful
14- Sunshine of Your Love
15- Crossroads

Mucho mejor, ¿no?

domingo, 12 de mayo de 2013

David Allen y su motivo para dejar Gong


David Allen es uno de esos tipos que me caen especialmente bien por darme la sensación de que viven en su mundo lleno de misticismo y fuerzas invisibles que el resto de mortales no vemos. Una de mis anécdotas favoritas relacionadas con él tiene que ver con el motivo por el cual abandonó el grupo Gong, que por entonces gozaba de mucho éxito bajo su liderazgo.

Copio de la Wikipedia:

"En un concierto en Cheltenham, en 1975, Allen se negó a subir al escenario, argumentando que "un muro de fuerza" se lo estaba impidiendo, y dejó el grupo".

No me digan que no es con diferencia el mejor argumento para dejar una banda de rock. Lo divertido es que el resto del grupo seguramente no se extrañaron demasiado de su motivo conociéndole....

lunes, 6 de mayo de 2013

Queen - Made in Heaven (1995)


Made in Heaven es seguramente uno de los discos más malinterpretados de la historia del rock. La principal causa está en el hecho de que el guitarrista Brian May y el batería Roger Taylor gozan de muy mala prensa últimamente, y eso ha hecho distorsionar un poco los hechos que envuelven al disco póstumo que dejó Freddie Mercury antes de morir.

La idea que se tiene de este álbum es que se trata de un producto que el resto de miembros de Queen sacaron a la luz para explotar la muerte de Freddie - ojo al dato, hay gente que incluso cree que esto fue obra de Brian y Roger, y que por tanto John no estuvo involucrado, supongo que porque John no ha participado en los proyectos con Paul Rodgers; obviamente eso es falso, John aún era miembro de Queen y contribuyó al disco.
La realidad es que después de Innuendo, Freddie quiso seguir grabando todo lo que pudiera antes de morir. La banda se congregó en los estudios de Montreaux y básicamente cada vez que Freddie se veía con fuerzas cantaba partes de canciones que le ofrecía el resto del grupo o que él había compuesto. Teniendo en cuenta lo avanzado de la enfermedad, dice mucho de su forma de ser ese afán por seguir grabando hasta que literalmente no se tuviera en pie.
Una vez quedó claro que ya no podría más, Freddie se retiró a su hogar donde murió semanas después de terminar sus últimas grabaciones.

Por tanto, la finalidad de Made in Heaven era sacar a la luz las últimas grabaciones que hizo Freddie en vida y que éste quería que el resto de sus compañeros terminaran por él, ya que en aquella época resultaba obvio que no viviría hasta el final. A todos aquellos que critican tan duramente a Queen por haber sacado el disco les pregunto ¿qué es lo que habría sido correcto? ¿no sacar el disco? es decir, ¿lo más correcto hacia Freddie habría sido no sacar a la luz todo el material que grabó hasta que no pudo más? ¿realmente cree alguien que un artista enfermo de sida en sus últimas semanas de vida iba a dedicarse a grabar canciones por pura afición sin la voluntad de que llegaran a sus fans? No niego en absoluto que el resto de Queen han hecho muchas maniobras puramente comerciales estos últimos años, pero me parece totalmente fuera de lugar criticarles por sacar Made in Heaven por todo lo que he dicho.


Eso sí, otra cosa ya es el resultado final. Y ahí me alineo con los más críticos. Yo defiendo que sacaran este material a la luz, que por algo lo grabó Freddie, pero al mismo tiempo digo que el disco resultante no está a la altura de lo esperado (y ya no digamos si lo comparamos con el magnífico Innuendo).

En mi caso personal tuve la enorme suerte de escuchar este disco cuando empezaba con Queen y era más inocente y conformista. No tenía mis gustos musicales formados y, por resumirlo mucho, me tragaba cualquier cosa con la etiqueta Queen que sonara mínimamente a ellos. Made in Heaven creo que fue uno de los primeros discos suyos de estudio que compré, creo que inmediatamente después al Opera y el Queen II. El motivo por el que me decanté por este disco era puramente sentimental: se trataba de lo último que grabó Freddie antes de morir y quería tener ese documento.

El disco me gustó y lo escuché mucho durante un verano hasta saberme todos los temas. Más adelante fui descubriendo que en realidad no todas las canciones pertenecen a las sesiones de Montreaux que Freddie grabó antes de morir, pero bueno, tampoco le di muchas vueltas. Con el tiempo el disco dejó de gustarme tanto pero sin que yo me diera cuenta. Simplemente iba descubriendo sus discos clásicos y me pasaba todo el tiempo oyéndolos mientras que apenas rescataba Made in Heaven. No fue hasta bastantes años después cuando de repente me di cuenta de la mala fama de la que gozaba el disco entre mucha gente y eso chocó con mi impresión favorable de años atrás. ¿Me seguiría pareciendo bueno a esas alturas o me llevaría una decepción? Decidí pasar la prueba y el resultado fue un término medio. La música de Made in Heaven no va mucho con mis gustos e inevitablemente el disco me gustó menos. Así mismo, temas que antes no me entusiasmaban mucho pero podía escuchar, ahora me los acababa saltando. Pero tampoco me pareció un disco malo como dicen muchos, y de hecho lo mantengo. Para mí gran parte de su mala fama es por las circunstancias en que fue grabado (la sospecha de que fue una maniobra comercial y el hecho ya de sobras conocido de que tres cuartas partes es material recogido de otras sesiones para llenar un CD), y creo que como mínimo la mitad del álbum es bastante potable. Pero es cierto que de haberlo descubierto ahora, con mis gustos musicales más asentados, no lo habría disfrutado ni la mitad que por aquel entonces, así que me alegro de haberlo oído en aquella época.


Made in Heaven tiene básicamente dos problemas, uno más obvio (la poca calidad de algunas composiciones) y otro no tanto que encuentro interesante a reseñar, y es que es un disco hijo de su época. Made in Heaven tiene ese sonido pulido noventero que seguían todas las estrellas de los 70 que siguieron el recorrido vital que todos conocemos: grabar álbums horteras en los 80 y en los 90 pasarse a discos serios embadurnados de una producción altamente impersonal. Es el camino que siguieron gente como Eric Clapton y Elton John, y Queen hicieron lo propio en Made in Heaven. Lo chocante es que Innuendo era un álbum con un sonido moderno 90s pero adaptado al estilo de Queen y con grandes temas. Comparar esa joya con Made in Heaven, un disco mucho más fácil de escuchar, tan impersonalmente aburrido, sin la paleta de colores que caracteriza el sonido Queen, se hace algo descorazonador.
Un detalle tan superficial como algunos de los videoclips que salieron del disco refuerzan esta idea. Claro está, con Freddie muerto no iban a enseñarnos videoclips divertidos jugueteando con su cadáver, pero es que los clips de Made in Heaven son el reflejo de la música que contiene el disco. Son videoclips aburridos, interpretados por actores y no por miembros del grupo, el prototipo de videoclip adulto y bien hecho pero que no tiene absolutamente nada del universo Queen. Por ahí van los tiros con la música, ése es el camino que seguían Queen: volverse una banda respetable para fans cuarentones que no buscaban sorpresas o calidad, solo música agradable de escuchar de grupos que ya conocen.


Puede parecer que estoy siendo muy duro, pero a todo lo que he expuesto antes repito de nuevo que no me parece un mal disco. Este tipo de sonido no mola nada, pero si las canciones son buenas se puede salvar el resultado final, y creo que es el caso, aunque sea por los pelos.
A efectos prácticos solo hay tres canciones grabadas por Freddie en sus últimas semanas de vida: "Mother Love", "You Don't Fool Me" y "A Winter's Tale".
"You Don't Fool Me" es una porquería, el ejemplo por excelencia del tipo de música que criticaba en el párrafo anterior. Unos Queen impersonales para cuarentones que pondrán el Made in Heaven en la guantera de su coche al lado de lo último de Phil Collins. Pasemos a lo bueno. "Mother Love" es una balada bastante pasable que tiene el hecho anecdótico de ser lo último que grabó Freddie en vida (de hecho los últimos versos los tuvo que cantar Brian). Fijaos en el estribillo, es brutal que pudiera cantar todavía así estando tan débil y con semanas contadas de vida. "A Winter's Tale", última composición de Freddie para el grupo, es mi favorita, una balada sencilla y tierna inspirada por el paisaje que Freddie veía a través de la ventana de su cuarto.

El resto son todo canciones que el resto de Queen añadieron para completar un disco, ya que obviamente estos temas no daban para mucho. Esta decisión fue muy criticada y muchos han dicho que simplemente debieron publicar esos últimos temas como singles. Yo por naturaleza siempre prefiero que sobre material a que falte, por lo que no critico su decisión sino la calidad de parte del material utilizado.

El tema que abre el álbum es una canción preciosa y breve, "It's a Beautiful Day", que Freddie grabó medio improvisando con el piano años atrás. La banda añadió la sección final instrumental y el resultado creo que es muy bueno.




"Let Me Live" data de mediados de los 80 y es un tema que he leído por Internet que iban a grabar con Rod Stewart para The Works (!!). Es una canción peculiar al mostrarnos a Queen entrando en el terreno del gospel y no me acaba de gustar demasiado, pero no está mal.
A cambio, otra canción surgida de circunstancias similares es "Too Much Love Will Kill You", que se erige indudablemente como la mejor del álbum. He leído que la grabaron a finales de los 80 y no pudo incluirse en álbums del grupo de aquella época por temas legales, que imagino se solventaron en la época del Made in Heaven. Como ya sabréis, Brian grabó una versión para su álbum en solitario.
La principal aportación de Roger está muy bien: "Heaven for Everyone" iba a ser un tema para su banda paralela The Cross que al final acabó cantando Freddie.

La inclusión de estos temas está más o menos justificada al ser canciones inéditas para la mayoría de fans, pero a partir de aquí entramos en terreno peligroso, donde Queen se dedicaron a regrabar temas ya existentes. El resultado final es bueno en todos los casos pero no sé hasta qué punto era necesario.
Por ejemplo, "Made in Heaven" era un tema de Freddie en solitario del que mantuvieron su voz y que regrabaron el resto para darle un sonido Queen. Debo reconocer que el resultado final me parece tan bueno que para mí justifica su discutible decisión de regrabar temas existentes de Freddie. En mi opinión supera la versión original y de hecho fue en su momento el tema que más me enganchó del álbum.
"I Was Born To Love You", otro tema de Freddie en solitario, en cambio no me parece tan remarcable aunque es disfrutable por la canción en sí. Por último, "My Life Has Been Saved" es una cara B de Queen de finales de los 80 que creo que volvieron a remezclar. No muy interesante pero pasable.


Para el final quedan las dos bizarradas. Una es una segunda versión de "It's A Beautiful Day" cambiando el final por otro rockero, repitiendo el último verso de Freddie ad infinitum y con fragmentos de "Seven Seas of Rhye".
La otra es mucho más interesante. Es una composición sin título que es única en toda la carrera de Queen: un tema ambiental de 20 minutos totalmente instrumental, no sabría si decir que new age. Queen jamás grabaron nada ni remotantemente parecido a esto, y la cara de sorpresa de los fans en su momento debió ser digna de ver. A mí no me desagrada, está bastante bien como tema ambiental, pero tampoco me llama especialmente la atención más allá de lo anecdótico.

En todo caso, espero que toda esta parrafada haya servido para tener una visión más o menos justa de lo que es Made in Heaven y de lo que ofrece. No es ni mucho menos la obra maestra que muchos esperaban, pero tampoco una basura. Ni desde luego tampoco es una simple maniobra comercial, eso ya llegaría después.
Mi recomendación es escucharlo evitando pensar en esos detalles o la procedencia de las canciones y juzgarlo solo por la música, tal y como hice yo hace mucho tiempo...