Caress of Steel fue literalmente el disco que casi acabó con la carrera de Rush, lo cual es una frase muy poco prometedora para iniciar la reseña de un álbum.
El trío canadiense contaba en aquella época con dos discos de estudio, Rush (1974) y Fly By Night (1975), que se vendieron bastante bien y les dieron cierta reputación. En ambos practicaban un hard-rock setentero muy potente con claras influencias de Led Zeppelin en que destacaba sobre todo su potencial como músicos, y es que instrumentalmente Rush siempre han sido sencillamente estratosféricos.
Sin embargo, nuestros amigos no aspiraban a ser simplemente una versión canadiense de Led Zeppelin. De hecho uno de los motivos por los que su primer batería abandonó la banda era la disparidad de opiniones musicales: el bajista Geddy Lee y el guitarrista Alex Lifeson por entonces ya estaban muy interesados en la música de bandas como Yes y Genesis, algo en lo que no concordaban con su batería. Así pues, éste dejó amistosamente el grupo y en su lugar entró Neil Peart aka uno de los mejores baterías de la historia del rock, cuya apabullante técnica les permitiría ampliar sus horizontes musicales sin limitaciones.
Después de esos dos primeros discos, Rush sorprendieron sacando repentinamente Caress of Steel, un álbum que contaba con una larga suite que ocupaba toda una cara del vinilo y otro tema que ocupaba la mitad de la cara A. El disco se vendió fatal, y por una vez no puedo dejar de ponerme un poco de parte de los que les dieron la espalda. Hoy en día ya sabemos qué vino después y cada vez que escuchamos un álbum de Rush lo hacemos desde la perspectiva de estar oyendo el disco de una banda legendaria. Pero en 1975 Rush no eran más que un muy buen grupo de hard-rock que de repente se pasaron de listos queriendo sumarse a la moda del rock progresivo. Y es que, debo decirlo, los temas largos de Caress of Steel suenan a prog-rock hecho por amateurs. No son malos porque musicalmente las melodías y la ejecución está muy bien pero, en lo que respecta al tema de 20 minutos, como suite progresiva es totalmente fallida.
"The Fountain of Lamneth", que es como se llama, es un ejemplo de manual de una banda inexperta intentando hacer un gran tema de rock progresivo, o dicho otra forma, de prog-rock amateur. El tema se salva porque musicalmente es bueno, pero como composición deja mucho que desear en global. El problema es que sus diferentes segmentos están fatal unidos y no hay ninguna fluidez ni continuidad, parece un corta-pega hecho de cualquier forma. A mí me irrita especialmente el solo de batería de Neil Peart, no por el solo de batería en sí (a mí no suelen molestarme si están bien hechos e integrados en la composición), sino porque no pega ni con cola en su posición. Aparece repentinamente después de la primera parte del tema y rompe por completo el ritmo - valga la redundancia - y el estilo de la canción. De hecho, los diferentes segmentos están separados por silencios, lo cual enfatiza la sensación de poca fluidez.
No obstante, aunque suene contradictorio, es un tema disfrutable, ya que la música en sí misma es buena, simplemente fracasa como composición global. La primera vez que la escuché recuerdo que me decepcionó tanto que la paré a la mitad y dudé sobre si valdría la pena ese álbum, pero con el tiempo le cogí el punto.
Caress of Steel ofrece en definitiva un sonido de power trio adaptado a canciones que aspiran a ser puro prog-rock. Quizá lo ideal habría sido que la banda hubiera hecho ese paso poco a poco en lugar de lanzarse ya a un tema de 20 minutos sin experiencia previa. Pero, qué queréis, eran jóvenes llenos de ambición y el paso del tiempo les ha dado la razón, del mismo modo que ha reivindicado este disco. Es cierto que aquí practican un prog-rock aún poco depurado, pero tiene un encanto especial oír canciones de ese género sin protagonismo de teclados, como si un power trio hubiera decidido de repente imitar a Yes o Genesis (que es en realidad lo que sucedió).
El gran atractivo del álbum es que, a juzgar por lo que he oído de ellos y por lo que he leído comentar a expertos en el grupo, se trata de uno de los discos de Rush donde más destaca Alex Lifeson. Curiosamente, este grupo representa uno de esos pocos casos en que el miembro que menos destaca es el guitarrista, no porque no sea bueno ni tenga momentos de lucimiento, sino por la enorme competencia que tiene: Neil Peart, un batería virtuoso, un prodigio de técnica; y Geddy Lee, un bajista excelente siguiendo la tradición de los power trios que además tiene un timbre de voz imposible de olvidar ("Mickey Mouse en helio" según un crítico de la época) y, por si eso fuera poco, con el tiempo acaparó más protagonismo con los teclados y sintetizadores. Los tres miembros de Rush siempre han sido piezas fundamentales e insustituibles, pero Caress of Steel es uno de los álbums del grupo donde más llama la atención la guitarra.
Pasando al resto de temas, "Bastille Day" es un temazo infalible de hard-rock en la línea de sus discos anteriores, al igual que la siguiente "I Think I'm Going Bald", la más floja del disco pero con una letra bastante cachonda.
Las dos siguientes son de momento mis favoritas. "Lakeside Park" es un medio tiempo con un sonido muy atractivo y una buena melodía, mientras que "The Necromancer" es su otro experimento con temas progresivos. Bastante menos ambicioso (12 minutos) también flaquea en su construcción, pero sale mejor parado que el desgarbado tema de 20 minutos y cuenta con algunos solos de guitarra maravillosos.
Como dije, el álbum fue un sonoro fracaso de ventas que enfureció a la discográfica. Ésta pidió a la banda que volviera al sonido simple de antes y que compusieran temas más radiables. Su respuesta fue bastante clara: 2112, un disco que se iniciaba con una composición de 20 minutos sobre una sociedad futurista.
Según han dicho ellos mismos, al llegar a ese punto se plantearon qué hacer y decidieron jugársela del todo, preferían ser fieles a sí mismos y seguir el camino musical que a ellos les interesaba aunque fuera a costa de su carrera. 2112 fue una arriesgada apuesta que sabían que podría ser su fin, pero estaban dispuestos a asumir eso antes que transigir a las exigencias de la discográfica. Cuántos casos debe haber en la historia del rock de bandas en una situación similar que decidieron hacer lo mismo que Rush, acabando así con su carrera. Rush fue uno de los pocos casos en que ganaron la apuesta, ya que el disco fue un éxito de ventas que les catapultó al estrellato, donde se han mantenido desde entonces. Pero, no hay que olvidarlo, fue una (afortunada) excepción.
hijo de re mil putas!
ResponderEliminarcon eso digo todo
The Fountain of Lamneth es un tema que va por partes asi se compuso a proposito
Ninguna mención a los contenidos de las canciones en tu crítica....
ResponderEliminarAseveraciones arbitrarias. Es mi disco favorito de Rush y soy músico. Que bueno que tu no lo seas...
ResponderEliminarel critico es un estúpido no sabe nada de rush
ResponderEliminargallego re contra puto. de donde dices que este ladito es flojo en la Fuente de Lanmeth...si es toda la base del tema 2112...no diria copia pero casi...
ResponderEliminarEs un buen album pero no deja de estar muy por debajo de "2112", A Farewell To King" y "Hemisperes". Por calidad son estos los mejores de su etapa setentera, por gusto te puede encantar el peor album, sin ser un mal album... pero la calidad está en la creatividad y este album precisamente no es el mas creativo.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo es el que menos me gusta pero si me gusta
ResponderEliminar