miércoles, 13 de febrero de 2013

Rory


Rory Gallagher es uno de esos músicos de los que difícilmente oiréis palabras negativas, y debo decir que lo entiendo. Es un artista que reúne dos características que le hacen ser especialmente querido por el público rockero. En primer lugar su estilo musical, blues-rock de toda la vida bien hecho, con un sonido de guitarra irresistible y lleno de talento. Podrá gustar más o menos como lo hace, pero es un tipo de música que difícilmente se hará insoportable a alguien. En segundo lugar, el personaje tras la música.

Rory es uno de los pocos grandes artistas de los 70 al que nunca se le subió el éxito a la cabeza. Leyendo y oyendo declaraciones de gente que le conoció y trabajó con él, todos coinciden en su descripción: un hombre sencillo que siempre vivió por y para su música. Nunca intentó componer algún single de éxito fácilmente radiable ni hizo discos comerciales adaptados a los nuevos tiempos. Su estilo evolucionó tanteando el hard-rock pero siguiendo siempre fiel a sí mismo, y hay muy poca gente en este mundo que se haya mantenido siempre así. Por suerte, cuando sus discos dejaron de venderse tanto como antaño Rory pudo seguir en activo gracias a sus brutales conciertos, ya que tenía tan buena fama en directo que siempre consiguió atraer público incluso en sus años más flojos comercialmente. Y eso a él ya le venía bien, porque él concebía así la música: girar con su guitarra a cuestas y darlo todo sobre el escenario cada noche, prefería eso a hacer música más comercial que le diera mayor fama.

¿Cómo puede uno no sentir debilidad ante un tipo así? Yo mismo, que no lo tengo como uno de mis artistas predilectos (aunque sí es uno de mis guitarristas favoritos) he acabado comprándome originales unos cuantos discos suyos antes que los de otras bandas que seguramente me gusten más.


Su música como podrá deducirse no inventa nada nuevo, pero tiene un estilo personal que se hace querer y que invita a ser escuchado a la mínima que uno sienta cierto interés por el rock setentero. Por otro lado, a juzgar por varios discos suyos que he escuchado en estudio me da la sensación de que es uno de esos músicos que no tiene una gran obra maestra en mayúsculas sino varios discos muy buenos. Resulta lógico teniendo en cuenta su alto ritmo de producción (grabó nueve discos de estudio en los 70 además de girar sin parar) y no debe entenderse esa afirmación como un reproche: no todos los grupos y artistas facturan discos magistrales, algunos mantienen un muy buen nivel medio con varias obras notables, y Rory creo que es uno de esos casos. En todo caso, el disco que más me gusta de los que conozco en estudio es Deuce (1971).

En cambio en lo que se refiere a directos ya es otra cosa, el Irish Tour (1974) es uno de los mejores discos en vivo de la historia del rock, y eso es indiscutible. Ésa fue mi primera toma de contacto con Rory, y recuerdo que fue de una forma algo peculiar. Leí a un conocido en un foro hablar maravillas de él y de este disco en concreto, así que lo descargué por el Soulseek. El caso es que me bajé el disco de alguien que no había numerado las canciones, de forma que no me las bajé en el orden correcto sino en orden alfabético (¿qué cuesta poner el maldito número delante del título de cada MP3?). En todo caso, esa eventualidad acabó teniendo una feliz consecuencia: la primera canción que oí de Rory Gallagher fue su versión en vivo de "A Milion Miles Away", que es aún a día de hoy mi momento favorito de su carrera. Tras oír algo así caí rendido. Obviamente de haberlo oído en el orden correcto habría funcionado igual, pero el empezar con esa canción fue un flechazo que me predispuso a favor de ese irlandés. De hecho, al igual que me pasó con Deep Purple tardé años en disfrutar de sus discos de estudio porque me sonaban algo cojos al lado de sus versiones en directo, y por ello empecé con sus dos primeros discos en solitario, porque no toca ningún tema de éstos en el Irish Tour y las comparaciones se hacían menos odiosas.


En todo caso siempre es un buen momento para hablar de Rory y rescatar su música. Como dije, nunca lo pondría - al menos de momento - entre mis grupos/artistas predilectos, pero es de esos músicos a los que siempre me agrada recurrir de vez en cuando y cuya música soy capaz de disfrutar en casi cualquier momento. Eso unido a esa personalidad tan honesta y auténtica hacen del señor Gallagher un músico al que es fácil encariñarse.

Por último decir que cuando fui a Irlanda visité religiosamente la calle que tienen con su nombre en Dublín y en Cork. Da gusto ver cómo reconocen el talento de este gran guitarrista.

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