sábado, 10 de abril de 2021

Ron "Pigpen" McKernan

Viendo el excelente documental Long Strange Trip (2017) que narra la historia de Grateful Dead en 6 episodios me he acordado de un miembro muy injustamente olvidado de los que pasaron por la banda, el cantante y teclista Ron "Pigpen" McKernan, y se me ha ocurrido hacerle un pequeño homenaje.

Puede que no lo sepan, pero Pigpen es el miembro más desconocido del ilustre club de los 27 junto a otro bluesmen como Alan Wilson de Canned Heat, pero su muerte pasó más inadvertida salvo entre los miembros del grupo. Y puede que tampoco sepan que, por extraño que parezca, en los inicios del grupo Pigpen era la cabeza más visible de la banda (no diremos "líder") hasta que progresivamente el cantante y guitarrista Jerry Garcia fue volviéndose el rostro por excelencia de Grateful Dead (a su pesar me atrevería a decir). En realidad tenía sentido, puesto que los Grateful Dead nacieron a mediados de los 60 como un proyecto de Pigpen y Garcia y su idea inicial era básicamente hacer blues-rock, y de todos los miembros del grupo Pigpen era el bluesman por excelencia. Llevaba mamando esa música desde pequeño y la interpretaba como si fuera una parte intrínseca de él mismo.

El problema de Pigpen es que el grupo fue tirando hacia la psicodelia y otros sonidos más experimentales donde él no encajaba tanto. En concreto cuando todos empezaron a experimentar con drogas como el LSD, Pigpen quedó algo de lado porque no le interesaban ese tipo de drogas, lo suyo era el alcohol. Eso ya de entrada fue un importante handicap para él, puesto que la base de muchas de las famosas improvisaciones de los Dead se basaban - al menos en sus inicios - en esa experiencia conjunta que suponía consumir ácido y dejarse llevar todos juntos, una experiencia en que Pigpen quedaba algo de lado si no se unía a la euforia psicodélica.

El segundo gran problema llegó cuando el grupo fue adentrándose en música cada vez más compleja y él y el guitarrista rítmico Bob Weir se quedaron atrás respecto al resto. Tal es así que en cierto momento a finales de los 60 el resto despidió informalmente (nunca se hacía nada formalmente en los Grateful Dead) a Bob y Pigpen porque estaban "entorpeciendo" los avances musicales del resto, que iban adentrándose en caminos cada vez más complejos y sinuosos. La historia tuvo un final feliz cuando Bob simplemente siguió yendo a los ensayos pese a estar en teoría fuera de la banda y el resto los readmitió porque no querían echar del grupo a dos colegas. Lo que sucede es que si bien Bob consiguió acoplarse al nivel musical del resto (a principios de los 70 dio un salto brutal como guitarrista rítmico, en gran parte porque se pasó mucho tiempo escuchando discos de jazz y aprendiendo de ahí los patrones que le ayudarían a improvisar con su guitarra), Pigpen en cambio se quedó siempre atrás. Y cuando con el cambio de década la banda fichó al teclista Keith Godchaux (que, con su formación clásica tenía mucha más versatilidad que Pigpen), su puesto quedó en un lugar dramáticamente secundario. En los Dead de los 70 el característico órgano de Pigpen quedaba prácticamente olvidado y era reemplazado por el piano de Keith. Así mismo la faceta blues que aportaba Pigpen cada vez quedaba más en un segundo plano.

La gira del Europe 72 (1972) fue el último momento destacable de Pigpen en el grupo, pero ya por entonces su alcoholismo hacía que fuera demasiado errático como para contar con él en la banda (un pequeño apunte: entre los consumidores de drogas psicodélicas no se tenía mucha tolerancia a los alcohólicos, eran muy mal vistos, no era cool emborracharse del mismo modo que sí lo era colocarse y "viajar"). En el documental un roadie comenta que le hicieron compartir cuarto con Pigpen porque nadie más quería, y por las noches le enseñaba a tocar blues.

En 1973 la banda estaba ensayando ya sin él, puesto que se encontraba muy enfermo. Éste estaba intentando dejar el alcohol e incluso pensaba en un disco en solitario, y Garcia había pedido que se le buscara el mejor tratamiento posible, pero para entonces ya era demasiado tarde. Su último encuentro con la banda fue muy triste: Pigpen fue con un fotógrafo a un ensayo del grupo para hacerse unas fotos con ellos, pero éstos se encontraban enfrascados en la música y les molestó la interrupción, así que le despacharon rápidamente. Pocos días después moriría solo en su casa de una hemorragia gastrointestinal.

Cuando uno lee comentarios sobre gente ya fallecida suele encontrarse comentarios contradictorios al respecto, ya que las personas somos complejas y tenemos varias facetas diferentes, es algo que comprobé hace poco en la biografía que leí de Janis Joplin (quien por cierto era muy amiga de Pigpen y también había muerto a los 27 en gran parte por su afición al alcohol). Pero curiosamente con Pigpen no sucede: todos los comentarios sobre él coinciden en que era alguien que imponía mucho por su aspecto (era un tipo más bien grande y de mirada seria) pero que era un absoluto buenazo y, sobre todo, alguien de una extrema sensibilidad.

Creo que algo que ha jugado en su contra a la hora de recordarle es que sus mejores momentos en vivo no le hacen justicia escuchados en disco. Quiero decir, cuando uno oye las jams de "Dark Star" o "Playing in the Band" se disfrutan perfectamente escuchadas en casa, sin haber estado en el concierto. Pero las jams que dirigía/cantaba Pigpen como las versiones extendidas de "Turn on your Lovelight" o "Good Lovin" siempre me han parecido demasiado "verbales". Eso tiene una explicación: Pigpen era el miembro del grupo que mejor sabía manejar a la audiencia, cuando cantaba sus temas siempre conseguía que todo el público se levantara y bailara, y en esas versiones extendidas de esos temas está hablando todo el rato porque está interpelando a la audiencia. Eso, vivido en un concierto, sería genial (los que vieron a Pigpen en su esplendor coinciden en que era todo un espectáculo verle manejar al público), pero escuchado en la frialdad de casa pierde el efecto, y eso quizá contribuye a que no le hagamos tanta justicia como merece. No obstante, sus versiones de blues ("Good Morning Little Schoolgirl", "Big Boss Man") son excelentes, y de entre sus pocas composiciones propias - en los inicios del grupo en realidad casi componía únicamente Garcia, así que en ese aspecto Pigpen iba a la par que el resto - mi favorita es seguramente ésta que nunca llegó a grabar en estudio y que creo que despliega muy bien su sensibilidad:


En el documental antes mencionado hay un momento curioso en que John Barrow (uno de los dos letristas del grupo) acude a la tumba de Pigpen y comenta lo absurdo que es que muchos fans hayan dejado en señal de reconocimiento púas de guitarra. ¿Qué sentido tiene cuando Pigpen era teclista? Este pequeño detalle creo que encaja muy bien con la figura de alguien que creo que fue un incomprendido, un músico muy sensible que quizá no estaba en la banda adecuada.

Hubo un momento a finales de los 60 en que los Grateful Dead se convirtieron en algo tan grande y con vida propia que ni los propios músicos podían controlarlo, pero así como el resto de la banda supo acomodarse a ello, Pigpen se quedó atrás. Al resto también les acabaría sucediendo en cierta forma (a finales de su carrera Garcia acabó harto de tocar en estadios y prefería sus íntimos conciertos en solitario, pero se veía obligado a seguir adelante para no parar la maquinaria de los Grateful Dead, de la que dependían tantas personas como medio de sustento), pero Pigpen fue la primera víctima de ese ese largo y extraño viaje.





1 comentario:

  1. Hey, muy buena semblanza del viejo Pigpen.
    Hay un tema sobre él que siempre me sorprendió de él, relativo a su fisonomía, del que casi nadie habla, y es que Ron pasó de ser un tipo de una contundencia física imponente en 1967, a lo Bob Hite, y acabó siendo una persona extremadamente delgada e n tsn solo unos pocos años.

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