domingo, 28 de octubre de 2018

The Musical Box - 22 y 23 de octubre del 2018, Sala Barts (Barcelona)


Pese a que el fenómeno de las bandas tributo cuenta con muchos detractores y, ciertamente, quizá se ha ido de las manos en realidad es algo inevitable que responde a una lógica irrefutable: que la edad de oro del rock ya pasó y que en estos últimos años no está surgiendo una generación de músicos nuevos que suceda a los grandes clásicos en cuanto a repercusión y capacidad de atraer a un gran público. Obviamente, sigue habiendo (afortunadamente) bandas jóvenes que tienen un éxito apabullante (Muse, Arctic Monkeys) pero si comparamos todos los grandes grupos que hubo en los 70 con la actualidad resulta clara la diferencia, y más teniendo en cuenta cómo hay tan pocos discos de rock que consiguen trascender a nivel popular. No obstante, éste no es otro de esos textos llorando porque el rock ha muerto, simplemente cada género tiene su mejor momento y éste ya hace tiempo que pasó, de modo que como no hay ninguna banda de hard-rock actual comparable a Led Zeppelin, es de esperar que surjan tributos a Zeppelin.

Así pues durante estos años este tipo de bandas pasaron de ser una afición destinada a fanáticos de esos grupos a popularizarse entre el gran público. Y eso llevó como consecuencia una paradoja muy interesante: si bien inicialmente la idea de los tributo tiene el aliciente de que esos músicos están totalmente desvinculados de presiones de discográficas o ventas, y que por tanto podrían hacer repertorios totalmente libres, tocando lo que les diera la gana (¡incluyendo esas joyas ocultas que nos encantan a los fanáticos y que las bandas originales tienen olvidadas!); con el tiempo al hacerse tan populares acabaron viéndose sometidas a las mismas presiones. De modo que desde el momento en que los Dios Salve a la Reina (el tributo más popular a Queen) actúan ya en pabellones, ya no pueden tocar lo que les dé la gana sabiendo que cuentan con la complicidad de un público formado por fanáticos como ellos. Ahora están actuando para el mismo público masivo que Queen - aunque en menor cantidad, claro - y eso implica que si no tocan "Radio Ga Ga" la audiencia estará descontenta. ¿No es irónico que hayan acabado cayendo en la misma trampa? - la única vez que les vi por cierto dieron un gran concierto pero formado íntegramente por temas de sus dos Greatest Hits.... salvo una emotivísima "My Melancholy Blues", que se nota que añadieron al setlist para darse el gustazo de tocar un gran tema oculto, y que acabé coreando yo solo entre un público que no parecía conocerla en absoluto.

Toda esta divagación viene a cuento de que esta semana vi a mi banda tributo favorita con diferencia: The Musical Box, el tributo a los Genesis era Gabriel. Lo que hace que este tributo sea tan especial y diferente a los demás es que no solo interpretan de forma admirable la música de Genesis sino que evocan también toda la puesta en escena de sus conciertos, sobre todo (aunque no únicamente) los disfraces que llevaba Peter Gabriel, a quien el cantante Denis Gagné consigue reinterpretar de forma alucinante, calcando hasta los más mínimos gestos. Se trata no en vano de uno de los tributos más profesionales que existen y que llevan en activo desde los 90. Tal es su fama que los propios Genesis les han dado todo tipo de facilidades para que pudieran desarrollar sus shows de la forma más fidedigna posible, de manera que para los que flipamos con los Genesis era Gabriel realmente tenemos la sensación de ver una representación visual exacta de lo que conocemos por vídeos del grupo.

He visto ya a los Musical Box cinco veces desde que les pillara por primera vez el 2013, y he tenido la suerte de verles recreando los tours de Foxtrot (1972), Selling England by the Pound (1973) y The Lamb Lies Down on Broadway (1974), de modo que he cubierto ya toda su etapa clásica. No obstante, siendo la etapa de Gabriel tan breve, inevitablemente llegó un punto en que pareció que ya había visto todo lo que podían ofrecerme... lo cual no es malo, yo estoy encantando de verles otra vez cada año, pero ya sin el efecto sorpresa. En el caso de los Musical Box el tema estaba en que éstos se imponían de una forma absolutamente estricta el recrear de forma exacta los conciertos clásicos de Genesis, de modo que cada tour recreaba exactamente el mismo setlist, en el mismo orden y con los mismos recursos de puesta en escena que usaban Genesis. Creo que solo en la gira de Foxtrot se salieron un poco del guion, ya que los conciertos que daba el grupo en ese tour eran algo breves para estándares actuales (o al menos para una banda profesional actual con el caché que cobran The Musical Box), de modo que recrearon todo el concierto idéntico, bis incluido, y luego hicieron un segundo bis con dos canciones más de esa época como "un regalo".

Nada que reprochar a este enfoque tan fidedigno, pero muchas veces no podía evitar preguntarme: ¿siendo los Musical Box unos fanáticos de Genesis y unos músicos tan buenos, no les tienta a veces salirse de la norma y tocar otros temas clásicos que dejan de lado porque los originales no solían hacerlos? Ésta es la pregunta que me habría gustado hacerles durante todo este tiempo, porque si yo tuviera un grupo tributo es lo que más me gustaría hacer. Bien, al final no hizo falta formulársela porque me la han respondido ellos mismos elaborando un nuevo tour llamado Genesis Extravaganza en que no recreaban ninguna gira de Genesis sino que simplemente se dedicaban a tocar temas de la era clásica (esto es, incluyendo los dos discos que hicieron sin Peter Gabriel pero que aún sonaban progresivos) en un formato libre.



Acudí pues el lunes con mucha curiosidad por ver qué me ofrecerían los Musical Box, siendo éste el concierto más imprevisible de todos los que vi y si algo me demostraron en este show es que, más allá de su exacto mimetismo a los originales, son una banda extraordinaria en directo. El concierto se estructuraba en tres partes: la primera dedicada a los dos discos sin Peter, la segunda al Lamb Lies Down on Broadway y la tercera a sus primeros álbums. Y si algo se notaba en la selección de las canciones y el orden en que estaban colocadas es que ése era un show hecho por auténticos fanáticos del grupo, gente que ha sabido cómo estructurar un concierto porque conoce a la perfección cómo funciona mejor la distribución de temas.

La primera parte del show era esencialmente un medley instrumental de temas de A Trick of the Tail (1976) y Wind and Wuthering (1976) en el que se intercaló la magistral "Blood on the Rooftops", que bien se merecía interpretarse entera. Lo mejor fue el final de este segmento con unas versiones incendiarias de "Dance on a Volcano" y sobre todo "Los Endos" (mi favorita de los Genesis post-Gabriel). Lo único que les reprocharía es que un tema como "One for the Vine" bien se merecería ser interpretado enteramente, pero es cierto que son 10 minutos...

La segunda, centrada en el Lamb, fue prácticamente el primer disco del doble álbum salvo unos pocos temas que dejaron fuera. Y aquí aprovecho para resaltar una de las grandes virtudes de este show y es que se trata de uno de los conciertos con mejor puesta en escena que recuerdo. No me refiero necesariamente a espectacular sino a bien hecha: el uso de los focos y los láser es de los mejores que he visto, de forma inteligente, sin abusar, adaptándose a las canciones; y las proyecciones eran magníficas, muy bien escogidas, desde animaciones inspiradas en las portadas del Trick o el Wind a otras de cosecha propia muy bien hechas (la de "Counting Out Time" era muy divertida, con unas flechas marcando las zonas erógenas de dibujos o fotos retro de mujeres). Éste fue uno de los aspectos que más me sorprendió del concierto: Musical Box se han apartado de la idea de calcar al detalle la puesta en escena de Genesis y han salido airosos, no solo eso, sino que han demostrado que al planificar ellos una puesta en escena pueden hacer un trabajo extraordinario.


Por último, el tercer tramo del show fue el más especial, y aquí es donde retomo lo que comenté antes de cómo ciertas bandas tributo han acabado siendo esclavas de su éxito. La ventaja de los Genesis de Gabriel es que no es un grupo tan conocido como Queen, Pink Floyd o Led Zeppelin y que, por tanto, un tributo a ellos puede arriesgarse a tocar temas menos obvios sabiendo que el público lo forman sobre todo fanáticos de la banda. Eso queda especialmente patente en esta última parte en que centraron el setlist en temas de la era clásica de Genesis que los Musical Box no han tocado en sus otros tours por eso de ser estrictamente fieles a lo que hacían los originales, o que solo han caído de forma muy ocasional (la excepción fueron el bis y "The Cinema Show", esta última estoy convencido que escogida en parte porque no requiere disfraz). En ese sentido, esta parte del show fue el sueño de todo fanático de un grupo: la oportunidad de oír temas menos habituales que le encantan como "Time Table", "Seven Stones" (la que más ganas tenía de escuchar y que no esperaba en absoluto, fue mi momento de la noche) o "Looking for Someone", que nunca les había oído tocar, o "Can-Utility and the Coastliners" (uno de los grandes temas ocultos de Genesis), que solo la tocan en las giras del Foxtrot. Mención especial a una debilidad personal, la preciosa "After the Ordeal", jamás interpretada por Genesis, que acompañaron en su tramo final con una serie de fotos del grupo que constituyó uno de los homenajes más bonitos que se les podía haber hecho.

Detalles como ésos remarcan la que es una de las cosas que tanto me gustan de este tipo de conciertos, que es la sensación de estar con más gente que comparte tu afición por esa música, esa complicidad entre fans que entienden de qué va la cosa y que celebra contigo detalles que objetivamente serían vistos como extravagancias (aplaudir a un tipo disfrazado de flor, cantar "Erogenous zones, I love you"...). En ese sentido, siempre me he preguntado qué debe pensar el personal de la sala Barts, empleados que trabajan allá sin saber nada de los artistas que actúan, al ver un espectáculo en que un señor mayor se disfraza de flor.



Se trató pues de un concierto pensado para fans que ya les habían visto en anteriores giras, en que casi no se usaron disfraces salvo en el bis de "The Musical Box", donde además hubo el aliciente de que se usara no el de siempre (la máscara de anciano) sino el de la zorra, que es algo muy extravagante que Peter Gabriel utilizó muy poco. Ciertamente cuando le vi aparecer con la máscara de zorro y el vestido rojo sobre el escenario flipé por no esperármelo y me pregunté qué pensaría la gente de la época al ver eso, sin ningún contexto previo que les permitiera asimilarlo.

En definitiva, tan emotiva y especial fue la velada que hice algo que me prometí que no haría jamás, y no me refiero a comprar un disco de Phil Collins sino en repetir un mismo concierto dos noches seguidas. Temía que ver el mismo concierto con el mismo repertorio le restara magia, pero era demasiado tentador, y más con un setlist tan poco frecuente... pero como tocaban dos noches seguidas en Barcelona y quedaban entradas para el segundo show, piqué. Es extraño que haya roto esta norma con una banda tributo. Pero precisamente The Musical Box son mucho más que una banda tributo, entre otras cosas todo un regalo para aquellos que adoramos a los Genesis clásicos.

...In That Quiet Earth
Instrumental Medley: Robbery Assault and Battery/ All in a Mouse's Night / Mad Man Moon / Entangled
Blood on the Rooftops
One for the Vine (fragment)
Dance on a Volcano
Los Endos
The Lamb Lies Down on Broadway
Fly on a Windshield
Broadway Melody of 1974
In the Cage
Back in N.Y.C.
Hairless Heart
Counting Out Time
The Carpet Crawlers

A Place to Call My Own
Time Table
Seven Stones
Can-Utility and the Coastliners
Looking for Someone
After the Ordeal
The Cinema Show
Aisle of Plenty

Entangled
The Musical Box

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