De toda la discografía clásica de Elton John (es decir, desde su debut hasta finales de los 70) sólo hay 4 discos que suelen marginarse en la mayoría de recopilaciones: Empty Sky (1969), Tumbleweed Connection (1970), Friends (1970) y Rock of the Westies (1975). El caso de Empty Sky es normal, ya que no tuvo mucho éxito en su época y Elton aún no había encontrado su sonido propio. Tumbleweed Connection es la gran joya olvidada de su carrera, una auténtica obra maestra, pero de nuevo se alejaba un poco de su estilo y no funcionó bien comercialmente. Por otro lado, Friends era una banda sonora de encargo que se hizo deprisa y corriendo. En estos tres casos es comprensible que los discos no salgan representados en las compilaciones del famoso pianista puesto que fueron discos que comercialmente no funcionaron muy bien. Sin embargo el caso de Rock of the Westies es más extraño, porque realmente fue un éxito en su época. Quizá se deba a que, al igual que los dos discos mencionados al principio, su estilo se alejaba un poco de los parámetros "eltonjohnianos", pero veamos su contexto para entenderlo.
A mediados de los 70, Elton John era uno de los artistas más exitosos del mundo. Literalmente TODO lo que grababa era un éxito de ventas - a este dato objetivo le añado yo uno más subjetivo: el bastardo no había hecho ni un disco que bajara del notable alto hasta entonces, salvo quizá Friends que aún no he oído y se grabó de cualquier forma. No obstante, eso no podía durar para siempre y llegó un punto en que el propio Elton empezó a resentirse un poco de su éxito. En concreto el principio del fin llegó con el que él considera su mejor disco Captain Fantastic and Brown Dirt Cowboy (1975). Era la obra más autorreferencial que había grabado hasta entonces, con unas letras de Bernie Taupin que se hacían eco de su propio pasado, una portada que suponía una celebración del Elton John excesivo y glam de la época y una música que sonaba a 100% Elton. Fue otro éxito de ventas, claro. Pero también el final de una etapa, algo que quedó claro cuando el artista tomó una extraña decisión: para la gira de presentación del álbum decidió prescindir de los dos músicos que llevaban más tiempo con él, el bajista Dee Murray y el batería Nigel Olsson. Fue una decisión extraña e inesperada, puesto que habían estado con él desde sus inicios, cuando giraban en formato trío, y habían demostrado de sobras ser grandes músicos. Si quería renovar su banda - que es lo que luego se descubrió que pretendía - ¿por qué no esperar a finalizar el tour de presentación del último disco que grabó con ellos? Ni idea, imagino que estaba demasiado ansioso por un cambio de aires.
De cara a su nuevo disco, Elton John se propuso por tanto un giro estilístico que funcionó de forma parecida a lo que hizo en Tumbleweed Connection: un término medio entre buscar otro sonido pero al mismo tiempo seguir sonando a él mismo. En Tumbleweed ese otro sonido era la música americana, en Rock of the Westies también, pero otro tipo de música americana como veremos. Para ello formó una nueva banda en que conservó de su formación clásica al guitarrista Davey Johnstone y al percusionista Ray Cooper. Las nuevas incorporaciones eran el bajista Kenny Passarelli (bajista de Joe Walsh) y el batería Roger Pope, quien ya había tocado con Elton en sus primeros álbums. La novedad estaba en la incorporación de un segundo guitarrista, reforzando la idea de que se buscaba un nuevo sonido más contundente. Este nuevo guitarrista era Caleb Quaye, también presente en los primeros discos de Elton John, y si se piensan que éste aceptó al instante la oferta de volver a trabajar con en el que en ese momento era uno de los músicos más populares del mundo... se equivocan. A Quaye no le gustaban los hits glam radiofónicos que habían hecho popular a Elton, y le dijo que se negaría a tocar en directo "Crocodrile Rock". Éste le respondió que no había problema, de hecho iba tan sobrado de hits que podía renunciar fácilmente a un par si eso contentaba a Quaye.
La nueva pandilla de Elton.
El nuevo disco estaba (extrañamente) dedicado a Dee y Nigel a los que acababa de echar (¿?) y ya demostraba exteriormente de qué iría la cosa. Comparen esta portada con la del anterior. De un dibujo excesivo de Elton John cabalgando un piano sobre un mar superpoblado de extrañas criaturas a un sencillo retrato de nuestro amigo Elton sonriente y sin afeitar. La idea es obvia: dejar de lado la faceta glam alocada y tirar hacia un estilo más sencillo y directo. Más o menos eso es lo que alberga Rock of the Westies pero, ojo, sigue sonando a Elton John; y lo que para él es música más sencilla y directa para otros estaría sobreproducido. No obstante se nota el cambio de rumbo y resulta muy estimulante. Pasemos a la música.
El único single de éxito que dejó este disco es "Island Girl", y no es de extrañar, es la canción que tiene una vocación más clara de tema radiofónico: un tema de pop-rock pegadizo y coreable con unos falsetes irresistibles en el estribillo (pocos músicos dominaban también el falsete como él), sin duda es de mis favoritas. Mi otro gran tema predilecto es el inicial "Medley (Yell Help/Wednesday Night/Ugly)", que es acertadísimo como inicio para mostrar por dónde irían aquí los tiros. Una canción con un sonido muy chulesco y contundente que se queda grabado en la mente hasta que, oh sorpresa, de repente se intercala en medio un pasaje atmosférico más típico del Elton clásico (me repito pero me maravilla lo increíblemente buen cantante que era) hasta volver a un segmento más rockero y furioso. Me encanta cómo en 6 minutos pasa de un registro más contundente a otro tan melódico para volver al inicio.
El tema que Elton quería incluir como single de adelanto era "Dan Hare (Pilot of the Future)", ya que consideraba que tenía mucho potencial. Soy incapaz de entender eso, puesto que yo siempre lo he visto como un tema muy extraño, pero de todos modos es otro de mis predilectos. La otra canción que iría en este segundo nivel de preferencias personales sería "Street Kids", muy en la línea del tema inicial, un tema denso de seis minutos conducido por el piano de Elton flanqueado por las dos guitarras de Davey y Caleb.
Finalmente destacaría también, aunque por debajo de los anteriores, tres temas más. "Billy Bones and the White Bird", que cierra el disco, es básicamente un ritmo tipo "Not Fade Away" sobre el que construye una canción nueva. Los otros pertenecen a la categoría de clásicos menores: la hard-rockera "Grow Some Funk on Me" que al principio no me mataba pero le acabé pillando el punto (ojo, es de las pocas veces en que comparten la autoría con otro músico, en este caso Davey Johnstone, raro raro) y "I Feel Like a Bullet (In the Gun of Robert Ford)", la ÚNICA balada a piano del disco, lo cual nos da una idea del cambio estilístico que estaba dando.
Los otros dos que quedan me parecen más prescindibles. No son memorables pero aún así son mejor que los temas más flojos del Captain Fantastic, con lo cual aunque este disco sea inferior al precedente sí que mantiene un nivel más homogéneo.
El CD contiene de Bonus Track un tema de esa época que paradójicamente contradice por completo las intenciones de Rock of the Westies: la celebérrima "Don't Go Breaking My Heart", una canción pop alegre cantada a dúo con la cantante Kiki Dee. Hoy día me agrada, no sé si porque me he acostumbrado a ella (a la canción, no a Kiki Dee) o porque realmente es un buen tema y me he quitado con el tiempo los prejuicios que tenía cuando la oí por primera vez. En todo caso es tan simpática como su videoclip.
Volviendo al disco, Rock of the Westies fue (¿lo adivinan?) un nuevo éxito de ventas puesto que en 1975 cualquier disco con la palabra Elton John en la portada estaba destinado automáticamente a lo alto de las listas. Le siguió una gira muy interesante con esa banda que muy significativamente se llamó "Louder than Concorde" en la cual rescató algunos temas de sus primeros discos aprovechando la presencia de Caleb Quaye. Después, para cumplir el contrato con su discográfica sacó el directo Here and There (1976) que en realidad documentaba conciertos de su antigua banda y después se lanzó con su propia discográfica (Rocket Man Records) con el disco doble Blue Moves (1976). Pese al cambio de banda y de discográfica, nada de esto pudo impedir lo inevitable: tras tantos años trabjando a un ritmo infernal más la vida de excesos asociada al mundo del rock, finalmente Elton John petó. Hizo una gira tras la cual dijo que no volvería a actuar (a los pocos años dejó de cumplirlo), cometió una de las meteduras de pata más garrafales y deliciosamente bizarras de su carrera haciendo un álbum de música disco espantoso con composiciones que ni eran suyas, se separó de su hasta entonces inseparable letrista Bernie Taupin y en definitiva su edad de oro llegó a su fin.
Rock of the Westies fue por tanto una manifestación de cómo el Elton John clásico estaba empezando a quebrarse y a necesitar de un desesperado cambio de dirección. Aparte de eso, aunque no juega en la liga de sus obras maestras es indudablemente un gran disco.
Además, aunque a nadie le importe, ha sido uno de mis álbums de este verano.